Posted on: junio 6th, 2022 by Laura Espinoza No Comments

 

«La vida te enseña que a la pareja se la conoce en el divorcio, a los hermanos en la herencia, a los hijos en la vejez, a los amigos en las dificultades y a los imbéciles en las elecciones».

 

Autor Anónimo.

 

Ahora, cuando los venezolanos nos hemos transformado en un país de emigración y cuando la mayoría de quienes han abandonado el país se encuentra en Colombia, se difunde una leyenda dorada según la cual los venezolanos tratamos al millón y medio o dos millones de colombianos que vinieron a ganarse la vida en nuestro país, con afecto casi fraternal. Algunos lo hicimos gracias a los empleados colombianos que se ganaron nuestra confianza, gratitud y cariño indelebles. Pero sin llegar a extremos de xenofobia con violencia –como ha ocurrido en distintos países dizque hermanos– aquí la policía acosaba y extorsionaba a los colombianos, el auge criminal se les atribuía siempre y muchos vivían con miedo a la deportación.

 

 

En aquellos días en que Venezuela era el país a donde venían los pobres y perseguidos de distintos países, nunca me interesé por saber de la política colombiana más allá de lo elemental. Nunca imaginé que la tortilla se voltearía y que Colombia estaría en mi mente y en mi corazón porque tengo dos nietos que fueron a buscar mejores caminos y encontraron magníficas parejas en Bogotá y ahora tengo cinco bisnietos colombianos. Por eso me han sido tan importantes las recientes elecciones presidenciales cuyos resultados son tan difíciles de digerir.

 

 

Mientras los venezolanos que añoramos la democracia mirábamos con terror las encuestas que daban como imbatible al ex guerrillero Gustavo Petro, no veíamos, como quizá le sucedió a una buena parte de los ciudadanos colombianos, como se iba colando un candidato sin partido, sin estructura política, sin renombre pero con mucho dinero y sobredosis de populismo, llamado Rodolfo Hernández alias “El Viejo”, ex alcalde de Bucaramanga. En una elecciones en las que hubo un 43% de abstención, Gustavo Petro obtuvo el 40.3% del 47% que votó y “El Viejo” Rodolfo, el 28.2%. Los demás candidatos, que de una u otra forma representaban el statu quo, quedaron muy atrás.

 

 

¿Qué movilizó a los votantes tanto de Petro como de Hernández? ¡El cambio! Esa promesa que suele tener poderes mágicos para captar voluntades y que generalmente termina siendo profunda frustración. Muy pocos se preguntan, al votar, cómo será ese cambio, para qué y hacia dónde.

 

 

Con la promesa del cambio llegó Hugo Chávez al poder en Venezuela y cada día durante los últimos veintidós años, hemos padecido el derrumbe general y la tragedia que han significado ese cambio.

 

Copio de un análisis en El País, de Madrid: “…..El próximo presidente de Colombia podría ser el ingeniero Rodolfo Hernández, un ricachón de 77 años que parece sacado de una tira cómica. Su fortuna la hizo vendiendo y comprando tierras en un país donde el acceso a la propiedad ha sido la fuente de las mayores disputas y desigualdades. Es admirador de Hitler y cree que las mujeres no se deben meter en política porque su sitio es la casa. No se sabe los nombres de los departamentos del país que espera gobernar, y dice sin sonrojarse que si llega al poder lo primero que va a hacer es declarar la conmoción interior y a gobernar por decreto. Se parece a Bucaram, a Bukele, a Trump y a Bolsonaro y, aunque parece una caricatura, es real. Tiene todo para ganar porque está amparado por la petrofobia, ese miedo irracional que muchos colombianos tienen por todo lo que huela a izquierda.

 

 

Poco importa que no tenga un programa de gobierno ni una hoja de ruta ni que sea un demagogo que puede llevar al país a un salto al vacío. Tampoco incide que sea un populista que desprecia las instituciones, que se dé el lujo de desacatar los fallos de la justicia y que crea que el país se puede manejar como si fuera su empresa. Con tal de que pueda frenar a Gustavo Petro. Rodolfo Hernández puede patear la democracia.

 

La petrofobia le ha dado a Rodolfo Hernández unas alas que no tenía. Antes del domingo era un candidato que pocos tomaban en serio, con licencia para decir barbaridades. Uno le preguntaba por el medio ambiente o por la crisis fiscal, pero él siempre respondía con la misma frase: “Lo que prometo es parar la robadera”. Era un populista de derechas, tiktokero y anti reformista que, sin embargo, no suscitaba mayores temores porque no era un candidato viable.

 

 

Todo esto cambió desde el domingo pasado, cuando el ingeniero Hernández sacó casi seis millones de votos y hundió al candidato de la derecha, que era Federico Gutiérrez. De ser un chiste pasó a ser presidenciable y se convirtió de repente en el candidato admirado por los petrofóbicos.

 

 

La trayectoria del ex alcalde de Bucaramanga ha estado cargada de dichos y hechos polémicos:

 

 

“Necesitamos que los empresarios entiendan que el mejor negocio del mundo es tener gente pobre con capacidad de consumo, porque los pobres consumen toda la plata en enero».

 

“Yo me defino como Rodolfo Hernández, un ingeniero que quiere sacar los ladrones del gobierno. Eso es todo». «La corrupción es el mayor impuesto que nos toca pagar a todos los colombianos». «La corrupción es una enfermedad que solo puede curarse con cirugía y sin anestesia». Pero este candidato está acusado judicialmente por corrupción.

 

En noviembre de 2018, el entonces alcalde de Bucaramanga acusó a un concejal opositor, Jhon Claro, de no dejarlo hablar. Le dijo «sinvergüenza». En ese intercambio de palabras, Hernández se levantó de la silla y le dio un golpe en la cabeza y además descargó una andanada de improperios que iban desde calificativos hasta vulgaridades.

 

«Yo soy seguidor de un gran pensador alemán. Se llama Adolf Hitler», dijo en una entrevista con la cadena radial RCN en el año 2016, cuando era alcalde de Bucaramanga. Y citó lo que afirmó que era una recomendación de tal pensador: «No pretenda que las cosas cambien si hacemos siempre lo mismo». Luego se disculpó diciendo que había confundido a Hitler con Einstein.
 

Así termina el análisis de El País que he citado: …»Este domingo ganaron (en Colombia) el malestar y el deseo de un cambio real. Los dos son factores legítimos que alimentan a menudo el populismo y la radicalización: ninguna de las dos condiciones favorece la prosperidad de un país con heridas profundas».

 

 

Si TalCual no fuese un medio de altura y si yo no conservara algo del pudor que se fue desvaneciendo a lo largo de mi bastante larga vida, diría que Colombia está como en el chiste cruel de «Chacachaca o Muerte» y hasta lo contaría. Estoy segura de que muchos lectores lo conocen. Pero en honor a la decencia y con real preocupación y tristeza solo digo que a la querida Colombia si no la agarra el chingo la agarra el sin nariz.

 

 

Nota Final: Espero que chingo en Colombia no signifique lo mismo que en México.

 

Paulina Gamus

@Paugamus

 

Confirmado.com no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

El voto ¿castigo o esperanza?

Posted on: noviembre 14th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Esta vez ni lo uno ni lo otro. Pero, por favor, apreciados lectores, no vayan a responder «sino todo lo contrario», porque la cosa es seria. En un principio, cuando comenzamos a votar, al retornar la democracia en 1958, el voto era no solo esperanza, era alegría, era orgullo al poder decidir —después de diez oscuros años— a quién queríamos como presidente de la república y a quiénes como parlamentarios. Con ese sentimiento votamos por Rómulo Betancourt en diciembre de ese año y luego por Raúl Leoni en diciembre de 1963.

 

 

El voto entonces era obligatorio y se corría la especie de que quien no demostrara que había votado no podría solicitar distintos servicios públicos ni viajar al exterior.

 

 

El domingo 1º de diciembre de 1963, los cuatro hermanos Gamus en edad de votar fuimos a cumplir con ese deber a pesar de que nuestro padre había muerto tres días antes y debíamos guardar los ocho días de duelo obligantes para los judíos.

 

 

La elección de Rafael Caldera en diciembre de 1968 no fue esperanza ni castigo. Fue apenas dudosa por un virtual empate que se resolvió por la madurez política del candidato adeco Gonzalo Barrios y del presidente Raúl Leoni: preferible perder las elecciones que tener un presidente cuestionado. Esa decisión salvó la democracia y le permitió continuar por otros 30 años.

 

 

La elección de Carlos Andrés Pérez, en diciembre de1973, fue la apoteosis de una fiesta electoral como no se había visto antes. No solo por la ingeniosa publicidad que transformó a un personaje con cara y fama de policía —asociado con la represión policial contra la extrema izquierda alzada en armas y terrorista— en un cuasi deportista que saltaba charcos como un antecesor de Yulimar Rojas. Pero, además, con la promesa de gobernar con energía y mano dura contra delincuentes y afines.

 

 

La caminata de cierre de campaña, que comenzó en Catia y culminó en Petare (los dos extremos de la capital por si alguien no familiarizado con Caracas lee esta nota), fue algo nunca visto: una marea de cascos y banderas blancas con el logotipo AD.

 

 

La elección de Luis Herrera Campíns, en diciembre de 1978, tuvo más de castigo al gobierno dispendioso de CAP que de esperanza.

 

 

La presidencia se decidió por un margen relativamente pequeño de votos contra el candidato de Acción Democrática Luis Piñerúa Ordaz, quien debió soportar toda clase de burlas por no tener título universitario; pero, además, por haberle endosado especialmente el humor ácido de Luis Beltrán Prieto Figueroa la especie de que su libro de cabecera (de Piñerúa) era el Libro gordo de Petete de los programas infantiles. A los jóvenes que no vivieron esos tiempos les sugiero acudir a Google. En contraste, a Luis Herrera —quien además de abogado era un intelectual amante del arte y de la cultura en general— le favoreció vestirse como un campesino y hablar con refranes y modismos del pueblo llano.

 

 

Fue tan, pero tan malo ese gobierno —el que acabó con el bolívar fuerte y el dólar barato que hacía de la clase media y profesional venezolana la de mayor poder adquisitivo quizá en el mundo— que la esperanza renació, pero unida a sed de venganza con la elección de Jaime Lusinchi en diciembre de 1983. Para ese entonces quien esto escribe vivía en un edificio muy cercano al barrio Santa Cruz del Este. Alrededor de las 11 de la noche se produjo un estruendo y era el barrio entero con pailas, ollas, maracas y todo lo que hiciera ruido, que recorría las calles como una escuela de samba, celebrando el triunfo de Lusinchi y de AD.

 

 

A pesar de esa circunstancia, de la escasez de productos básicos en los últimos meses de su gobierno y del tópico Blanca Ibáñez, concluyó su mandato con una alta popularidad, pero, al mismo tiempo, con el inicio de la antipolítica que haría erupción en el segundo gobierno de CAP. Y con la declaración de guerra interna en AD entre lusinchistas y perecistas que se tradujo en el envío desde Miraflores a la Comisión de Contraloría de la Cámara de Diputados, presidida por la oposición copeyana, de documentos que probaban hechos de corrupción del gobierno de Lusinchi. El caso más curioso fue el de los Jeep comprados para la campaña de AD, es decir la que le dio la presidencia a Carlos Andrés Pérez y que luego sirvió para inculpar al gobierno del «compañero» Lusinchi.

 

 

La elección de CAP, en diciembre de 1988, fue de esperanza ciega. Podríamos decir que fantasiosa. Fue creer en el retorno de la Venezuela saudita que tantos criticaron pero muchos disfrutaron. La trágica revuelta de febrero de 1989 conocida como el Caracazo fue el punto final de la ilusión democrática. Fue el pistoletazo para dar la voz de partida a los «Notables» y a la antipolítica en general. Fue lo que permitió la llegada de Caldera II con su chiripero y la asombrosa votación que obtuvo La Causa Radical. Y fue la que, cinco años después, daría el triunfo a un teniente coronel, fracasado golpista. 23 años después de esa elección, los venezolanos hemos sido convocados a votar para elegir gobernadores, alcaldes y concejales, el 21 de este mes de noviembre de 2021.

 

 

Ni voto castigo —aunque debería serlo como nunca antes— ni voto esperanza, porque es difícil tenerla cuando votas en un país aplastado por una dictadura no solo tramposa, voraz y depredadora, sino además cruel y sanguinaria.

 

 

Pero con todos los factores en contra, al menos yo voy a votar e invito a mis lectores a hacerlo.

 

Votar es la única forma de protesta que nos queda, la única para mostrar que los opositores al régimen existimos, que no nos resignamos ni doblegamos. Que sabemos que no habrá nunca otra forma de cambio que no sea el voto. Que ese cambio no será fácil ni será esta vez cuando sucederá, pero sucederá.

 

 

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@paugamus
Venezuela 

La bola mecánica

Posted on: enero 22nd, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Llegar a la vejez con buena memoria es el mejor regalo para agradecer a Dios -los creyentes-  a los genes o simplemente a la buena suerte. Resulta que al comenzar este nuevo año en que se sumó uno más a los muchos míos, no sé por cuál extraña razón me vino a la mente la demolición del Hotel Majestic, ubicado frente al teatro Municipal de Caracas. El hecho ocurrió en 1949 cuando quien escribe apenas contaba doce años de edad.  Nunca estuve en ese lujoso hotel, estoy segura de que tampoco mis padres ya que no estaban a la altura de sus tarifas. Fue el hotel al que llegaron Carlos Gardel y otros grandes artistas. El ministro Alberto Adriani, creador de la frase “sembrar el petróleo”, lo tenía como residencia. Allí muy joven comenzó como pianista Aldemaro Romero y trabajó como mesonero Aquiles Nazoa. Todo esto lo obtengo gracias a Google porque creo no haber siquiera pasado por el frente de ese legendario edificio coronado por un fabuloso ángel dorado. En una entrevista concedida a PRODAVINCI, nuestro querido y admirado Rodolfo Izaguirre dijo: “Para los caraqueños de mi generación, el ángel del Majestic era el final de la infancia. Ahí termina mi infancia, así como la infancia de una ciudad, la inocencia de una ciudad.

 

 

Esa joya arquitectónica vivió apenas diecinueve años: 1930-1949. Toda Caracas acudió llena de curiosidad, quizá algo masoquista, para ver cómo una inmensa bola de concreto golpeaba sin misericordia el estupendo edificio hasta convertirlo en escombros, y ver rodar destrozado aquel ángel.

 

 

Ahora que lo medito mejor creo que la imagen recurrente del Majestic demolido por la bola gigante se debe a que solo fueron diecinueve años los que vivió ese edificio. Diecinueve años después era escombros. Diecinueve años es el tiempo que le ha tomado al chavismo-madurismo demoler a Venezuela con la misma saña y precisión de la bola de concreto que acabó con el emblemático hotel capitalino. En realidad son veinte pero para 2019  era muy poco lo que quedaba en pie.

 

 

El recuento de lo destruido llevaría varios tomos porque no hay ciudad, pueblo, autopista, carretera o avenida que no muestre el paso implacable de dos décadas de corrupción, ineptitud y desidia. ¿Podría alguien haber imaginado hace veinte años que solo Caracas, y eso con suerte según la zona, tendría energía eléctrica? ¿Qué el Zulia, primer productor de petróleo, estaría sin servicio eléctrico hasta doce  horas de cada día y sin gasolina?  Pero ahora que decimos petróleo ¿quién habría supuesto siquiera en sus pesadillas nocturnas que Petróleos de Venezuela, nuestra brillante PDVSA, sería una empresita marginal después de ser saqueada por los corruptos más voraces y despiadados que haya conocido nuestra historia.  ¿Y el agua? Ayyyy, el agua.  El país entero sufre de sed, Caracas es una ciudad privilegiada en la que se hacen excavaciones en casas y edificios, buscando pozos que permitan paliar la carencia de ese líquido que dicen es vida y que en realidad lo es.

 

 

¿La industria nacional? Sobreviven quienes han tenido el valor para desafiar atropellos y abusos e toda índole. Mientras las empresas nacionales han ido a la ruina, han cerrado por imposibilidad de subsistir o se han mudado de país, consumimos productos importados de Brasil y otros países de América Latina, pero más extravagantes aún, de Turquía y similares por remotos.

 

 

¿Puede haber algo tan doloroso como la destrucción del bolívar, nuestra moneda?  Ese bolívar que llegó a cotizarse en las casas de cambio de todo el mundo, es poco menos que inservible. El gobierno seudo  comunista y anti imperialista de Nicolás Maduro ha hecho del dólar norteamericano la moneda nacional.

 

 

¿Y la destrucción social? Más de cinco millones de venezolanos en el exilio forzados por el hambre y otros millones obligados a la mendicidad cuando esperan ansiosos que les llegue la cada vez más escuálida bolsa CLAP o alguno de los bonos inventados para el engaño y la sumisión.

 

 

Pasó 2019, año de esperanzas y expectativas que se esfumaron. Llegó 2020 y está en acción otra bola de concreto como la que destruyó al Majestic y como la virtual pero muy efectiva del chavomadurismo. Es la  de la oposición que critica a la Asamblea Nacional en conjunto sin ver que frente a 17 diputados vendidos y traidores, hay otros 100 que han resistido el billetazo del millón de dólares y han soportado golpizas y persecuciones para cumplir con su deber. Es la oposición que se queja de que Maduro aun esté en el poder pero olvida a los dirigentes políticos y militares presos. A los diputados obligados a huir del país y  a los partidos y dirigentes inhabilitados.

 

 

Es la Oposición que con su bola de concreto virtual se ensaña contra Juan Guaidó porque no ha cumplido con su objetivo de sacar a los usurpadores.  Esa bola que ya ha destruido otros liderazgos opositores, desconoce el valor de ese joven legitimado por casi toda la comunidad internacional, el líder que ha logrado mayor apoyo interno y externo. Inteligente, valiente e íntegro.  Nada ni nadie le ha hecho mayor favor a la dictadura de Maduro y su Cosa Nostra, que ese afán destructivo de cierta Oposición. 2020 es año de acontecimientos que pueden decidir si la dictadura continúa o recuperamos la libertad. Divididos, enfrentados, mirando más a la ambición personal que al interés colectivo, destruyendo liderazgos con acusaciones falsas ya sabemos lo que ocurrirá. Escombros como el Majestic y su ángel dorado en 1949.

 

 

Paulina Gamus

Prodavinci

Negociar con mafiosos

Posted on: diciembre 4th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Quienes hayan pasado por la dolorosa experiencia de ver como se va encaminando hacia la muerte un ser querido víctima de cáncer, saben perfectamente que después de agotados todos los recursos científicos, se acude a cualquier ensalme, brujería, brebaje, ejercicios corporales y de meditación, lo que sea y donde sea para aferrarse a una esperanza.

 

 

Venezuela es en estos momentos un enfermo terminal. No voy a detenerme en el inventario de tragedias que nos acosan y que pueden resumirse en hambre generalizada que va in crescendo y muertes, también en aumento diario por falta de medicamentos y de recursos hospitalarios.  Sumemos la violencia y la delincuencia irrefrenables que han convertido al país en un conjunto  de ciudades y pueblos fantasmas apenas oscurece.

 

 

Para salvar a ese enfermo cuyo mal se inició hace 19 años, se ha hecho todo lo que el librito de la política aconseja: manifestaciones multitudinarias, paro indefinido, referéndum revocatorio en 2004, elecciones presidenciales y parlamentarias, lucha frustrada por otro referéndum revocatorio en 2016, un plebiscito  simbólico en 2017 y varios meses de este año con las calles tomadas por la oposición y con el trágico saldo de asesinatos cometidos por los cuerpos armados del régimen,  y de prisioneros políticos sometidos a torturas y vejámenes de toda índole.
El mal, el cáncer está representado por un gobierno cuyo carácter no solo dictatorial sino delictivo, es de conocimiento universal. Los intentos ortodoxos, es decir democráticos, por combatirlo han fracasado uno tras otro. El fracaso no se puede atribuir solo a los abusos y atropellos del gobierno sino también a errores de la  dirigencia política  opositora. Pero al hablar de oposición con sus errores, no podemos referirnos solo a los que en su momento cometió la Coordinadora Democrática y luego la Mesa de la Unidad Democrática MUD. Ha existido desde hace esos mismos diecinueve años, una especie de quinta columna instalada dentro de la oposición, es como una extensión de la metástasis. Es esa oposición de la oposición que destruye con sus críticas malsanas y con su lluvia incesante de sospechas y anatemas lanzados contra la dirigencia opositora, la confianza que debería respaldarla.

 

 

La quinta columna opositora no está asociada con el régimen, no llegaré a esos extremos de acusación, pero le ha brindado un servicio inestimable que es  ir colocando piedras en el camino de cualquier intento de salir de la dictadura. Son columnistas de prensa que llevan el mismo tiempo de la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, repitiendo idénticas acusaciones contra  la dirigencia  política opositora porque no ha sido capaz de hacerles el trabajo que ellos pretenden -desde su cómodo escritorio- que hagan otros. A estos vertedores de veneno impreso se han sumado los managers de tribuna y héroes del teclado, que han hecho de Twitter y Facebook sus armas mortíferas contra esa dirigencia.

 

 

 

Después de un diálogo que el mismo gobierno dinamitó, al enfermo terminal que es Venezuela se le abre una rendija de esperanza y es un proceso de negociación avalado por varios países amigos y con participación -no solo de dirigentes políticos- sino además de representantes de distintos sectores del país.  No han sido solamente  los vertedores de odio en letras quienes atacan ese proceso y llaman traidores y otras lindezas a quienes participan. Los abanderados han sido dirigentes opositores que se desmarcaron de la Unidad con propuestas vacías como “la salida ya”, “calle y más calle”,  “Maduro vete ya”, “busquen la partida de nacimiento de Maduro”, “saquen a ese CNE”, etcétera.  El argumento que utilizan con más énfasis es que con delincuentes no se negocia y que el gobierno se burlará nuevamente de los negociadores de oposición.

 

 

 

¿Puede alguien a estas alturas garantizar que el proceso de negociación que se iniciará el 1º y 2 de diciembre próximos en República Dominicana será exitoso? Pero ¿puede alguien asegurar desde ya que será otro fracaso? No olvidemos que estamos ante un enfermo terminal, que ese enfermo es nuestro país y que nada de lo que se haga para salvarlo es banal y prescindible.

 

 

Paulina Gamus

La antipolítica nos condujo a esta debacle

Posted on: noviembre 11th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Entrevista a Paulina Gamus

 

 

Esto una dictadura en todos los aspectos”. Paulina Gamus echa mano de su estilo frontal para catalogar al régimen liderado por Nicolás Maduro y con la misma franqueza dispara dardos hacia Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática, partido en el que Gamus ha ocupado cargos directivos. “Él dijo que no reconocía a ese poder fraudulento y después mandó a los gobernadores a juramentarse”.

 

 

 

La juramentación de los gobernadores de Acción Democrática ha suscitado mucha controversia. ¿Cuál es su parecer a este respecto?

 

 

 

—Para ese momento yo me encontraba fuera del país, pero apenas lo supe reaccioné con un tweet por el chat familiar, que es la manera que tengo de comunicarme últimamente. Decía que me producía asco y vergüenza, por no decir náuseas, ese acto de juramentación y que yo no pertenecía a la banda chavista de Henry Ramos Allup.

 

 

Recordé, además, que desde el año 2000 tengo esa carta pública en Internet, por medio de la cual renuncié al CEN de  Acción Democrática, siendo segunda vicepresidente del partido, no solamente por la manera en que Henry Ramos expulsó del partido a William Dávila, que era gobernador electo del estado Mérida y además lo insultó y lo vejó, haciendo elogios al gobernador del MVR.

 

 

En aquel momento, dentro de la Asamblea Nacional, Acción Democrática se prestó al nombramiento de las autoridades de los poderes públicos, del fiscal general, del TSJ, de la Contraloría, AD tuvo sus votos allí.

 

 

 

Voy a hablar de esa Acción Democrática, porque yo creo que hay dos AD. Hace muchísimos años, cuando Prieto dividió al partido, había en ese momento la Acción Democrática-Gobierno que era la de Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, la institucionalidad. En esos términos, y en situaciones distintas a las actuales, yo creo que podemos hablar de una Acción Democrática-Gobierno, que es la de Henry Ramos, y Acción Democrática-Oposición, que es la de todas las personas que estamos absolutamente avergonzadas por todo esto que ha ocurrido.

 

 

El CEN de AD, que es la dirección máxima del partido, hace tres o cuatro meses que no es convocado para nada, de manera que esas decisiones no son decisiones colectivas, son decisiones unipersonales, de una persona que maneja el partido de una forma autoritaria al viejo estilo estalinista.

 

 

Entonces, culpar a toda una organización por el manejo autoritario, el manejo indebido que está haciendo una sola persona, creo que no es justo. Yo creo que un poco lo que hemos hecho los firmantes de la carta que suscribimos varios miembros del CEN, Carlos Canache Mata, Humberto Celli, Marco Tulio Brunicelli, Lilia Arvelo, Claritza Sanoja y yo, es una carta que trata de lavarle la cara a ese partido que es corresponsable de estos hechos.

 

 

“Me producía asco y vergüenza, por no decir náuseas, ese acto de juramentación y que yo no pertenecía a la banda chavista de Henry Ramos Allup”

 

 

 

Tengo entendido que desde un primer momento Ramos Allup se mostró contrario a la juramentación ante la ANC de los gobernadores electos de su partido. ¿Es esto así?

 

 

—Bueno, es que para empezar quien inventó el calificativo de “prostituyente” fue Henry Ramos. La gente tiene que tener al menos un poco de coherencia y de vergüenza. Él dijo que no reconocía a ese poder fraudulento y después mandó a los gobernadores a juramentarse, porque es mentira que ellos fueron por su cuenta, todo eso es un teatro en el que ya nadie cree. Yo nunca creí que esa elección de gobernadores, así se hubieran ganado las 23 gobernaciones, iba a servir para nada. Aquí quien tiene todos los recursos y quien tiene todo el poder en sus manos es el Gobierno. Los iban a desconocer a todos, les iban a hacer lo mismo, pero era un paso más para demostrarle al mundo que esto era una absoluta dictadura, y ha servido para demostrarle al mundo el fraude que cometieron, pero este acto de juramentación, sin duda, lesiona la unidad, troncha las vías del sendero democrático que se ha recorrido hasta ahora, lo que obliga a una reorganización de las fuerzas.

 

 

 

 

 

Muchos dicen que Henry Ramos juega para él, al perfilarse como único candidato de la oposición, puesto que algunos dirigentes están presos y otros están inhabilitados

 

 

 

—De que quiera ser candidato presidencial no me cabe la menor duda. El año pasado, cuando estaba todavía reciente su presidencia de la AN, las encuestas decían que tenía mucho chance y su nombre sonaba mucho, pero que haga una encuesta ahorita a ver cuanto saca. Personalmente sería la primera vez en mi vida que voto nulo o me abstengo, pero yo jamás en mi vida votaría por él.

 

 

¿Será esa la promesa que él renueva con tanta fe cada año al Nazareno?

 

 

—La verdad es que no sé. Yo como no soy católica no sé si el Nazareno le hace caso o no le hace caso a los traidores y a los hipócritas. Por lo demás, yo lo lamento de verdad, porque es una tristeza que la gente crea que es el partido Acción Democrática, como organización, el que ha cometido este desafuero. Se trata de un individuo que maneja eso a su antojo, y siempre lo dije, el Chávez dentro de la oposición es Henry Ramos.

 

 

 

“Era un paso más para demostrarle al mundo que esto era una absoluta dictadura, y ha servido para demostrarle al mundo el fraude que cometieron”

 

 

 

¿Cuál es la imagen que la oposición está dando ante la comunidad internacional?

 

 

 

—Bueno, la imagen es de división, sin embargo hoy hay una noticia en verdad muy halagüeña y es que la oposición venezolana recibió el premio Sájarov de derechos humanos, y como lo dijo el presidente del Parlamento Europeo, es un premio al pueblo venezolano, no a la oposición. Es un premio y un reconocimiento además a la lucha de los caídos en las protestas públicas y a los presos políticos, a los que realmente han padecido más en carne propia, aunque todo el pueblo venezolano lo padece, con la carne a ochenta mil bolívares el kilo, con la manera casi imposible de comer que tiene la gente, pero sin duda alguna que quienes más sufrieron y más se lo merecen son quienes cayeron asesinados por la Fuerza Armada y la policía de la dictadura y además las personas que están padeciendo una prisión infamante que son los presos políticos.

 

 

 

¿Qué debe hacer la Asamblea Nacional, en el caso de los rectores del CNE, por ejemplo?

 

 

—Yo sinceramente creo que no puede hacerse nada. La gente dice por qué no hicieron esto u esto otro, por qué no los sacaron, pero yo creo que en este sentido no puede hacerse nada. ¿Cómo los sacas si  la Asamblea nombró un poco tarde, lo que sea, al nuevo TSJ? ¿Dónde están esos magistrados? Los que pudieron se juramentaron en la OEA, otros están asilados en unas embajadas, a otros los pusieron presos… realmente eso es un acto simbólico, me parece muy bien que lo hayan hecho pero se trata de un acto simbólico que no tiene absolutamente ningún resultado práctico. Es muy interesante la gente que dice que hay que sacar al Gobierno, sí, pero que digan cómo. Los que dicen que los votos no van a sacar nunca al Gobierno, sí, pero que digan cómo. El que está en desacuerdo con el voto que diga cuál es su opinión. La Asamblea Nacional destituye a las cuatro rectoras del CNE, está bien, pero, ¿y eso qué efecto práctico tiene?
Esos mismos que sospechan que la MUD estaría, sino legitimando su existencia, jugando a favor del sostenimiento del Gobierno…

 

 

 

¿Qué es la Mesa de la Unidad? Es una asociación, por llamarla de alguna manera, una conjunción de pequeños partidos, unos más pequeños que otros, de distintas organizaciones que se sentaban ahí a dialogar No creo que todos sean unos santos, pero tampoco creo todos sean unos mercaderes. Mira, en la política hay de todo, yo no pondría mis manos en el fuego por todos los que están allí, pero poner a todos en el mismo saco es lo mismo que nos llevó a la desgracia de Chávez, lo que se llamó la anti política: todos los políticos son ladrones, todos los políticos son corruptos, todos los políticos son falsos. Metimos a todo el mundo en el mismo saco, lo que nos condujo a la antipolítica que nos condujo después a la debacle.

 

 

 

“No se va a sacar a ningún magistrado de estos corruptos del Tribunal Supremo, esos van a seguir haciendo sus desmanes”

 

 

¿Estaría orquestando Maduro una “oposición oficial”?

 

 

 

—Puede ser. En los viejos tiempos el PRI, que fue durante más de 70 años el partido único en México, pagaba, es decir, mantenía al PAN, que era el único partido de oposición, para que el PAN le hiciera oposición. Para justificarlo, para que no se dijera que eso era una dictadura, por eso la llamaban “la dictadura perfecta”, hasta que por fin el PAN llegó a ganar unas elecciones, y ahora está otra vez, pero incluso había un chiste allá a propósito de esto, decían: “el PAN engorda”. “Sí, pero más engorda el PRI”, respondían los otros. El PAN era la oposición ficticia, además pagada por el mismo PRI. De manera que es muy posible.

 

 

¿Cómo le parece la primera sentencia del TSJ en el exilio?

 

 

 

—Excelente la primera sentencia, pero también es un acto simbólico, muy respetable, yo lo apoyo, pero eso para los efectos prácticos no sirve para nada, no va a sacar a ningún magistrado de estos corruptos del Tribunal Supremo, esos van a seguir haciendo sus desmanes. Es lo mismo que si la Asamblea decide destituir a estos magistrados del Tribunal Supremo, que ya lo decidió, al nombrar unos nuevos los destituyó. Igualito va a pasar con los rectores del CNE, cómo los va a destituir si para empezar ellos le han cortado las alas a la AN, han cercenado sus atribuciones constitucionales y no le permiten hacer absolutamente nada.

 

 

¿Cómo analiza la actuación de la fiscal Luisa Ortega Díaz?

 

 

Yo creo que, sin pretender olvidar, ni justificar, ni perdonar todas sus actuaciones anteriores —que fueron un desastre y eso todo el mundo lo sabe—llegó un momento en que ella decidió tomar un camino de dignidad. No sé por qué lo hizo, desconozco las razones, así como no conozco los problemas internos del Psuv, pero lo cierto es que ella actuó con mucha valentía en esos últimos momentos y las consecuencias están a la vista. Tuvo que escaparse del país. Espero que todos los aportes que ha hecho para demostrar la corrupción, las violaciones cometidas por los gobernantes, sirvan en el  futuro muy cercano para algo.

 

 

¿En qué dirección puede avanzar un país con dos asambleas, dos fiscales, dos tribunales?

 

 

 

—Dos tribunales no existen, hay un tribunal teórico y un tribunal práctico; el tribunal práctico, el que toma decisiones, el que hace lo que le da la gana, es el que está aquí en Venezuela avalado por el Gobierno, el otro es un tribunal de fantasía. Maravilloso que exista, estupendo desde el punto de vista de la imagen del país que se quiere dar, pero eso no tiene ningún peso sobre los cambios en el país, eso no cambia nada en el país. Como dije, mañana puede la AN nombrar un CNE en el exilio, pero eso no va a lograr ningún cambio en el país.

 

 

¿Cuál es su concepto sobre la Asamblea Nacional Constituyente?

 

 

—No puedo tener otro concepto que el de algo absolutamente espurio, inconstitucional, vergonzoso, lamentable. Ese es un ente que no tiene ningún basamento jurídico, ni legal, ni constitucional. Es un invento de la dictadura de Maduro para afianzarse en el poder y además desconocer la voluntad popular. Ahora han dicho que van a montar unas elecciones de alcaldes en diciembre… por supuesto que los alcaldes tienen que juramentarse ante la ANC, porque sino van a ser destituidos, lo mismo que van a hacer con el gobernador Guanipa del Zulia. Esa ANC se ha convertido más o menos en el tribunal de la Inquisición.

 

 

 

“Para donde uno voltee a ver, y por donde se le mire, esto una dictadura en todos los aspectos”

 

 

 

En su más reciente intervención en la ANC, Herman Escarrá se explayó haciendo un recuento histórico muy adornado con latinazos sobre los basamentos jurídicos de la ANC de inspiración francesa y de sus fundamentos legales incontestables. ¿Lo vio?

 

 

—La verdad que todo lo que diga el señor Escarrá, que es muy culto y que sabe mucho de derecho, a mí realmente no me interesa porque se trata de una persona sin ningún tipo de ética, de moral y de principios. Todo lo que pueda decir, puede citar todos los códigos de memoria, desde los diez mandamientos en adelante, pero eso me tiene absolutamente sin cuidado.

 

 

 

Algo que no podemos obviar es que dentro de esa tendencia marcadamente militarista se percibe como cierta orientación policial, ¿no le parece?

 

 

—Esto es una dictadura absolutamente, como dijo alguien en estos días, y eso no lo inventé yo: no es que Maduro era un prisionero de los militares, sino que esto es una dictadura militar. Para donde uno voltee a ver, y por donde se le mire, esto una dictadura en todos los aspectos.

 

 

¿Debe la oposición ir a las elecciones de alcaldes convocadas para diciembre por la ANC?

 

 

 

—Yo no soy miembro de la MUD, no dirijo nada, no participo activamente en la política y no me atrevo a dar ninguna opinión en ese sentido. Creo que yo no iría a votar, no sé que van a hacer los demás. Soy muy respetuosa de la decisión de los demás. Si se forma una alianza en la que yo confíe, dónde no esté Henry Ramos Allup, y estoy de acuerdo con su criterio, yo seguiría sus pasos, porque pienso que lo peor que puede hacer uno en este país es andar cada quien por su lado. Sin tener un mínimo de unidad de criterio unánime, valga la redundancia, nunca vamos a salir de esto.

 

 

¿Con toda esa diversidad de criterios, cuál cree usted que pueda ser el futuro de la MUD?
—Es natural que donde hay 10, 15, 20 personas, haya diversidad de criterios, incluso dentro de un mismo partido. Por ejemplo, si el CEN de AD se reuniera y fuera democrático, habría opiniones diversas, pero se impondría la decisión de la mayoría. Yo fui miembro del CEN de AD durante más de 15 años, allí se discutía, nadie imponía su criterio por encima del de los demás, uno respetaba mucho la opinión de Gonzalo Barrios, la opinión de Alfaro, pero eso de que ellos imponían su criterio a rajatabla, no. Allí se discutía. Ahora no se discute nada. Me imagino que si en el seno de la MUD se discute y se llega a una decisión unánime, por lo menos que sea apoyada por la mayoría, sería un signo positivo.

 

 

¿A qué se debe que la dirigencia opositora no haya sabido conquistar el ánimo y la voluntad de los sectores populares?

 

 

—Claro que ha sabido, porque te olvidas que en las elecciones parlamentaria de 2015 se sacó una votación importantísima, más de siete millones. Entonces te das cuenta de que sí ha logrado conquistar la voluntad entre los sectores populares de mucha gente. Ahora, claro, se cometen errores. Como dice el refrán: la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana. Esto que acaba de ocurrir, el fraude horrible que se hizo con estas elecciones, no es culpa de la MUD, la MUD no fue la que cometió el fraude, la MUD llamó a unas elecciones, convocó a los testigos, la MUD hizo el esfuerzo inmenso del plebiscito del 16 de julio, porque hay que ver el esfuerzo que significó sin recursos, contra el tiempo, sin apoyo de nada, además con una organización perfecta, a todo el mundo se le olvida eso, a los tres días ya la gente estaba hablando mal de la MUD, ellos creían que con eso se iba a sacar al Gobierno.

 

 

“El fraude horrible que se hizo con estas elecciones, no es culpa de la MUD, la MUD no fue la que cometió el fraude”

 

 

 

¿Cómo es posible que un Gobierno con tanto rechazo se mantenga en el poder? ¿De quién es la responsabilidad?

 

 

—Se mantiene en el poder porque está sustentado en los militares, sustentado en que tienen en sus manos todo el poder. La mayoría puede estar en contra, pero quién se va a enfrentar a fusiles, cañones, bombas, aviones, no todo el mundo está dispuesto a dejarse matar. Eso tiene una explicación muy simple: controla todo el poder absolutamente. No sólo el de las armas, también el poder de las leyes, de los tribunales, los cuerpos de represión en contra de una mayoría desarmada.

 

 

¿Habrá, como se especula, ingeniería social? ¿El manejo del hambre como un instrumento de manipulación de las masas?

 

 

—La verdad es que yo no creo que ellos sean tan inteligentes como para manipular a la gente por el hambre. Llegará el momento en que los hambrientos los van a devorar a ellos. Lo que sí puede ser es por negligencia, por su incapacidad demostrada para gobernar. Con un dólar a no se cuánto, eso es incapacidad total para gobernar.

 

 

¿Es la de Maduro una “dictadura perfecta”? ¿Cómo se puede enfrentar a este tipo de régimen es un planteamiento que se escucha desde las filas del bando opositor?

 

 

—Mira, si yo lo supiera, te lo juro que creo que me darían el premio Nobel de la inteligencia o no sé de qué. Yo soy demócrata a carta cabal, no creo en golpes militares, así como tampoco creo que van a venir a salvarnos los marines, ni que va a venir la Unión Europea con sus flotas. Siempre he creído que la única manera de salir de esto, aunque parezca una ironía, una ingenuidad o una estupidez, es la vía electoral. Yo creo en las vías democráticas, no creo en las vías violentas.

 

 

¿Desea manifestar alguna inquietud que se nos haya quedado en el tintero?

 

 

—No. La única inquietud en lo personal es que no quisiera morirme dentro de este régimen. Quisiera morir viendo a mi país libre y en democracia, habiendo rescatado sus instituciones y sus valores democráticos.

 

 

“La única manera de salir de esto, aunque parezca una ironía, una ingenuidad o una estupidez, es la vía electoral
Maduro profundizó los errores de Chávez

 

 

¿Se ha subestimado a Maduro? No sé, pero se me antoja como un hombre sagaz…

 

 

—No, ningún sagaz. Si ese señor fuese un mínimo de inteligente, no mantendría al país en la situación en la que se encuentra. Él ha podido hacer mucho por corregir los entuertos de Chávez, porque todo lo que estamos viviendo ahorita es culpa de Chávez. Chávez fue el que destruyó este país, pero Maduro lo enterró, y si el tuviera un mínimo de inteligencia hubiera podido corregir los entuertos de Chávez y lo que hizo fue profundizar los errores. Vamos a ver cómo va a hacer con una hiperinflación que se nos acerca. No hay sueldo ni salario que pueda soportar el alto costo de la vida, la cantidad de gente que está huyendo en estampida. En esta semana tres personas que trabajaban con mi familia se fueron del país. La gente se está muriendo de hambre, se está muriendo de enfermedades, de mengua, los niños se están muriendo por desnutrición. ¿Eso significa ser sagaz? Eso lo que es de una crueldad y de una canallada indescriptible. Ellos lo que están es ocupados en mantenerse en el poder a como dé lugar, esa es la única agenda que ellos tienen, por eso se inventan una Constituyente espuria.

 

 

Edgardo Agüero S.

Un país para entender

Posted on: noviembre 7th, 2014 by Lina Romero No Comments

Nunca supimos cuánto queríamos a nuestro país hasta que la catástrofe del chavismo

Hace muchos años el ministerio de Turismo de Venezuela utilizaba el eslogan o lema Un país para querer. El mensaje estaba dirigido a los extranjeros porque si de los venezolanos se trataba, nunca supimos entonces cuánto queríamos a nuestro país hasta que nos ocurrió la catástrofe del chavismo. Aquellos que, venidos de otros lares, nos visitaban, quedaban encantados por muchas razones: el clima, las playas, las bellezas naturales, los excelentes restaurantes y, sobre todo, la simpatía y calidez de la gente.

 

Un país que fue de los primeros exportadores de petróleo ahora importa gasolina
Hoy no somos un país para querer sino para entender y no solo para que nos entiendan los extranjeros, sino para entenderlo nosotros mismos. Cada día suceden tantas cosas que impiden el aburrimiento y nos mantienen en ascuas a la espera de lo que vendrá, que indefectiblemente es algo peor.

 

Imposible incluir en esta nota, por razones de espacio y de paciencia de los lectores, todo lo que nos viene a la mente para contar. Elegiré algunos sucederes que jamás creería quien no esté padeciendo en carne propia la revolución bolivariana, mezclada en una licuadora diabólica con el socialismo del siglo XXI:

 

Champú. Caracas es una ciudad construida sobre riachuelos y quebradas y el país entero tiene agua a montones, menos en la mayoría de los grifos. Quizá por esa razón, heredada según se dice de los ancestros aborígenes, el venezolano de cualquier clase social —hasta el que vive hacinado en el rancho más primitivo— se las ingenia para bañarse a diario y nunca despedir olores desagradables como ocurre en otras latitudes. Como ejemplo cito que hace años, en una pensión de Paris, mi hermano debía pagar dos francos cada vez que utilizaba la ducha. Como era verano y se bañaba hasta tres veces al día, la dueña le preguntó si estaba enfermo. Aquello se transformó en un evento que convocaba asamblea de camareras con el murmullo: ¡el venezolano se va a bañar!

 

En Venezuela, las policías abundan casi tanto como los delincuentes
Así fue hasta que por efectos de la revolución que ha creado un viceministerio de la Suprema Felicidad Social y, más recientemente, los Círculos del Buen Vivir, el país sufre carencia de casi todo lo que permita la higiene personal. Ante la desesperante escasez de champú, un ministro que no es cualquiera sino el del Hábitat y Ecosocialismo, ha proclamado: «Pues si por la revolución tenemos que dejar de lavarnos el pelo, lo haremos». Basta con dejar volar apenas un poco la imaginación para suponer que la misma recomendación se extiende a otras carencias como la de papel higiénico.

 

Niñeras. Son un lujo que solo pueden permitirse quienes pertenecen a esa categoría socio-económica que es la burguesía, detestada y anatematizada cada día por los socialistas revolucionarios que llevan tres lustros desplumando a Venezuela. Pero niñeras que viajen en aviones privados y cuelguen en su muro de Facebook fotos de sus visitas a Paris, los Alpes suizos, las pirámides mexicanas y otras maravillas del globo terráqueo, solo las de Bill Gates, Carlos Slim, Amancio Ortega o las de la familia Mendoza de las Empresas Polar de Venezuela, tan hostigada y acosada por el chavismo.

 

¿Puede entenderse que el funcionario más marxista leninista del régimen, desde que encapuchado quemaba autobuses hasta ahora que es ministro nada menos que de las Comunas —es decir ¡comunismo!— tenga a una niñera que viaja por el mundo con la familia ministerial, incluida la suegra, en aviones oficiales y además con armas de fuego en su equipaje?

 

El socialismo se construye sin champú pero con mucha ignorancia
Fascismo. Busco en Wikipedia la definición que me parece más ligera: “El fascismo se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo y que está en manos de un partido único. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda, incluyendo la manipulación del sistema educativo”. Caramba, ni que los señores de Wikipedia estuviesen instalados en Venezuela presenciando los desafueros del régimenchavomadurista. Un día cualquiera mi automóvil se detiene en un semáforo justo detrás de un autobús absolutamente pintado de rojo y con el siguiente letrero en el vidrio trasero: «Destruido por el fascismo y recuperado por la revolución”.

 

El letrero no cumpliría su cometido si no tuviese a la derecha una imagen de Bolívar y a la izquierda la del difunto Hugo Chávez. ¿Conoce alguien otro país en el cual el fascismo se dedique a destruir autobuses en vez de hacer lo suyo que es destruir a la gente?

 

Gasolina. Desde el llamado Caracazo, aquellas 48 horas de muerte y destrucción en febrero de 1989 que el chavismo celebra como una efemérides, ningún Gobierno se ha atrevido a subir el precio de la gasolina. Mientras la inflación ya va por los tres dígitos y cada vez se hace más difícil alimentar a la familia o adquirir medicinas, el valor de un tanque de gasolina en Europa es lo que gasta un vehículo venezolano en cuatro años. Y para mantenerla en esos niveles de precio, un país que fue de los primeros exportadores de petróleo en el mundo ahora la importa.

 

Policías. En cualquier país medianamente normal, las policías sirven para guardar el orden público y dar seguridad a la población. En Venezuela, uno de los países con mayor índice de violencia criminal en el mundo, ciertos grupos paramilitares llamadosColectivos y creados para defender la revolución, logran defenestrar al ministro del ramo y descabezar a la principal policía de investigación del país.

 

Las policías abundan casi tanto como los delincuentes, para lo cual el Gobierno acaba de crear la Misión Guardianes de la Policía de la Patria. Suponemos que son unos policías cuidando a otros.

 

Un médico con especialización gana 8.000 bolívares, es decir 80 dólares o 70 euros por mes
Cárceles. En casi 16 años el chavismo no construyó una cárcel y el hacinamiento en las que existen provoca, cada dos por tres, masacres que horrorizan a la nación. Pero hoy surge una gran esperanza para los presos: la muy sui génerisministra del área ha prometido la libertad a quienes aprendan cuatro idiomas. Suponemos, dado el nivel educativo de la población penal, que el español será uno de ellos.

 

Salarios. Durante su ejercicio como primer ministro, Itzhak Rabin, militar y héroe de guerra en un país siempre en alerta bélica, redujo dramáticamente el presupuesto militar para aumentar el de educación. En un país como Venezuela, donde los militares no arriesgan un pelo desde los años 60, cuando enfrentaron con valor y derrotaron a la guerrilla castro-comunista, se les acaba de incrementar el salario en un 45%, además de los regalos de vivienda, automóviles y otras prebendas

 

. Mientras tanto un médico con especialización gana 8.000 bolívares que, para que se entienda, son 80 dólares o unos 70 euros por mes. Sumamos los presupuestos miserables de las universidades, los salarios humillantes de maestros y profesores y entendemos al menos algo: el socialismo se construye sin champú pero con mucha ignorancia.

 

Paulina Gamus

Omertá

Posted on: junio 10th, 2014 by lina No Comments

 

En América Latina, sin excepciones, la justicia no solo cojea sino que suele tener ambas piernas amputadas

 

“No importa lo que eres, sino lo que la gente cree que eres”. Con esta frase educó Joseph P. Kennedy a sus hijos para quienes tuvo elevadas aspiraciones políticas que se cumplieron con su hijo John, presidente de los Estados Unidos, Robert, Procurador General y Edward, senador. Era un inmoral o amoral en todos los aspectos, incluidas sus relaciones con la mafia italiana que se supone contribuyeron al ascenso de John F. Kennedy a la Casa Blanca. A pesar de que el tema era vox populi, nunca se supo que los capos de la mafia fueran invitados a la residencia presidencial o que volaran en aviones oficiales. Los Kennedy hicieron todo lo que estaba a su alcance para que la gente creyera que eran diferentes: honestos y rectos como se espera que sean quienes dirigen los destinos de un país, en este caso una gran potencia. Por decirlo de otra manera: se esforzaron por ocultar sus trapacerías de la vista del público. Sin embargo, en ese mismo país, un presidente fue destituido por el hecho aparentemente inocuo de mentir.

 

El narcotráfico y su vinculación con la política ha sido tema recurrente en la política colombiana. Casi todos los presidentes de ese país, en los últimos treinta o cuarenta años, han sido acusados de haber recibido dineros de los capos de la droga para sus campañas electorales. Todos y cada uno de los señalados se han defendido en su momento negando la especie. Pero en algunos casos la justicia funcionó y un ministro del presidente Ernesto Samper, Fernando Botero Zea, fue condenado a prisión por comprobarse que se vinculó con patrones de la droga con propósitos de financiamiento político.

 

En Inglaterra un ministro de Guerra, John Profumo, debió renunciar cuando se hizo pública su relación con una corista, supuesta espía soviética. En Italia, el hombre más poderoso del país, multibillonario, dueño de casi todos los medios de comunicación, Silvio Berlusconi, fue condenado a siete años de prisión e inhabilitación perpetua por corrupción de menores y fomentar la prostitución. Unas semanas más tarde la Corte Suprema de Casación lo condenó a cuatro años de prisión por fraude fiscal. Solo cumple uno de servicio social en un ancianato. En España, que aparece ante el mundo como campeona en actos de corrupción, varios alcaldes han sido destituidos y encarcelados por su comprobado enriquecimiento ilícito.

 

En Inglaterra, John Profumo, debió renunciar cuando se hizo pública su relación con una corista, supuesta espía soviética

 

En América Latina, sin excepciones, la justicia no solo cojea sino que suele tener ambas piernas amputadas. Y es tan ciega que no puede ver lo que resulta obvio, verbigracia el obsceno enriquecimiento del matrimonio Kirchner en Argentina o el del ex presidente Arnoldo Alemán, de Nicaragua, calificado por Transparencia Internacional como uno de los diez gobernantes más corruptos a nivel mundial en los últimos 20 años. Fue condenado a prisión, sobreseído y luego asociado con el bastante corrupto ex guerrillero Daniel Ortega, para que éste sea presidente ad eternum de ese país centroamericano. En Venezuela, un presidente electo con más del 50% de los votos, fue defenestrado por la Corte Suprema de Justicia en 1993, por una nunca comprobada ayuda de dieciséis mil dólares a la campaña electoral de Violeta Chamorro en Nicaragua. En este caso la Justicia abrió los ojos solo para plegarse a la conspiración que más tarde llevaría al militar golpista Hugo Chávez al poder.

 

¿Cómo se entera la gente común de que sus dirigentes políticos utilizan sus posiciones para abusar del poder y enriquecerse? Por lo general es la oposición a esos dirigentes la que denuncia, los medios de comunicación informan, la fiscalía investiga y acusa y los tribunales actúan. En la mayoría de los casos nadie va a la cárcel, salvo que haya el deliberado propósito de anularlo políticamente. Lo único que puede salvarse como importante en ese juego de complicidades, es que el corrupto queda señalado como tal ante la opinión pública. Así sucedió en Venezuela durante los 40 años anteriores a la catástrofe chavista. Pero no eran siempre los opositores políticos quienes ventilaban ante el público la corrupción de funcionarios públicos, sino que sus propios compañeros de partido utilizaban filtraciones a la prensa para sacar del camino a sus rivales. Entre las muchas razones del naufragio de los dos grandes partidos que coparon la escena política venezolana en esas cuatro décadas, estuvieron las luchas internas y las denuncias que salían del seno de esos partidos contra sus compañeros de ruta.

 

¿Cómo se entera la gente común de que sus dirigentes políticos utilizan sus posiciones para abusar del poder y enriquecerse?

 

Si algo cambió la llamada revolución bolivariana o socialismo del siglo XXI o chavismo, fue esa práctica. El gobierno y el partido de gobierno PSUV, funcionan con las normas de la Cosa Nostra -mafia siciliana- y el pacto de silencio llamado Omertá. De conformidad con esa Omertá a la venezolana, se prohíbe informar sobre los delitos cometidos por los compañeros de partido o de mafia, que viene a ser lo mismo. No existen las filtraciones de los tiempos pasados porque el propósito de todos los asociados en esa Camorra gubernamental es mantenerse en el poder. Para ello deben manejar con el mayor secretismo sus odios internos.

 

Por otra parte, la mafia madurochavistafidelista controla el 90% o más de los medios de comunicación del país. Es así como la mayoría de la población, la que no tiene acceso a las redes sociales o a la televisión por cable para ver canales extranjeros, ni se entera de los delitos mafiosos del régimen que en otros tiempos hubiesen provocado escándalos de dimensiones incalculables. Por ejemplo, un supuesto dirigente sindical apodado “Gordo Bayón” y llamado realmente Yorman Pedro Márquez, fue uno de los 10 detenidos en febrero de 2009 por el asesinato de tres sindicalistas en el Estado Bolívar. El delito imputado fue homicidio calificado por motivos fútiles e innobles. Cinco meses después el sujeto estaba en libertad pero con prohibición de salida del Estado Bolívar.

 

Al día siguiente de esa decisión judicial, el “Gordo Bayón” fue una de las 15 personas que viajaron a Caracas en unas avionetas contratadas por la Gobernación del Estado Bolívar, para una reunión con el entonces vicepresidente de la República, Elías Jaua. El 26 de noviembre de 2013 el mencionado “Gordo”, que era por cierto bastante flaco, fue apresado por funcionarios de la policía científica por otro homicidio y le decomisaron un arma de fuego. Dos semanas despuésrecibió una nueva medida cautelar de libertad. El 19 de mayo de 2014 estuvo reunido con sindicalistas en el palacio de Miraflores, sede de la presidencia de la República y regresó para una nueva reunión el 2 de junio. Su viaje a Caracas se realizó en una avioneta contratada por la Gobernación del Estado Bolívar. Al salir de esa reunión tomó una moto taxi para dirigirse a su hotel y fue acribillado a balazos por un ex compinche que de inmediato se adjudicó el homicidio.

 

La Omertá ha funcionado al 100%, absoluto silencio oficialista sobre un escándalo que en cualquier otro país habría provocado la destitución de jueces complacientes y cuando menos del gobernador asociado con un criminal de esa calaña. En cualquier país donde el gobierno, el partido oficialista, sus parlamentarios, los jueces y fiscales no constituyeran una mafia, el gobierno habría tenido que explicar a la nación porqué un asesino convicto y confeso, no solo estaba libre sino que era huésped de la presidencia de la República. En Venezuela no hace falta explicar nada, al fin y al cabo solo una minoría se entera y escandaliza por hechos como el narrado. La mayoría solo conoce el país de mentiras que pintan los medios oficialistas, los de la Cosa Nostra revolucionaria, bolivariana, socialista, chavista, fidelista y madurista.

 

Paulina Gamus