Rómulo me pellizcó un cachete y Chávez me dio la mano

Posted on: marzo 27th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Hoy quiero contarles dos historias que aparentemente no tienen conexión, pero el transcurrir del tiempo, me ha obligado a reflexionar sobre ellas, demostrando que realmente ese nexo extraño, sí existe. Veamos.

 

 

Rómulo me pellizcó un cachete

 

Durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, mi padre, el poeta Aquiles Nazoa, fue apresado y esposado por los esbirros del régimen y llevado a no sabemos dónde.

 

 

Transcurridos tres o cuatro días, llamaron a mi madre (quien por cierto, en este 2021, acaba de cumplir 100 años) y le informaron que a mi padre lo iban a expulsar del país pero no quisieron decirle a qué sitio lo enviarían.

 

 

En Maiquetía, despedimos a papá. Allí nos enteramos de que lo exiliarían en Bolivia, país adonde Pérez Jiménez enviaba a los adecos y a los izquierdistas.

 

 

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Mamá, la familia y los amigos vendieron lo que pudieron para juntar dinero y poder dárselo a él. Luego, juntamos otra cantidad, para pagar el viaje que nos permitiría reunirnos. Fíjense, qué cosas, aquella era una época (gracias a Dios que eso ahora no ocurre) en la que intelectuales y políticos enemigos de la dictadura podían ser perseguidos, hechos presos y exiliados, por escribir y pensar diferente al régimen.

 

 

A los pocos meses, nos reunimos con mi papá en Bolivia. Allí vivimos durante tres años. Aprendí a leer y a escribir y cuando cayó la dictadura, regresamos a Venezuela. A mis hermanos y a mí nos inscribieron en la escuela República del Ecuador, en San Martín.

 

 

Un día, en la escuela, los maestros dijeron que elegirían a un grupo de niños para hacer acto de presencia en la inauguración del Túnel de La Planicie. Yo estaba entre esos niños.

 

 

Emocionados y vestidos con batas blancas (uniforme escolar en la Venezuela de aquella época), nos paramos junto a niños de otras escuelas a la entrada del túnel. De pronto, se escuchó un alboroto. El presidente de la República, Don Rómulo Betancourt, había llegado.

 

 

Recuerdo que llevaba un sombrero blanco y que saludó con una gran sonrisa a todos los presentes. Nerviosos y sin que nadie nos obligara, todos los niños aplaudimos emocionados. El presidente, junto a su comitiva, se acercó a la entrada del túnel, lugar en el que debía cortar una cinta tricolor para dar el proyecto como inaugurado.

 

 

No me pregunten por qué, pero aunque no lo crean, se acercó a mí.

 

 

—¿Cómo te llamas? –preguntó.

 

 

—¡Claudio! –respondí sin ocultar mi emoción.

 

 

Rómulo sonrió, me batió el cabello con su mano y luego me pellizcó un cachete. ¡Sí! ¡Rómulo Betancourt me pellizcó un cachete!

 

 

Eso fue importantísimo en mi vida y cuando en la actualidad me piden un curriculum, lo pongo por escrito como un gran logro. Después de todo, no son muchos quienes pueden decir que un grande de la historia democrática de Venezuela, como lo fue el gigante Don Rómulo Betancourt, les ha pellizcado el cachete. ¡Qué honor!

 

 

Chávez me dio la mano

 

Tengo un amigo chavista (fíjense la vaina) llamado Omar Cruz. Él es un excelente dibujante y caricaturista. Años atrás, trabajaba en el periódico humorístico El Camaleón, en el que yo también colaboraba para mi maestro, el poeta Sapo Graterolacho. Fue allí donde lo conocí.

 

 

Omar, como muchos otros, fue y aún es admirador de Chávez, pero como personas civilizadas y democráticas que somos, siempre supimos respetar las diferencias y honrar nuestra amistad. Esa extraña admiración de Omar por Chávez jamás nos hizo enemistar.

 

 

El caso es que un día, Omar iba a bautizar un libro de caricaturas que había publicado y los invitados especiales éramos Chávez y yo. Hugo acababa de salir de la cárcel y era todo un personaje mediático. Lo cierto es que, para el bautizo del libro, se escogió la maravillosa e inolvidable librería del Ateneo de Caracas (¿se acuerdan? Qué ironía, esa librería junto con el Ateneo fueron arrasados durante el mandato de Chávez).

 

 

Hugo se presentó vestido con un liqui liqui azul. Omar lo recibió en la puerta y yo, tal como hice cuando estuve en la inauguración del Túnel de La Planicie, esperé mi turno para ser presentado. Ojo, por si acaso, aclaro que Hugo Chávez, desde el primer día que apareció, no me gustó, pero bueno, volviendo al cuento, Omar le dijo:

 

 

—Comandante, le presento a Claudio Nazoa, nuestro anfitrión.

 

 

Chávez, al igual que hizo Rómulo cuando yo era un niño, me sorprendió poniéndome una mano en la cabeza batuqueándome el poco cabello que tenía. Me trató como si él y yo hubiésemos sido amigos desde hace años. Mientras, con la otra mano, me daba un fuerte apretón.

 

 

—¡Hermano!, ¡yo sí que gozo una bola con las vainas tuyas! –dijo con entusiasmo.

 

 

—¡Mira qué casualidad! ¡Yo también con las tuyas! –le respondí.

 

 

Y aquí estoy, años después, echándome alcohol en la mano para espantar al virus… al coronavirus, quiero decir.

@claudionazoa

Mi envidiable etapa terminal

Posted on: marzo 19th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Cuando uno es un anciano en etapa terminal, sobre todo nosotros los hombres, agarramos manías casi todas muy fastidiosas. Por ejemplo, nos levantamos muy temprano, generalmente para nada a excepción de hacer mucho ruido en la cocina intentando preparar un café y despertando con el escándalo a la gente normal que se levanta en un horario decente. Incluso, existen viejos quienes como yo encendemos  la radio en busca de noticias porque a eso estábamos acostumbrados. Teníamos un país en donde los periódicos y las revistas salían impresos (¿se acuerdan?). ¡Qué tiempos aquellos! Los viejecillos nos levantábamos e íbamos al kiosco de la esquina y regresábamos con un pocotón de periódicos, revistas de crucigramas y la Gaceta Hípica para estudiar las carreras de caballos.

 

Ahora, en esta tristeza en la que se ha convertido el país, por culpa de los comunistas fastidiosos y destructores que nos gobiernan y quienes han acabado con toda vaina, a los abuelos nos toca quedarnos en casa jodiéndoles la vida a todos desde el amanecer.

 

Tengo un amigo viejito, contemporáneo conmigo, llamado Newman Viloria, quien el otro día me dijo:

 

—Claudio, ¿por qué será que a esta edad cuando uno se para o se sienta, aunque no te duela nada, tienes que decir: Ahhkkk…?

 

Me quedé pensando la profunda reflexión de mi anciano amigo y creo que eso también ocurre por el maravilloso placer de emitir ruidos inútiles que preocupan a quienes los escuchan.

 

Otra vaina, a esta longeva edad, es hacerse el sordo para hacer enojar a quienes te hablan. Además, si tienes la mala suerte de no ser viudo y seguir casado con la misma, nunca te regañarán porque creen que diciéndote algo están perdiendo el tiempo porque no vas a escuchar. Eso de hacerse el sordo tiene una ventaja adicional y es que como la gente cree que tú no escuchas, hablan confiados delante de ti y te enteras de chismes increíbles.

 

Tengo 81 años y mi esposa 80. ¡Ella sí que escucha perfectamente y habla hasta por los codos! Jura que estoy casi sordo, lo cual me permite conocer todos los vaivenes que ocurren dentro y fuera de la familia.

 

Sin embargo, lo que más me gusta es que todos piensan que mi vida sexual murió hace años y eso me da otra ventaja, pues mi esposa no tiene reparo en dejarme salir con “mis amigas”. Ella siempre dice:

 

—¡Ay, pobrecito! Después de todo a él ya le queda poco y aquel se le murió hace aaañossss…

 

¡Claro que murió! Pero solo en mi casa. Al igual que Juan Carlos I, rey emérito de España, tengo una amiga con derecho. Mi amiga tiene 50 años menos que yo, la diferencia con Juan Carlos es que yo estoy mamando y loco.

 

Mi amiga, de su difunto marido quien por cierto era muy buen amigo mío, heredó una fortuna respetable que a veces comparte conmigo comiendo y libando licor en los mejores restaurantes de la ciudad.

 

Casi siempre nos vemos al mediodía. Almorzamos y nos vamos para un hotel a pasar el resto de la tarde. Algunas horas después, ella me deja livianito a una cuadra de la casa y mi mujer, mis hijos y mis nietos, me reciben con aquel cariño.

 

—¡Mi amor, llegaste temprano! ¿Cómo te fue?… ¿Qué hiciste?…

 

Los miro con indiferencia y les digo:

 

—¿Que qué?… ¡Hablen más duro que no oigo nada!

 

A coro, todos me gritan:

 

—¿Que cómo pasaste la tarde?

 

—Ahhh… Ok. Ya oí. ¡Pero no me griten!… La pasé muy bien haciendo el amor.

 

Todos se ríen.

 

—Ja, ja, ja… pobrecito –dice mi esposa en voz baja creyendo que yo no escucho.

 

—¡De ilusiones también se vive! –grita con sorna, otro por allá.

 

Mi esposa, con lástima, haciéndoles señas a los demás de que yo estoy loco, replica:

 

—Mi amor, ¿quieres un cafecito?

 

—¿Que qué…? ¿Un pedacito de qué…?

 

—Nada, anda acuéstate que te ves cansado.

 

—Total, mis queridos lectores, que a esta respetable edad en la que me encuentro, considero que ahora es que faltan años para seguir disfrutando de mis manías de viejo en etapa terminal.

 

 

@claudionazoa

El Niño Jesús se llama Jaime Tornillo

Posted on: marzo 1st, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Entramos en marzo y yo sigo pegado en el mes de la amistad. Este artículo lo escribí hace algunos años atrás, pero me parece pertinente revivirlo porque ahora se inicia el mes de mi cumpleaños.

 

 

La historia que leerán es auténtica. Los personajes, entre ellos yo, seguimos vivitos y coleando, además cultivamos nuestra amistad con mucho abono escocés hasta que, por alguna razón, uno de los dos muera (espero que a él le toque primero).

 

 

A las personas que leerán este artículo, les aconsejo que se dediquen a querer a sus buenos amigos. A mi longeva edad estoy autorizado para dar consejos y comenzaré con un pensamiento de Aquiles Nazoa, mi padre, quien decía: “Creo en la amistad como el invento más bello del hombre”. Yo, al igual que él, pienso que es verdad.

 

 

Como dirían los españoles, hay personas “mala leche” quienes se ufanan de tener pocos amigos; eso sería bueno si uno sale poco, está muy ocupado o vive en un país lejano. Diferente y chocante es creer que ninguna persona merece nuestra amistad.

 

 

También es sano conocer personas que nos caigan mal, entre otras cosas, porque así valoramos más a quienes queremos. El odio, al igual que el amor, une.

 

 

Afortunadamente, tengo muchos amigos que como el amor aparecieron solos. La amistad verdadera está en lugares insólitos. Mi teoría es que en todas partes tenemos al mejor amigo que aún no  hemos conocido.

 

 

Hace como 10 años desayunaba en un sitio espantoso en la ciudad de La Victoria, estado Aragua. ¡Qué desayuno tan horripilante!, aquella bazofia me puso de mal humor. En la mesa contigua, un señor calvito, bastante feíto por cierto, no dejaba de mirarme. Yo me hacía el loco y pensaba: “¡Ahora sí se puso buena la cosa!, el mazacote de desayuno y este hombrecito enamorado”.

 

 

Después de pedir la cuenta de aquel aborto de comida, el mesonero dijo que el señor de la miradera, quien ahora sonreía y me saludaba con la mano, había pagado la cuenta.

 

 

—¿Tú eres Claudio Nazoa?

 

Qué vaina –pensé– me cayó frutero…

 

Puse la voz de hombre más arrecha que tenía:

 

—¡Sí!, ¿por qué?

 

—¿No me reconoces?

 

—¡Coño, no!

 

—Tú me cargaste cuando yo era chiquito! ¡Yo era el niño Jesús!, ¿te acuerdas?

 

 

¡Ahora sí la puse! –pensé– además de raro, loco.

 

 

De pronto, aquel extraño, me recordó una historia de hace mil quinientos años cuando yo estudiaba 3er grado en la Escuela República del Ecuador en San Martín. Resulta que un día, en la clase de religión a la que casi nunca asistía porque yo dizque era comunista, la monja dijo que escenificarían un nacimiento viviente y escogió a la niña más bonita del salón como Virgen María, luego preguntó: “¿quién quiere ser San José?”. Yo, ni corto ni perezoso, levanté la mano.

 

 

Necesitábamos a un niño chiquitico y flaquito para que fuera el Niño Jesús ya que tenía que cargarlo, así que fuimos a 1er grado y escogimos al muchachito más esperrujío y flaquito que había: Jaime Pérez, el señor que ahora me miraba.

 

 

Ese día recuperé a uno de mis mejores amigos. Jaime trabaja en el mundo de las tuercas y los tornillos y hoy quiero homenajearlo con estas líneas.

 

 

Bien valió la pena aquel horroroso desayuno en La Victoria.

 

 

 Claudio Nazoa

@claudionazoa

Éxitos 99.9 FM me volvió fanático y entrépito

Posted on: febrero 26th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Un entrépito se caracteriza por meterse en asuntos que no le incumben. Es una extraña necesidad de, vuelvo y repito, meterse en donde no lo han invitado, impulsado por una curiosidad inútil de cosas que no le atañen. Quienes practican este género, salen con las tablas en la cabeza justamente por eso, ¡por entrépitos!

 

 

El fanático, normalmente, es una extraña especie de religioso fastidioso quien endiosa a alguien o a algo. Existen locos y fanáticos obsesivos que admiran sectas, religiones, artistas, deportistas, políticos y líderes. Es difícil mantener una comunicación coherente con los fanáticos porque su forma de ver la vida está totalmente subyugada a sus creencias acérrimas.

 

 

Bueno, les informo que tengo esos dos grandes defectos: soy entrépito y me fanatizo por aquello que me gusta y en lo cual creo.

 

 

Al grano con el tema de hoy.

 

 

Cuando ando en el carro o estoy en mi casa escribiendo, cocinando o haciendo los oficios propios de mi sexo, siempre sintonizo en la radio la emisora Éxitos 99.9 FM. Nunca cambio el dial. Es una costumbre escucharla desde tempranas horas de la mañana y lo hago hasta el anochecer, antes, durante y después de hacer el amor.

 

 

Román Lozinski

 

Hasta hace dos años mi día amanecía con la voz de César Miguel Rondón, ahora el despertador es el amigo Román Lozinski. De allí en adelante, sigo pegado a la emisora porque, según mi criterio, está llena de anclas, como llaman en el argot de la radio a los locutores estrellas.

 

 

La 99.9 FM ha logrado tener en su planta de locutores a un grupo de innegables profesionales quienes, y esto no lo dudo, son la envidia de cualquier emisora de radio en Venezuela. Son profesionales de alto calibre que se la juegan por la radio. Se les nota apasionados por su trabajo. No están “matando un tigre” para sobrevivir. La gente no lo sabe, pero para trabajar en la radio hay que tener una disciplina increíble. Es un compromiso ineludible. En el horario que te toca se abandona todo y el programa se prepara en los horarios que no te tocan. Es difícil, pero no hay de otra.

 

 

Solo la constancia, la responsabilidad, el compromiso con el oyente, el respeto y la dedicación abnegada y apasionada de un equipo, garantizan a largo plazo el éxito en la radio. Se caen de un coco aquellos locutores que entran pensando que se la saben todas y que se harán famosos y millonarios muy rápido.

 

 

Confieso que soy un fanático calladito. Sin embargo, ¡ya no aguanto más! Hoy estoy saliendo del closet de las ondas hertzianas. Soy una especie de Nikola Tesla y Guglielmo Marconi venezolano.

 

 

Mi debilidad por la 99.9 FM es porque tiene una programación adictiva para sus fanáticos. ¿Cómo no dejarnos deslumbrar por un Román Lozinski analítico que desde que sale el sol realiza certeras y valientes entrevistas? Ni hablar de la juventud eterna de Gustavo Pierral, del talento de la hermosa Gladys Rodríguez, de lo acucioso que es mi admirado Pedro Penzini, de los interesantes comentarios musicales de Polo Troconis y de la indiscutible inteligencia de Carolina Jaimes Branger.

 

 

Los dúos perfectos de Unai Amenabar con Albani Lozada y de Lila Vanorio con Adriana Núñez dan un toque de interés a la programación y no tengo palabras para describir a Marian Rieber con su extraordinario programa Beatlemanía, del cual, he de confesar, soy un apasionado.

 

 

La guitarra y los cuentos de Miguel Delgado Estévez, la voz de Flor Alicia Anzola descubriendo nuevos talentos y la nocturnidad de Jesús Leandro no podían quedar atrás, al igual que el atractivo misterio de Porfirio Torres en Nuestro Insólito Universo. Titina Penzini, lejana, calculadora, elegante y fina, en un susurro frio nos pone al tanto del último grito de la moda.

 

 

Dicen que las instalaciones de la emisora son custodiadas por un ángel cuya voz resuena eternamente por los pasillos y en los micrófonos de cada uno de los estudios. Carlos Eduardo Ball, nuestro querido Charly, se niega a abandonar a sus compañeros y a un público que lo sigue escuchando con admiración.

 

 

Sí. Lo dije. Soy un fanático y un entrépito, lo que me da carta blanca para decir algo que he callado desde hace mucho tiempo sobre mi objeto de admiración radial. He aquí la esencia de lo que hoy voy a revelar.

 

 

A excepción de programas como el de Polo Troconis, el de Gustavo Pierral, Jesús Leandro y por supuesto Beatlemanía, Éxitos 99.9 FM, tiene un grave problema con la programación musical regular. A veces, una inadecuada musicalización, opaca, por ejemplo, el excelente programa de Carolina Jaimes Branger, quien realiza extraordinarias entrevistas que son interrumpidas abruptamente y en su mejor momento por una música ajena al espíritu del programa. Es increíble, en ocasiones, lo mal escogido que está el repertorio musical. Sugiero que coordinen con Carolina o con alguien que sepa, la música apropiada para tan relevante programa.

 

 

Otro emblemático en una situación parecida es Román Lozinski, a quien conocemos como hombre de exquisitos gustos musicales. ¿Por qué no dejarlo a él que escoja totalmente su musicalización?

 

 

No puedo dejar de decir que en vacaciones y días festivos el problema de la musicalización se pone terrible y espanta oyentes, ya que repiten, repiten y repiten el mismo pendrive que al parecer dejaron enchufado en automático. La queja no es que lo que suena sea bonito o feo, es la forma desordenada, repetitiva y sin criterio para su difusión.

 

 

Quiero aclarar que esto que manifiesto no es nada personal ni en contra de nadie. No creo que lo de la inapropiada escogencia musical lo hagan para sabotear. Me imagino que hay un descuido en esta área que perjudica a la emisora, a sus anclas y, por ende, a los oyentes.

 

 

Bueno, hasta aquí. Un gran saludo a todo el personal que labora en Éxitos 99.9 FM. Gracias por la compañía diaria y porsia, para que no queden dudas, el saludo también va para el programador musical y para quien pone el pendrive.

 

 

¡Qué ganas las mías de meterme en líos!

 

 

@claudionazoa

 

 

 

 

Israel

Posted on: enero 28th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Este artículo, dedicado al pueblo judío,

fue publicado algunos años atrás.

Hoy me parece pertinente traerlo de nuevo

como un recordatorio de algo que nunca

debió haber pasado y que no deberá

pasar nunca más: Auschwitz

 

 

Escribir esto me ha costado ya que llegué en estado de impresión proactiva acelerada positiva, y no es para menos, porque visité un sitio muy conocido que realmente casi nadie conoce.

 

 

Beit Venezuela es una extraordinaria, pero sobre todo utilísima organización de venezolanos que existe en Israel, la cual tuvo la cortesía de invitarnos a Laureano Márquez y a mí, para presentar un show humorístico en Tel Aviv, para venezolanos y latinos que viven allá.

 

 

Quiero contarles lo que vivimos más allá del turismo y de la curiosidad normal de un viajero. No puedo nombrar a nuestros fantásticos anfitriones, pues sería injusto dejar de mencionar alguno, solo agradezco a Beit Venezuela.

 

 

Qué collage de emociones experimentamos al conocer un pequeñísimo país, que hasta hace poco era un desierto sin agua dulce natural y ahora es absolutamente verde y poseedor d

 

e una de las agriculturas más avanzadas del mundo. En Israel engañaron al mar y le robaron la sal para domar al desierto, transformándolo en un vergel.

 

 

No entiendo la actitud del señor Dios con su tierra natal:

 

 

—Ahhh… ¿ustedes quieren patria? Allí tienen ese pedacito de desierto sin agua ni petróleo, con un mar muerto y rodeado por países enemigos del pueblo judío.

 

 

Dios sabe lo que hace: en ese pedacito de tierra infértil creció un increíble pueblo que humildemente imita a Dios con milagros que asombran al mundo.

 

 

¿Cómo entender algo tan enredado? Para ponerles un ejemplo de la forma en la que conviven esos dos países en un mismo territorio, imaginemos que Chacaíto sea territorio Palestino, Sabana Grande territorio de Israel y Plaza Venezuela es Palestina otra vez, pero al al mismo tiempo, todo es Israel y Palestina.

 

 

Como todos sabemos, Jesús nació en Israel, en Belén, ciudad que en la actualidad es territorio palestino y que está dividido por un antipático y feo  muro que protege a Israel de algunos fanáticos terroristas. Allí visitamos el sitio exacto donde nació Jesús. Me dio tristeza y envidia comparar a Belén con algunas calles de Caracas: todo limpio, sin huecos, sin miedo a que te asalten; siempre hay agua, luz, harina Pan y gasolina.

 

 

Hay algo curioso que casi nadie sabe y que me gustaría comentar: los palestinos tienen representantes en la Asamblea Israelí, con voz y voto, y cuando van a hablar, son respetados por sus colegas judíos y es que en Israel todas las cosas están como pegadas, por ejemplo, El Muro de los Lamentos, ícono del pueblo judío, limita pared con pared con dos enormes mezquitas árabes donde los musulmanes hacen sus oraciones al mismo tiempo que los rabinos hacen las suyas.

 

 

El Santo Sepulcro, en Jerusalén, es una paradoja: está en territorio Israelí y adentro, los religiosos rusos y griegos pelean a diario con curas católicos hasta que llega la noche y cierran la puerta y… ¿saben quién cierra y abre la puerta? ¡Un musulmán!

 

 

 Claudio Nazoa

Yo tenía un país… Yo tengo un país

Posted on: octubre 7th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

Yo tenía un país bien bonito. No. Yo tengo un país bien bonito. En ese país había mucha riqueza material y natural. No. En ese país hay muchas riquezas materiales y naturales.

 

 

Ese país conoció una democracia con defectos, como ocurre en todas las democracias verdaderas. Gracias a esa democracia que hoy vemos lejana y que mi hija de 17 años conoce por referencia, tuvimos una educación para todos en donde quienes menos tenían, estudiaban primaria y bachillerato en colegios o liceos exigentes. Allí, un profesor ganaba 1.000 dólares mensuales. Después, los bachilleres, si así lo deseaban, podían proseguir sus estudios en prestigiosas universidades venezolanas, públicas o privadas, donde los profesores de acuerdo con su currículum ganaban hasta 2.500 dólares. Y si los alumnos eran buenos estudiantes, optaban por becas en el extranjero sin importar que sus padres fueran demócratas o comunistas. En ese país construimos:

 

 

El Teatro Teresa Carreño.

El Hospital Universitario de Caracas.

El Hospital Pérez Carreño.

El puente sobre el lago de Maracaibo.

El puente sobre el río Orinoco.

La represa del Guri, una de las más grandes del mundo.

El Hospital de Niños J. M. de los Ríos en Caracas.

El Poliedro de Caracas.

 

Enormes comunidades habitacionales para los más humildes, como Caricuao, Ruiz Pineda, El Valle y Coche. En ese país, que yo tenía y tengo, se edificó la Universidad Simón Bolívar que en su momento era la más bella y completa de América Latina.

 

En ese país del que hoy les hablo, se construyó el Metro de Caracas, orgullo de la ingeniería venezolana. Por increíble que resulte de creer, al bajar e ingresar a las modernas instalaciones del subterráneo recién inaugurado, algunos habitantes desordenados se transformaban en ciudadanos ejemplares de elevada conciencia cívica. Al usuario del Metro de aquel entonces le ocurría lo que a los feligreses al ingresar a una catedral: se impregnaban de respeto, solidaridad, caballerosidad y paz.

 

 

En ese país había y hay una isla paradisíaca llamada Margarita, en donde pobres y ricos iban de vacaciones. Se viajaba en avión. Había hasta quince vuelos diarios o se podía ir con el automóvil en unos barcos llamados ferrys, expropiados por los diablos. ¡Ahora, todos esos barcos están hundidos!

 

 

Allí existía un puerto libre y quienes tenían, y también quienes no tenían, compraban cualquier cosa y no lo van a creer: ¡había agua, gas, gasolina, seguridad y electricidad!

 

 

Podría resaltar un millón de cosas de ese país que yo tenía y que a pesar de la destrucción todavía tengo.

 

 

Pasado y presente están juntos porque esos dos países son uno solo, pero por no cuidarlo de la plaga roja ahora está roto en pedacitos.

 

 

La buena noticia es que tenemos la goma perfecta con la que vamos a unir a nuestro país. Y así como Florentino espantó al diablo cuando nombró a todos los santos, esta goma es infalible porque no solo pega sino que espanta a los demonios: Simón Bolívar, Federico Brandt, Leoncio Martínez, Job Pim, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Juan Vicente González, Arturo Uslar Petri, Miguel Otero Silva, Adriano González León, Aquiles Nazoa, Guaicaipuro, Antonio José de Sucre, Francisco de Miranda, Carlos Rangel, José Antonio Páez, Pedro Camejo, Andrés Bello, Simón Rodríguez, José Félix Ribas, Rafael María Baralt, Luisa Cáceres de Arismendi, Teresa Carreño, Teresa de la Parra, Cristóbal Rojas, Arturo Michelena, Juan Vicente Torrealba, Mario Suárez, Manuel Bermúdez, Néstor Zavarce, Martín Tovar y Tovar, Arturo Herrera Toro, Armando Reverón, Carlos Soublette, Aníbal Nazoa, Juan Pablo Pérez Alfonso, José Antonio Ramos Sucre, Rufino Blanco Fombona, Jorge Tuero, José Rafael Pocaterra, Elizabeth Schön, Alfredo Cortina, Óscar Martínez, Mario Briceño Iragorry, Julio Garmendia, Oswaldo Yepes, Manuel Caballero, Francisco Massiani, César Girón, Mariano Picón Salas, Néstor Caballero, Pablo Antillano, Levi Rosell, José Ignacio Cabrujas, Antonia Palacios, Delio Amado León, Fermín Toro, Héctor Cabrera, Rafael Arráiz Lucca, José Rafael Pocaterra, Ramón Pasquier,  Ida Gramcko, Francisco Herrera Luque, Mariano Picón Salas, Sergio Antillano, Germán Carrera Damas, Fernando Paz Castillo, Manuel Graterol Santander, Isaac Chocrón, César Rengifo, Manuel Díaz Rodríguez, Héctor Mujica, Juan Liscano, Salvador Garmendia, Vicente Gerbasi, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Óscar Yanes, Jacinto Convit, José María Vargas, Luis Razetti, Humberto Fernández Morán, Rosalía Romero, José Gregorio Hernández, Marcel Roche, la madre María de San José, José Antonio Abreu, Raúl Delgado Estévez, Pepeto López, Vinicio Adames, Morella Muñoz, Antonio Estévez, Antonio Lauro, Fedora Alemán, Aldemaro Romero, Hugo Blanco, Simón Díaz, María Rivas, José Ángel Lamas, Luis Mariano Rivera, Otilio Galíndez, Alí Primera, Amador Bendayán, Billo Frómeta, Pedro Elías Gutiérrez, Alfredo Sadel, Renato Capriles, Mónica Spear, Pilar Romero, Morela Muñoz, Herminia Martínez, Susana Duijm, José Visconti, Eneas Perdomo, Domingo Mendoza, Vicente Nebrada, Elisa Soteldo, Rafael Briceño, Alirio Díaz, Eva Millán, Belén Lobo, Felipe Pirela, Pedro Penzini Fleury, Mercedes Pulido de Briceño, Franzel Delgado Senior, Cayito Aponte, Honorio Torrealba, Carlos Cruz-Diez, Pedro León Zapata, Jesús Soto, Gustavo H. Machado, Manuel Cabré, Luis Castro Leiva, Carlos Raúl Villanueva, Alberto Arvelo Torrealba, Sofía Ímber, Hernán Gamboa, Raúl Amundaray, Magdalena Sánchez, Eva Moreno, Amalia Pérez Díaz, José Bardina, Gustavo Rodríguez, Doris Wells, Tomás Henríquez, Rebeca González,  Daniel Alvarado, Rafa Galindo, Agustina Martín, Memo Morales, Hugo Blanco, Carlos Márquez, Lourdes Valera, Italo Pizzolante, Marco Antonio Lacavalerie, Delio Amado León, Rómulo Betancourt, Teodoro Petkoff, Alicia Pietri de Caldera, Menca de Leoni, Inocente Carreño, Guillermo González, Renny Ottolina, el Pavo Frank, Francisco Narváez, Carmen Victoria Pérez, Octavio Lepage, Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Luis Herrera Campins, Raúl Leoni, Ramón José Velázquez, Alí Primera, Rafael Vidal, Teo Capriles, Óscar Pérez.

 

 

@claudionazoa

Querido líder…

Posted on: febrero 17th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

!Usted logró tamaña proeza…!

 

Yo lo admiro porque usted y los amigos que lo mantienen en el poder, como buenos toreros, han logrado lidiar con la oposición de la derecha apátrida que está acompañada por la del centro traidora y por la izquierda moderada burguesa, es decir, por 87% de los venezolanos…

 

■   Lo que más he admirado en este tiempo convulso y gracias a su sapiencia infinita, es que decidió que ya no le gustaba la Constitución de su comandante eterno ¿se acuerda?, el que nació en Sabaneta de Barinas. Él decía: “Esta es la mejor Constitución del mundo”.

 

 

Sin embargo, usted, mi admirado comandante en jefe, dijo que había que cambiarla por otra que fuera la más mejor del mundo. Para eso, con el TSJ que nombró, montó una asamblea nacional paralela a la legítima y la nombró legítima y a la legítima, la declaró ilegítima. Nunca había visto algo tan maquiavélicamente bien hecho. De ñapa, sus amigos nombraron al fiscal general, al contralor y al defensor del pueblo.

 

 

Estoy emocionado querido líder y sin que me malinterprete, confieso que me gustaría invitarlo a bailar porque es que ¡usted sí que tiene son! Inventa vainas que parecen que son verdaderas, aunque todo el mundo sabe que no lo son.

 

 

Dígame cuando el otro día, es que usted no deja de sorprenderme, unos muchachitos en el destruido, abandonado y malogrado Hospital de Niños morían por falta de tratamiento a pesar de los esfuerzos de los médicos héroes y usted, orondo y rodeado de militares, dijo que iba a inaugurar una fábrica de ametralladoras y mostró en cámara unas motos rarísimas que, según sus palabras, “fueron hechas con material de desecho”, a las que les instalaron un lanzagranadas y una ametralladora. ¡Genial! Esa vaina no se le ocurre a nadie.

 

 

Pero la cosa no quedó allí. Me encantó cuando dijo que iba a mandar esas motos a los barrios con 10.000 simuladores de tiros “para que el pueblo agarre puntería”. ¡Tremenda idea! mi querido comandante en jefe, lo único, y perdone que humildemente le sugiera algo, es que creo que hay que tener cuidado para que a los malandros no se les ocurra atracar con lanzagranadas y ametralladoras.

 

 

Extraordinario lo de dejar a la gente sin dinero en efectivo. Usted está dando una lección de comunismo, es malo que el pueblo se acostumbre a tener plata para comprar las cosas que quiera, pues lo ideal es que mendiguen la bolsa de comida que les regala. Lo del Metro que nunca funciona también le está quedando sensacional, es ideal para que los venezolanos hagan ejercicio. Lo del apagón de cuatro días, ¡ni hablar! y qué bellos se ven las estructuras de cemento por donde iba a pasar un tren que costó 10.000.000.000 de dólares y que hoy, ornamentalmente, decora la autopista desde Aragua hasta Carabobo y de Petare hasta Guarenas. Fíjese que en Egipto tuvieron que esperar 4.000 años para que las cosas se arruinaran, en cambio usted ya las construye hechas ruinas.

 

 

Ah, no, pero dónde me deja eso de que la gente se quede sin gasolina. ¡Eso sí que no tiene nombre!, qué venganza tan sabrosa le ha hecho usted a ese 87% de venezolanos que no lo quiere y a quienes lo quieren también. ¡Bien hecho! ¡Se lo tienen merecido! Eso es terapia ocupacional, porque en lugar de estar maquinando en cómo salir de usted, ellos se mantendrán ocupados durante tiempo infinito haciendo cola.

 

 

Y hablando de cola, lo de poner durante horas y a veces hasta días a los abuelitos en una interminable fila india como cuando eran niños de kinder para cobrar una pensión que no alcanza para comprar un pollo, es sencillamente extraordinario y plausible, porque tengo entendido que esos viejitos fueron adecos y copeyanos y eso hay que pagarlo.

 

 

Querido líder, usted se ha convertido en un mago extraordinario: mete la mano en el petróleo y lo desaparece, mete la mano en el cemento y lo desaparece, mete la mano en los pasaportes y los desaparece para siempre, a menos que los de la derecha se bajen mínimo con 1.000 dólares. Mete la mano en las siembras de caña de Aragua que tenían 300 años y en un santiamén convierte aquella belleza en un tierrero infértil. Mete la mano en las empresas básicas de aluminio y acero y más nunca nadie ve una cabilla ni un simple papel aluminio. ¡Usted logró tamaña proeza!, desaparecer la mayor reserva de gas del planeta de un solo tiro. Pero lo más arrecho, es cuando usted agarra preso a los diputados con inmunidad parlamentaria… ¡zúas!, también los desaparece.

 

 

¡Usted es grande, hermano! Tan grande como el extraordinario Harry Houdini, aquel mago escapista del siglo pasado que, amarrado, encadenado y sumergido en un pipote gigante de agua, siempre lograba huir. A Houdini le salieron bien sus trucos de escapismo hasta que un día se ahogó ante los ojos atónitos del público y de sus ayudantes, quienes por cierto no hicieron nada para salvarlo. Dios me lo salve a usted.

 

 

Bueno, mi querido Kim Jong-un, me despido diciendo como usted siempre dice: “La lucha sigue” ¡Claro que sigue y va muy bien!

 

 

Y tocando otro tema, me tiene preocupado otro mago buenísimo que apareció por allí, uno de apellido Guaidó que… ¡Ay, se me acabó espacio!

 

 

*Claudio Nazoa. Humorista, cocinero y escritor de publicaciones gastronómicas e infantiles. P.D.- Nací en Caracas pero todo mundo cree que fue en París, 36 años pero el Viagra y el Whisky me hacen aparentar más. Bien Dotado.

 

 

Por: Claudio Nazoa
@claudionazoa

¿Por qué Bolívar tuvo éxito?

Posted on: noviembre 15th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

 

“No estoy de acuerdo con las marchas. No negociemos nada. No estoy de acuerdo con los trancazos. No estoy de acuerdo con ningún militar ni bueno ni malo. No estoy de acuerdo con la resistencia. No estoy de acuerdo con la MUD. No estoy de acuerdo con votar. Todos, menos yo, son traidores”.

 

Qué valientes son los líderes de la oposición. Arriesgan su vida exponiendo libertad y pellejo en una lucha desigual, y algunos malagradecidos responden con ofensas y burlas. Qué difícil e injusto es lidiar con quienes critican y no proponen. Cómo habrá sufrido Bolívar organizando, el 24 de junio de 1821, a aquel gentío para la Batalla de Carabobo.

 

•General Bolívar, los llaneros de Páez dicen que quieren hacer la batalla en La Encrucijada, porque les queda más cerca… Además, andan arrechos porque hay un soldado que Páez llama El Negro Primero, y sí él es primero, nosotros también.

 

• General, los gochos dicen que lo más seguro es que perdamos La Batalla de Carabobo porque hace mucho calor. Sugieren que la hagamos en Mérida que es más fresco.

 

• Mi General, la gente de La Victoria está molesta porque cuando usted pasó, los caballos ensuciaron las calles.

 

•Bolívar, los orientales dicen que en Oriente se enfrió la calle. Que si ganamos, cosa que no creen, se enterarán en meses. Por eso prefieren más bien quedarse con el rey de España.

 

• General, un batallón de San Cristóbal está cayéndose a coñazos con unos caraqueños que hacían chistes de gochos.

 

• General, en Caracas la gente está muy decepcionada. Dicen que para qué más batallas si todo está perdido.

 

• Hay un batallón de maracuchos, mi General, que ya empezaron la batalla por su cuenta. Preguntan que si pueden seguir.

 

•General, el Negro Primero está bailando tambor y no deja dormir a los soldados.

 

•Excelencia, los maracuchos están peleando con los de falda de cuadritos que tocan gaita, porque quieren saber si en Escocia también tiene huevos chimbos.
Imagino a Bolívar en una loma de Carabobo, montado en su caballo:

 

-Venezolanos, los de España son aquellos que están allá: los de la bandera de franja roja, amarilla y roja. La nuestra es amarilla, azul y roja. Ustedes van a combatir a los de allá, a los españoles. Quienes tenemos la bandera amarilla, azul y roja, somos nosotros y estamos unidos alrededor de ella. Les recuerdo que ellos son losu malos y nosotros los buenos ¡Y no sigan jodiendo porque si me arrecho los dejo con los españoles!

 

 

@claudionazoa

 

Renny ha resucitado

Posted on: agosto 18th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

Mencionar el nombre de Renny Ottolina en Venezuela es hacer referencia a un venezolano íntegro, inteligente y maravilloso que vivió en nuestro país.

 

 

Lamentablemente, como pasa muchas veces cuando la gente valiosa muere, la indiferencia de quienes les sobrevivimos y el paso del tiempo hacen que su legado y su nombre desaparezcan entre las nuevas generaciones y tenemos la sensación de que no supimos valorarlas en vida. Así ocurre con algunos venezolanos insignes a quienes los jóvenes de hoy poco conocen. Hay excepciones como Andrés Eloy Blanco y Aquiles Nazoa, quienes son recordados por los venezolanos que viven y recitan sus poemas.

 

 

Triste es que escritores de la altura de Rómulo Gallegos, Teresa de la Parra, Arturo Uslar Pietri y Miguel Otero Silva sean poco estudiados en las escuelas, liceos o universidades. Imperdonable, sobre todo en estas últimas, pues en las escuelas de Letras muy rara vez analizan a estos gigantes de la escritura y la poesía. Incluso, se ha llegado a minimizar la importancia de poetas como Aquiles y Andrés Eloy, quienes, tristemente, son casi ignorados.

 

Pero hoy no es un día para quejas ni tristezas, es de júbilo, alegría y orgullo porque hablaremos de un trabajo único y perfecto. Ojo, que quede claro que aunque parezca exagerado, eso de único y perfecto no me queda más que reiterarlo y reafirmarlo: el montaje de Renny Presente es, sencillamente, único y perfecto.

 

 

Ilustración de EDO

 

El apuesto y versátil actor Daniel Jiménez esta vez no hizo nada. Él no interpreta a Renny. No. Renny se apoderó de su alma y lo convirtió en un monstruo que da miedo, porque sencillamente Daniel Jiménez con su actuación ha demostrado en cuerpo vivo que la reencarnación existe. Sí, estoy diciendo que él no actúa, Renny ha revivido y está entre nosotros. Renny lo ha poseído, así cualquiera triunfa, pero lo mejor es que a nuestro amigo Daniel nadie quiere hacerle el exorcismo.

 

 

Esta es una obra extraña porque no hay libreto, es Renny Ottolina resucitado, sacudiéndonos con su talento y dejándonos sin respiración durante todo este espectáculo histórico. Repito, ¡la vaina da miedo!, no vayan a verla porque no van a poder dormir.

 

 

Juan Carlos Ogando ha sido el director de este extraordinario Frankenstein y ha logrado, de manera amena y magistral, colocar sobre las tablas el discurso de este venezolano insigne. Un discurso antiguo pero absolutamente moderno e ingenioso.

 

 

Renny Ottolina era un visionario. Tenía clarísimo el presente que vivió y el futuro de lo que podría ser nuestro país. Renny Ottolina no era un profeta, no era un político, fue más que un locutor, era un apasionado amante de esta tierra que recorrió y mostró con amor hasta en sus más recónditos rincones. Vivió tan solo 49 años, pero fueron años de pasión efervescente por la radio, la televisión, el espectáculo y sobre todo por Venezuela. Renny le dio sentido real a la trillada frase del amor a la patria. Era, claramente, un fanático de todo lo que oliera a progreso. Renny fue un hombre del futuro atrapado en el siglo XX, un genio de la eternidad, una especie de Julio Verne capaz de imaginar cosas que aún no existían.

 

 

Así de maravilloso es este montaje. Pero como si el hecho de revivir a Renny fuera poco, aparece en escena, en vivo, una mujer que revive todos los días junto con el sol, única y espectacular, amiga y pupila de Renny llamada por él mismo “la Primerísima” Mirla Castellanos. Su explosiva aparición en escena, bella, voluptuosa, brillante, ataviada en un lujosísisimoooo vestido dorado, es la guinda perfecta para este espectáculo.

 

Mirla no solo canta sino que además la Primerísima, de primerísima mano, nos echa los cuentos que ella vivió junto a Renny. Por supuesto, no puedo dejar de nombrar a las bailarinas, las chicas del Show de Renny, dirigidas por el profesionalismo de la coreógrafa Angélica Escalona.

 

 

Increíble todo lo que he escrito y eso que todavía no he hablado de la mamá de este gran show, una productora venezolana quien nos tiene acostumbrados a que su sello de garantía es la excelencia. Si a alguien le da un infarto por la emoción de ver Renny Presente, le tendremos que echar el muerto a Jorgita Rodríguez, mujer innovadora y ardua trabajadora del teatro en Venezuela.

 

Jorgita es una araña que ha entrelazado el elucubrado y bien elaborado tejido de esta maravillosa telaraña que atrapa y mata, para luego, cual seductora viuda negra, devorarnos sin piedad como espectadores por la innegable calidad de tan portentoso espectáculo. Y lo peor no es eso, sino que Jorgita logra que uno muera feliz ante su talento femenino.

 

 

¡Gracias!

 

 

 Claudio Nazoa

Cerebremos el Día del Celebro Humano

Posted on: julio 28th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Realicé una entrevista a mi colega, maestro, terapista, psicoanalista  y amigo, el doctor Carlos Rasquin, a quien conocí en el Hospital Psiquiátrico de El Peñón, donde estuve recluido como paciente durante quince años y luego cursé con éxito rotundo y como alumno destacado un posgrado que duró tres.

 

 

Hice mi tesis de grado sobre un estudio del celebro y mi tutor, por supuesto, fue el doctor Rasquin. Por celebrarse el pasado 22 de julio el Día Internacional del Cerebro, me emociona escribir este artículo y pido disculpas de antemano a los lectores si en algún momento confundo mi papel de entrevistador con el de mi amigo y profesor Dr. Rasquin, quien puede dar fe de que estoy totalmente curado y de que no estoy loco… Repito, ¡no estoy loco!

 

 

En la entrevista él se llamará Dr. y yo C, aunque también yo podría llamarme doctor, pero no enredemos.

 

 

C: —Doctor Carlos, ¿qué es el celebro?

 

 

Dr: —El celebro es un órgano muy raro, aguado, blanco y lleno de zanjas que hasta hoy nadie sabe para qué sirve. Está compuesto por millones de cédulas que le dan identidad y en algunos casos pasaportes, cuando se consiguen. Además, está ubicado en la cabeza, pero es tan aguado que se chorrea por el centro de la columna vertebral hasta llegar al ano, por eso, en algunos casos, hay gente que piensa por ahí.

 

 

C: —Pero, según sus estudios, ¿para qué realmente sirve el celebro?

 

 

Dr: —Como tantas veces lo hemos conversado y estudiado, el celebro es un órgano residual, es decir, se supone que alguna vez, en el pasado lejano, durante la evolución humana, el celebro servía como señuelo para la caza. Más tarde fue evolucionando hasta que llegó a su amorfa forma actual y me imagino que de continuar la evolución, el celebro, al igual que las tetas de los hombres, irá desapareciendo. Sin embargo, hay hombres que en total estado de residualidad contemporánea, hoy en día, no utilizan el celebro para cazar sino para casarse, prueba irrefutable de la degeneración o involución de dicho órgano y prueba también de que sus residuos celebrales, están en otra cabeza un poco más útil para los machos de la especie.

 

 

C: —Hay algo que no entiendo, doctor Rasquin,  si el celebro es tan inútil y está en vías de extinción, ¿por qué usted ha dedicado toda su vida profesional a estudiarlo?

 

 

Dr: —Vainas locas mías… me gusta hacer cosas inútiles. Estudiar el celebro es como casarse: todo el mundo sabe que eso no va a funcionar, pero la gente va y se casa. Además, tenía que utilizar mi mente en algo útil.

 

 

C: —Pero doctor, ¿no hay una contradicción en todo esto?

 

 

Dr: —¡Claro que la hay! Y eso es lo más interesante, porque a la gente le encanta estudiar y hablar cosas inútiles. Así somos: mientras menos entiendas y sepas de algo, más interesante se pone la cosa. ¿Entiendes?

 

 

C: —No.

 

 

Dr: —¡Te felicito! Esa era la idea.

 

 

C: —¿Cuál?

 

 

Dr: —Que no entiendas.

 

 

C: —¡Ah!, entiendo…

 

 

Dr: —Me encanta tu absurdez psiquiátrica.

 

 

C: —Gracias, así decía el famoso psiquiatra Albert Einstein.

 

 

Dr: —¿Einstein? ¿El inventor del bombillo?

 

 

C: —No ese fue Simón Freud, el padre del bombillo ahorrador. Bueno, aclarado el punto, dígame ¿cómo son y para qué sirven las millones de cédulas del celebro?

 

 

Dr: —Son como cualquier cédula pero chiquitas, aunque últimamente se ha hecho cada vez más difícil conseguirlas. Pero tenemos que reconocer que el gobierno bolivariano ha implementado excelentes operativos para sacar las cédulas del celebro. Con respecto a la pregunta de para qué sirven, es obvia la respuesta: sirven para conversar sobre el tema. Además, ¿por qué todo tiene que servir para algo?

 

 

C: —Doctor, ¿cada celebro es un mundo?

 

 

Dr: —¡Claro! Además, todos en algún momento celebramos algo.

 

 

C: —Gracias, doctor Rasquin, por tantas luces.

 

 

Dr: —De nada, apágalas cuando salgas.

 

 

 

Claudio Nazoa

@ClaudioNazoa