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Los problemas de las democracias contemporáneas

Posted on: mayo 30th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Los problemas de las democracias contemporáneas

 

 
A los vicios autoritarios de Venezuela o Nicaragua se suma en la región la amenaza de la democracia corporativa

 

 

“Las democracias no son perfectas”. Esta es tal vez la frase más repetida en las clases de Ciencia Política. Dentro de una línea continua, las sociedades se dividen entre las muy democráticas y las autoritarias. Dahl, uno de los padres de la Ciencia Política, acuñó el concepto de poliarquía, que mostraba como este “gobierno de muchos” es el estado ideal de la democracia. Sin embargo, actualmente las democracias se asemejan más a Gobiernos de élites, en los que se disputan el poder unas con otras. Algunas minorías administran el poder “eficientemente” para mantenerse en el Gobierno.

 

 

 

Me podría dedicar a hablar de Venezuela o de Nicaragua, y sobre los vicios autoritarios de estos Gobiernos. Pero las ilustraciones pululan por todo los medios de comunicación. Más bien, me quiero dedicar a escribir de los problemas profundos en la forma cómo se ejerce y se administra el poder en los regímenes supuestamente democráticos de la región.

 

 

 

Un ejemplo es lo sucedido en el Estado de Veracruz en México. Allí, el exgobernador Javier Duarte habría desfalcado en al menos 2.000 millones de dólares a uno de los Estados más poblados de México. Durante varios años, este fue el Estado más violento para ejercer el periodismo, la libertad de prensa no existía, cualquier asomo de crítica o de investigación periodística era duramente castigado.

 

 

 

Por otra parte, en Colombia, se conoció hace algunas semanas del famoso caso de corrupción de Odebrecht. Esta empresa brasileña habría financiado las campañas presidenciales del año 2014, tanto la del presidente Juan Manuel Santos como la de Oscar Iván Zuluaga, el candidato uribista; a este último la empresa le habría entregado 1,5 millones de dólares para financiar la estrategia de comunicación. Y ni que decir de los casos de Humala y Toledo en Perú. A los dos expresidentes se les investiga por el mismo escándalo.

 

 

 

En los últimos años en México han sido asesinados 35 periodistas, pero solo cuando asesinaron a Javier Valdez en Sinaloa el presidente mexicano le dedicó un comentario en Twitter. La Feadle, entidad encargada de investigar los delitos contra la libertad de prensa, ha logrado tres sentencias tras investigar más de 700 casos. Una entidad a la que su presupuesto le fue reducido fuertemente y que no goza de autonomía. En Colombia, en el año 2016 fueron asesinados 93 líderes sociales de base, la mayoría de izquierda y que representaban fuerzas políticas emergentes que surgían luego del proceso de paz con las FARC. En lo que va de 2017 han sido asesinados cerca de treinta de estos líderes; los últimos dos en el municipio de Tumaco, hace apenas unas horas. Hacer oposición política en Colombia es como tener una patología psiquiátrica, que bien podría llamarse tener “tendencia suicida”. O tal vez es mejor decir que las élites políticas tradicionales utilizan la violencia como mecanismo de competencia política. También en Brasil, hace algunos días, 10 manifestantes sin tierra fueron masacrados en un enfrentamiento con la Policía de la Amazonía.

 

 

 

Todo lo anterior sucede en medio de supuestas democracias fuertes, donde se celebran elecciones regularmente y donde, según la ley, todo ciudadano puede elegir y ser elegido. Pero, en medio de esas democracias nacionales, lo que se da a nivel regional y local son, como lo dijo el profesor Gibson, autoritarismos subregionales. Es decir, estructuras políticas familiares o unipersonales que controlan todos los factores de distribución del poder. Utilizan la violencia o los recursos económicos como estrategia ganadora.

 

 

 

Una campaña al Senado en Colombia puede valer dos o tres millones de dólares y el sueldo en los cuatro años que ocupa la curul cualquier senador llegaría a 500.000 dólares de remuneración. Es decir, ¿de dónde sale el resto de la plata? O mejor, ¿cómo la repone? En México la gobernación de cualquier Estado vale millones de dólares. En fin, para ser elegido o te pones a robar y a empeñar tu administración o utilizas un ejército ilegal privado, pero al final el resultado es el mismo que en cualquier autoritarismo.

 

 

 

Lo que viven Venezuela o Nicaragua son los vicios autoritarios tradicionales, los visibles, pero en otras partes del continente, la amenaza es la democracia corporativa, aquella que es igual de letal que cualquier autoritarismo, pero mucho más disimulada. La democracia no son solo elecciones periódicas, es una forma de vida comunitaria que se encuentra asediada.

 

 

El País

Ariel Ávila es subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.

 

 

Las disidencias en las FARC

Posted on: diciembre 22nd, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Las recientes deserciones recuerdan mucho el fracaso de la desmovilización paramilitar

 

 

Hace algunos días las FARC emitieron un comunicado en el cual apartaban de sus filas a cinco mandos medios, entre Jhon 40 y Gentil Duarte. El primero es uno de los más poderosos en la época del Mono Jojoy, pero desde 2012 había caído en desgracia. El segundo, Gentil Duarte, tuve la oportunidad de conocerlo en La Habana en uno de los múltiples viajes que hice. Era miembro del Estado Mayor del Bloque Oriental, un hombre de importancia para la guerrilla.

 

 

 
Estas cinco disidencias se suman a los cerca de 60 hombres que habían desertado hace poco más de tres meses y que pertenecían al Frente Primero. Los números de las disidencias están dentro de los esperados en cualquier proceso de paz, pero lo que preocupa es que los cinco guerrilleros eran mandos importantes. Estas disidencias recuerdan mucho el fracaso de la desmovilización paramilitar. De hecho, una buena cantidad de mandos medios paras fueron los que reincidieron y llevaron al surgimiento de las denominadas Bandas Criminales. 89 jefes de primera y segunda línea reincidieron a solo días de haberse desmovilizado. El jefe paramilitar Ernesto Báez en una carta el entonces comisionado de paz Luis Carlos Restrepo le decía:

 

 

 
“En fin, en medio de este panorama de equivocaciones tampoco podría sustraerse usted a sus propias equivocaciones entre las cuales brilla, por su inexactitud, aquella de afirmar en su entrevista que el paramilitarismo se había desmontado y que sus jefes están en la cárcel. Al respecto me veo forzado a recordarle que de los 40 grandes jefes que usted conoció dentro de la cúpula federada de las AUC, 19 están detenidos, esto indica que más del cincuenta por ciento de estos altos mandos, gozan de libre albedrío, entre ellos el cofundador histórico de las AUC. En igual condición están más de 500 segundos comandantes y cerca de mil mandos medios”.

 

 

 

Ahora que se da un campanazo de alerta con los mandos de las FARC se comienzan a encontrar las razones de estas disidencias. Se pueden establecer cuatro. En primer lugar, desde el 2 de octubre, después de los resultados del plebiscito, el país entró en un limbo jurídico y político que trajo fuertes dudas sobre la viabilidad del proceso a los miembros de las FARC, muchos de ellos creían que en cualquier momento los podían capturar en los sitios de pre-concentración y además que los podían extraditar. El propio Gentil Duarte decía: “Yo tengo muchas liebres encima y ellos nos van a traicionar”.

 

 

 

En segundo lugar, el punto de reincorporación económica en La Habana fue mal negociado. Se pactaron sueldos de 620.000 pesos, cerca de 280 dólares por mes, a cada guerrillero y proyectos productivos hasta por ocho millones de pesos, por una sola vez. En sentido estricto esto está bien para la base de las FARC pero no para los mandos medios. Mandos que manejaban miles de dólares al mes, que tenían a su cargo centenares de guerrilleros y que tenían poder ante la comunidad. Según la negociación, estos mandos cambian todo esto por ir a trabajar la tierra por 280 dólares. Es algo absurdo.

 

 

 

La tercera razón es que, efectivamente, en algunas zonas del país estructuras criminales están ofreciendo recursos económicos a guerrilleros de las FARC para que deserten y comiencen a trabajar con ellos. Esto principalmente se vive en el Pacífico colombiano. Una última razón que ha llevado a la disidencia es que existen una serie de instigadores, que van a los campamentos de las FARC y les dicen a los guerrilleros: “Ustedes traicionaron los principios de Manuel Marulanda”, “ustedes traicionaron los sueños de Bolívar”. Es decir, militantes urbanos de izquierda que apoyan el levantamiento de armas, pero que nunca fueron capaces de ingresar a una guerrilla.

 

 

 

Estos cuatro factores se mezclan en los territorios. No se trata de que los mandos de las FARC solo busquen plata o que estén intentando apoderarse de los cultivos de coca, la realidad es más compleja. Son los dos primeros factores los más preocupantes y los que motivaron las disidencias. En la medida que los acuerdos de La Habana no se pueden tocar, se debe buscar a la comunidad internacional para que financie un programa especial de reincorporación a los mandos medios. De no ser así el camino será difícil.

 

 

 

 

Ariel Avila

 

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