La impotencia y el miedo se metieron a la fuerza en el cuerpo de Jeffry Barrueta. “La necesidad lo obligó”, el pasado lunes, a comprar en el mercado Las Pulgas un pote de leche maternizada para alimentar a su hija, Jénnifer (de dos meses de nacida), por instrucciones de la pediatra. El alivio de haber conseguido la leche recetada se esfumó con el primer tetero que consumió la criatura, el mismo que la puso al borde de la muerte, debido a que la leche, «a base de soya», estaba mezclada con óxido de calcio, es decir cal.
El llanto perenne alertó a los jóvenes padres, quienes achacaron el vómito y la diarrea posterior al cambio de alimento. Sin embargo al ver que su hija no presentaba mejoría le suspendieron el suplemento y la llevaron al Hospital Materno Infantil Cuatricentenario de Maracaibo donde el médico determinó la mezcla mortal de la leche y diagnosticó a Jénnifer con un cuadro de desnutrición, deshidratación severa -que atendieron de inmediato- y destrucción de la flora intestinal, ahí comenzó su calvario.
Diana Rodríguez, madre de la pequeña, recibió a La Verdad en su casa, ubicada en el parcelamiento Altos 3 de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante. Una pieza de 2×3 metros cuadrados, donde a duras penas cabe una cama matrimonial, una mesa y el coche de la niña, ahí vive con sus tres hijas y su esposo. Eran las 10.00 de la mañana y el calor dentro de la habitación resultaba insoportable. Jeffry abrió la puerta, su rostro delataba el desespero: “Llevo tres días buscando las medicinas y no las consigo, nada más hay en Las Pulgas, pero yo para allá no vuelvo”, confesó el padre, mientras abrazaba a su esposa que cargaba en brazos a su niña. Con la mirada perdida, el rostro desencajado y con evidente pérdida de peso, Jénnifer comenzó a llorar, mientras su madre apurada le sirvió en el tetero agua de arroz. “Eso es lo único que le puedo dar, porque no aguanta más nada”.
El calvario
Los médicos del Hospital Materno de Cuatricientenario solo pudieron atender la deshidratación de la niña, debido a la falta de insumos en el centro médico. “No se atrevieron a hospitalizarla porque no había qué darle, la enviaron para la casa, mientras consigo las medicinas, pero las más importantes no las hay”, sentenció Diana. “El médico me dijo que hay que reconstruirle el estómago poco a poco, pero sin las medicinas tengo de miedo que mi niña se ponga peor”.
Jeffry se levanta a las 5.00 de la mañana, trabaja como colector de los autobuses de la ruta San Miguel y en la tarde le pide permiso al fiscal de la ruta para mendigar dinero entre los usuarios y así poder comprar las medicinas. Recorre diariamente más de 40 farmacias sin éxito. “Me tuve que llenar de valor y valentía por mi bebé porque con lo que hago diario no me alcanza, era pedir o sacrificar la comida y los alimentos de las otras dos hijas”. Le pagan cuatro mil bolívares como colector.
El hombre confesó: “Enterarme que mi hijita está enferma por una persona sin escrúpulos fue fatal para mí, porque hace un año perdí a mi hija, de ocho años, por negligencia médica, la operaron de apendicitis y me la mataron en el hospital, tengo miedo, por eso voy a hacer lo necesario para que esté bien así tenga que perder mi dignidad”.
La niña necesita un ecograma y exámenes de laboratorio para determinar la cantidad de cal que tiene alojada aún en el estómago y cuánto es el daño, pero esto ha sido posible porque en ningún hospital la han querido recibir por falta de insumos. “Estamos desesperados”, dijo Diana.
No es la única
Durante su recorrido por los hospitales maternos de la ciudad, La Verdad pudo confirmar que el caso de Jénnifer no es el único, al menos tres niños, en edad prenatal, llegan a la emergencia de los hospitales con diarreas y dificultad respiratoria. Yaritza González, presidenta del Colegio de Nutricionistas del estado, instó a los padres a estar muy pendientes de los productos que se compran, sobre todo si son en el centro de Maracaibo. “Lo que se está viendo es una gran contaminación, no solamente con la leche maternizada, también con la leche completa, hasta un medicamento que uno compre en el centro pone en peligro la vida y traen efectos secundarios irreversibles, desde complicaciones cerebrales hasta la muerte”.
Según la especialista, no existen cifras de los casos que llegan a los hospitales por este tipo de complicación, sin embargo, informó que “llegan muchos casos con problemas respiratorios y digestivos. Este tipo de químicos en el estómago de un niño lo primero que produce es diarrea o dificultad respiratoria y eso, lamentablemente, se sabe cuando se hacen estudios a profundidad y se confirma que la criatura ha ingerido un producto contaminado que puede ser la leche maternizada o completa que se le hayan dado comprado en el centro de Maracaibo”.
Se las ven negras
El único sustento con el que cuenta la familia es el de Jeffry. Muchas veces se acuestan sin comer, sobre todo cuando el autobús se daña y no puede salir a trabajar. Diana confesó que le ha tocado darle arepa sola a sus hijas y que “a duras penas” comen dos veces al día. Su dieta la compone por arroz o yuca, comen proteína una vez al mes “si acaso”. Agradeció que nunca le falta “una mano que le pase un bocado a sus hijas” mientras a los grandes “les toca aguantar”.
Lo que necesitan
Los medicamentos que necesita la bebe son: Liolactil, hidrasec, suero pediátrico, zinc, yelco 24 y jeringa de 3CC. Si usted quiere colaborar puede comunicarse al (0424) 167.00.25
La Verdad
Foto: La verdad
Por Confirmado: Francys García