Venezuela va al psicólogo

Posted on: agosto 6th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

–Cuéntame, ¿qué te trae por aquí? –inicio el terapeuta.

 

 

–Uff, ¿por dónde comienzo? Bueno, lo primero que me gustaría decir es que mi vida está llena de contradicciones: lo tengo todo para ser feliz, pero estoy deprimida, triste, ansiosa. Tengo tierras fértiles para agricultura y ganadería, pero no hay ganado ni agricultura; tengo las reservas petroleras más grandes del planeta, pero vivo sin combustible; represas hidroeléctricas increíbles, pero no hay electricidad; tengo lugares espectaculares para el turismo, pero no viene ni un alma.

 

 

–¿Y por qué crees que te sucede todo eso que me cuentas?

 

 

–No lo sé. Creo que todo es producto de muchos desórdenes que se han acumulado a lo largo de años.

 

 

–Háblame un poco de tu infancia.

 

 

–Bueno los primeros 300 años los pase con mi madre, España.

 

 

–¿Cómo fue tu relación con ella?

 

 

–Una relación complicada de amor y odio. De ella heredé muchas cosas, algunas buenas, otras malas. Mi cultura, mi lengua, mi administración, mis instituciones, pero también recibí maltratos que me impedían desarrollarme con libertad, su providencialismo, su improvisación, su individualismo y su astucia, que yo transformé en viveza criolla. Por eso decidí separarme de ella y me fui a vivir independiente.

 

 

–¿Y te fue mejor cuando te separaste de tu mamá?

 

 

–Bueno, las cosas no sucedieron como las había soñado. Fue una separación traumática, violenta. Me casé con los militares para librarme de ella, pero después ya no era mi mamá, sino los militares los que me maltrataban y no había forma ni manera de sacármelos de encima. A cuenta de que yo no estaba preparada para ser libre, hicieron conmigo lo que quisieron. Cada vez que aparecía un caudillo, yo volvía a tener nuevas esperanzas, pero que va.

 

 

–¿No te fue bien con ninguno?

 

 

–Bueno, con alguno que otro mejoré un poco. Es verdad que poco a poco fui cambiando. Algunas cosas marcharon mejor, pero eso no justifica. Hasta que un día, cansada de tanto maltrato, me dije: “no aguanto más, aquí hay que poner orden y leyes”.

 

 

–¿Y eso cuándo fue?

 

 

–En 1958. Logré librarme de los militares y me dejé llevar por gente civil, algunos estudiantes, otros doctores. Gente que me conocía bien y quería para mí un destino mejor. Y lo tuve: mejoró mi sanidad, mi cultura, mi nivel de vida. Me volví moderna, me adueñé de mis riquezas, eduqué a mi gente, tuve nuevas ciudades, represas, siderúrgicas, líneas aéreas y mucha gente que venía de todos partes a vivir conmigo a progresar conmigo. Yo avancé y tuve un florecimiento como nunca en la historia.

 

 

–¿Y qué pasó entonces?

 

 

–Pues la relación se fue deteriorando, yo me fui cansando. Muchas cosas ya no funcionaban bien, Hubo falta de equidad, de justicia, Una mezcla de muchas cosas motivo ese cansancio: corrupción, irrespeto a las leyes, abusos, mala administración.

 

 

–Aja, ¿y qué hiciste?

 

 

–Bueno, tonta de mí, apareció un nuevo caudillo militar, de esos con los que tantos malos ratos había pasado, pero pensé que este era distinto: hablaba bonito, parecía tener buenas intenciones, preocupación por los más pobres y sin pensarlo dos veces, como pensé que estábamos tocando fondo, me fui con él.

 

 

–¿Qué tal te fue?

 

 

–Como decimos en criollo, fue peor el remedio que la enfermedad, los países no tienen fondo. Él vino ofreciéndome más democracia y acabó con ella. Aseguró que traería justicia y la sometió a sus caprichos. Dijo que habría libertad progreso y honestidad y terminamos presos, arruinados y siendo una de las naciones corruptas del mundo. Bueno y aquí estoy, atrapada sin saber cómo librarme de esta situación. He acudido a varios especialistas, pero la verdad ninguna terapia me funciona.

 

¿Qué hago?

 

 

El psicólogo miró el reloj y dijo:

 

 

–Bueno, por hoy es suficiente, ya se nos terminó el tiempo. Seguimos en una próxima sesión.

 

 

Laureano Márquez

 

Las condiciones de M

Posted on: julio 17th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Para lograr un dialogo equilibrado, razonable, justo y constructivo, el susobicho solicita amablemente las siguientes condiciones:

 

 

Que las sanciones sean eliminadas, de manera perpetua para siempre.

Que se reconozca la nueva Asamblea Nacional y a sus diputadas, diputados y diputeades, como poderes legítimos, legitimas y legitimes, producto de unas elecciones trasparentes.

Que no haiga juicios en la Haiga.

Que Guaidó se entregue voluntariamente y firme un documento en el que autorice a torturarle.

Que los observadores internacionales acudan solo a aquellas mesas ubicadas en las zonas donde se ha ido la electricidad, de noche.

Que Freddy Guevara reconozca que es terrorista y que es el autor de la destrucción de PDVSA y cómplice del Koky, de los pranes, de las garzas, de las rosas y del sol… Y del sol.

Que se reconozca el derecho a la reelección indefinida del susobicho para siempre jamás.

Que Biden otorgue a los sobrinos de ya saben quién, libertad plena y se les devuelva su cargamento de diablitos.

Que los fondos, producto de la malversación que han sido congelados se descongelen y se paguen los intereses correspondientes por su retención.

Que los gringos detengan el saboteo del suministro del combustible.

Que los gringos detengan la crisis sanitaria.

Que los gringos detengan la violencia en la Cota 905.

Que los gringos detengan el saboteo de la electricidad.

Que los gringos detengan la destrucción del sistema educativo venezolano.

Que los gringos detengan a Iván Simonovis.

Que el que está en Cabo Verde sea puesto en libertad y enviado a Caracas, donde se le espera ansiosamente.

Que cesen las protestas que organizan en Cuba María Corina Machado y la CIA.

Que el presidente de Colombia no siga saboteando el suministro de agua en Venezuela, ni extrayendo venezolanos del país para alejarlos del magnífico estado de bienestar que aquí se vive.

 

Que los Estados Unidos no siga interfiriendo para dañar las excelentes comunicaciones del país.

 

Que Leopoldo López no siga propiciando la inflación desde España.

 

Por último, como prueba de buena fe, el gobierno venezolano se sentará a dialogar con la oposición sí, y solo sí, esta se compromete a no abrir boca durante las reuniones.

 

Si alguna de las condiciones no les gusta las podemos negociar, para eso existen las leyes que podemos arreglar… ¡Cheverequecheverequecheverequechevere, Ah Ah!

 

 

Laureano Márquez

Fundaredes

Posted on: julio 10th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Formar a la gente en la defensa de los derechos humanos, es para el régimen político venezolano, delito de lesa patria. Promover la defensa de la democracia y la libertad, también.

 

 

De hecho, el amado líder supremo acaba de pronunciarse en contra de la “democracia burguesa”, es decir, en contra de la democracia en la que el pueblo vota y elige representantes para que actúen en su nombre y en la que funciona la división de poderes.

 

 

El régimen ha optado por la democracia “participativa y protagónica” en la que el pueblo gobierna directamente. Claro que, como no hay una sala tan grande para reunir a todos, hay que apelar a nuestro máximo conductor, quien, casualmente, conoce de manera tan profunda y objetiva los deseos, pensamientos y necesidades del pueblo, que consultar la opinión de este, resulta innecesario, ya que coincide con la de aquel.

 

 

Esta animadversión del régimen por los defensores de los derechos humanos, por otra parte, es perfectamente comprensible. Como si uno quisiera encargarle a Superman la vigilancia de un depósito de kryptonita, no hay forma ni manera.

 

 

El fiscal general de la república, un hombre que algunos guardan un vago recuerdo como defensor de tales derechos, ha dicho que Javier Tarazona fue sido detenido por “hacer denuncias sin fundamento”. Curioso delito en un país en el que lo que abunda más bien es fundamento sin denuncia.

 

 

Agrega el fiscal: “En declaraciones públicas Javier Tarazona denunció sin presentar ninguna evidencia, salvo una foto sin fecha que existe una relación directa entre el Estado venezolano y grupos irregulares colombianos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”

 

 

Busco en Internet el contenido de  la susodicha fotografía,  y encuentro lo siguiente descripción: “en la fotografía aparecen sentados alrededor de una mesa, que preside Rodríguez Chacín y junto a él su esposa Carola, los jefes guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN): Nicolás Rodríguez Bautista alias Gabino, quien hasta hace unos días fue el máximo jefe e integrante del Comando Central del ELN (COCE-ELN); Eliécer Herlinto Chamorro Acosta alias Antonio García, quien ahora es el máximo jefe de la organización guerrillera; e Israel Ramírez Pineda alias Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del ELN”.

 

 

Puede que el fiscal tenga razón, una foto no prueba nada, cualquier hijo de vecina podría ser fotografiado un día en una animada reunión, tomando café con la plana mayor de la guerrilla por una coincidencia que no hay por qué explicar. Pero, como dirían los locutores de televentas: “hay más”. Si uno rastrea un poco en Internet, encuentra datos como estos publicados por El Tiempo en 2002. Basten como muestra un par de botones:

 

 

21/06/2000.

 

 

Jesús Urdaneta Hernández, ex director de la DISIP y candidato a la gobernación del estado Aragua, acusó a Rodríguez Chacín de colaborar activamente con los grupos insurgentes colombianos. Yo lo boté porque descubrimos que a mis espaldas le rendía cuentas a Chávez, aseguró Urdaneta. En un documento llamado Proyecto Fronteras, fechado el 10 de agosto de 1998, le refiere al presidente los lineamientos de las actuaciones a desarrollar a favor de la guerrilla, agregó.

 

 

03/12/2000.

 

Cambio revela la identidad de los oficiales venezolanos que viajaron a la zona de distensión en San Vicente del Caguán. En el texto, un oficial de la policía colombiana asegura que Rodríguez Chacín se había convertido en una especie de enlace personal entre Hugo Chávez y Manuel Marulanda. Días más tarde, el presidente venezolano reconoce que Rodríguez Chacín es el enlace.

 

 

Así que no digo una fotografía, por lo visto aquí hay material para una miniserie documental… Y de veinte temporadas.

 

 

El día en que me transformé en egresado

Posted on: junio 5th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Uno nunca debería irse…

 

 

Fue una mañana de septiembre. Yo entré a la UCV como cualquier otro día, luego de saltar a la acera, en la parada de Las Tres Gracias, desde lo alto de un autobús de la línea San Ruperto o, como a los estudiantes nos gustaba llamarlo, Saint Rupert. Línea en la cual solía subirse el elocuente vendedor del mentol Apache, un mentol que lo curaba casi todo y que era anunciado con un slogan que aludía a su reducido precio: «¡la casa Apache pierde!» Entré por la Parroquia Universitaria, atravesé el pasillo de arquitectura, me metí por derecho para acortar camino. Me detuve en el cafetín de Rafael a pedir el habitual guayoyo, pero todo era diferente ese día: nos teníamos que encontrar en el rectorado los compañeros de estudio para firmar la obligatoria acta de graduación.

 

 

Estábamos todos frente a la irremediable línea que separa de la universidad a un estudiante que ha librado batallas académicas de cinco años y hasta campañas admirables de diez, en algunos casos, para convertirlo en egresado. Ya no veníamos a inscribir semestre; ya no nos encontraríamos en las aulas nunca más como lo habíamos hecho hasta entonces. La UCV iniciaba ese día, gracias a nosotros y como lo había hecho tantas veces, el trabajo de parto. La UCV nos daba a luz –nunca tan bien usada la expresión, pues se completaba la iluminación del conocimiento- pero éramos nosotros los que sentíamos los dolores. Algunos compañeros comentamos lo útil que sería que uno pudiera estudiar la misma carrera dos veces: la primera para graduarse, la segunda para aprovecharla mejor, sabios como éramos ahora, que sí conocíamos para qué servía nuestra profesión.

 

 

Bajo el reloj, juramos todos que nos encontraríamos nuevamente una vez al año. Alguien dijo que eso era mucho tiempo, que mejor sería una vez por semana en El Tropezón, entre arepas y cerveza. No nos hemos reunido nunca y ya vamos para los 30 años de graduados, pero nos hemos vuelto a encontrar por los pasillos de la vida y en salones de clases de los colegios en los cuales se han reunido nuestros hijos, algunos de los cuales ya estudian en la UCV. Inevitablemente, esos fugaces momentos hacen que mi alma retorne, por las veredas de la nostalgia, a «la casa que vence la sombra» y entonces rememoro aquel día en que la profesora de sociología me sorprendió imitándola desde la cátedra; la primera vez que entré al Aula Magna; los «sanguches» de pernil de Ingeniería; el mitin de Zapata; los libros de la Editorial Progreso; los exámenes orales del profesor de Historia; las clases en las que lloré frente a la hermosura de la filosofía griega; el croar de los sapitos que acompañaban las sesiones de lectura hasta el cierre de la biblioteca en la noche.

 

 

Ser egresado es también una profesión. Conseguir trabajo puede ser el más difícil de los exámenes. Tratar de abultar el currículo es todo un arte. Con el acto de grado se acaba la luna de miel de la vida, como si ese día se alcanzara la verdadera mayoría de edad.

 

 

Ayer volví a la Escuela en la que estudié a dictar un seminario. Tomé un café, como siempre, donde Rafael, cuyos cabellos están ahora completamente encanecidos. Cada rincón de la UCV me contó una historia de mi pasado, un pedazo de lo que soy. Transité, como un viajero del tiempo, por las sensibildades que me han dado forma, por los momentos en que todo era posible. El destino del mundo estaba en nuestras manos y amasábamos utopías tendidos sobre la grama. Pasé lista, miré la mirada expectante de mis alumnos, que era la misma mía de otrora y entonces no lamenté ser egresado, porque uno nunca se va.

 

 

Laureano Márquez

 

Escándalo, es un escándalo

Posted on: mayo 14th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Este escrito no va de la famosa canción de Raphael, sino de nuestras noticias cotidianas.

 

 

Cada una de ellas aisladamente, en un país con instituciones operativas, pondrían en jaque al más popular de los gobiernos.

 

 

Sin embargo, entre nosotros como todas esas tragedias nos llegan en cambote, casi no queda margen para que uno se escandalice, porque se nos va la jornada en saber cuál de todas es la de mayor gravedad.

 

 

Hagamos un ejercicio al azar: tomemos el día de hoy (11/05/2021). Titulares de La Ceiba, que recoge noticias de diversos portales informativos:

 

 

“Un memorándum del régimen de Maduro, llamado ´Oportunidades de Inversión en PDVSA`, que la empresa está distribuyendo entre inversionistas, sugiere que prácticamente todo está en venta o disponible para invertir, reseña Dallen”.

 

 

Es decir, PDVSA, que fue una de las empresas petroleras más importantes del planeta, no solo está quebrada, destruída, sino además a punto de ser desnacionalizada, curiosamente, por un régimen que presume de nacionalista, que llegó al poder montado en un discurso contrario a la privatización de las empresas públicas. Por otro lado, le pregunto a usted, lector: si tuviese unos churupos guardados fruto de su esfuerzo, ¿los invertiría en la PDVSA actual?

 

 

“El director de la ONG Funda Redes, Javier Tarazona, difundió este lunes un comunicado, emitido por la disidencia de las guerrillas de las FARC, en la cual admiten que tienen en su poder a 8 militares venezolanos y solicitan a la Cruz Roja Internacional activar protocolos para gestionar su entrega.”

 

 

Imagine usted que este hecho acontece en Alemania: 8 militares alemanes han sido captados por un grupo terrorista y la señora Merkel no aparece ni siquiera para decir: “dieser mund gehört mir”, que dicho en cristiano no protestante significa “esta boca es mía”. ¿Qué cree usted que sucedería en Alemania?
“ABC de España: PDVSA desfalcó más de $1.500 millones en compras entre 2009 y 2015. El medio español tuvo acceso a una serie de documentos que revelan la mecánica con la que se perpetró un saqueo de la mayor empresa pública de Venezuela”.

 

 

Cómo reaccionarían los españoles si fuesen informados de que una empresa del Estado español desfalco 1.235.400.000,00 euros. Sería no la noticia del año, sino de la década. No la olvidarían jamás, las sacarían en todos los debates –¡con toda razón!– y además algún tribunal estaría buscando a un tal Ramírez.

 

 

Sumo y sigo:

 

 

“El Pitazo: Monagas. Seis presos mueren en disputa interna en cárcel de La Pica”.
Imagínese usted por un momento que en la cárcel de Halden, en Noruega mueren seis reclusos en una disputa. Sería un embrollo de dimensiones internacionales, aparecería reseñado en todos los medios del planeta y probablemente la primera ministra Erna Solberg tendría que dimitir de manera inmediata y se acabaría su carrera política. Para nosotros es un acontecimiento prácticamente cotidiano.

 

 

Para finalizar, esta perla:

 

 

¬“El Pitazo: Cojedes. Vacunas contra el Covid-19 serán para activos en el sistema Patria”.
Suponga usted que en Francia se produce alguna discriminación en la vacunación de la que, además, pueda sospecharse que tiene algún tinte de chantaje político sobre la población. Póngase la mano en el pecho, cante La Marsellesa y responda.
Escándalo, es un escándalo.

 

 

Laureano Márquez

 Editorial Tal Cual

El Señorío de la Cota 905

Posted on: marzo 26th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Venezuela marcha, sin duda, como Europa luego de las invasiones bárbaras, hacia una nueva forma política: el feudalismo malandro. Se van perfilando los pequeños reinos que constituye el delito, no solo en el sur del país donde la guerrilla y los narcos ya cuentan con vastos dominios, sino también en la propia capital. Se dice que la caída de Roma no fue una ruptura traumática, sino más bien una transformación gradual, hasta que poco a poco los ciudadanos fueron cayendo en cuenta de que el imperio ya había desaparecido. La destitución del último emperador de occidente fue una especie de formalidad, algo así como que los bárbaros dijeron: «Ese Rómulo Augústulo ¿qué dice? Mira, chamo, si nos fueranos dao de cuenta que tu estabas aquí, te fueranos quebrao antes, así que pírate de una». Claro todo esto dicho en perfecto latín.

 

 

Esta transición feudal que vivimos de una forma política malandra a otra, donde ya el poder no se concentra en uno, sino en muchos, va creando sus propias reglas. Los señores feudales organizan su propio ejército y muy bien armado. Crean su propia corte malandra y si le brindan algún apoyo a un poder central, que termina siendo más simbólico que real, es bajo la vieja fórmula: «nos, que valemos tanto como vos, y juntos más que vos, os hacemos señor entre iguales». Iremos viendo, poco a poco, complejas formas de vasallaje entre bandas armadas y quien quita que con su propio ceremonial. Alianzas estratégicas entre ellas para mantener su fuerza y ocasionales vínculos con el poder central al que se reconoce formalmente, siempre y cuando este respete el poder del pran sobre su feudo. De hecho, el control hamponil sobre sus señoríos es total, tómese debida nota de que allí no entran esos ejércitos a los que no les falta valor para arremeter en contra de estudiantes desarmados, pero a los que, ni por asomo, se les ocurre plantar cara a otros ejércitos, tan poderosos e inescrupulosos como ellos o incluso más.

 

 

Así como el señor feudal tenía derechos sobre todo lo que estaba bajo su dominio, el señor malandro controlará su zona, obtendrá los beneficio de los que en ella trabajen, que terminan convertidos en siervos en una relación de vasallaje. De hecho, podríamos decir que el pranato, que es el territorio bajo el dominio del pran, equivale a lo que en la Edad Media fueron los ducados, condados o marquesados. El pran tiene derecho a administrar “justicia” en su feudo, a cobrar impuestos de atraco, a secuestrar siervos, a disponer de sus vidas, a imponer las leyes que él considere convenientes y a conquistar otros territorios con su ejército montado en caballos de hierro.

 

 

Esta forma política, como sucedió con el feudalismo medieval irá generando sus propias manifestaciones en el arte y la cultura. Quizá no veamos castillos, pero sí, seguramente, mansiones amuralladas en la Cota 905 de estilo «estrangótico». Una nueva literatura también, tal vez «el rap del mío Coqui», donde se relaten sus hazañas, cantadas por los robadores, perdón quise decir los trovadores. En la pintura predominarán los frescos, de grafiti claro.

 

 

Con el colapso del sistema eléctrico, sí que se podrá catalogar con propiedad a este período de oscurantismo. Puede que algún día nuestra historiografía contemple una edad denominada “la larga noche del chavismo”. Pero como toda aberración histórica, terminará siendo solo un mal recuerdo. Así que, en estos tiempos, lo que hay que hacer es prepararse para el renacimiento y evitar en lo posible que el señor pran te baje de la mula.

 

 

Laureano Márquez

 

Un Régimen Antifragilístico

Posted on: marzo 6th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

No es fácil encontrar categorías teóricas que nos ayuden a comprender el proceso político venezolano: La demolición de uno de los países que por sus condiciones materiales podrían considerarse de los más afortunados y prometedores del planeta. Acosado por un modelo político destructor, es difícil entender cómo este se sostiene, cómo logra fortalecerse mientras peor es su desempeño, cómo logra sobrevivir con el mundo en contra, con sanciones internacionales y una larga lista de etcéteras.

 

 

Resulta, pues, que ya hay un desarrollo conceptual que nos permite explicar el fenómeno político venezolano de los últimos tiempos: *La Antifragilidad*. La idea ha sido desarrollada por el escritor libanés-norteamericano Nassim Nicholas Taleb en su libro: *Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden*.

 

 

Creo que la mejor manera de presentar este concepto es como lo hace su propio autor: _»Algunas cosas se benefician de los sobresaltos, prosperan y crecen cuando se exponen a la volatilidad, la aleatoriedad, el desorden y los factores estresantes y aman la aventura, el riesgo y la incertidumbre. Sin embargo, a pesar de la ubicuidad del fenómeno, no hay palabras para lo opuesto a lo frágil, llamémoslo antifrágil. La antifragilidad está más allá de la resiliencia o la solidez. El resiliente resiste los choques y permanece igual, lo antifrágil mejora»_.

 

 

El régimen político venezolano es, quizá, el más claro ejemplo de antifragilidad aplicada a la política. Fenómenos como la corrupción, el irrespeto al ordenamiento constitucional, el fraude electoral, la violación a los derechos humanos y la destrucción de la economía, entre otras situaciones que, en su conjunto o aisladamente, han acabado con los regímenes políticos que los promueven, en Venezuela terminan robusteciendo al poder. Mucho se dijo -por ejemplo- que, sin dinero, un sistema político populista no podría sostenerse. Pues parece que la ausencia de ingresos le hace más fuerte en otras formas de dominación. Cada desastre brinda a la oligarquía gobernante nuevas oportunidades de afianzar su poder. Si la gente emigra huyendo, se beneficia de las remesas internacionales; si escasea la comida, el control político de la gente que depende de los alimentos repartidos por el gobierno es mayor; si convoca a elecciones y frente a ellas la oposición se abstiene, se beneficia porque le resulta menos complicado ganar, pero si participa, también se beneficia, porque logra legitimar la trampa. Es que, incluso, la crisis del combustible en un país petrolero ha hecho que el aumento del precio de la gasolina -tan polémico en otros tiempos- se haya dolarizado, como decían los giros de crédito de antes: «sin aviso ni protesto». Todo lo que para otros regímenes políticos es adversidad, para el de Venezuela es aprovechable, ventajoso, favorable: Narcotráfico, guerrilla, terrorismo internacional, etc.

 

 

Los propios errores terminan convirtiéndose en una gran ventaja para el régimen venezolano: Si falla la electricidad, se logra movilizar a la población contra el «Imperio que ha causado la falla» y entonces cada apagón termina favoreciendo la tesis de la conspiración y del complot internacional, que además sirve de excusa para detener a adversarios políticos que puedan representar incomodidad u obstáculo. Quizá el más reciente ejemplo de la antifragilidad del régimen es la pandemia de covid-19. Mientras que en otras latitudes ha debilitado gobiernos, en Venezuela le vino al régimen como anillo al dedo para aumentar el control social, para convertir el retorno al país en un delito, para encarcelar a periodistas independientes dispuestos a informar, para ayudar a sobrellevar el colapso del combustible y para mantener a la gente recluida e impedida de protestar.

 

 

En definitiva, hay gobiernos que se tambalean cuando lo hacen mal, el régimen venezolano se fortalece con cada calamidad, sea ésta provocada por él o producto del azar.

 

 

Al enviar un paquete con contenido delicado, se le suele poner una etiqueta que dice: *»frágil, manéjese con cuidado»*. Venezuela es un paquete que lleva por fuera una etiqueta diferente: *»antifrágil, manéjese a los coñazos»*. Y ya sabemos quién se la ha colocado. »

 

 

 

Laureano Márquez P.

La rebelión de los monos

Posted on: febrero 26th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

La noticia de la fuga de los monos ha conmocionado al país, no era para monos, digo, para menos, desde el primer momento corrieron por las redes los rumores, saltando de Twitter a Instagram y de allí a Facebook. La noticia trae cola: eso de que los monos abandonaron las jaulas por hambre, no se lo cree, a estas alturas, casi nadie. Como todo el mundo sabe, ellos cuentan con varios bodegones muy bien surtidos en las cercanías y un mono siempre resuelve. La verdad es que los simios concibieron un plan de fuga, sin duda alentados por agentes de la CIA, que los han venido entrenando durante todos estos años, con la colaboración de la oposición fascista y golpista, para conspirar en contra del régimen venezolano -financiados, obviamente, por Juan Guaidó, quien, curiosamente, fue visto por allí dos días antes con una bolsa de maní en concha (con cáscara para la versión argentina)-. Suerte que no lo vio la carcelera. La salida de Trump del poder aceleró, sin duda, el plan. Por los documentos que se encontraron, incluidas extensas monografías camufladas en conchas de cambur, se pudo conocer que la intención inicial de los monos era tomar la sede de la Cuarta división, por ser la más cercana al Jardín Zoológico de Las Delicias, de Maracay, lugar donde venían residiendo los monos y que era también -¡qué casualidad!- la residencia favorita del general Juan Vicente Gómez, tan favorita, que decidió morir allí el 17 de diciembre de 1935, rodeado de todos los animales. Dices que antes de morir mandó a callar a Dolores Amelia que lloraba inconsolable diciéndole: «¡Chita!». De modo que, si alguien albergaba alguna duda del carácter golpista del plan, este último dato la despeja.

 

 

Una vez tomado el parque de la Cuarta división, el siguiente paso del plan golpista era llegar hasta el Museo aeronáutico, abordar los monoplanos y aviones de guerra que allí se encuentran exhibidos, encenderlos (los monos son capaces de cualquier cosa) y enfilar hacia la capital de la república. Otro comando de monos se dirigiría -ya uniformados- al cuartel Páez, donde la tropa los tomaría por generales e inmediatamente se someterían a sus órdenes. De allí, los monos tenían proyectado salir en camiones del ejército rumbo a Caracas, claro que sin comunicar a los soldados la finalidad misión, sino sólo informando de que se trataba de una inocente maniobra de golpe de estado.

 

 

Cuando las ramas del poder público reaccionaron, los monos ya estaban a punto de colgarse de ellas. Sin embargo, el plan quedó develado, porque el zoológico está infestado de babas de los organismos de “inteligencia del Estado” (con perdón) que lograron hacer que los pájaros cantaran delatando la operación. Comunicada la noticia por radio al comandante mono por una guacharaca leal a los golpistas, aquél decidió abortar la misión y dio la orden, que ya es de todos conocida:

 

 

* Mono uno a comando de monos, cambio.

 

* ¿Cambio de monos? ¿Cambio de comando?, ¿cambio de régimen? o cambio de cambio, cambio.

 

* ¡Cambio de cambio!, cambio.

 

* Ah ok, copiado el cambio del sentido de cambio, cambio.

 

 

Ustedes monearon muy bien por allá, pero abortamos misión. Repito, abortamos misión, compañeros monos: ¡monojh! Cambio y fuera…
Esta es la historia, lo que vino después es del dominio público: primates correteando por las zonas cercanas tratando de expropiar en casas del vecindario botellas del anís homónimo con el fin de agarrar una mona y así sobrellevar la depresión sufrida por tan estrepitoso fracaso. Hasta el momento, los cuerpos de seguridad del Estado -que tienen el monopolio de la violencia- no han podido capturar a los rebeldes que deambulan a sus anchas de rama en rama y se niegan a entregarse, haciendo alarde, más bien, de su comportamiento eximio. Algunos agentes, para engañarlos, han tratado de ofrecerles plátanos maduros. La respuesta de los monos ha sido contundente y monolítica, pero preferimos no publicarla.

 

 

Estaremos atentos a cualquier nueva acción del comando Leibniz, nombre con el que se autodenomina la monada rebelde.

 

 

Laureano Márquez

La cuña blindada

Posted on: enero 28th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Entre los millones de cosas que le llegan a uno al teléfono para ayudarnos a no perder tanto tiempo leyendo libros, me enviaron la famosa cuña de la camioneta blindada.

 

Lo tomé como una parodia de la corrupción y el mal gusto. Parecía una crítica mal lograda a la «enchufocracia» reinante. «Se podía haber dicho más», pensé.

 

Sin embargo, inocente uno, resulta que se trata de una cuña completamente en serio. El sabio Mevlana decía: «se visto como eres o sé cómo eres visto».

 

Aquí parece que a mucha gente ya no le importa ser vista como es,  en todo el esplendor de esa terrible tragedia que ha traído el «socialismo» a Venezuela: la corrupción, la riqueza fácil y la ostentación grotesca de todo ello.

 

«Mi patrón, me la dio mi papá» (se refiere a la camioneta), comienza con una toma aérea de aproximación al lugar de blindaje al que supone uno, un hijito de papá, que lleva su camioneta a blindar.

 

Me vino a la memoria una oportunidad en que fuimos a trabajar, Claudio Nazoa y quien suscribe, a Lechería en un hotel importante que tiene una marina.

 

Desde la baranda de un yate con no menos 15 camarotes, un hijo de un enchufado nos reclamó nuestras críticas a un «revolución» que defiende al pueblo y preguntó -además- si nosotros estábamos pagados por Carlos Andrés Pérez.

 

La escena era tan surrealista que parecía una broma. Resultaba increíble que desde ese gigantesco y lujoso cuasi Titanic, alguien estuviese defendiendo al pueblo.

 

Pero resultó que la pregunta era en serio, formulada desde un yate por causa del cual, seguramente, muchas personas eran mucho más pobres.

 

«Marico, sobrepase el nivel, estoy en otro level» sigue la cuña. En Venezuela no es difícil sobrepasar el nivel si tienes la conexión adecuada.

 

El nuevorriquismo, que pasa del subsuelo al nivel multimillonario, necesita exhibir su riqueza.  «Papito en alta siembra, billete pa’ tirar pa’ arriba». Seguramente esa «alta siembra» no es en el campo venezolano, quebrado por otras siembras a las que les conviene su destrucción.

 

«Papi me dijo: ‘hijo blíndala’ por algo será, tiene demasiado billete». Luego va al lado del copiloto y abre la puerta y se baja una hermosa dama. «Me traje a una», no completa la frase, no es menester.

 

La dama pregunta luego que aparte de la camioneta, qué más va a blindar y él responde: «tú sabes, bebé, el juguetico», señalando sus partes íntimas, suyas de él.

 

«Soy un banco andante y quiero algo donde pueda meter efectivo». Entonces le muestran una caja fuerte que va en la maleta de la camioneta.

 

La cuña en general es reveladora de este hombre nuevo, mal educado, sin escrúpulos, machista y criminal que ha producido esta tragedia política que agobia a nuestro país.

 

Frente a esta muestra descarada de lo peor de este tiempo, tenemos que enaltecer y refugiarnos en nuestro lado luminoso.

 

No olvidar nunca que Venezuela es una tierra de gente talentosa, honesta, trabajadora y buena, con mentes cultivadas, poetas y escritores de renombre, músicos eminentes, maestros abnegados, médicos comprometidos, en fin, demasiada gente que mantiene nuestra esperanza blindada.

 

 

Laureano Márquez

“El que no vote, no come”

Posted on: diciembre 4th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Esta frase golpea mucho, más si es dicha en un país en el que la gente se está, literalmente, muriendo de hambre. No se me ocurre ninguna manera humorística de salirle al paso.

 

 

La verdad es que la afirmación no nos aporta nada que ya no supiéramos acerca de una práctica que dese hace largo tiempo se viene implementando en el país.

 

 

Lo sabemos los que no somos víctimas de presiones políticas a cambio de comida, pero lo saben con dramática claridad aquellos que, si no votan, ponen en peligro la alimentación de su familia y a los que se exige cotidianamente compromisos políticos a cambio de recibir comida subsidiada, vivienda, educación y otros servicios esenciales.

 

 

La política venezolana ha descendido a unas cotas de crueldad que resultaban inimaginables, incluso para quienes abrigábamos las más pesimistas expectativas en el lejano año de 1998.

 

 

Menester es reconocer que a diferencia de otros regímenes que con pudor se ocultan sus manejos autoritarios detrás de manipulaciones ideológicas, el de Venezuela, además de contar con esta herramienta, en algunas oportunidades prefiere tomar atajos y proclamar públicamente sus amenazas por si a alguien no le ha quedado suficientemente claro.

 

 

Al régimen le interesa que se conozca con «tramparencia» lo que le puede suceder a quien ose desafiarle, porque el miedo es su fuerza, realmente su única fuerza: el miedo a ser torturado o asesinado, el miedo a ser encarcelado por lo que se dice o piensa y uno de los miedos más ancestrales del ser humano: el miedo a no conseguir comida, que conduce a la desesperación.

 

 

Algunas frases al azar le vienen a uno a la memoria sobre estas verdades que se han proclamado sin pudor si escrúpulo alguno: «no importa que andemos desnudos, no importa que no tengamos para comer, aquí se trata de salvar la revolución»; «no vamos a sacar a la gente de la pobreza y llevarla a la clase media para que sean escuálidos»; «vinimos a vengarnos»; «PDVSA es roja rojita»; «treinta años pido yo para esa jueza».

 

 

Se podrían llenar volúmenes de frases de este estilo y muchas otras de peor calaña.

 

 

Todas ellas constituyen confesión de parte de las tropelías que estaban dispuestos a cometer y cometieron: empobrecimiento deliberado y calculado de la población, sometimiento del poder judicial, destrucción de la principal empresa petrolera del país convirtiéndola en sucursal del partido gobernante, etc.

 

 

Del chavismo se podrán decir muchas cosas, pero nunca que no anunció sus verdaderos planes.

 

 

Uno no tiene corazón para decirle a la gente que ha sido amenazada con su extinción que mantenga su dignidad cívica y se muera de hambre.

 

 

Si te ponen a negociar entre salvarle la vida a tu hijo y ceder en tus convicciones políticas, te la están poniendo bastante difícil.

 

 

Estas elecciones parlamentarias que se avecinan han sido descalificadas como libres y democráticas por la mayoría de los países con regímenes políticos plurales y respetuosos de los valores de la democracia.

 

 

Aquellos que las avalan son países sin elecciones libres, con dictaduras consolidadas.

 

 

Pero aquellos que no padecen el dramático dilema y llaman a votar desde la oposición y la «oposición», simplemente les formulo la sencilla interrogante que el profesor Ángel Álvarez desde su Twitter, les envía en este complejo momento: “A los candidatos de oposición a las elecciones de la AN, preguntas sinceras: supongan que ganan la mayoría (como en 2015 o más) ¿qué les hace pensar que podrán ejercer sus cargos, aprobar leyes y propiciar algún cambio? ¿Por qué ustedes sí y los anteriores no?”.

 

Laureano Márquez