¿Qué será «pronto»?

Posted on: abril 28th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

«Pronto». «Falta poco». «Eso es ya». «Aguanta un poquito». «Ya casi». Estas frases y muchas más salen a diario de la boca de nuestros políticos cada vez que se refieren a la tan aclamada y necesaria salida de Nicolás Maduro del poder. Pero ¿qué será para ellos «pronto»? ¿qué significará para ellos eso de «falta poco»? Definitivamente, sus conceptos de tiempo no son los mismos que manejamos los venezolanos comunes y corrientes, más aún, la diferencia entre ambas interpretaciones es abismal.

 

 

¡Qué dificil se nos hace a los venezolanos seguir aguantando la pela! Tanto los que seguimos dentro como los que en su momento decidieron emigrar pasamos los días montados en una montaña rusa de emociones, con cambios de humor incomprensibles, una ansiedad que no cede, una mente que no para y la angustia constante de cómo resolver el siguiente día.

 

 

Tanta es la desesperación que buscamos tablas de salvación para aferrarnos a alguna ilusión, por muy efímera que esta sea, que nos mantenga en pie: alguna declaración internacional que nos dé esperanzas, análisis políticos de distintas índoles, videntes que pronostiquen hechos que nunca se concretan o consejos espirituales, astrológicos y religiosos para mantener la cordura.

 

 

Estamos desgastados emocional, social y físicamente. Cada día presentamos un examen de supervivencia. Nos movemos en una realidad agotadora, extenuante, en la que si no es el agua es la luz, si no es el gas es la gasolina, si no es la escasez de alimentos es que estos son incomprables, si no es la hiperinflación en bolívares es la inflación en dólares, si no es el gobierno es el coronavirus, si no son los chavistas es la oposición.

 

 

¡Cuánto pesa en este momento una solicitud de paciencia! A estas alturas de la devastadora realidad nacional pareciera que nos cachetearan cada vez que nos dicen que aguantemos un poco más. Entendida la paciencia como la capacidad de soportar las adversidades sin descomponerse; saber esperar tranquilamente una cosa, especialmente cuando esta demora mucho o es muy anhelada, me pregunto ¿qué más nos van a pedir? ¿Hasta cuándo podremos soportar sin morir en el intento?

 

 

Definitivamente, la diferencia entre los tiempos y la paciencia entre unos y otros las marcan algunas condiciones. No es igual la espera para quien tiene la barriga llena, está con aire acondicionado maraqueando un buen whisky y tiene plata en el bolsillo, que para el que está encerrado sin comida, con los muchachos llorando por hambre, sudando la gota gorda porque no hay electricidad, sin agua ni para lavar los baños y sin un dólar en la cartera, solo confiando en que alguno de los suyos le pueda enviar una ayudita desde el extranjero.

 

 

Entonces, ¿qué es «pronto»? ¿Qué es «falta poco»? ¿Qué significa «eso es ya»? ¿A qué se referirán con «aguanta un poquito»? ¿Qué será «ya casi»? Todo depende del cristal con que se mire pero el del grueso de los venezolanos ya no da para más.

 

 

@gladyssocorro

¡Boom!

Posted on: abril 21st, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Explotó la burbuja. La mediana normalidad de intentaban aparentar en Venezuela se acabó. El coronavirus ha dejado al desnudo una depauperada economía familiar que sólo sobrevive por las remesas que reciben de sus familiares en el exterior, un país petrolero que ya no tiene gasolina ni para atender a la Gran Caracas, un sistema eléctrico que no soporta la carga de una Nación sin empresas y con 4 millones menos de venezolanos, pero sobre todo, ha dejado en evidencia irrefutable a un gobierno que somete a su gente a un despiadado control social a través del confinamiento, dejándolos sin capacidad para alimentarse, para movilizarse ni para cumplir las normas elementales de salud para enfrentar la pandemia.

 

 

La burbuja explotó. La cuarentena es a nivel mundial, y por ende, sus consecuencias económicas, sociales, psicológicas y emocionales nos afectan a todos. En el caso venezolano la realidad se complica aún más porque la ayuda económica que recibía la mayoría de las familias desde el exterior está paralizada. Nuestros connacionales se quedaron sin trabajo, o en el mejor de los casos, sus ingresos mensuales han sufrido una reducción de 25, 50 ó 75%. Incluso, cientos han tenido que regresar al país porque se quedaron sin techo para vivir.

 

 

La burbuja explotó. Muchos de los más de 4 millones de venezolanos que han salido del país buscando posibilidades para mantener a sus familias dentro de nuestras fronteras, hoy podrían estar en peores condiciones que todos. Hasta ahora, para que un migrante pudiera enviar entre 100 y 150 dólares al mes debía desprenderse al menos de 25% de su salario, sobre todo quienes apostaron por un país latinoamericano. Por ejemplo en Colombia, donde se registran 1.3 millones de desplazados venezolanos, el sueldo mínimo son 226 dólares, quedándoles sólo 126 dólares para pagar la renta, servicios, comprar alimentos y transporte, entre otras cosas, durante el mes.

 

 

La diáspora venezolana se calcula hoy en 4 millones de personas mientras que las proyecciones para el cierre de año estiman 5,6 millones. Después de Siria, somos el segundo grupo de poblaciones desplazadas más grande del mundo. Según estimaciones económicas, al cierre de 2019 entraron al país 3.400 millones de dólares en remesas y se esperaba que para finales de año estas alcanzaran los 5.000 millones. Mientras tanto, a lo interno la hiperinflación pulveriza cualquier ingreso. El aumento de precios es insostenible, pueden llegar a cambiar hasta 5 veces al día. Incluso, el dólar, que es una de las monedas más fuertes a nivel mundial, en Venezuela también sufre el revés de la inflación. Cálculos de la firma Ecoanalítica dan cuenta de un aumento del costo de la vida de 110 a 750 dólares al mes.

 

 

La burbuja explotó. Al cierre de la jornada de ayer lunes el precio del barril de petróleo venezolano se desplomó hasta los 3 dólares, lo que hace inviable cualquier manejo del presupuesto nacional, ya deficitario e hiperdevaluado desde hace muchos años. La administración de Nicolás Maduro quebró al país, no tiene ni medio partido por la mitad.

 

 

La burbuja explotó. Ya no se salva ni Caracas. En la capital comienzan a padecer el calvario que se vive en el interior del país desde hace años. Ya se ven largas colas para surtir gasolina y muchas veces sin éxito. Los someten a racionamientos eléctricos diarios y sufren apagones constantes, el agua brilla por su ausencia y hasta la mínima transacción se hace en dólares porque bolívares no hay. El caos nos llega a todos, nadie se salva de la tragedia nacional que se profundiza con cada día que pasa ¿Hasta cuándo aguantaremos?… ¡Boom!.

 

 

 

Gladys Socorro

@gladyssocorro

¿Hasta cuándo se extenderá esto, presidente?

Posted on: abril 14th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

«Te lo pongo sencillo: ¿ellos tienen más gente que antes? No. ¿Ellos tienen más poder que antes? No. Entonces, ¿cómo vamos?». Con esa reflexión cerraba la breve entrevista que le hiciera hace exactamente un año. Le hacía la pregunta obligada de entonces y de ahora: ¿hasta cuándo se extenderá esto, presidente? Para ese entonces su proyección eran dos meses, ahora no sabemos.

 

 

Hablé con Juan Guaidó un caluroso y soleado domingo en medio de sus actividades de calle entre Cabimas y Lagunillas, en Zulia. Habían pasado tres meses de convertirse en presidente interino de Venezuela. Hasta la fecha sigue sin lograr el objetivo fundamental por el que lo respaldó todo el país y otras 56 naciones: sacar a Nicolás Maduro del poder y democratizar nuevamente a Venezuela. Aunque para entonces aseguraba que «nosotros somos mayoría y no permitiremos que un grupito de personas mantengan secuestrado el país», hoy su figura se asemeja más a un rey sin corona que no tiene posibilidad alguna de acción a lo interno mientras Maduro ocupe la silla de Miraflores.

 

«Ellos ya perdieron y nosotros no nos vamos a dejar joder», me decía un Guaidó de 35 años que apenas estrenaba cargo presidencial y transpiraba la seguridad del vencedor, de quien tiene el juego ganado y que además conocía las cartas del adversario. El mismo al que meses después se le enredó el papagayo con un golpe militar fallido y el abandono de las calles por parte de millones de venezolanos que se cansaron de marchar con sus banderas a cuestas mientras en sus casas estaban sin luz, sin agua, sin gasolina, sin medicinas, sin dinero y sin un sistema de salud medianamente digno que atendiera a sus familiares con cáncer o cualquier otra enfermedad que los consumía.

 

 

Desde entonces los venezolanos hemos tenido que lidiar con la duplicidad de problemas: 2 presidentes, 2 gobiernos, 2 Asambleas, 2 Tribunales de Justicia, gobernadores paralelos en las 4 gobernaciones opositoras y protectores en alcaldías antichavistas. En lo concreto, en lo cotidiano, al venezolano le va peor cada día. Su supervivencia se hace cuesta arriba y la única esperanza que tiene para salir de esta tragedia depende de terceros, es decir, de los gringos.

 

 

Hace un año Guaidó me lo dijo y yo le creí. Doce meses después le sigo creyendo, pero con recelo. Aunque si bien es cierto que a lo interno las condiciones del país son paupérrimas, debemos reconocer que a nivel internacional hemos llegado adonde nunca habíamos llegado. 56 países, incluyendo a las grandes potencias del mundo, lo respaldan como presidente, siendo la figura política nacional en torno a la que se mueven los hilos para adelantar la estrategia que pudiera darle jaque mate a Maduro, quien hoy está acusado formalmente por terrorismo y narcotráfico.

 

 

Pero Juan Guaidó y su entorno también deben reconocer un grave error: han abandonado a su suerte a millones de venezolanos que, a causa de la emergencia del coronavirus, están en el extranjero sin trabajo, sin techo, sin comida y sin un estatus migratorio que les permita obtener los beneficios que entrega el gobierno del país al que tuvieron que huir. ¿Dónde está tanta ayuda humanitaria que dicen haber recibido? ¿Qué están haciendo sus embajadores designados por ayudar de manera efectiva a sus connacionales? ¿De verdad creen que los venezolanos que están regresando al país en esas condiciones degradantes ofrecidas por el gobierno de Maduro lo hacen porque confían en él y en que ahora les irá mejor? ¡Pues no! Están regresando porque no tienen otra opción, porque ninguno de los gobiernos les ha tendido la mano.

 

 

A un año de aquella entrevista que se hizo viral por la esperanza que nos inyectaba, le repregunto: ¿hasta cuándo se extenderá esto, presidente? A estas alturas del juego me atrevo a tomar una de sus frases y le pregunto: ¿de verdad ellos ya perdieron? ¿De verdad no nos vamos a dejar joder?

 

 

@gladyssocorro

Tenemos que estar preparados, por

Posted on: febrero 25th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Si Nicolás Maduro no va a renunciar ni a negociar su salida, si los militares no están dispuestos a sacarlo, si la Comunidad Internacional no está ganada a la posibilidad de intervenir militarmente en el país, y si nosotros los venezolanos no estamos dispuestos a seguir en las calles por las razones que sean, entonces ¿qué nos queda? Cerrar filas, organizarnos y retomar el camino electoral. Nos guste o no para allá vamos. Nos guste o no las salidas mágicas no existen. Nos guste o no la vía es contarnos.

 

 

Es hora de aterrizar. Este año es decisivo en esta lucha. Las elecciones parlamentarias son un hecho, están contempladas en la Constitución. En teoría, a partir de julio se debería activar el cronograma electoral, seis meses antes de los comicios de diciembre. Sin embargo, aunque la experiencia de estos 20 años de chavismo nos dice que tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad y cambios en las jugadas, se acaba febrero y todavía no hay consenso en el G4 sobre si participaremos o no en las elecciones.

 

 

El tiempo se agota y Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular siguen deshojando la margarita.

 

 

La avasallante realidad nos obliga a caminar, comer chiclet y hacer bombitas a la vez. Debemos cerrar filas y estar preparados para cualquier escenario. Mientras se profundiza la presión internacional a través de las sanciones a la administración de Maduro y se adelantan las postulaciones ante la Asamblea Nacional para la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral, en la oposición debemos tener listas las baterías para enfrentarlos en caso de que nombren un nuevo poder electoral vía Tribunal Supremo de Justicia o adelanten la fecha del proceso. Así mismo, tenemos que agotar todas las vías en función de lograr las mejores condiciones posibles para realizar esos comicios como son, aparte de la depuración del CNE, la habilitación del voto de la diáspora en el exterior y la observación internacional durante todo el proceso. Claro está, aunque la lucha es por la realización de las elecciones presidenciales, sería imperdonable que a estas alturas nos dejáramos meter doble play.

 

 

Entendamos algo: por más que hayan 2 presidentes, 2 asambleas y 2 TSJ, el bloque opositor no tiene la fuerza para parar las elecciones que el oficialismo convoque pero sí tenemos la fuerza y el respaldo internacional para evidenciar ante el mundo cualquier fraude electoral que hagan o pretendan hacer para robarse las elecciones. Y a las pruebas me remito ¿Qué pasó cuando en el 2005 no participamos en la elección de nuestros diputados? La AN se tiñó de rojo y ampararon todos los desmadres de Chávez, entre esos las leyes habilitantes que ya los venezolanos habíamos rechazado. ¿Y qué pasó cuando decidimos participar en las parlamentarias en el 2015? Nos contamos, ganamos las dos terceras partes, obligamos al Ejecutivo a incurrir en irregularidad tras irregularidad que hoy sustentan su negro expediente a nivel mundial y convertimos la Asamblea Nacional en el único poder constituído aceptado, respetado y respaldado por los gobiernos más fuertes del globo.

 

 

Los partidos políticos son los llamados a liderar esta ruta. Son los que tienen el músculo para engranar a la colectividad con la plataforma electoral. Sólo en bloque podremos avanzar. Seguir empeñados en la abstención es suicidarse y llevarse por los cachos a todo un país que está desesperado por un cambio de gobierno y de sistema. Tenemos que estar preparados porque las elecciones vienen sí porque sí. Incluso, si los gringos incluyesen en abril a Venezuela en su lista de patrocinadores del terrorismo y nos trataran en adelante bajo la óptica de la Ley Patriota, incluso así en algún punto tendríamos que ir a elecciones y si no estamos organizados nos matan en raya.

 

 

Gladys Socorro

Twitter: @gladyssocorro

¿Le aplicarían a Venezuela la Ley Patriota?

Posted on: febrero 19th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

El 2020 arrancó con un nuevo enfoque del tema venezolano ante el mundo. Ya el centro de las denuncias no son los problemas internos como el hambre, el éxodo o la tan necesaria ayuda humanitaria, sino que ahora todas las baterías apuntan a las denuncias de terrorismo, narcotráfico y violación de derechos humanos en contra de Maduro y su gobierno, problemas sensibles y prioritarios para la comunidad internacional. Ante esto, a los gobiernos les resulta muy complicado hacerse la vista gorda por las repercusiones que esta situación tiene para la seguridad de la región.

 

 

Y es que al mundo poco le importa si los venezolanos comemos o no, si tenemos trabajo o no; poco les interesa si se nos va la luz por 6 u 8 horas diarias o si pasamos semanas enteras sin una gota de agua. Eso no les quita el sueño ni les produce el mínimo remordimiento. Pero de sólo pensar que el Estado venezolano pueda albergar, otorgar pasaportes y financiar células terroristas en nuestro territorio le para los pelos a más de uno. Esa es precisamente una de las denuncias que llevó debajo del brazo el presidente encargado, Juan Guaidó, en su gira de 3 semanas en la que se reunió con los mandatarios más importantes del globo.

 

Pero ¿le veremos el queso a la tostada? Eso comenzaremos a medirlo a partir de hoy martes cuando Guaidó anuncie al país las nuevas acciones y sanciones concretas obtenidas como resultado de su gira internacional. Sin embargo, hay que destacar que tras el encuentro que sostuvo el pasado 6 de febrero con el presidente estadounidense, Donald Trump, Washington sancionó a la aerolínea estatal Conviasa, ampliando así una serie de castigos que incluye un embargo petrolero desde abril de 2019 y un bloqueo financiero que impide renegociar una deuda de 140.000 millones de dólares.

 

 

Todo indica que la línea viene dura por el lado de lo que denominan narcoterrorismo, que entendido de la forma más elemental, se trata de la cooperación y alianza estratégica entre mafias del narcotráfico y grupos armados extremistas, grupos insurgentes o terroristas. De hecho, James Story, encargado de negocios de la Oficina Externa de Estados Unidos para Venezuela, indicó recientemente que es posible que se incluya a Venezuela en la lista de países patrocinadores del terrorismo como una medida adicional de presión.

 

La definitiva se conocería antes del 30 de abril próximo, fecha máxima para que el Departamento de Estado entregue la propuesta al Congreso donde será ratificada o no. Hasta ahora sólo Irán, Siria, Corea del Norte y Sudán tienen un puesto en esa lista.

 

 

De concretarse la consideración de nuestro país como patrocinante del terrorismo seríamos tratados en adelante bajo la óptica de la Ley Antiterrorista ó Ley Patriota gringa cuya aplicación es extraterritorial, abarca jurisdicción internacional y se apoya en los tratados internacionales y convenios bilaterales. Además, es de aplicación obligatoria para hacer negocios con los Estados Unidos y los países miembros de las Naciones Unidas. Prevé, entre otras cosas, multas y hasta 10 años de cárcel a quienes realicen transacciones financieras con gobiernos incluidos en la lista, exije al Presidente retirar la asistencia prevista en la Ley de Ayuda Exterior a todo gobierno que preste asistencia al gobierno de un país que haya sido declarado patrocinador del terrorismo y se les cierra la concesión de cualquier tipo de préstamo ante las instancias financieras internacionales.

 

 

Sin duda, estamos frente a un fenómeno global que atenta contra la paz, la estabilidad y el crecimiento mundial. El experto colombiano en defensa nacional, geopolítica y estrategia, Luis Alberto Villamarín, lo recoge así en su libro Narcoterrorismo, la guerra del nuevo siglo: “el terrorismo, el tráfico de armas y el narcotráfico son un triángulo que configura la principal amenaza contra las democracias”. Asegura que hay 80 millones de fusiles AK-47 circulando en los mercados del mundo, 9.000 millones de dólares derivados del narcotráfico ingresan en los paraísos fiscales y los miles de terroristas actúan en la sombra de la impunidad o las limitaciones legales de los países afectados para detenerlos.

 

 

Hoy, los venezolanos estamos expectantes pero incrédulos. Ojalá el prometido anuncio de Guaidó no se trate del anuncio de que pronto se anunciará la nueva fecha para anunciarlo. Sí, exacto, ojalá que no se trate de una nueva cantinflada que sólo traiga más decepción, ilusiones rotas, apatía y descrédito. Dios quiera que todo ésto tampoco se trate sólo de una estrategia política electoral de Donald Trump de cara a su reelección en noviembre próximo. Los venezolanos ya hemos pagado con creces cualquier karma que teníamos pendiente. El profundo dolor que nos ha tocado arrastrar por la mutilación de nuestras familias ha sido más que suficiente.

 

 

Gladys Socorro

@gladyssocorro

Mordisco a las remesas

Posted on: febrero 11th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Si creíamos que el daño más grande que nos había infligido este gobierno era la mutilación de nuestras familias, es porque aún no se había hecho evidente la burla y el negocio que pretenden hacer de la tragedia, el dolor y la separación física de quienes han tenido que huir de la crisis económica, política y social que mantiene inmerso a nuestro país en la peor de las catástrofes.

 

 

Se estima que en dos semanas comience a regir el nuevo impuesto al valor agregado a las transacciones en monedas distintas al bolívar. La alícuota que se debe cancelar por pagos en dólares, euros u otros podría ascender a 25%, medida con la que el oficialismo pretende adueñarse de las remesas que los más de 4 millones de venezolanos envían a sus familias para que puedan alimentarse. Después de Siria, somos el segundo grupo de poblaciones desplazadas más grandes del mundo y se estima que para finales de 2020 el número alcance los 5,6 millones.

 

 

No conformes con que no hay bolívares en el mercado y la inflación ahora es en dólares, quienes están en Miraflores se empeñan en meterle la mano en los bolsillos a quienes hagan sus compras con los pocos verdes que obtengan por vía de un familiar, alguna maraña o los ahorros de toda la vida. Según algunos economistas, al cierre de 2019 la entrada de remesas al país llegó a los 3.400 millones de dólares, mientras que para diciembre de este año podría ubicarse entre 4.500 y 7.000 millones de dólares. No hay duda, el éxodo venezolano se ha convertido en un negocio redondo para el oficialismo, aunque eso signifique pasar por encima de las lágrimas, la soledad, la explotación laboral y la xenofobia de las que es víctima nuestra gente en el extranjero.

 

 

¿Sabrá Nicolás Maduro y su grupito del titánico esfuerzo que se esconde detrás de cada dólar que recibe una familia en Venezuela de parte de quienes viven en el exterior? Sí lo saben, pero no les importa. Para que un migrante pueda enviarle a su gente entre 100 y 150 dólares al mes debe desprenderse del 25% de su salario mensual, monto que cada vez se hace más insuficiente ante la voraz hiperinflación.

 

 

El mayor grupo de venezolanos desplazados se concentra en Colombia, con 1,3 millones. Allí el salario mínimo promedio es de 266 dólares. Partiendo de la premisa de que ese venezolano esté legal, le paguen lo básico como a cualquier colombiano y le envíe 100 dólares a su familia en Venezuela, este tiene que hacer malabares para sobrevivir con 166 dólares mensuales para pagar alquiler, comida, servicios y transporte. ¡Y Dios lo libre de que le salga alguna emergencia!

 

 

La misma historia se repite con los connacionales en cada país que los alberga. Cada día la lucha por sobrevivir es más fuerte para quienes se fueron y para quienes quedamos aquí. Según estimaciones de Ecoanalítica, el costo de la vida dentro de nuestras fronteras ascendió de 110 a 750 dólares al mes para gastos básicos, dura realidad ante la que el gobierno de Maduro se hace la vista gorda y solo se ocupa de ver cómo hace para arrebatarnos los pocos churupitos que tenemos. Ojalá nunca se les olvide que arriba hay un Dios que mira hacia abajo.

 

 

@gladyssocorro

 

 

Tienen de socialista lo que yo de astronauta

Posted on: febrero 4th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Al igual que las garrapatas hacen con los perros, el gobierno de Nicolás Maduro está empeñado en chuparnos hasta la sangre. No conformes con mutilar a millones de familias venezolanas, acabar con la producción nacional, propiciar la muerte de cientos de enfermos por la falta de medicamentos y meter a la cárcel a quien le apetece por el simple hecho de pensar distinto, ahora pretenden quitarnos los pocos dólares que podamos manejar para tapar el tremendo hueco fiscal que ellos mismos crearon.

 

 

Y es que la cuerda siempre revienta por el lado más flojo y siempre somos nosotros, los pendejos, quienes pagamos los platos rotos. La gran idea que se le ocurrió ahora a quienes están en Miraflores para meternos la mano en el bolsillo es la implementación de un Impuesto al Valor Agregado para las transacciones que se hagan con una moneda distinta al bolívar como dólares, euros o pesos colombianos. Esta alícuota podría ubicarse en 25%, es decir, que si el monto a pagar son 100 dólares usted tendrá que desprenderse de 25 verdes adicionales para contribuir con el gobierno. Pareciera que tener dólares en este país es un lujo y que quien los tiene es millonario, pero nada más alejado de la realidad.

 

 

Un estudio hecho por Ecoanalítica en octubre pasado da cuenta de que 54% de las operaciones comerciales que se hacen en el país son en dólares mientras que en Maracaibo pueden llegar al 86%. ¿Será entonces que en la capital zuliana somos todos unos «musiúes» forrados en plata? Pues no. Aunque esa sea la conclusión que brota de la precariedad analítica gubernamental, mucho de ese flujo de divisas proviene de las remesas que envían a sus familias quienes han tenido que huir de la crisis política, económica y social que vive Venezuela, o son los ahorros de una clase media trabajadora que ha sido blanco de todos los fracasos económicos de los últimos 20 años o de los tigritos o marañas que más de uno tenemos que hacer para intentar mantenernos a flote en medio de una hiperinflación que devora todo a su paso. Además, el sistema financiero nacional no tiene los bolívares suficientes para atender la demanda. De hecho, en todo los rincones del país se hace cuesta arriba conseguir efectivo.

 

 

Este nuevo impuesto fue propuesto por el mismísimo presidente obrero en su presentación de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional Constituyente el pasado 15 de enero y en menos de 15 días fue aprobado por los parlamentarios chavistas para comenzar a aplicarse en marzo. Está enmarcado en la reforma parcial que hacen al Código Orgánico Tributario, que además toca la Ley de Aduanas y contempla lo que denominan la creación de una cartera única productiva nacional.

 

 

Pero ésto no queda aquí. En Venezuela, de acuerdo al Código Orgánico Tributario vigente, el cobro de multas, Impuesto Sobre la Renta, impuestos municipales, pagos en registros y notarías, entre otros, se rigen por el precio de la Unidad Tributaria que se ajustaba cada año de acuerdo a los resultasos de la tasa de inflación del período anterior. Sin embargo, este año se ordenó su variación mensual anclada al petro para todos los trámites administrativos en organismos del estado para ir a la par de la hiperinflación pero ni por equivocación se les ocurre indexarle a los sueldos y salarios de nuestros trabajadores la tasa inflacionaria actual e irlos reajustando sobre la marcha.

 

 

Lo ancho para ellos y lo angosto para nosotros. Una vez más los venezolanos estamos contra la pared. Todos los meses incrementa todo menos nuestros ingresos, y encima  quienes hoy nos gobiernan también nos quieren arrebatar los poquitos churupitos que en dólares podemos conseguir. Definitivamente, este gobierno tiene de socialista lo que yo tengo de astronauta.

 

 

@gladyssocorro

¿Negociaciones entre chavismo y oposición?

Posted on: enero 29th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

¿Huele a elecciones? Todo parece indicar que estamos más cerca de unas presidenciales que de pedir una pizza a domicilio. La gira internacional del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, nada tiene que ver con la solicitud del tan anhelado delivery de algunos sino con reforzar la atención mundial sobre la necesidad urgente de seguir presionando a Nicolás Maduro y su grupo hasta alcanzar negociaciones sobre posibles escenarios para su salida.

 

 

Para ello, el también Presidente de la Asamblea Nacional se ha centrado en temas neurálgicos como el narcotráfico y el terrorismo. A cada Jefe de Estado con los que se ha reunido le va dejando las pruebas que avalan sus acusaciones. La idea es cerrar filas entre los cerca de 60 países que lo apoyan hasta ahogar la administración de Maduro. Lo cierto es que todos apuestan por una salida electoral. Ninguno está dispuesto a lanzarse en una aventura que sólo les generaría grandes erogaciones económicas, exposición de su gente y un alto costo político a lo interno.

 

 

El chavismo y la oposición parecieran avanzar en un acuerdo político de cara a una posible convocatoria de presidenciales a la par con las parlamentarias, pero como siempre ha debido ser, hoy sus detalles se mantienen en la más estricta reserva. Desde hace rato Acción Democrática se deslindó de la abstención y se fue a la calle para aceitar su maquinaria electoral. Lo mismo viene haciendo Un Nuevo Tiempo. Por tradición y cercanía ideológica, ambos partidos siempre bailan pegados. Por su parte, hace algunos días reapareció Henrique Capriles, dirigente de Primero Justicia ó de una parte de ese partido, con un planteamiento claro: “…se deben propiciar las condiciones para generar el ‘escenario ideal’ para adelantar la estrategia que se traduce en la materialización de unas elecciones…”

 

 

No en vano Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Maduro, hizo escala por algunas horas en Madrid. Aunque sobre ella pesan sanciones internacionales, ésta fue atendida por un ministro de Gobierno. Coincidencialmente Juan Guaidó también mantuvo una agenda full en España. No fue recibido por el presidente Pedro Sánchez como correspondía, sino por la ministra de Relaciones Exteriores. Si bien la razón de esta actitud pudiera claramente responder al secuestro que mantiene la izquierda al gobierno de Sánchez, no es descabellado pensar que pudiera tratarse de una estrategia para mantener abierta la puerta de las negociaciones que impulsa desde ese país el expresidente Zapatero, quien tiene línea directa con chavistas y opositores.

 

De hecho, el tuit de la titular de la cartera de exteriores tras la reunión con Guaidó dice: “Gracias x una buena conversación comprometida con generar condiciones para la celebración de elecciones presidenciales con garantías democráticas”, mientras que en la nota oficial de su despacho se agrega que “España trabaja para este fin con sus socios de la Unión Europea y del Grupo Internacional de Contacto”.

 

 

Pero ¿cómo destrabar el juego? ¿Cómo encontrar una salida elegante sin que ésta se traduzca en una humillación política para ninguna de las partes? He allí el dilema para el que parece haber surgido una posibilidad. Y es que según nota de prensa publicada el pasado 23 de enero por la agencia internacional de noticias Reuters, “el partido de Henri Falcón busca el beneplácito de Estados Unidos para lograr un acuerdo con el presidente Nicolás Maduro que implique anular y repetir la elección de 2018”. Esta aseveración se desprende del informe presentado por la empresa canadiense de cabildeo Dickens & Madson, en su informe semestral al Departamento de Justicia de Estados Unidos, con fecha 21 de enero 2020, donde además se asegura que Maduro y Falcón “aceptarían la invalidación de los resultados de la elección presidencial” si el Tribunal Supremo de Venezuela permite que se repitan los comicios. De ser esto cierto, la mesa quedaría servida y la solicitud que Guaidó le ha hecho a la diáspora venezolana en cada país visitado dejaría de ser palabras huecas para adoptar un verdadero significado: unidad, crítica constructiva y que todos empujemos hacia una misma dirección. Mientras tanto, en la Asamblea Nacional allanan el camino para avanzar en la postulación de candidatos para la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral, lo que sin duda será un nuevo capítulo en esta permanente lucha de poder.

 

 

Gladys Socorro
Periodista

@gladyssocorro

Desespero en el chavismo por adueñarse de las universidades públicas

Posted on: enero 21st, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

La estrategia chavista avanza. Cada pieza del tablero de ajedrez cuenta. Esta vez los movimientos apuntan a darle jaque mate a la autonomía universitaria.

 

 

Las 8 casas de estudios superiores públicas del país están en la mira. Después de 8 años con los procesos electorales suspendidos por orden del Tribunal Supremo de Justicia bajo la sentencia número 134, en diciembre pasado les dieron chance hasta el próximo 28 de febrero para renovar sus autoridades por la vía del voto. Acatar la orden o no en cada recinto universitario es el dilema. Este capítulo es el reflejo del entrampamiento en el que está inmerso el país entre legalismos y pragmatismo político.

 

 

Solo hay dos opciones: o se participa en la elección pese a la ilegitimidad del convocante para resguardar de las garras chavistas los cargos de rectores, vicerrectores académicos, vicerrectores administrativos y secretarías, o se decide desacatar la decisión del TSJ con el riesgo inminente de que todas las autoridades universitarias sean designadas a dedo por el gobierno de Maduro a través del Consejo Nacional de Universidades, encabezado por el ministro de Educación Superior.

 

 

La autonomía universitaria establecida explícitamente en el artículo 109 de la Constitución Nacional está muy comprometida. El chavismo quiere penetrar las universidades como sea y la del Zulia es un claro ejemplo de ello. Violando las atribuciones que la Ley de Universidades le confiere al Consejo Universitario integrado por 23 puestos con voz y voto en igualdad de condiciones, el CNU designó el pasado 10 de diciembre como vicerrector administrativo a Clotilde Navarro, a la vez que destituyó a quien ha venido desempeñando el cargo durante los últimos 2 años, María Artigas. Esta fue designada en su momento por el Consejo Universitario siguiendo lo que señala la Ley de Universidades, en sustitución de Jesús Salom, quien a su vez cubría la vacante absoluta por la muerte de la vicerrectora administrativa electa, María Guadalupe Núñez.

 

Y es que por ley en el claustro universitario la cosa funciona así: las autoridades son electas por la propia comunidad universitaria constituida por profesores y alumnos. Cada sector elige a quienes los representarán en lo que se denomina cogobierno. En caso de vacante absoluta por muerte o renuncia del rector, alguno de los vicerrectores o del secretario (a), es competencia directa del Consejo Universitario designar a su sustituto y convocar a elecciones en los 30 días siguientes, cosa que se ha hecho imposible por orden expresa del TSJ desde el año 2011. Solo en caso de vacante absoluta de 3 autoridades universitarias, el Consejo Nacional de Universidades, es decir, el gobierno, tendría la potestad de designar nuevas autoridades, pero no es el caso de ninguna universidad pública del país.

 

 

Ayer lunes 20 de enero se retomaron las actividades en LUZ y con ellas las acciones decisivas del chavismo para adueñarse de esta máxima casa de estudios. El vicerrector administrativo designado a dedo por el ministro llegó para tomar posesión de su cargo. La pugna con el Consejo Universitario está en pleno apogeo por cuanto las autoridades ratificaron en Consejo Extraordinario a María Artigas en dicho cargo. Lo más probable es que el caso sea judicializado.

 

 

Mientras tanto, nuestra alma máter muere de mengua con una matrícula de apenas 10.000 estudiantes, lo que representa una deserción de 80%;  una plantilla de 4.255 profesores activos y jubilados, es decir, 58% menos; sueldos de titulares que no llegan, en el mejor de los casos, a los 900.000 bolívares al mes, y un seguro médico y funerario inexistentes. Pese a estas fuertes tempestades ¿logrará el chavismo acabar con el libre pensamiento universitario? Lo dudo. Nuestra universidad siempre nos ha enseñado que después de las nubes, el sol.

 

 

@gladyssocorro

 

Un Joker de cuidado

Posted on: enero 16th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

No sé si reir o llorar. Ayer lunes 13 de enero la Academia de Cine anunció los candidatos al Oscar siendo Joker la más aclamada con 11 nominaciones, rompiendo así el récord como la película basada en cómics con más postulaciones en la historia.

 

 

Sin duda, la actuación de Joaquin Phoenix es magistral. Eso es indiscutible. Tenía la vara muy alta por la encarnación que del personaje hizo su predecesor, el australiano Heath Ledger, quien de hecho se hizo merecedor por este papel de un Oscar, el Bafta y el Globo de Oro, entre otros premios. Pero apartando la actuación de Phoenix, debo decir sin reservas que la película me generó rechazo, repudio, y me cuesta digerir que esté entre las principales opciones para ganar la pelea. Si bien los detalles técnicos, de dirección y de producción son importantes, éstos no pueden anular el contenido.

 

 

Y es que galardonar Joker como la mejor película del año sería avalar el resentimiento social, los asesinatos motivados por venganza y aceptar la victimización de la persona como esquema de vida y justificación para cualquier atrocidad que pueda cometer. En definitiva, Joker representa a un payaso inmerso en la más brutal depresión que se excusa en el sistema, el buylling y lo que le tocó vivir pero nunca se toma la molestia de pensar que él es el único culpable de su triste realidad.

 

 

Me niego a aceptar que este tipo de mensajes sean aclamados por la crítica de cine y se conviertan oficialmente en el espejo en el que el mundo se refleje. Ciertamente existen muchos Joker en cada esquina y es un problema que debemos atender como sociedad. Son un reflejo de los temores, la rabia contenida y la disconformidad que existe en todos los países. Se han convertido en antihéroes, con antivalores, que sólo buscan atención a costa de lo que sea. Es por ello que todos sus planteamientos se basan en la crítica, la queja, la victimización, el resentimiento y conectan a través de la rabia, pero nunca hacen un aporte ni saltan a las soluciones porque se les agotaría su razón de ser.

 

 

Mire a su alrededor y seguramente se encontará con algún Joker. Son muy comunes y en Venezuela se reproducen como moscas ¡Hasta parece que esa fuera la moda! Pero dejémoslo hasta allí porque los egos y las sensibilidades están a flor de piel. Esta semana preferí compartir con ustedes uno de mis hobbies, el cine, porque en esta vida no todo es política y la desintoxicación en nuestro país tan convulsionado es justa y necesaria.

 

 

@gladyssocorro