La importancia del liderazgo

Posted on: agosto 31st, 2022 by Maria Andrea No Comments

 

 

Con muchas dudas había aceptado la explicación institucionalista de Douglass North como la mejor respuesta a las crisis que sacuden muchos países y regiones que no logran encontrar un camino hacia la prosperidad y la libertad.

 

 

North afirma que las sociedades que se enriquecen son aquellas que desarrollan instituciones que permiten funcionar a los mercados. Si las instituciones garantizan la seguridad de la propiedad privada, protegen a las personas de la violencia arbitraria y permiten que los precios transmitan la información necesaria sobre los mejores usos de los recursos disponibles, garantizarán un desarrollo económico considerable. Si no logran crear este entorno estable, el desarrollo no sucederá.

 

 

North también explicó en detalle cómo algunas sociedades pueden persistir en mantener instituciones ineficientes. Cuando una institución produce grandes ganancias concentradas en una pequeña minoría que tiene interés en abogar por su mantenimiento, cuando los costos se distribuyen ampliamente de tal manera que casi nadie tiene interés en oponerse a esa institución. Allí se basa la categorización de instituciones extractivas aquellas que se cierran en favor de grupos sin beneficio a la sociedad en su conjunto y las instituciones inclusivas que por el contrario operan como entidades abiertas a la participación de todos en la construcción de metas de prosperidad y bienestar.

 

 

Producto de esta interpretación apareció un texto de lectura obligatoria “Por qué fracasan los países”, cuyos autores siguiendo la corriente institucional entran de lleno en la explicación. ¿Qué determina que un país sea rico o pobre? ¿Cómo se explica que, en condiciones similares, en algunos países haya hambrunas y en otros no? ¿Qué papel tiene la política en estas cuestiones? Uno de sus más famosos ejemplos es el contraste entre Nogales (Arizona) y Nogales (Sonora), dos pueblos limítrofes con la misma población, cultura, situación geográfica, clima etc. ¿Por qué una es rica y otra pobre?

 

 

Esta respuesta a pesar de la solidez de las argumentaciones dejaba un sabor amargo en la boca, a pesar de considerar que el institucionalismo era un cruce entre economía, sociología y política. Modestamente me preguntaba, las instituciones no se autoinstituyen, no tiene un alma propia que se reivindica en cada evento, no se autogeneran, ellas necesariamente, como toda creación inmaterial, obedecen a un impulso creador, una corriente de energía, de luz que proviene de alguna entidad que solo puede ser humana y las crea. En medio de esta digresión me parecía muy importante analizar el caso Venezuela, entender cuál era la raíz de nuestros problemas, dónde estaba la fuerza que había impuesto el camino o modelo con base en el cual se construyeron las instituciones venezolanas. La respuesta no podía ser otra que husmear en el liderazgo, en las tesis de los partidos vigentes, en las propuestas teóricas de los lideres que protagonizaban el océano de nuestra existencia política.

 

 

Afortunadamente, en fecha reciente aparece una respuesta, un camino de búsqueda que sin desechar el pensamiento institucional trata de llegar a un nivel más profundo, Allí se encuentra Stefan Dercon con la misma pregunta de Acemoğlu y Robinson: ¿Por qué unos países ganan y otros pierden? Dercon encuentra en sus investigaciones que la salida no radica en un determinado conjunto de políticas (que podrían calificar a una institución como inclusivas o extractivas), argumenta que la respuesta no está en un conjunto específico de políticas, sino más bien en un «acuerdo de desarrollo» clave, por el cual las élites de un país pasan de proteger sus propias posiciones a apostar por un futuro basado en el crecimiento.

 

 

Como cita Orlando Guédez Cakderin: “El hecho evidente es que varios países, entre ellos China, los tigres asiáticos, la India y otros, han crecido muy rápido y sacado a cientos de millones de personas de la pobreza a través de diferentes estrategias en los últimos años. El economista Stefan Dercon observa que, en contra de tantas explicaciones divergentes, en todos esos casos existe un elemento en común, que explica la clave de su éxito: las élites (definidas como los grupos que tienen poder: líderes políticos, empresariales, sindicatos, intelectuales públicos, religiosos, prensa…) hicieron un pacto por el desarrollo para orientar la política, la economía y la sociedad hacia el crecimiento y el progreso.

 

 

Dercon plantea que, al hacer una apuesta por el desarrollo y el crecimiento, las élites renuncian a proteger sus posiciones y toman el riesgo de cambiar, hacer los esfuerzos necesarios para crecer y modernizar sus economías” esto quiere decir que superan los egos, egoísmos y ambiciones particulares.

 

 

“En las apuestas exitosas por el desarrollo, Dercon encuentra tres factores determinantes: (a) los pactos de las élites por el desarrollo deben ser sólidos y duraderos, de tal forma que permitan un marco estable para el crecimiento, en donde la paz y la seguridad son fundamentales. (b) Un Estado estructurado y capaz tiene un papel fundamental en el proceso de desarrollo. (c) Las élites y los grupos involucrados en la apuesta por el desarrollo deben aprender de los errores y hacer, cuando sea preciso, las correcciones necesarias”

 

 

Al inicio del gobierno de Chávez, Douglass North visitó Venezuela, con su premio Nobel bajo el brazo y la creencia de que podría convencer a este nuevo líder de la imprescindible necesidad de cambiar sus instituciones hacia el progreso. En ese momento Douglass North quizás no presentía que a quien había que cambiar era a Chávez y su corte de ideólogos marxistas que luego convertirían a Venezuela en un país fallido lleno de miseria y ciudadanos protagonizando el éxodo más grande ocurrido en Latinoamérica.

 

 

Reflexionemos. Cuán lejos o cerca estamos de fundar un pacto del liderazgo -en todas su facetas y campos- que nos permita salir de la tragedia en que se ha convertido Venezuela y surjan de nuevo las oportunidades y esperanzas que con base cierta podemos albergar.

 

 

Isabel Pereira Pizani

Perú y nuestra “fatal arrogancia”

Posted on: junio 14th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Los recientes acontecimientos en América Latina y especialmente en el Perú nos obliga a tratar de entender nuestro presente e intentar vislumbrar cuál podría ser nuestro futuro.

 

 

Lo primero que hay que aceptar es la dimensión especial que tiene la globalización. El futuro no es algo que se gesta solitariamente. No es el tiempo de la China que en los 1500 decidió cerrar las fronteras y concentrarse en sí misma, llegando hasta a penalizar con la muerte a los osados que pretendían seguir conectados con el mundo.

 

 

O, también evaluar las circunstancias que proponen aquellos países que deciden implantar en su sociedad el modelo socialista. Casi siempre la segunda medida que deben tomar de forma drástica es cerrar las fronteras. Las personas difícilmente pueden salir al resto del mundo una vez que el socialismo toma cuerpo, para hacerlo tienen que emprender, como nuestros hermanos cubanos, grandes odiseas, tomar sendas peligrosas, surcar los mares en embarcaciones frágiles que muchas veces cuestan la vida de aquellos cuya única esperanza es huir de la concentración y asfixia del poder que sucede en estos países y ahora en Venezuela.

 

 

Es imprescindible conocer el balance histórico que muestra de manera irrefutable la caída sin atenuantes de las experiencias socialistas. El desmembramiento de la Unión Soviética o ruptura del cordón de hierro y acero que aprisionaba a los 15 países que para su desgracia habían entrado en sus dominios. El intento chino de mezclar agua y aceite cuando comienzan a experimentar y exportar lo que hoy llamamos “modelo chino”, el  cual considero como el más peligroso experimento de control social ensayado en el mundo por todo lo que significa mezclar en un tubo de ensayo  el férreo control político del Partido Comunista Chino, preponderante en ese país, con la inmersión en todas las posibilidades y oportunidades que abre la implantación de un modelo económico de mercado abierto, pleno de oportunidades de crecimiento.

 

 

El costo del modelo chino es impagable. Es la libertad de conciencia, anular la responsabilidad de los individuos y aceptar la sujeción y dominio ante ese monstruo implacable pero muy rico del Estado chino. Nuevas viviendas, comida en el plato, vestimenta y consumo de bienes occidentales, pero en silencio. No pensar y menos hablar. La pregunta sería ¿qué nos hace humanos, lo externo, lo interno o la Inter vinculación de ambos?

 

 

Hoy recibimos, llenos de asombro, por gotas, los resultados de la reciente elección peruana. Para los venezolanos y quizás para las conciencias libres que se multiplican en América Latina, en Colombia, México, Argentina, Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Chile, Uruguay, en Centroamérica, los resultados son intragables. Vemos un país cortado en dos mitades totalmente opuestas. Nos preguntamos ¿cuál es la verdadera? Puede responderse ante el triunfo de Castillo que ganó la parte más atrasada, la más ignorante, esa respuesta nos tranquiliza o quizás debamos aceptar lo contrario: Perú nos enfrenta a nuestros grandes problemas no resueltos.

 

 

Coincido con John Manuel Silva en una serie de cuestionamientos a los cuales no podemos negarnos y lo transcribo, adobados en parte, con su permiso:

 

 

¿Nuestros pueblos ven en la alternativa de la democracia liberal una esperanza para salir de la pobreza? ¿Acaso saben de qué se trata o simplemente están aplastados y ciegos por lo que fríamente llamamos “sus necesidades básicas”? ¿Qué responsabilidad tienen los liderazgos?

 

 

Hemos aprendido que implantar una economía de mercado abierto es no solo una experiencia técnica/financiera/ sino sobre todo una opción cultural, basada en la existencia de individuos creadores de riquezas, emprendedores, en un ambiente donde la creatividad no tiene límites, en el cual predomina la ética del trabajo. En síntesis, donde los logros están conectados con los esfuerzos.  ¿Están dispuestos los sectores modernos, ganadores, a promover entre nosotros y en Perú a los emprendedores, a hacer las reformas que les permitan a todas las personas entrar al mercado y competir? Si esto es cierto, los cambios no son exclusivamente técnicos. Convierten a la educación, al aprender permanente, en un gran proyecto nacional. ¿Ha sido un reto transformar al Estado de una institución que favorece un sector en un verdadero promotor del crecimiento al servicio de todos los ciudadanos y la educación en su gran objetivo? La principal denuncia de Pedro Castillo, como maestro, es la miseria de las escuelas peruanas.

 

 

El tema vital que ocupa a Balo Farías, Colmenares Finol y un importante grupo de tachirense, luchadores por un reparto distinto del poder en nuestro país, movidos por la inquietud de descentralizar nuestro modelo político, ¿qué posibilidad de respuesta tiene entre nosotros o mejor dicho en Latam, copio a John Manuel: ¿Hay interés real en desconcentrar las capitales y llevar el desarrollo a regiones más apartadas? ¿Qué hemos visto hasta ahora o Latinoamérica es como Perú, donde el hombre que vive y trabaja en la sierra es distinto totalmente al ciudadano limeño o arequipeño?

 

 

Será verdad otra pregunta insidiosa que ronda en los medios y nos amenaza: ¿Ortega, Fernández, Castillo simbolizan un continente que parece no tener futuro? Nos conformamos con liquidar la explicación con un simple calificativo: atraso, ignorancia o nos devolvemos a pensar y a buscar con valor por qué el hombre de la sierra peruana y el limeño parecen ser tan distintos. A nuestro liderazgo le preocupa encontrar una respuesta o sibilinamente sentenciamos: la respuesta electoral del Perú corresponde a un país sin futuro.

 

 

Por favor. Veamos la oportunidad de repensarnos que plantea ese sufrido pueblo hermano, dejemos la prepotencia y salgamos de nuestra fatal arrogancia. Las salidas son posibles si las buscamos con honestidad, como ha ocurrido en muchas partes de nuestro planeta y cómo podríamos vivir en Latinoamérica. Las elecciones en Perú no resolvieron las angustias de ese gran país, pero sí abrieron las heridas, la oportunidad de mirarnos con valor y responsabilidad. Ningún país o sociedad está condenada al fracaso a menos que el liderazgo y su gente tome esa ruta mortal.

 

 

Isabel Pereira Pizani

Las 33 leyes

Posted on: marzo 14th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Las 33 leyes de Maduro son una arremetida desesperada y agónica para concretar la destrucción final del Estado de Derecho, el ordenamiento político y el conjunto de normas constitucionales, en interconexión básica con el desarrollo económico, la propiedad privada, la seguridad personal y patrimonial, los derechos humanos expresivos de libertad para vivir con dignidad y por supuesto el imperio de la ley.

 

 

El régimen intenta imponer las más profundas limitaciones a las libertades económicas y con ello someter las oportunidades de desarrollo a nuevas reglamentaciones contenidas en instrumentos jurídicos como la Ley de Zonas Económicas Especiales y Distritos Motores de Desarrollo, Ley de Nuevos Emprendimientos, Ley Orgánica de Hidrocarburos, Ley de Minas, Ley Orgánica sobre los Derechos de la Madre Tierra; Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación.

 

 

Cualquier ser pensante puede preguntarse cual sería el objeto de estas nuevas proposiciones jurídicas, contrarias al ejercicio de las libertades económicas, clara señal de la intención de profundizar la estatización de la economía. Se entromete en los nuevos emprendimientos, en las decisiones sobre dónde invertir y en la imposición de barreras a la ciencia y tecnología convirtiéndolas en instrumentos atados a las predicas políticas y no a las ventajas y oportunidades económicas. El resultado no será otro que más pobreza, mayor carestía, negación de la productividad. Una prueba más de los efectos de la intervención de la mano visible del Estado en la economía, el mortal espectáculo de todos los países caídos bajo la dominación ideológica de los socialismos reales.

 

 

En el campo social se quitan la careta y van a los distintos sectores sociales, imponiendo normas extraídas de las experiencias cubana y soviética, Resaltan las regulaciones a la vida en comunidad. Desaparece la relación entre educación y trabajo como oportunidad abierta para las nuevas generaciones. Se promueve una versión del trabajo denominada Chamba, un acceso a empleos eventuales, mal pagados, en lenguaje popular obtenidos por chiripa. Una propuesta conectada al oscuro afán de destruir las universidades nacionales como legitimas instituciones formadoras, libres, universales, negándole los recursos y como un último episodio socavando las libertad de manejar sus recursos financieros con la autonomía que les concede la ley.

 

 

Maduro intenta destruir unas universidades que desconoce, nunca ha puesto un pie en ellas y propone la Ley de la Chamba Juvenil en sustitución, mayor despropósito imposible.

 

 

La propuesta de las 33 nuevas leyes no ocultan su intención de imponer la subordinación de la gente en todas las edades, estratos y situaciones, tal como el propósito de cambiar el sistema de formación y educación para el trabajo por un programa que indudablemente dependerá de  los oficiales del régimen. De antemano sabemos quién accederá a la posibilidad de una chamba, solo aquel que decida el agente del gobierno y necesariamente esto pasará por una imposición de doblegamiento ideológico de nuestra juventud, trabajo por chiripa. Esta sería la vergonzosa ley de la Gran Chamba Juvenil, parte del asesinato y muerte de nuestras universidades.

 

 

No puede ser mas claro el sometimiento a la dictadura comunista de la ley para el Uso y Disfrute del Tiempo Libre y la Recreación Bajo Situaciones Sobrevenidas. la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Viviente e Inmaterial, Ley de Protección de las Familias y de los Adultos Mayores. La búsqueda política es la subordinación total de la gente a las normas de existencia socialista, la regulación de las actividades culturales, el manejo del tiempo libre, la intervención en el ámbito domestico de las familias. Todos conocemos las grises y tristes imágenes de las sociedades que han caído bajo esta dominio, la frialdad gris de la Berlin democrática, las solitarias calles de Moscú y todas las grandes ciudades de los países bajo la férula de la Union Soviética.  Y sobre todo la soledad del ser humano que sobrevive en regímenes tiránicos. Es la insoportable fragilidad del ser bajo el yugo comunista que cita el checo Milán Kundera, incapaz de concebirse como un espíritu libre, responsable de su propia vida. Es la crónica de las masas escapando de estos países corriendo riesgos de muerte, por mar y tierra como ya ha sucedido entre nosotros.

 

 

Solamente con invocar la imagen del ejército de funcionarios o agentes del régimen que se requerirían para imponer estas leyes, capaces de entrar abusivamente en nuestras casas, entrometerse en las relaciones familiares, seleccionar a dedo los jóvenes para obtener una “chamba” como un gran favor del Estado, podríamos tener una visión del futuro madurista. Saber además que la creatividad, el arte y la cultura tendrían un fin, una temática u espacio dirigido y restringido en el cual manifestarse. Es la muerte del fuego artístico, la proliferación de actividad cultural controlada por funcionarios y la desaparición de la creatividad artística como acicate para la expansión del ser humano.

 

 

Quizás estas cosas ya sucedieron en China comunista, en los 15 países de la Unión Soviética y en Cuba. Ya lo sabemos, por tanto, no podemos asombrarnos que suceda entre nosotros sino tenemos el valor para encontrar las soluciones que derroten esta penetración de ideologías y formas de vida cuyo único fin es acabar con el ser humano como ente libre, responsable, creativo y recrear ese espécimen humanos del socialismo, el hombre nuevo sin espíritu, incapaz de soñar y rebelarse. Alerta con esas 33 leyes macabras.

 

 

 Isabel Pereira Pizani 

Estudiar y trabajar

Posted on: febrero 24th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Si comparamos los mensajes que emanan de la orbita comunista, vemos con claridad que la alineación parece desventajosa para los que no lo somos. Por una parte tenemos la invocación de valores revestidos de una superioridad moral que conducen a creer que los habitantes del planeta tierra somos victimas de una gran confabulación mediante la cual nos han despojado de una supuesta riqueza que poseíamos incluso antes de nacer, antes de trabajar y que nos han convertido en esclavos de unas hordas avariciosas cuyo único objetivo en la vida es aumentar su tasa de ganancia a costa de lo que sea.

 

 

Esta conciencia del despojo va acompañada de una serie de refuerzos que dan una potencia infinita a sus argumentos, los más resaltantes son los referidos a la posición social post despojo, entre ellos:

 

 

• Revestir la pobreza de superioridad moral, sin conexión con los esfuerzos individuales y colectivos. Desconectar logros de esfuerzos y anular la importancia de los productos de la responsabilidad individual. Despojar la educación y adquisición de capacidades de su carácter como instrumento para la movilidad social.

 

 

• Vincular la propiedad privada a la corrupción, al robo. Los sectores izquierdistas no aceptan, desechan, tratan de invalidar la posibilidad de que la riqueza y la rentabilidad sean fruto de capacidades, esfuerzos y responsabilidades.

 

 

• Imponer una narrativa sobre la desigualdad, una puja por apoderarse de los bienes de los otros. Identificar la acumulación de capital por sectores o grupos como producto de la corrupción y de la explotación ejercida por sectores privilegiados.

 

 

• Imponer el concepto de gratuidad ilimitada de los bienes y servicios para las clases trabajadoras, fruto de la desvalorización del esfuerzo como el camino legitimo para alcanzar logros.

 

 

• Extender el concepto de Derechos a todo intercambio económico y acceso a servicios desconectados de deberes y obligaciones.

 

 

• Exaltar la cualidad de explotadores de empresarios y grupos económicos de poder económico político de sectores sociales

s

 

• Alentar una imagen negativa de la cultura meritocrática. Desvincular la meritocracia del concepto de capacidades conectadas con educación y esfuerzos. Asociar la meritocracia a privilegios, corrupción y explotación del trabajo.

 

 

• Inducir las organizaciones de los trabajadores contra los propietarios de las empresas. Alentar solicitudes de estatización o entrega a un supuesto poder obrero.

 

 

• Identificar los problemas sociales, las dificultades en el acceso a servicios como expresión de injusticia social, creadora de una deuda con los sectores más vulnerables de la sociedad, base de la convicción política engendrada en la población sobre el supuesto poder/capacidad e intención del socialismo de resolver, responder, reaccionar frente a estos ingentes problemas.

 

 

• Destacar una oposición entre deberes y derechos y entre responsabilidades y verdades.

 

 

Todos estos argumentos, conceptos y valores tienen el poder irrefrenable de prender en el alma humana y convertir a las personas en victimas inmediatas, un camino bien reforzado por citas de origen religioso:

 

 

• Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios

 

• Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

 

• Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos.

 

Estas creencias, citas o propuestas tienen una capacidad seductora sin límites, inducen un nirvana, una ensoñación que nos permite cerrar los ojos y esperar que la justicia humana/ divina caiga sobre la tierra y ajuste cuentas.

 

 

Frente a esta convocatoria encontramos un lenguaje parco, seco, sin vestiduras ni arrogancias, una simple invitación a estudiar, trabajar y exagerando un poco, agregando la obligación de actuar decentemente.

 

 

No debería asombrarnos que el discurso que penetre más fácilmente y gane todas las batallas sea aquel que niega el esfuerzo, resalta la injusticia y siembra las ideas de venganza colectiva.

 

 

Cualquier contrastación del dominio de estos valores supuestamente cargados de superioridad moral nos conducen a los sitios más pobres de la tierra, aquellos donde la gente se siente dejada de la mano de Dios. Es un tema que debería ocuparnos en Latinoamérica, en África y en todos los territorios dominados por la pobreza siempre acompañada de ideas vengativas, de violencia contra todo, un mundo de víctimas y victimarios.

 

 

El reto es entonces convertir la invitación a estudiar, como dice Amartya Sen, lograr capacidades para poder hacer y ser aquello para lo cual estamos preparados, en un gran objetivo político. Ya sabemos que estudiar, saber hacer cosas y practicarlas es la mejor manera de vivir en paz, sin combatir a los otros, más bien en unión de ellos. Es en otros términos una negación de la lucha de clases como motor de la historia tal como ladinamente proponía Carlos Marx, y exaltaba el Che Guevara, un motivo esencial de grandes tragedias humanas.

 

 

Resulta insólito que en este año 2021, convocar como norma de vida, a estudiar y trabajar, lograr objetivos como resultados de esfuerzos, ser decentes, se convierta en un tema político de primer orden. Ideas, nociones que deberíamos haber aprendido hace mucho tiempo, desde nuestra infancia.

 

 

Creo sinceramente que bastaría con mirar los resultados en Cuba y en Venezuela, lo que han destruido en esos países las ideas vengativas, para tomar conciencia que estudiar, trabajar y ser decente es lo único que vale para salir de lugares sombríos de pobreza, violencia y construir mejores sociedades.

 

 

Isabel Pereira Pizani

 

Querer volver a casa

Posted on: noviembre 24th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Una de las mas insólitas circunstancias que hemos conocido en estos días de pandemia y dictadura es saber que a venezolanos, nacidos en estas tierra, les niegan la posibilidad de volver a su país natal. A veces, hay que ponerse en los zapatos de otros para comprender a cabalidad lo que estamos viviendo. Imagínese usted con su familia llegando exhausto, con sed, fatigado y sin recursos, a la frontera que debería abrirse naturalmente para poder llegar a casa y se enfrenta a puertas cerradas.

 

 

El diputado Carlos Valero, ha denunciado que muchos ciudadanos venezolanos están a la intemperie y aglomerados en la ciudad fronteriza de Cúcuta, Colombia, en plena pandemia de coronavirus. “Es inhumano y cruel cerrarles las puertas de nuestro país a nuestros hermanos y mantenerlos a la intemperie esperando días, sin certeza de que los dejen ingresar”. Nicolás Maduro restringió a tres días a la semana el ingreso a Venezuela, en grupos que no superen las 300 personas por el puente Simón Bolívar y 100 por el de José Antonio Páez, en los departamentos colombianos de Norte de Santander y Arauca. Una medida, que reduce en 80% el volumen de regreso de venezolanos. Mas de 71.000 migrantes han emprendido este difícil regreso a Venezuela desde el inicio de la pandemia.

 

 

Según Carlos Alberto Montaner, “Es bueno que se divulgue una verdad poco conocida: los inmigrantes son muy útiles para las sociedades de acogida. Suelen ser creadores netos de riqueza. Argentina, creció mientras absorbió una notable cantidad de italianos. La propia Venezuela, en su etapa dorada, recibió cientos de miles de colombianos, portugueses, españoles y centroeuropeos.

 

 

La emigración en masa de los venezolanos no debe verse como un problema, sino como una oportunidad de ayudarlos y de ayudarnos a nosotros mismos”.

 

 

El régimen venezolano en el poder actúa en esta campo represivamente, como lo hace en todo los aspectos de nuestras vidas, en lugar de plantear soluciones dignas para la acogida de los conciudadanos, erige obstáculos, dificultades y más penalidades que van a sumarse a las experiencias dolorosas que cargan en sus equipajes y en sus espíritus los venezolanos que desean regresar.

 

 

Se calcula que la diáspora venezolana supera los 6 millones de personas. En los países latinoamericanos, Colombia, Ecuador, Brasil, Chile y Perú se encuentra una cifra mayor al 50% de todos los migrantes. Es conocido que estos países han sido receptores de las ultimas oleadas de venezolanos, aquellos que han alcanzado sus destinos usando sus fuerzas físicas, sin transporte seguro, con destinos inciertos, teniendo como único capital la esperanza de encontrar muestras de solidaridad en sus puertos de llegada.

 

 

La profesora Claudia Vargas, del Instituto de Migraciones, declara: “Hay que pensar cuál es el mensaje que estamos dando, cómo percibimos internamente el hecho que existan personas que prefieren viajar 15 días días por tierra, vivir en un estacionamiento o pedir un estatus de refugiado o asilado antes de quedarse en Venezuela. Hay que recordar que un refugiado sale del país de origen prácticamente huyendo, es una persona que abandona su patria buscando protección, escapando de un conflicto racial, cultural, social o económico”. Al final sentencia, enfática: no hay punto de comparación alguno, si se analizan los tiempos en que se dieron las migraciones de otros países, se verá que ocurrieron en períodos prolongados, como por ejemplo la colombiana. En Venezuela a partir del 2015, en pocos años han emigrado millones de venezolanos.

 

 

Pero también hay noticias que alimentan un futuro esperanzador. Tal es el caso de los extendidos niveles de organización que exhibe la diáspora venezolana. El gobierno interino de Juan Guaidó ha tenido una especial preocupación por estos ciudadanos que han tomado la difícil decisión de emigrar, para ello dedica un incansable esfuerzo de acompañamiento a la inmensa cantidad de organizaciones presentes en el mundo, cuyas cifras superan más de 813 entidades activas conocidas.

 

 

Tal como muestran los concienzudos estudios y acciones dirigidas por el venezolano Oscar López, en representación del gobierno interino, un seguimiento que prueba la existencia de una de las redes organizativas voluntarias más grandes del mundo, en los distintos continentes y países. El nivel de estructuración de estas organizaciones es sorprendente, constituye un tejido humano vivo, lleno de responsabilidades, agendas y motivos para querer regresar dignamente a contribuir en la reconstrucción del país.

 

 

En ocasión de la propuesta ciudadana de realizar una Consulta Popular como vía para avanzar en la búsqueda de elecciones presidenciales limpias y transparentes, la red organizativa de la diáspora se ha involucrado responsablemente como un musculo poderoso, alimentado por la voluntad presente en todos los venezolanos de lograr la recuperación de la democracia.

 

 

Participar en la consulta ha sido el resultado de una toma de conciencia de estos venezolanos en la diáspora, al comprender y dimensionar a cabalidad el despotismo del cartel criminal que gobierna, hijo legitimo del estado propietario/totalitario y de la miserable subordinación de las Fuerzas Armadas a un proyecto político inviable. Los motiva el afán de emprender el retorno, participar en la reconstrucción de la economía, contribuir en la reanimación de su aparato productivo en un clima de libertad, poder vivir en un país donde impere la seguridad jurídica, todos los individuos sean iguales ante la ley y por ello puedan expresarse políticamente sin temor a la represión en un clima de libertades. Esa es la voluntad de los venezolanos en la diáspora que veremos expresada con fe y esperanzas en los resultados de la Consulta Popular que se realizará los primeros días decembrinos.

 

 

Isabel Pereira Pizani

Maduro, Herodes de los niños venezolanos

Posted on: junio 3rd, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

 

El régimen de Maduro ha ejecutado fríamente un proceso de genocidio infantil contra los más pobres de este país. Niños de extracción popular mueren en los hospitales por falta de medicinas, desnutrición, por abandono de las instituciones responsables. Situación agravada por la pérdida de capacidad de protección de las familias, derivada de la destrucción de los salarios y de una hiperinflación mayor a 500.000%. Entre los años 2014 y 2015 han muerto 290 niños y ni siquiera una explicación se le devuelve a una ciudadanía angustiada e impotente. Prefieren que esto ocurra para fabricar argumentos de guerra contra sus enemigos: “Arreaza, culpó por los fallecimientos a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.

 

 

El ‘bloqueo criminal de Estados Unidos’ impide transferir fondos a las instituciones italianas de salud con las que la estatal Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa) mantenía un convenio para atender en Europa esos casos urgentes”. Arreaza cínicamente sabe que la crisis tiene más de 10 años, y que el bloqueo es a personas y no al Estado. Nunca antes habíamos presenciado esta manera cruel y fría de proceder de un gobierno, en este instante, más de 30 niños agonizan por no tener recursos para trasplantes medulares, al mismo tiempo anuncian, sin misericordia, recursos ingentes para los militares. Maduro-Herodes decreta: “Más de 56 millones de euros para la producción de 786.000 unidades anuales de uniformes militares y la activación de la línea de producción de la subametralladora ‘Caribe’, calibre 9.19 mm”. Mientras, los médicos reclaman que Pdvsa cancele 10 millones de euros para reactivar el programa de trasplante de médula ósea cofinanciado por el gobierno italiano. Con los 50 millones de euros asignados a los militares se podrían resolver 227 trasplantes de medula ósea.

 

 

Cuando un grupo en el poder llega a estos extremos, cuáles son sus posibilidades de recuperar el apoyo popular, los bonos, CLAP, ayudas y misiones se tornan insignificantes frente a la magnitud de la crisis y las denuncias de corrupción que nos asolan. El hospital J. M. de los Ríos es una vitrina de la miseria moral del régimen. En 30 años pasó de tener 100.000 a 3.800 ingresos hospitalarios. Las cirugías descendieron de 4.500 anuales a 2.500 y la mortalidad, que se mantenía en 3,7% de los ingresos, aumentó a 4,5% en 2014. De una capacidad para 420 camas, solo entre 130 y 160 están operativas. Carece de agua, equipos médicos, rayos X, tomógrafo, aire acondicionado, resonancia magnética, laboratorios. Los niños hospitalizados no reciben una dieta adecuada. Las instalaciones del hospital están controladas por colectivos violentos adeptos al régimen que organizan tropelías a diario contra el personal de salud que permanece valientemente al cuidado de los infantes. Las madres con niños hospitalizados son amenazadas diariamente por estos colectivos, les prohíben hablar con los medios para comunicar a los venezolanos la tragedia que ocurre puertas adentro. Organizaciones voluntarias de ciudadanos donan –en este país petrolero– los alimentos que requieren los niños enfermos y sus cuidadores.

 

 

La corrupción y desmoralización de los responsables de la salud parece no tener límites. En el hospital Universitario de Caracas, igualmente en crisis, la junta directiva contrató un grupo de desnudistas para divertirse, tal como informó la prensa: “Derroche en fiesta navideña del Clínico mientras pacientes mueren por falta de insumos. Se filtraron varias facturas de proveedores donde se observa el monto de 26.680.000 bolívares, presupuesto que fue destinado para la fiesta navideña por el director del hospital, Fernando Alvarado, y el subdirector, Pablo Castillo, conocidos por haberse negado a recibir los donativos realizados por la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras a la institución hospitalaria”. Lo insólito es que este acto barbárico fue del conocimiento público y sus autores permanecen incólumes en sus mismas posiciones, no hay sanciones porque al régimen no le importa la salud de los venezolanos y mucho menos el futuro de nuestra infancia. Cada día amanecemos con la noticia de una muerte más por la cruel indolencia de Maduro-Herodes, ya resuena el lamento del tirano como predice el poeta José Emilio Pacheco:

 

 

 

Ahora solo puedo pedir perdón,
Y es en vano: los muertos no resucitan,
Las heridas nunca se curan.

 

Así al buscar la luz y la verdad.
Aumenté con la suma de mis crímenes
El plural sufrimiento de este mundo.

 

 

 Isabel Pereira Pizani

¿Dónde están los reales?

Posted on: enero 6th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

En estos días de grandes apuros económicos, de nuevo nos asalta la pregunta que hace algunos años sirvió para atacar a los gobiernos democráticos, nuestra muy lacerante frase ¿dónde están los reales?

 

 

El Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) de Venezuela ha recibido préstamos chinos de más de 60.000 millones de dólares. Deuda, según informa Ricardo Hausmann, que se paga con los ingresos futuros del petróleo. Recursos que no han dejado ninguna huella en el país, no se han construido hospitales ni escuela, no hay nuevas carreteras. El tren aparece como un paquidermo abandonado en la frontera entre Carabobo y Aragua. La misma suerte del tren que supuestamente cruzaría los Valles del Tuy. Los sistemas eléctricos y suministradores de agua están completamente colapsados. Un cementerio de obras inconclusas. Los ciudadanos, víctimas, espectadores de la más espeluznante estafa jamás nunca antes vista en la historia del país, que despoja a las nuevas generaciones de la posibilidad de vivir en un espacio de progreso y futuro.

 

 

Escribe Hausmann: “Las rentas producidas por el petróleo se han empleado para costear proyectos que no mejoraron la producción petrolera, ni tampoco pasaron por el proceso presupuestario, con lo cual se ha desbaratado la estabilidad financiera tanto de la compañía petrolera como del gobierno”.

 

 

¿Dónde están los reales? No es un problema que podamos achacar al secretismo de los chinos que siembran recursos a lo largo de todo el planeta sin exigir que los gobiernos informen a las instituciones contraloras; qué decir de los ciudadanos, sujetos invisibles en su forma de gobierno comunista, y, en nuestro caso, sin preocuparse por el hecho de que la Asamblea Nacional no avale la deuda, es decir, sin cumplir con los trámites legales que hacen legítima cualquier deuda contraída por el gobierno. Los chinos en realidad actúan como agiotistas tramposos que negocian en la oscuridad, que imponen condiciones que solo pueden cumplir gobiernos dictatoriales donde la obligación de “rendir cuentas al ciudadano” no existe, te lo presto no me importa en qué ni cómo lo gastas.

 

 

Los chinos habrán flexibilizado el derecho de propiedad y haber extendido el derecho a la propiedad privada a la ciudadanía, pero el motor de la trampa comunista sigue funcionando, cuando intentan baypasear a los pueblos imponiendo pactos leoninos que solo verán la luz cuando los gobiernos antidemocráticos sean desalojados del poder.

 

 

No existen las obras, pero la deuda existe. Este es un dilema que deberán confrontar los próximos gobiernos, cuáles son las cláusulas secretas que firmó la tiranía venezolana para poder recibir los recursos, cuál parte del territorio, de los recursos minerales, o lo que sea, fue comprometido con los chinos. Cuánto nos servirá escudarnos tras la ilegalidad de la deuda, todos sabemos que la oposición y la Asamblea Nacional le informaron al gobierno chino que sus préstamos no eran legítimos. ¿Valdrá eso? Amaneceremos, si Dios quiere muy pronto, con nuevos gobierno pero con una vieja y pesada deuda.

 

 

Lo que sí sabemos es quiénes son los culpables, los chinos por maniobrar contra las democracias, los gobiernos por negociar de espaldas al pueblo, las instituciones y los sistemas legales por su debilidad o incapacidad de parar la maniobra ilícita.

 

 

La experiencia del financiamiento Chino en Pakistán, Sri Lanka, Sudáfrica, Ecuador saca a flote lo peor, la debilidad de las instituciones, el quiebre entre los gobiernos y sus pueblos, ha provocado episodios de corrupción, que va seguida de una desagradable resaca financiera. Lo peor será reconocer que Venezuela dejará de ser rentista no porque avanzó a otro sistema, sino porque se evaporaron los ingresos que se convertían automáticamente en renta. Por eso es imprescindible demandar acuciosamente, sin descanso, acosar al gobierno sin piedad, con la pregunta que puede destapar la caja de Pandora: ¿dónde están los reales?

 

 

No es extraño que los rusos apliquen la misma metodología de los chinos, pactan en la oscuridad con las tiranías, los centros de poder que les interesa tener a su favor. Es una nueva versión de la antieticidad comunista desplegada por los países que abandonaron el lado económico de la ideología comunista pero que intentan mantener viva la parte más negra de esa doctrina, su irrespeto al ciudadano, invisibilizándolo. Por esta razón tratan, como Lucifer, al ponerse en contacto con los países con los peores gobiernos, proponer pactos satánicos. Es muy fácil que un ministro chino aclare que en su país las empresas nuevas que han surgido son de propiedad privada, lo que no aclara es que quien negocia los recursos financieros es el gobierno comunista que no es privado sino del Partido Comunista chino. Pero no nos equivoquemos si la negociación fue oscura entre China y Venezuela, el real responsable no es otro que el régimen venezolano de Chávez y Maduro.

 

 

Isabel Pereira Pizani

@isapereirap

El saqueo agroalimentario

Posted on: agosto 28th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

El estupor invade cuando se analiza la suerte de nuestros productores de alimentos, agricultores, ganaderos y pescadores, en los últimos 20 años, una etapa que calificamos de saqueo agroalimentario. Se trata de la suerte de más de tres millones de personas que tratan de permanecer en el campo antes de emprender la búsqueda desesperada de un rancho en cualquier barrio marginal de las ciudades.

 

 

 

El socialismo del siglo XXI es quizás el periodo más destructivo de nuestro mundo rural, una nueva versión de los escombros que dejó la Guerra Federal. Las estrategias y las lógicas seguidas por los gobiernos desde Chávez hasta Maduro imponen un sentimiento de vergüenza ante la constatación del pillaje, el vandalismo y el odio acicateado como instrumento de guerra entre unos y otros.

 

 

 

En esos 20 años de infelicidad para el mundo rural distinguimos claramente tres fases. La primera es la guerra a muerte contra la propiedad: con la excusa de acabar con los latifundios se arremetió contra las fincas productivas del país. Para ello el gobierno creó una perversa estructura –El Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras– y promulgó una Ley de Tierras que despojaba al ciudadano de su propiedad. Se atacó lo que parecía eficiente, la productividad, desestimando la capacidad de producir los alimentos que el país deseaba ¿Quién no recuerda al infame representante del gobierno penetrando armado, como en tiempos de guerra, a invadir fincas en el sur del lago de Maracaibo? Allí empezó la tragedia.

 

 

 

Elías Jaua arremetió contra todo lo que produjera: arrasaron con más de 250 fincas que generaban los alimentos que requeríamos en la ciudad; los hatos ganaderos fueron invadidos, las maquinarias agrícolas destruidas, revendidas; las viviendas de los trabajadores ocupadas por turbas que nunca habían sembrado una mata u ordeñado una vaca. El saldo de ese periodo fue muy triste,  desapareció la leche, los productos lácteos y comenzaron a escasear los insumos para la alimentación animal, lo que hizo muy difícil ya desde ese momento que una persona de bajos ingreso tuviese acceso a las proteínas necesarias para su salud.

 

 

 

Durante esta fase de expoliación y rapiña a los productores, el régimen, abusando de los altos precios del petróleo, se ufanaba importando alimentos de otras partes del mundo. Lo que antes producían nuestros agricultores ahora venía en transportes pagados con los recursos petroleros. La participación de las importaciones de alimentos en el total se duplicó de 10% a 20%, y más.

 

 

 

Ese fue el primer acto del saqueo agroalimentario: quedaron muchas fincas destruidas, muchos campesinos sin trabajo y que nunca recibieron los títulos de nuevos propietarios que el gobierno tanto había prometido.

 

 

 

Todo tiene su final: los recursos para seguir en la orgía de importaciones comenzaron a escasear, la mirada de los socialistas se dirigió a otra parte y crearon, en 2004, el Ministerio de Agricultura y Alimentación. Un nuevo gran negocio con las licencias para importar, la intermediación financiera y la traída de alimentos con fecha de caducidad, sin el menor escrúpulo a través de Pdval. No se trataba de saquear fincas, sino directamente de asaltar el Fisco, obteniendo licencias de importación que el ministerio dizque de la Alimentación manejaba muy cautelosamente a favor de algunos corruptos. Con los cubanos crearon un instituto de pesca, Pescalba, que robó todo lo que pudo y no devolvió ni las espinas del pescado.

 

 

 

Sin embargo, el botín había que compartirlo con los que les permitían continuar en el poder. Allí irrumpió triunfalmente la nueva etapa: todo el poder a los militares. Sin piedad entraron en el saqueo, apadrinados por la Gran Misión Abastecimiento Solidario, bajo la coordinación del Ministerio de la Defensa, paradójicamente en el periodo de mayor hambruna vivido en el país. Los militares se apoderaron gradualmente de todo: fincas, ganado, maquinarias, escudados con sus armas y el beneplácito de las autoridades locales chavistas. Agrofanb es la rebatiña con los créditos, administra 30 hatos ganaderos cuya propiedad es dudosa y además es ostensible el manejo corrupto de la Ley de Semillas.

 

 

 

No habría mucho que agregar ante esta historia de saqueos: acabaron con más de 6 millones de hectáreas productivas (nada de latifundios estériles), exprimieron los recursos fiscales para importar, construyeron grandes fortunas y por último llamaron a los militares a compartir los restos de la orgía, mientras el pueblo padece la peor hiperinflación en alimentos del mundo y 300.000 niños están al borde de la muerte por desnutrición.

 

 

 

Isabel Pereira Pizani 

@isapereirap

La raíz del problema

Posted on: enero 17th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Es evidente que la coyuntura que afrontamos resulta de la imposición de un modelo de narco-socialismo totalitario. Evento, que como todo suceso histórico tiene unas raíces, o fundamentos.

 

 

 

Cuando en la Alemania de Goethe, Wagner y Nietzsche se instala el fascismo nadie se hubiese atrevido a decir que ese trance se explicaba por sí mismo. J. M. Keynes presentía que ese giro de la sociedad alemana podría ocurrir dado los altos costos que impusieron los países ganadores de la primera guerra mundial a la derrotada Alemania. La prédica de Keynes se basaba en la tesis de que era mejor para el mundo que Alemania se reconstruyera -como ellos solo saben hacerlo- antes que condenarla a pagar una deuda que le imposibilitaría salir de las ruinas y conflictividad. Los resultados se han visto, es posible que los partidarios de condenar a Alemania privilegiaron una posición ética “si causaron una guerra costosísima que paguen”. Hoy podemos ver las consecuencias, Hitler llegó al poder. Es probable que si Keynes se hubiese impuesto la humanidad no hubiese afrontado la segunda guerra mundial y 62 millones de muertos.

 

 

 

Aquí entre nosotros, este “pequeño género humano” como nos calificaba Bolívar vale preguntarse por qué llegó y se instaló ese terrible paquete del “narco-socialismo totalitario”. Cómo pudo avanzar esa macabra propuesta de destruir la democracia, la libertad, anular la responsabilidad individual y tratar de imponer un socialismo mil veces derrotado, culpable de los más grandes genocidios que conoce la humanidad. Como dice Jean Francois Revel, superior en su capacidad destructiva al fascismo hitleriano, solo a Stalin le achacan más de 10 millones de muertos durante sus 30 años de terrorismo.

 

 

 

La hipótesis que hemos trabajado durante años plantea que el modelo de sociedad Venezuela nace de la imposición de un contrato social que convertía al Estado en el amo, dueño y distribuidor de nuestras riquezas. Este contrato fue acordado desde el inicio de nuestra democracia. El transcurso histórico operó en sentido negativo contra la libertad. El poder ejecutivo central, receptor y distribuidor de la riqueza petrolera, subordinó al resto de los poderes, se corrompió y pavimentó el camino para no tener jueces, fiscales ni contrapoderes.

 

 

 

En 1999 Chávez recibió el regalo de una sociedad con el poder concentrado en el ejecutivo, del cual era el dueño absoluto. Con la tutoría política de los hermanos Castro, capitaneó el tercer acto de esta tragedia, girar el timón hacia el socialismo, el mar de la felicidad. Allí comenzó Chávez a cavar la destrucción de Venezuela y de su naciente democracia.

 

 

 

En Venezuela imponer el socialismo conlleva manejar grandes riquezas, un desafío insuperable e inviable. La historia reciente sobre esta controversia no se ha escrito, la corrupción, sumisión de las fuerzas armadas ante los Castro y la pudrición de las instituciones, paradigmáticamente el TSJ y CNE. Venció la codicia, el ansia de poder como ha ocurrido en casi todas las sociedades sometidas a disyuntivas de esta naturaleza. Gobernar Venezuela desde 1999 ha sido destruir, acabar con el poder del ciudadano, demoler empresas, robar el derecho a elegir, la propiedad y la libertad de conciencia.

 

 

 

Sin embargo y a pesar del control político y la represión ejercida, los venezolanos no han sido vencidos. El rechazo al socialismo es casi total, aunque no tengamos claro el camino para expulsarlo. Urden estrategias para dividir, simplemente porque en el socialismo no hay redención, nunca ha existido en sus experiencias históricas. Es imprescindible reconocer que el narco-socialismo totalitario no cayó en paracaídas. Construir un estado frente al cual el ciudadano es una hormiga y las instituciones fantasmas, fue una decisión política.

 

 

 

Es inaplazable definir una estrategia que conecte con la conciencia de venezolanos que nunca han sido libres, que rechazan el narco comunismo. En este conflicto nos movemos, son las raíces del problema y a la vez la gran esperanza. No tengamos temor de evaluar con humildad las causas de este acontecer, su significado y sobre todo la profundidad de la huella grabada en nuestras conciencias, hay que encontrar la ruta para unir a un país que aspira tenazmente a la libertad.

 

 

 

Directora de Políticas Públicas de Cedice Libertad

 

 

Isabel Pereira Pizani 

@isapereirap
isaper@gmail.com

Valorizar el diálogo

Posted on: noviembre 29th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Confusiones, preguntas sin respuestas desbordan las calles, los hogares, los sitios de trabajo. Desesperanza, impaciencia por saber, las pocas directivas de los políticos son desmenuzadas en sentido positivo y negativo. La necesidad de orientación se convierte en una espiral tan aguda como el hambre que estamos padeciendo.

 

 

 

¿Qué sabemos hasta ahora?, que el Poder Electoral (CNE) no es confiable, que está conectado con los 6 millones del sistema carnet de la patria, construido para someter a los ciudadanos bajo la consigna “Si no votas por mí, no comes”. Su aplicación permite predecir cuántos votos sacará el gobierno y cuántos la oposición. Para las encuestadoras fue imposible medir esta nueva variable, una cosa fue pregonar el rechazo al régimen y otra decidir frente a la bolsa CLAP en la posición de tómala o déjala, con el estómago vacío.

 

 

 

Hay que tomar conciencia, pedir a los que nos dirigen que se pregunten, sin disfraces y con el ego bajo la suela del zapato: ¿estoy siendo útil a mi país?, ¿cuán viables son las propuestas, sirven para recomponer, para unir alrededor de objetivos comunes, o por el contrario, desunen, no son viables?

 

 

La Iglesia ha dicho lo más importante: “Nunca hemos estado contra el diálogo entre la oposición y el régimen, hay que valorizar el diálogo, que se ha desvalorizado por la desconfianza que ha invadido al pueblo. Si este diálogo no llega a mejorar la situación, entonces volveremos a perder una ocasión muy importante”.

 

 

 

Julio Borges, sin mostrar mucha atención al reclamo de información, declara que la agenda tiene tres acentos: canal humanitario de alimentos y medicinas, condiciones electorales para unas presidenciales justas en 2018 y transformación total del modelo económico para detener la crisis social y el empobrecimiento generalizado en el país.

 

 

 

Otro sector de la oposición propone: 1. Cambio político radical; 2. Cumplimiento de acuerdos pedientes; 3. Cese inmediato de ANC; 4. Agenda, mediadores y capacidad de exigencia de los acuerdos; 5. Negociadores idóneos.

 

 

 

Veamos, la Iglesia pide valorizar el diálogo, la MUD piensa en las presidenciales y pide transformar el modelo económico, el otro sector de la oposición pide cambio radical de gobierno. Entre estas disyuntivas estamos. En realidad los tres actores piden cambios en velocidades diferentes. El principio debería ser el planteamiento de monseñor Padrón, valorizar el diálogo, en lugar de fijarnos en las diferencias de objetivos porque, sin duda, pedir un cambio total de la estrategia económica significa abandonar el socialismo del siglo XXI, lo cual coincide con la solicitud de cambio radical de gobierno del otro grupo, aunque con tiempos distintos.

 

 

 

Comenzar por valorizar el diálogo, en lugar de ennegrecerlo. Dejar sarcasmos, ironías, calificativos peyorativos y burlas al opositor. Imprescindible conocer a un oponente, cuya ambición es lograr el control absoluto del poder, con respaldo militar, hundido en una crisis económica total y con un rechazo de la opinión pública que supera 80%.

 

 

 

Para lograr su objetivo destruye el costosísimo Poder Electoral, crea lo que Penfold bautizó como “el Gran Leviatán”, no dejar rendija para que la oposición triunfe, a lo Jalisco: someten a los sectores populares con el carnet de la patria, inducen la abstención en la clase media, destrozan la red de centros de votación, confunden a los electores con el ratón loco nicaragüense poniéndolos a votar en el peor sitio, invaden los centros electorales después de las 6:00 pm y fabrican planillas y otras menudencias (Plan República). Con ese sujeto estamos peleando, con alguien para quien vale todo, la moral desangrada en algún rincón.

 

 

 

Si esto es así, ¿cómo los desalojamos del poder? Para ellos no importa el hambre, ni la desnutrición, ni los 300.000 niños en riesgo de morir, ni siquiera la escasez de medicinas, la hiperinflación, el default. Quieren convertirnos en un país de mendigos y están apostando a eso.

 

 

 

Dos caminos parecen abrirse, uno mejor y otro peor, lo más sensato sería valorizar el diálogo como camino inmediato para la unidad, restablecer la confianza, comunicarse con el país antes de ir a dialogar. El otro camino obviamente es no dialogar, abstenerse y esperar algo sobrevenido.

 

 

 

Sabemos que Borges y Florido no tienen que pedir permiso para representarnos, pero sí tienen el deber moral de hablar con el país para restablecer la confianza, señalar cuáles son los objetivos del diálogo; no es informar, es oír a la gente, un buen comienzo para valorizar el diálogo.

 

 

 

Isaper@gmail.com
@isapereirap