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Parece que ahora sí va en serio

Posted on: marzo 15th, 2017 by Maria Andrea No Comments

El momento crucial que todos esperamos parece estar muy cerca. La efectiva aplicación de la Carta Democrática es inminente.

 

 

 

Varios jefes de Estado de la región finalmente han decidido dejar a un lado su ambigüedad y asumen una actitud firme en relación con la situación venezolana, la cual, según otros actores internacionales, desde todo punto de vista es insostenible.

 

 

 

Líderes y organismos internacionales piden abiertamente a la OEA que le aplique a Venezuela la CDI. También el Senado estadounidense le ha exigido al presidente Trump que proceda a invocar la CDI. El presidente Mauricio Macri ha sido también muy firme en exigir la urgente activación de la Carta. “La situación venezolana es dramática. La OEA tiene nuestro apoyo”, dijo Macri. El presidente Kuczynski ha sido también muy categórico. Los jefes de Estado de Brasil, Paraguay, Uruguay, sin referirse expresamente a la CDI, han manifestado su honda preocupación por la cada día más grave situación que vive nuestro país. El presidente Trump y el secretario de Estado Tillerson han formulado declaraciones que tienen todo el aspecto de ser firmes y serias. Numerosas organizaciones venezolanas de la sociedad civil dirigieron al secretario general de la OEA una solicitud en la que le piden que active la Carta.

 

 

 

El director de la División de las Américas de la mundialmente reconocida y prestigiosa Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, ha hecho un llamado urgente y categórico a los gobiernos de la región para que procedan a apoyar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

 

 

 

Por su valor e importancia transcribo extractos de lo dicho por Vivanco, lo que, adicionalmente, comparto plenamente.

 

 

 

“La opción del diálogo ha demostrado ser ineficaz y errada y ha servido para darle oxígeno al régimen”. “El problema de Venezuela no es la falta de diálogo. El problema de Venezuela es que el Estado ha sido capturado por un régimen que actúa en términos autoritarios, no democráticos, cuyos principales gobernantes están involucrados con el crimen organizado y cuyo propósito es aferrarse al poder”. “De lo que se trata es de evitar un deterioro aún mayor de las condiciones internas en Venezuela. Las circunstancias en las que viven los venezolanos ya son extremas”. “La comunidad internacional aún está a tiempo de tomar una posición responsable y seria frente a esta crisis”. “Los instrumentos que ofrece la Carta Democrática Interamericana pueden brindar a la grave crisis que atraviesa Venezuela, como la escasez de alimentos y de medicinas…”. “Se debe actuar cuanto antes, ya que Venezuela se encuentra en caída libre y, ante el creciente descontento social, el régimen puede responder con mucha más represión y violencia”.

 

 

 

La inminencia de la aplicación de la CDI ha llevado al régimen de la narcocorruptocracia a decir que no descartaría salirse de la OEA. Según el policamburista “Chavezton”, Venezuela puede vivir sin la OEA.

 

 

 

Esto puede ser verdad; Cuba ha vivido muchos años sin la OEA, pero el retiro de la organización no dejará de tener efectos importantes. No hay que olvidar que existe toda una constelación de organismos especializados, fondos y agencias de cooperación que orbitan alrededor de la organización, de las cuales el país quedaría excluido: Organización Panamericana de la Salud, Comisión Económica para América Latina, Instituto Interamericano del Niño, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, Comisión Interamericana de la Mujer, Instituto Indigenista Panamericano, Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Banco Interamericano de Desarrollo, Centro de Estudios de la Justicia de las Américas, Comisión Interamericana para el Control del Abuso de la Droga (seguramente estas dos últimas no le interesan en absoluto al régimen en las condiciones actuales). Esta lista no es exhaustiva. La enumeración de todas no me dejaría espacio para mi artículo.

 

 

 

O el policanburista Chavezton está desvariando o su paso como funcionario de la Cancillería, como canciller y como embajador ante la OEA fue tiempo perdido. O simplemente su adulación hacia el doblemente ilegítimo lo lleva a hacer afirmaciones que no tienen ningún sustento y ponen en entredicho su capacidad mental.

 

 

 

Según el ex embajador ante la OEA: “Venezuela puede saltar la cerca. La vida sin la OEA es posible”. “La capacidad de instrumentar la Carta no es tan sencilla, porque el efecto que se busca es político (¿?), es como decirle a Estados Unidos: ‘Tienen luz verde para invadir Venezuela porque está creado el ambiente político”. “Nosotros estamos cercados, pero lo que pasa es que podemos saltar, y no la talanquera, podemos saltar la cerca porque somos un país que no está aislado, estamos vinculados al resto del mundo”. “La posible aplicación de la Carta Democrática Interamericana sobre Venezuela forma parte de una campaña por parte de Estados Unidos para tratar de desestabilizar al país”. La salida de Venezuela de la OEA “sería un golpe mortal para la organización porque probablemente provocaría la salida de otros países”. “Esperemos que los colombianos no cedan a la presión”.

 

 

 

Es evidente que el servilismo no les permite darse cuenta de que cada día que pasa Venezuela está más aislada y su régimen es objeto de desprecio dentro de la comunidad internacional.

 

 

 

Por otro lado, el doblemente ilegítimo sigue profiriendo fuertes amenazas contra los que él califica de opositores, que supuestamente viajan a Estados Unidos “a pedir a Washington que intervenga en Venezuela”.

 

 

 

¿En qué cabeza cabe, a menos que sea la de un atormentado, que Estados Unidos va emprender una acción militar, o algo similar, por el simple pedido de un grupo de opositores venezolanos? Claramente sobreestima el papel o la influencia que pudieran tener esos opositores en las autoridades estadounidenses.

 

 

 

“Pido a los poderes públicos que para defender la paz, la independencia y la integridad constitucional de la patria” actúen “con mano de hierro contra quienes piden la intervención de nuestro país en el extranjero” (sic). En algún momento le escuché decir que quienes pidan la aplicación de la Carta Democrática Interamericana “serán procesados”, lo que en las condiciones actuales de la justicia, o más bien de la injusticia, en Venezuela significa que serán encarcelados. ¿En qué lugar del Código Penal u otro texto legal se tipifica como delito dirigir una petición a una organización internacional?

 

 

 

El secretario general de la OEA, en preparación de un nuevo examen de la situación venezolana que tendrá lugar próximamente en el Consejo Permanente, está alistando una versión actualizada de su informe en el cual demostrará cómo el fulano “diálogo” no ha dado ningún resultado y más bien le ha servido al régimen para burlarse de la oposición, sabotear el referéndum, retardar cualquier solución electoral, mantener presos a los líderes políticos, someter a Leopoldo López a un régimen de tortura psicológica manteniéndolo aislado para que pierda la razón, haciendo pasar hambre al pueblo, causar la muerte de niños y personas mayores, el sector más débil de la sociedad, privándolos de medicamentos indispensables, al tiempo que amenaza y profiere insultos no solamente a los venezolanos sino a gobernantes y personalidades internacionales.

 

 

 

Si los gobiernos de la región no toman en cuenta lo dicho por Vivanco y el nuevo informe de Almagro, que ha seguido muy de cerca el proceso de deterioro, putrefacción, corrosión que ha sufrido nuestro país bajo el régimen de narcocorruptocracia que detenta las riendas del país, es porque han perdido todo respeto a los principios y valores que proclaman sus respectivas constituciones, la Carta de la OEA y la propia Carta Democrática Interamericana.

 

 

 

 

Adolfo Taylhardat

 
Por Confirmado: Francys García

 

Pifia

Posted on: febrero 15th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Con todo mi respeto hacia el Santo Padre debo decir que coincido con la opinión de algunos analistas cuando afirman que en el caso de Venezuela el Vaticano pifió.

 

 

 

Seguramente el papa Francisco, estimulado por el papel determinante que jugó en el proceso de normalización de la relaciones de Estados Unidos con Cuba, decidió involucrarse en el caso venezolano. Hay muchos aspectos en los cuales el desastre en nuestro país se parece al de Cuba. Los dos países son cautivos de gobiernos dictatoriales que quieren disfrazarse de democracias. Los dos últimos gobernantes venezolanos han pretendido imponer en Venezuela una copia del régimen comunista cubano. Como consecuencia de eso, nuestro país se encuentra sumido en una situación económica en la que prevalecen la corrupción y los privilegios del aparatchik y de los enchufados, mientras el pueblo padece la miseria, el desabastecimiento y el hambre. En lo político cada día nos acercamos al régimen cubano. Ahora el doblemente ilegítimo intenta eliminar los partidos políticos y suprimir el derecho del ciudadano de escoger sus autoridades mediante elecciones libres.

 

 

 

Supuestamente todas esa lacras y muchas otras que me tomaría mucho espacio en este artículo enumerar desaparecerán en Cuba, gracias a la normalización de las relaciones con Estados Unidos.

 

 

 

El papa Francisco evidentemente jugó un papel crucial en ese proceso, pero también es cierto que en Cuba, por muchas razones, el dictador y sus secuaces concurrieron en los esfuerzos para facilitar el acercamiento con su gran vecino del norte. Existía, y existe, una voluntad de cambio, una disposición favorable, que ha sido recompensada con importantes medidas de apertura por parte de Estados Unidos, aunque todo eso ahora parece estar en vilo con la llegada de Donald Trump al poder.

 

 

 

Excesivamente incentivado por su papel en aquel proceso, el papa Francisco decidió involucrar al Vaticano en la situación venezolana para tratar de contribuir a propiciar una solución a la espantosa situación de nuestro malhadado país.

 

 

 

Sin embargo, a pesar de las similitudes entre Venezuela y Cuba, hay un factor nefasto que no ha permitido, ni permitirá en el futuro, avanzar hacia la solución del desastre político, económico, social y moral en que nos han hundido. Ese factor tiene un nombre, que yo me abstengo de mencionar, pero al cual he bautizado “el doblemente ilegítimo”

 

 

 

Se trata de un elemento, porque no merece siquiera ser citado como individuo, que no tiene escrúpulos y que es capaz de cualquier cosa para mantenerse en el poder que usurpó y no quiere abandonar bajo ninguna circunstancia, al cual llegó por el dedo de su difunto mentor y conserva mediante el fraude, la corrupción y la maldad. Es un elemento inescrupuloso, indolente, perverso, malvado, para quien la vida ajena no tiene valor y mucho menos la propiedad de los demás. Mientras los venezolanos humildes y sus hijos mueren de mengua, de hambre y de enfermedades para las cuales ya no hay en el país medicamentos, él y su comparsa de pusilánimes seguidores y defensores disfrutan de la buena vida que les proporciona la corrupción y la adulancia.

 

 

 

 

Al tiempo que trata de mantener en vida el supuesto diálogo con la oposición persiste con su lenguaje agresivo y hasta soez hacia los disidentes. Amenaza con represalias a la oposición si no se reincorpora a un supuesto diálogo que no es sino otro artilugio para desacreditar a sus antagonistas.

 

 

 

 

Con un personaje de esas características es inútil intentar dialogar. En la medida que avanza el tiempo y disminuye el apoyo popular (si es que tiene o lo ha tenido), se vuelve más irracional. Para no aparecer abierta y públicamente como el autor de sus perversidades ha convertido al Tribunal Supremo en un laboratorio d maldad en el que cada día se inventan nuevas sevicias para interferir o entrabar el funcionamiento del Parlamento, el único vestigio de democracia que nos queda y que él no se resigna a admitir a pesar de que es el fruto de la libre y democrática voluntad de los venezolanos.

 

 

 

 

Eso parece desconocerlo el Santo Padre, o si lo sabe, pareciera que no le importa arriesgar el prestigio, la confianza y la credibilidad de que siempre ha gozado el Vaticano. Ya el clero venezolano y los prelados que designó como sus representantes en esa farsa de “diálogo” han advertido la inutilidad de ese ejercicio. Son muchas la voces que lo consideran inútil y opinan que la presencia del Vaticano solo ha servido para apuntalar al doblemente ilegítimo permitiéndolo ganar tiempo de que no disponía, a costa de las reivindicaciones que persigue la oposición.

 

 

 

 

 

En su tozudez de mantener un pie en la búsqueda de una solución a la crisis venezolana ahora el papa Francisco invita al oficialismo y a la oposición a una reunión en el Vaticano, en la cual seguramente estarán también presentes los “tres mosqueteros” que han demostrado ser agentes del doblemente ilegitimo.

 

 

 

 

Personalmente considero que, a menos que el papa Francisco haga el milagro de transformar en un angelito el demonio que en mala hora tiene en sus manos el destino de nuestra patria, el cónclave en el Vaticano fracasará y solo contribuirá a darle más oxígeno al oprobioso régimen madurista. Si llegara a hacer ese milagro tendría ya asegurado un puesto entre los santos que están en el cielo.

 

 

 

El Nacional

 

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