El país que peor trata a los venezolanos

Posted on: noviembre 30th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Existe un país en el mundo donde desde hace mucho los venezolanos no somos bienvenidos. Ustedes dirán que me quedé corto, que perdí mi tiempo con este artículo, pues lejos de ser un solo país, la verdad es que en la mayor parte de los países de la región, la migración venezolana hace mucho dejó de ser bienvenida. Nada nuevo bajo el sol, en las buenas se te abren las puertas, en las malas se te cierran. Pero en honor a la verdad, nuestro gentilicio tampoco es que esté libre de manchas y no por fama buscada, sino por mera lógica estadística: un país no puede descomponerse sin que una parte de su sociedad también se pudra. Con una inmigración tan masiva y desordenada como la nuestra, de Venezuela sale de todo, los que nos hacen sentir orgullosos afuera por sus logros, pero también esos que nos hacen sentir vergüenza, esos que salen a hacer lo que también hacían en Venezuela: delinquir.

 

 

Sin embargo, quiero hablarles del país donde peor tratan a los venezolanos, donde la mayoría vive sin derechos, como ciudadanos de segunda, sometidos al chantaje y a la esclavitud de unos pocos que los quieren pobres, dependientes e ignorantes. En ese país reclamar lo que te corresponde puede ser muy peligroso, sobre todo si eres venezolano. Levantar la voz contra los opresores se paga muy caro, de allí que sean cada vez menos quienes se atreven a rebelarse. Pocos están dispuestos a lanzarse en una lucha desigual que siempre termina igual: cárcel, muerte o exilio. Incluso algunos de los vivos parecen haber muerto hace mucho tiempo y lo que vemos en las calles son simplemente sus cuerpos deambular sin rumbo, sin alma, sin porvenir.

 

 

En este país los venezolanos han sido privados de todo, hasta de los más básico. Desde hace años, por ejemplo, millones de venezolanos no saben lo que es recibir agua por tubería, tener 24 horas de electricidad, tener servicios públicos de calidad. Algo tan simple como bañarse en una regadera se convirtió en un privilegio de pocos. A la falta de agua se le suma una larga lista de ausencias y carencias, una lista que siempre amenaza con crecer para hacerle la vida mas miserable a los venezolanos. La destrucción avanza tan rápido que quizás dentro de poco los venezolanos comiencen a extrañar los tiempos cuando cocinaban en leña.

 

 

Son millones los venezolanos a quienes también se les niega el derecho a la identidad. De los derechos más esenciales en cualquier país o pretensión de país es ese que te hace poseedor de una identificación. Un documento que no solo te permite probar quién eres, sino también para garantizarte el derecho de salir y entrar del lugar donde vives cuando gustes. Los venezolanos no tenemos cédula, ni pasaportes y quienes logran obtenerlos deben bajarse antes de la mula con altas cifras en dólares.

 

 

El país que peor trata a los venezolanos es precisamente Venezuela, nuestro país y en el cual paradójicamente vivimos como extranjeros. Por eso no asombra ver cómo más de 5 millones de venezolanos han dejado Venezuela y han tenido que irse a otras naciones donde no son necesariamente bienvenidos, a sitios tan inhóspitos para la migración venezolana como Trinidad y Tobago. Recuperar el respeto de las otras naciones pasa por recuperar el país, si no lo logramos, no solo millones seguirán escapando de la tragedia nacional para tener que hacer frente a la tragedia de la xenofobia.

 

 

@BrianFincheltub

¿Qué está pasando con el FAES?

Posted on: noviembre 20th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Lo que pasa en las FAES todo el mundo lo sabe. Las llamadas Fuerzas de Acciones Especiales son el grupo de exterminio que el régimen de Nicolás Maduro creó en 2016 para llenar de muerte, dolor y terror a miles de familias venezolanas con la excusa de “combatir la inseguridad”. Todo el mundo lo sabía, menos el fiscal ilegítimo, Tarek William Saab, quien apenas parece haber despertado de un coma de varios años hace algunas horas para darse cuenta que la policía de la dictadura roba, secuestra, extorsiona, desaparece, siembra y mata con total impunidad. Quizás ese abrir de ojos tenga explicación : Corte Penal Internacional.

 

 

Cuesta creer que Saab este viviendo momentos de lucidez al señalar por primera vez y de manera directa el modus operandi de las FAES. Sobre todo cuando uno analiza con pinzas las frases utilizadas en su declaración. Saab, quien se presenta a si mismo ser nada más y nada menos la cabeza de la institución que tiene el monopolio de la investigación penal y la protección de las víctimas en Venezuela, dice que no entiende lo que pasa las FAES. Cuando el fiscal de Maduro se hace el desentendido del origen de estas acciones criminales y violatorias de los DDHH, busca que la conducta del FAES sea entendida internacionalmente como hechos aislados que en nada tienen que ver con una política de Estado.

 

 

Lamentablemente para Saab y la dictadura que él representa, esto no es precisamente lo que que han recopilados las organizaciones de defensa de las víctimas en Venezuela, tampoco lo que han revelado los sendos informes presentados por las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos. Las violaciones a los DDHH constituyen una política de Estado y califican como crímenes de lesa humanidad. Pero lo que tiene más nervioso a Saab y sus jefes es lo que le dijo la fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, en su visita reciente a La Haya, precisamente que existen “fundamentos razonables”

 

 

para creer que esos crímenes son competencia de la Corte.

 

 

Las FAES son la obra más tangible del chavismo en 20 años. Del 2015 a la fecha más de diecinueve mil venezolanos murieron violentamente a manos de las fuerzas policiales. El móvil favorito por los cuerpos de extermino para justificar sus muertes es la llamada “resistencia a la autoridad”. Han sido aplaudidos y apoyados en cadena nacional por el propio Nicolás Maduro, quien ha ordenado en varias ovaciones dar “todo el apoyo” a las FAES. Con tamaño expediente, es más que difícil la tarea del fiscal de la dictadura limpiar la imagen del régimen que representa y hace parte. Lo único seguro hoy es que les llegará la hora de la justicia, esa que le negaron durante años a sus víctimas y que hoy les pide cuentas.

 

 

@BrianFincheltub

Carta a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López

Posted on: noviembre 14th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Señora alcaldesa, usted llegó hace un año a la  Alcaldía de Bogotá con un mensaje muy poderoso: el mensaje de la inclusión. Su victoria daba cuenta de ello, la prensa tituló aquella noche la proeza que significaba, no solamente que una mujer fuese electa por primera vez para un cargo tan importante, sino  que esa mujer, usted, también formara parte de una minoría sexual. Como candidata, usted hizo suyas las banderas de la igualdad y la no discriminación, lo hizo retando incluso a quienes pensaban que Bogotá era una ciudad tradicionalmente conservadora. Su género o condición sexual en nada afectaron sus aspiraciones políticas, como es el deber ser, quizás hasta la hayan podido favorecer. Lamentablemente, no siempre fue así y usted lo sabe, tomó mucho tiempo y sobre todo muchas víctimas para llegar a ese día de octubre de 2019 cuando, con un beso a su esposa, usted pudo celebrar ser la alcaldesa de la capital colombiana.

 

 

Costó mucho deslastrarse del discurso machista y homofóbico que durante mucho tiempo estuvo tan enraizado en nuestras sociedades latinoamericanas. Si alcaldesa, dije el discurso. Las palabras suelen tener una fuerza que resulta difícil de contener una vez que estas son lanzadas. Como feminista, seguro usted debe haber escuchado sobre el discurso dominante y cómo una idea se instala en la consciencia colectiva al punto de que la gente comienza a naturalizarla, a rechazar todo lo que se aleje de eso que es considerado “natural” o “normal”. La mayoría, aunque numéricamente sin razones reales para temer, comienza a construir etiquetas para diferenciarse de las minorías, cada vez más señaladas, cada vez más acorraladas, cada vez más perseguidas.

 

 

Muchos demagogos en la historia de la humanidad se han montado en la ola de profundizar las diferencias y las divisiones entre los seres humanos para ganar rédito político. Generalmente, este tipo de dirigentes buscan en las minorías un enemigo al que culpar de su incapacidad e incompetencia. Es más fácil culpar a otro que rendir cuentas, así siempre ha sido y para desdicha de nuestros tiempos continúa siendo así.

 

 

Enhorabuena, usted se hace llamar progresista y jamás utilizaría ese tipo de estrategias para hacer recaer sobre otros, generalmente en posición de debilidad, las dificultades que pudiera tener su gestión. Difícil sería imaginar que alguien que sufrió en carne propia la discriminación por ser parte de una minoría, discrimine o incite a que se haga lo propio contra, por ejemplo, venezolanos que han tenido que dejar su país para irse a establecer en Colombia. Eso, sin duda, derrumbaría la imagen que usted le ha querido vender a los bogotanos y al mundo.

 

 

Es cierto, en todo grupo social hay personas de bien y otras cuya conducta deja mucho que desear. Quienes llegan a otra nación a delinquir deben ser castigados, tengan la nacionalidad que tengan, sean católicos, protestantes, ricos, pobres, blancos o negros. La ley se aplica para todos. Lo que es inaceptable es que se trate de  criminalizar a todo un gentilicio por culpa de unos pocos, que haya connacionales que tengan miedo a decir que son venezolanos por temor a ser discriminados, que sean tratados como un problema cuando la mayoría se esfuerza por convertirse todos los días en una solución para Colombia. Qué suerte tenerla en Bogotá, imagine si llegara alguien a ese cargo xenófobo e incapaz. Solo imaginarlo avergüenza.

 

 

 Brian Fincheltub

¿Cuáles navidades?

Posted on: noviembre 3rd, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

El venezolano siempre fue un pueblo alegre. Un pueblo al que le encantaban las festividades y que las vivía como ningún otro. Carnaval, fiestas patronales, puentes y ni hablar cuando llegaba diciembre. Sin duda la navidad era una de las épocas preferidas por todos. No importaba a qué religión pertenecieras, todos esperamos diciembre con ansias, al punto que desde que entraba septiembre ya nos sentíamos en navidad. Comenzaban a sonar las gaitas, tanto los empleadores públicos como privados comenzaban a pagar los llamados aguinaldos y la gente podía decidir qué hacer con sus reales. Algunos los utilizaban para renovaciones en la casa, otros para la inicial de un carro, otros para viajar, lo cierto es que nadie se quedaba sin comprar los llamados “estrenos” para el 24 y 31 de diciembre. Eran otros tiempos, tiempos para el reencuentro en familia, para comer nuestros tradicionales platos y sobre todo para armar la rumba. Quienes estamos fuera de Venezuela extrañamos esas navidades de nuestra infancia, pero también quienes están dentro del país añoran lo que una vez vivimos y fuimos como nación.

 

 

Si algo hizo bien el chavismo en veinte años fue saber entender la naturaleza e idiosincrasia del venezolano. Sabían que nos encantaba la fiesta como a ningún otro pueblo y que no importaba lo que pasaba alrededor, la fiesta seguía. De allí que las decisiones más polémicas del chavismo siempre eran lanzadas un viernes en la noche, en carnaval o en diciembre. Solo recuerden en qué fecha anunció el fallecido presidente, Hugo Chávez Frías, el cierre de RCTV: un 28 de diciembre de 2006. Como era de esperarse, nadie le paró a dicho anunció y algunos hasta lo tomaron como una broma del Día de los inocentes. Si no había fiesta, la creaban, si faltaban algunos meses para su inicio, la adelantaban. La estrategia no era nada novedosa: “pan y circo”, al mejor estilo de la Roma Antigua.

 

 

Nicolás Maduro ha pretendido hacer lo mismo y en medio del estupor de propios y extraños, anunció el adelanto de las “navidades felices” en Venezuela. Es la misma estrategia, la única diferencia con su predecesor es que hoy solo hay circo, porque el pan, la gasolina, el gas, el agua, la luz y hasta las ganas de celebrar faltan desde hace mucho tiempo. Sin duda que lo únicos que quieren seguir la fiesta son ellos, la élite corrupta y narcocriminal. Pues han construido una burbuja de privilegios que les permite darse los gustos y lujos que antes se daban en los EEUU o en Europa, solo que sin poder pisar territorio americano o europeo.

 

 

Estas son las navidades que nos adelanta la dictadura y así serán mientras cada uno de los miembros de mafia roja siga en el poder. No habrá de nuevo motivos para celebrar si no nos libramos de la puesta chavista. Solo ese día podremos decir que tendremos navidades felices.

 

 

@BrianFincheltub

Derecho a la identidad en la Venezuela madurista

Posted on: octubre 15th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Los venezolanos dentro y fuera del país hemos perdido el último de los derechos que la dictadura madurista podía robarnos: el derecho a la identidad. Hoy, sacar una cédula o un pasaporte es misión imposible, no solo por los precios astronómicos que tienen dichos documentos en un país cuyo sueldo mínimo es menos de un dólar al mes, sino porque desde hace más de veinte años es política oficial del régimen complicarle la vida al venezolano y eso sin importar dónde nos encontremos. En la Venezuela madurista y socialista donde el SENIAT nunca ha dejado de cobrar impuestos a causa de la pandemia, hay una institución que se fue de cuarentena antes que todas las otras y que siete meses después sigue sin ofrecerle respuestas a quienes la necesitan, hablamos por supuesto del SAIME.

 

 

El llamado Servicio Administrativo de Identificación y Extranjería hacía rato que parecía de vacaciones, pero el nivel de abandono y desatención que viven los venezolanos en la actualidad, sobre todo quienes se encuentran en Venezuela, nunca antes se había visto. Por ejemplo, yo recuerdo cuando me tocó sacar mi primera cédula en tiempos de mal llamada “cuarta República” aunque es cierto que las cosas no eran perfectas, sacarse una cédula era tan fácil como ir a una oficina de la extinta DIEX y salir con tu cédula en mano. Lo mismo pasó cuando tuve mi primer pasaporte. Lo que si no recuerdo es a mis padres pagando vacunas, ni altas sumas de dinero en dólares para que yo tuviera mi primera cédula o mi primer pasaporte, sencillamente estos documentos antes no eran un privilegio de unos pocos, sino un derecho constitucional.

 

 

No quiero imaginar el desastre que deben ser los registros civiles, prácticamente pudiéramos hablar de una generación de venezolanos que legalmente no existe, porque no tiene ningún tipo de documentos que pruebe su existencia. Eso sin contar que la otra parte del país, aunque tenga identificación, tampoco existe de facto. Atrás quedó la promesa que hizo una vez el difunto expresidente Chavez de dotar al país de la cédula más moderna del mundo, un instrumento que iba a reunir en un microchip toda nuestra información y que sería puesta gracias a la ?cooperación ? cubana. Varios años después de esa promesa no tenemos cédula, lo que sí tenemos y por millones, son carnets de la patria cuyo código QR han suplantado nuestro número de identidad y se han convertido en el instrumento más macabro de control social que haya existido en el mundo, el control de la gente a través del hambre. Quizás era de eso de lo que hablaba el difunto cuando lanzó su promesa, quizás por primera vez cumplió su palabra.

 

 

Mientras el régimen de Maduro juega con la necesidad de quienes dentro y fuera del país tienen que pagar hasta 1.800 dólares para obtener un pasaporte con la esperanza de reencontrarse con sus familiares. Desde el gobierno interino seguimos buscando soluciones concretas a la crisis de los pasaportes e identidad. Hemos planteado una ruta de 3 pasos para restituir el derecho a la identidad de los venezolanos. El primer paso ya entró en vigencia y es el decreto No 006 que extiende automáticamente la vigencia de todos los pasaportes venezolanos por 5 años después de la fecha de expiración, cuyos resultados están a la vista, hoy son diez países que han extendido y adoptado el decreto, dando validez a nuestros documentos de viaje, sin robo, sin chantaje, sin vacunas. Nuestra meta es acabar con el juego macabro y criminal que mantiene la dictadura al negarle el derecho a la identidad a millones de venezolanos mientras le entrega pasaportes diplomáticos a terroristas y corruptos. En una segunda etapa, que es la que actualmente estamos transitando, aspiramos a que desde las embajadas y oficinas consulares podamos emitir de stickers de prorrogas, ya que según la ley ¨cualquier autoridad consular debidamente acreditada en otro país, tiene la potestad de extender la vigencia de los documentos de identidad siempre y cuando no se vulneren los elementos de seguridad del mismo¨ . Y en una 3era y final etapa poder emitir documentos de identidad. La presión debe conducirnos a exigir nuestros derechos sin parar, la sola manera de conquistarlos es nunca desistiendo

 

 

@BrianFincheltub

La rebelión de las regiones,

Posted on: septiembre 30th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Solo hay que tomar la autopista regional del centro y salir de Caracas para comenzar a entender el infierno que viven todos y cada los pueblos y ciudades del interior del país. Digo salir de Caracas, porque aunque sé que la capital del país vive también las calamidades diarias que trajo el socialismo a Venezuela, ninguna se compara con el drama y el estado de destrucción que viven la totalidad de las regiones y no porque al régimen de Nicolás Maduro le importen más los caraqueños, simplemente Caracas se convirtió en una especie de gran búnker donde los cabecillas de la banda criminal llamada madurismo se han enconchado escapando a las sanciones y a la justicia internacional. Esto hace que algunas zonas de Caracas gocen, por retruque, de algunos servicios que para el común de mortales del interior del país son sencillamente un privilegio.

 

 

No hay nada que escriba en este artículo que se acerque a describir con exactitud lo que han traducido la vida de millones de venezolanos en la actualidad. Solo quienes tienen la oportunidad de leerme desde Venezuela lo saben, los demás solo podemos imaginarlo y déjenme decirle que frente a el poder arrasador del chavismo, hasta la imaginación tienen sus límites. Cuando la gente dice que Venezuela retrocedió en el tiempo no se trata en modo alguno de una exageración, en lo que habríamos que ponernos de acuerdo es a qué tiempos. Hay quienes dicen que al siglo XIX, personalmente no estoy de acuerdo, yo hablaría que estamos más cerca de los tiempos de las cavernas. El atraso y la ruina de una nación que hace dos décadas figuraba entre las más prósperas de la región solo puede compararse con las épocas de mayor atraso de la humanidad.

 

 

Hoy no hablamos ni siquiera de seguridad, salarios justos y políticas públicas adecuadas. Las exigencias del venezolano común se trasladaron a lo más elemental, como elemental se ha hecho la vida en socialismo. Se lucha para sobrevivir, para no enloquecer en un país que agota no solo físicamente, sino mentalmente. La gente hoy clama por agua, por comida, por gas, por energía eléctrica, por gasolina. Esas son nuestras exigencias como sociedad hoy, en otras latitudes lo son las paridad de género o la protección del ambiente, aquí ocurren derrames de petróleo prácticamente todas los meses y la mayoría ni se entera, la tarea diaria es sobrevivir y esa tarea se hace cada vez más difícil.

 

 

Al ver las protestas en las regiones no me pregunto por qué protesta la gente, me pregunto por qué no lo habían hecho antes, teniendo claro que el costo de protestar se paga en Venezuela con la vida, pero entiendo que no hacerlo también. Inmovilizarle es dejarse arrastrar por la ola destructora del chavismo, que no se detiene, que no tocará fondo más allá de poner fin a nuestra propia existencia como individuos, como nación, como país viable. Levantarse entonces no es solo una responsabilidad, sino una obligación de supervivencia, porque vivir resignados y con miedo es lo más alejado de lo que significa la vida.

 

 

@BrianFincheltub

La Unidad no es un propósito, es una obligación

Posted on: septiembre 8th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

En una de las tantas manifestaciones a las que me tocó ir en Caracas, una vez vi una pancarta en el distribuidor Altamira en la cual se podía leer la frase “luchar unidos para que no nos fusilen por separado”. No sé a quién pertenece la frase, pero aplicada a la realidad actual venezolana no pudiera ser más apropiada. Es verdad que nada garantiza que luchando unidos vayamos a tener éxito, de hecho, muchas veces lo hemos hecho y más allá de victorias puntuales, no hemos podido alcanzar la victoria definitiva, esa que nos libera de una vez por todas del chavismo. Lo que de algo estamos seguros es que luchando cada quien por su lado no solamente no habrá victorias puntuales, sino que nos aplastarán a todos por igual.

 

 

Apartando la frustración que pudiese causar tanta espera, hoy la unidad debe seguir siendo el objetivo, no como una palabra bonita para adornar un discurso o una excusa para el chantaje, sino como una obligación de supervivencia. Si algo hemos aprendido estos años es lo fácil que es arrasar un país en momentos donde reina la división, la desorganización, la improvisación y la ausencia de objetivos comunes. En el pasado ha sucedido que hay distintos planteamientos y se ha logrado avanzar más allá de los desacuerdos a una ruta común. Lo que no se puede permitir es que la discusión interna, el debate, el desacuerdo natural entre posiciones y visiones diferentes sea sustituido por la descalificación. Porque más allá de las enemistades circunstanciales, a la conducción política le toca pensar en las necesidades de la gente y la angustia de una espera que se cobra en vidas.

 

El primer paso para entendernos es el reconocimiento de todos los liderazgos, al reconocimiento debe seguirle el respeto y la consideración que en la lucha contra la dictadura cada persona cuenta y todas las posiciones son complementarias en el objetivo final de alcanzar la libertad de Venezuela. Sería absurdo trasladar el debate a otro plano personal que en nada ayudaría a salir del letargo actual que vive la población venezolana. Está más que demostrado que cuando la gente ve unidad en su liderazgo, pero sobre todo determinación, responde mayoritariamente como lo han hecho de una manera más que estoica durante más de veinte años.

 

 

Nosotros siempre hemos sido unos campeones de la unidad y en esta circunstancia no será distinto. Nuestra intención hoy no es asumir posiciones que agraven el conflicto, sino ser voz de quienes no esperamos otra cosa que la libertad de Venezuela. Es la postura que debemos tomar todos los que amamos este país, poner a Venezuela primero. Más allá de quien tenga razón, aquí todos perdemos cuando nos dividimos y cuando no somos capaces de escuchar al otro con respeto e inclusión. Todos debemos estar a la altura que pide el país. Ver los puntos de coincidencia y concentrarnos en lo que nos une hasta salir de este cáncer llamado chavismo.

 

 

@BrianFincheltub

Mientras tanto en la Venezuela profunda…

Posted on: agosto 31st, 2020 by Maria Andrea No Comments

 

 

Josefina se levanta temprano, antes de que las gallos canten. El tiempo no pasa en vano, con los años duerme cada vez menos. Después de las cuatro de la mañana no hay manera de que permanezca atada a la cama. Su rutina comienza temprano y no es para menos, tiene dos pericos, tres loros, un gato y cuatro perros que suelen levantarse con ella. Josefina encontró en los animales refugio y compañía, cuando su única hija tuvo que irse del país buscando mejores oportunidades. Lamentablemente no le ha ido como esperaba en Colombia, aunque ayuda a su mamá, las cosas no han ido bien, particularmente desde el inicio de la cuarentena.

 

 

Pero si de ir mal se trata, Josefina tiene un postgrado. Su jornada comienza encendiendo el fogón, desde hace meses en el pueblo donde vive Josefina no se sabe lo qué es cocinar con gas. En su patio, su bombona vacía espera que el camión del gas venga por ella, eso sí, bien asegurada con una cadena y un candado para que no se la roben. Lo que sí parece que se robaron, fueron más de sesenta bombonas que en marzo recogió en todo el pueblo un camión de PDVSA gas, entre ellas una de Josefina. Nunca volvió ni el camión ni mucho menos las bombonas. Hay quienes dicen que fueron revendidas en el mercado negro, donde se pagan bien caras y no precisamente en bolívares. Varios meses también han pasado desde que Josefina pagó para que vinieran por sus bombonas a los llamados comité CLAP, quienes a parte de controlar quién recibe las famosas cajas, también controlan la distribución del gas doméstico en el pueblo. Ni del gas ni del dinero hay noticias.

 

 

Las que sí llegaron luego de tres meses fueron las cajas CLAP, adentro tres sardinas, un aceite, dos kilos de arroz y uno de pasta fue el contenido de esta vez. Tanto ha empeorado la cosa que hay muchos quienes añoran los tiempos cuando hasta leche en polvo traían las cajas, si es que eso se puede llamar leche. El pasado parece haber quedado tan atrás que la mayoría olvida esos tiempos donde con un sueldo mínimo una familia podía comprar un pote de leche ¨La Campiña¨ semanal. El pueblo de Josefina no solo se detuvo hace años en el tiempo, como el resto de Venezuela, involuciona siglos cada día.

 

 

Solo hay que ver el ejemplo del agua, nunca Josefina se había alegrado tanto por el invierno. Con una canal puede agarrar agua de lluvia cuando llueve y llena sus pipotes. Ustedes pensarán que Josefina está loca por alegrarse por eso, pero hasta no hace mucho el pueblo entero dependía de un jagüey donde tenían que ir con tobos a buscar agua para no morir de sed. Eso de agua por tubería es una utopía, por allí no sale ni aire.

 

 

Cuando termina de cocinar la comida del día en leña, Josefina ve televisión nacional, pero no para enterarse de lo que pasa en el país. Josefina ha perdido la fe en la política y no porque quiera, simplemente no quiere Ilusionarse otra vez, ilusionarse en que verá a su hija y que su ilusión se desvanezca de nuevo. Ella prefiere ver otra cosa, así sea las telenovelas repetidas que han inundando la pantalla de los canales venezolanos.

 

 

La realidad de Josefina es la de millones de venezolanos, quienes hoy no esperan nada de los políticos, pero que no pierden la fe de poder abrazar a los suyos, de recuperar la dignidad, de volver a dormir en paz y soñar con un país que se nos hace cada vez más lejos. De todos depende que este anhelo de país no se nos siga alejando, que nuestras esperanzas no se sigan desvaneciendo. Depende de todos decidir si seguimos luchando, sobre todo si luchamos juntos o divididos. Estoy seguro que Josefina elegiría la primera opción…

 

 

@BrianFincheltub

Los muertos que sí duelen

Posted on: agosto 19th, 2020 by Maria Andrea No Comments

La muerte de cualquier ser humano es siempre un hecho lamentable. Algunos, sin embargo, no estarán de acuerdo conmigo y dirán más bien “casi siempre“. Personalmente considero que incluso aquellos seres humanos cuya existencia no estuvo dedicada a hacer el bien sobre la tierra merecen vivir, pues que se vayan de manera repentina sin pagar por todo lo que hicieron en vida es demasiada impunidad. Yo hubiese querido, por ejemplo, otro final para el fallecido presidente Hugo Chávez Frías. Hubiese preferido verlo presenciar, en primera instancia, el derrumbe de su proyecto político y económico, obra de la cual fue el principal artífice. Pero, sobre todo, hubiese querido verlo pagar sus enormes cuentas con la justicia terrenal. En unas de sus últimas transmisiones el difunto Hugo Chávez, el mismo que le destruyó la existencia a millones de venezolanos, rogó ante Dios por más vida, sus plegarias no fueron escuchadas, tampoco las de muchos venezolanos que pedían verlo sin poder y rindiéndole cuentas a la justicia nacional e internacional.

 

 

Tras aquella partida el chavismo no se conformó con decretar duelo, quisieron también imponer el dolor a quienes sin necesidad de celebrar la muerte no tenían por qué sentir tristeza o rendir homenajes a quien destruyó sus vidas. Fueron semanas de actos fúnebres y programación continua en todos los canales bajo el control del régimen con un solo objetivo: decirle al mundo que Venezuela lloraba a Hugo Chávez y cual funeral norcoreano, las imágenes de multitudes en llanto le daban la vuelta al mundo.

 

 

Al parecer, al chavismo le quedó gustando la fórmula, pues desde aquella fecha a cada muerte de un funcionario rojo le sigue la misma perorata necrofílica en los medios del Estado. Cada quien tiene derecho a llorar a sus difuntos, a lo que no tienen derecho es a imponernos su duelo a todos, a lo que no tienen derecho es a valorar unas vidas más que otras. Son miles de miles los venezolanos que han sido asesinados en manos de la dictadura durante estos más de veinte años. Y frente a eso, no solo es que no ha existido duelo alguno, lo que sí ha existido y de manera sistemática es celebración. Solo hay que recordar cómo cada vez que un manifestante era asesinado por las bandas armadas del régimen, el dictador montaba un templete y bailaba con la mal llamada “primera combatiente” sobre la memoria de las víctimas y el dolor de sus familiares. No contentos con eso, al asesinato físico le seguía el asesinato moral. Cada caído era presentado como delincuente por la propaganda oficial, olvidándose que ni para los delincuentes hay pena de muerte en Venezuela.

 

 

Frente a la difícil coyuntura que vive el mundo en la actualidad y en especial Venezuela, hay vidas que siguen valiendo más que otras. Si no solo veamos el caso de Darío Vivas, por quien han decretado duelo y consternación en la élite chavista, mientras que por los 71 médicos venezolanos que han entregado sus vidas hasta la fecha, cumpliendo con su deber de salvar las de sus pacientes, no hay ni siquiera unas palabras de pésame. Esta doble moral no es más que el reflejo de la Venezuela que vivimos desde hace mucho tiempo, una Venezuela donde no podemos hablar ni siquiera de ciudadanos de primera y de segunda, sino que hay una élite que trata como súbditos al resto del país, súbditos cuyas vidas parecieran pertenecerles y de las cuales están dispuestos a disponer cuando sea con el solo objetivo de conservar el poder. No nos queda más que decir desde aquí, justicia para nuestros muertos, paz para las víctimas de los suyos.

 

 

@BrianFincheltub

No están solos

Posted on: agosto 12th, 2020 by Maria Andrea No Comments

 

 

Según cifras ofrecidas por el Foro Penal el pasado 4 de agosto de 2020, en las cárceles de la dictadura chavista permanecen en cautiverio al menos 382 personas cuyo único delito fue oponerse a la destrucción y el saqueo del país, de las cuales 126 son militares. Yo me niego a que estos venezolanos caigan en el olvido, a que sus causas sean enterradas más hondo que la peor de las celdas de tortura del régimen. Me niego a que sus familias carguen solas con el peso que significa tener a un ser querido secuestrado sin posibilidad de rescate. Es más que sabido, la mayor condena que puede recibir un preso político es el olvido, de allí que hoy más que nunca nuestra obligación es que ellos sepan, por todos los medios posibles, que NO se encuentran solos.

 

 

No están solos porque pese a la persecución, las muertes y el exilio de millones de venezolanos, la dictadura no ha podido atemorizar a la inmensa mayoría que se le sigue oponiendo y que los desprecia por haberle destruido sus vidas, sus sueños y su país.  Imaginen lo que significa para una banda de matones con poder que la gente les deje de temer, pierden todo aunque parezcan controlar el más mínimo reducto de la sociedad. La dictadura se equivoca cuando interpreta el cálculo de supervivencia de los venezolanos como una simple rendición. Prudencia no significa miedo, los venezolanos han entendido que para enfrentar a un régimen asesino se necesita de inteligencia y táctica, en una carrera contra el tiempo en la que lo más importante es mantenerse vivos. Estoy seguro de que en el momento que sea necesario los venezolanos saldrán de nuevo, pero ese momento deberá ser determinante y no una nueva oportunidad para marchar en masa camino al exterminio. Eso sería facilitarles en el trabajo de deshacerse de nosotros.

 

 

La dictadura tampoco ha podido doblegar ni quebrarle el espíritu a ninguno de los presos políticos. Por eso los mantiene tras las rejas bajo tortura, por eso los chantajea con el dolor de sus familias. Aunque usted no lo crea, en algunos escenarios la dictadura hace un análisis de costo político, fundamentalmente costo político a nivel internacional, aunque sea paradójico, en algunas ocasiones para el régimen es menos costoso comprar conciencias con millones de dólares, que tener las cárceles repletas de gente que se les opone. En otros escenarios el costo político no es la que importa, sino la necesidad de tener monedas de canje para poder negociar con la comunidad internacional. nada extraño si consideramos que el chavismo es un grupo criminal cuyas prácticas no tienen nada que envidiarle a las que aplicaría un grupo de secuestradores.

 

 

Hoy, cuando sus vidas corren más peligro que nunca, pienso en todos los presos políticos, pienso en particular en nuestro hermano Juan Requesens, quien la semana pasada cumplió dos años secuestrado por ser parte de una nueva generación cuyo mensaje principal fue y sigue siendo no rendirse. La integridad de Juan nos inspira a todos a seguir luchando desde donde estemos hasta acabar con esta tragedia, que mantiene también en cautiverio de país por cárcel a millones de venezolanos. No han podido, ni podrán hagan lo que hagan, detener el curso de los tiempos, que lejos de favorecerlos como ellos piensan, agota la paciencia de quienes nos negamos a vivir para siempre bajo esta desgracia disfrazada de ideología.

 

Brian Fincheltub

@BrianFincheltub