¿Cuán grave es el déficit de dólares en Venezuela?

Posted on: enero 29th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

Atrás han quedado aquellos tiempos en los que el Presidente de Venezuela acudía a las cumbres latinoamericanas con un fajo de petrodólares para repartir donaciones, financiamiento o millonarias importaciones. De una manera descarnada, Nicolás Maduro ventiló las penurias de estos días cuando, al descender del avión que lo trasladó a Ecuador, país sede de la IV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), confesó: “Vengo a plantear un conjunto de posibilidades para, desde América Latina, atender la emergencia económica de Venezuela”.

 

 

El epicentro del temblor que sacude a la economía venezolana es la falta de divisas. Y luce muy difícil que los países latinoamericanos y caribeños puedan ofrecer ayuda en los montos necesarios para acabar con la creciente escasez de productos básicos, materias primas e insumos.

 

 

Durante las primeras tres semanas de este año, el precio del petróleo que exporta Venezuela y provee 94 de cada 100 dólares que ingresan al país se cotizó en un promedio de 24 dólares el barril. Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que en este momento el escenario base de la firma es que el petróleo venezolano se cotice en un promedio de 30 dólares durante todo 2016. Y las consecuencias son preocupantes.

 

 

¿Cuántos dólares requiere el país?
Asdrúbal Oliveros señala que a un precio promedio de 30 dólares el barril Venezuela recibiría un ingreso de 22 mil 273 millones de dólares por exportaciones petroleras, mientras que los gastos por importaciones, servicios, pagos de deuda y salida de capital suman 49 mil 487 millones. El resultado, es que para balancear las cuentas de este año se requieren 27 mil 214 millones de dólares que aún no se sabe de dónde provendrán.

 

 

Un detalle clave es que esta proyección de Ecoanalítica incluye un recorte de 35% en las importaciones de bienes y servicios realizadas en 2015, un año donde los venezolanos vivieron bajo el sol en colas a las puertas de supermercados con anaqueles desabastecidos, y en el que las empresas paralizaron plantas por la falta de materia prima e insumos.

 

 

Asdrúbal Oliveros precisa que para mantener los mismos gastos de 2015, año en que el petróleo venezolano se cotizó en un promedio de 44,65 dólares el barril, el país necesitaría una transfusión de 35 mil 577 millones de dólares.

 

 

Sin ahorros
El 28 de septiembre de 1999, Hugo Chávez, entonces Presidente de la República, prometió en cadena de radio y televisión que su gobierno no sucumbiría al deslumbramiento de la riqueza petrolera:

 

 

“Cada vez que aquí se incrementaba, en años anteriores, el precio del barril de petróleo, bueno, que siga la fiesta, siga la música, siga todo el mundo en este relajo, gasto y gasto y más gasto, sin ton ni son, sin ningún plan preconcebido y sobre todo, sin ahorrar para el futuro, para prever dificultades futuras”

 

 

e inmediatamente agregó:

 

 

“Así que aquí se han gastado… ¡cuántos miles de millones de dólares! Dios mío, da tristeza. ¡Cuánto se perdió aquí en estos últimos cuarenta años producto de los gobiernos del Pacto de Punto Fijo! Nosotros, comenzando el gobierno, recuerden, hicimos una modificación de la Ley del Fondo de Estabilización Macroeconómica, que ese Fondo es una alcancía, es un mecanismo para ahorrar, pero nunca, ahí no había caído nunca ni una gota de agua”

 

 

Hugo Chávez se refería al Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM) que, como bien explicó, es la alcancía que tiene el país para enfrentar eventuales fluctuaciones del precio del petróleo, pero en la práctica condujo un gobierno que hizo todo lo contrario a lo prometido ese día. La balanza de pagos del Banco Central de Venezuela registra que, gracias a un fastuoso boom petrolero que comienza en 2004 y finaliza en 2014, las arcas de la República recibieron 746 mil millones de dólares y de ese monto prácticamente no se ahorró nada.

 

 

El mismo Banco Central indica que el Fondo de Estabilización sólo posee tres millones de dólares, una cantidad ínfima, irrisoria, que contrasta con lo ahorrado por el resto de los países petroleros. Datos del Sovereign Wealth Found Institute, por ejemplo, indican que al cierre de diciembre de 2015 el fondo de estabilización de Noruega contaba con 824 mil millones de dólares, el de Arabia Saudita con 668 mil millones, el de Qatar con 256 mil millones, el de Libia con 66 mil millones, el de Irán con 62 mil millones y el de Trinidad y Tobago con 5 mil millones.

 

 

Reservas disminuidas
Las reservas internacionales, ese tanque de dólares que administra el Banco Central de Venezuela y permite importar, pagar deuda, cubrir contingencias y ayudar a la estabilidad del tipo de cambio, el pasado 26 de enero se ubicó en 15 mil 557 millones de dólares, magnitud que representa un fuerte declive de 25% en los últimos doce meses y un monto históricamente bajo.

 

 

La estructura de las reservas también es importante. Las divisas en efectivo, con las que el gobierno podría cancelar importaciones y pagar deuda externa de inmediato, no superan los mil millones de dólares y la mayor parte está conformada por barras de oro.

 

 

La administración de Nicolás Maduro ya ha colocado parte del oro en garantía para obtener financiamiento. Pero incluso utilizando todas las barras doradas como garantía, el déficit de dólares seguiría siendo muy elevado y la percepción del mercado sería que su gobierno, presa de la desesperación, camina hacia la insolvencia.

 

 

¿Por qué Venezuela no emite bonos?
Los inversionistas observan un altísimo riesgo en Venezuela y, por tanto, la Nación tendría que pagar una tasa de interés sideral para emitir nuevos bonos y obtener recursos que permitan pagar los vencimientos de deuda de este año, que ya suman 10 mil 500 millones de dólares.

 

 

Si Venezuela emite bonos en el exterior para obtener financiamiento tendría que cancelar una tasa de interés de 37 puntos porcentuales por encima de lo que paga Estados Unidos, que es la Nación que se financia al menor costo. Esto contrasta abiertamente con otros países de la región como Colombia, que paga un diferencial de 3,7 puntos, o Brasil que paga 5 puntos. El promedio de los países emergentes es de apenas 4,5 puntos.

 

 

Cuatro semanas atrás el Presidente Nicolás Maduro afirmó que “Venezuela desde hace tres años no puede refinanciar su deuda porque aumentan el riesgo país. Nos ponen en una situación peor a cualquier país en guerra o en condiciones de tragedia histórica. ¿Saben por qué? Porque es un bloqueo indirecto”.

 

 

Sin embargo, operadores de deuda explican que el Presidente debe comprender que el mercado observa el futuro y cuando lo hace detecta a un país sin un fondo de estabilización, pocas reservas y con un creciente desbalance entre sus ingresos y gastos en dólares.

 

 

El monoexportador
El 30 de agosto de 2005 el gobierno creó el Fondo de Desarrollo Nacional: el Fonden. Una estructura que recibió un generoso chorro de petrodólares proveniente de PDVSA y del Banco Central de Venezuela con el fin de impulsar “la transformación del sistema económico, en función de la transición al socialismo bolivariano, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista hacia el modelo económico productivo socialista, basado en el desarrollo de las fuerzas productivas”.

 

 

La Memoria y Cuenta del Ministerio de Finanzas correspondiente a 2014 precisa que, para alcanzar sus objetivos, el Fonden desembolsó 103 mil millones de dólares para financiar 419 proyectos y además comprometió otros 67 mil 309 millones de dólares que debían fluir paulatinamente para otros 348 proyectos en ejecución. En total se trata de 170 mil millones de dólares, una cifra que duplica al ingreso proveniente de las exportaciones petroleras en 2013, año en que el barril se cotizó a un precio promedio de 99 dólares.

 

 

La muestra palpable de que los proyectos financiados por el Fonden no han contribuido a diversificar la economía es que las exportaciones no petroleras se ubican en niveles ínfimos. La balanza de pagos del BCV registra que durante los tres primeros trimestres de 2015 las exportaciones no asociadas al petróleo sumaron 1.694 millones de dólares, una magnitud que es menos de la mitad de lo obtenido durante el mismo lapso en 2003, año en que por razones políticas las empresas privadas paralizaron sus actividades.

 

 

El gobierno comenzó una serie de reuniones con empresas que tienen potencial para exportar, a fin de acordar algunas medidas que permitan revivir al sector. Pero evidentemente ésta no será la solución mágica para aumentar de manera sustancial el ingreso de divisas. Basta con observar que en sus mejores momentos las exportaciones no petroleras del país se ubicaron en torno a los 5 mil millones de dólares.

 

 

¿China al rescate?
El gobierno ha enviado distintas delegaciones a China para negociar un crédito de 20 mil millones de dólares que alivie de manera sustancial el déficit de divisas. No obstante, el pasado 4 de enero Barclays emitió un reporte afirmando que en medio de la actual inestabilidad política y económica es poco probable que el gigante asiático esté dispuesto a incrementar su exposición.

 

 

La oposición ha tomado el control de la Asamblea Nacional y la Comisión de Finanzas se prepara para exigir un informe detallado con las condiciones impuesta por China para financiar a Venezuela a través de distintos mecanismos, algo que no había ocurrido en los últimos seis años.

 

 

Una Asamblea Nacional que ejerza con mayor fuerza el rol de controlar al gobierno es un factor nuevo en la relación entre Venezuela y China. Está por verse cómo se comportarán los actores de ahora en adelante.

 

 

Las perspectivas
Todo indica que para disminuir el déficit de divisas de manera sustancial la administración de Nicolás Maduro tendría que realizar un ajuste integral que genere suficiente confianza en que Venezuela superará el problema actual. Entonces, se abriría la posibilidad de realizar un refinanciamiento de la deuda y emitir bonos a un menor costo.

 

 

Asimismo, el gobierno tendría que negociar la ayuda de organismos multilaterales que exigirían una agenda de reformas.

 

 

Hasta ahora, Nicolás Maduro no ha dado señales de querer marchar en esta dirección.

 

 

Por Víctor Salmerón

Venezuela: ¿se aproxima el ajuste económico

Posted on: octubre 31st, 2015 by Laura Espinoza No Comments

 

Los días en que el Socialismo del Siglo XXI generaba expectativas de un futuro promisorio han quedado atrás y en su lugar surge un tiempo de hombres y mujeres atemorizados por la escalada de los precios, el desabastecimiento, el hundimiento de la moneda y el descalabro de la producción. Desde 2014 la economía venezolana sufre tres espasmos simultáneos: elevada inflación, escasez y recesión, una combinación letal para la calidad de vida.

 

 

Efraín Velásquez, presidente del Consejo Nacional de Economía, considera que el país padece “un desbalance macroeconómico donde la demanda crece más rápido que la oferta”. Explica que la demanda recibe el impulso del gasto del Gobierno, financiado en parte por el Banco Central, mientras que la oferta languidece porque la porción de dólares en efectivo de las reservas internacionales son muy bajas y por tanto no hay suficientes divisas para importar las materias primas e insumos que necesitan las empresas. La consecuencia es desabastecimiento, inflación y plantas paralizadas.

 

 

El estancamiento de la oferta también obedece a las empresas expropiadas por el Gobierno que hoy producen menos; al control de cambio, que se traduce en la asignación ineficiente de divisas y a la regulación de precios, que en algunos sectores no permite obtener rentabilidad y desalienta la inversión para ampliar la capacidad de producción.

 

 

Mientras el valor del petróleo desafió la ley de la gravedad el chorro de divisas proveniente del oro negro permitió solapar estos inconvenientes con un colosal aumento de las importaciones, pero cuando en 2013 el barril se estabilizó en 99 dólares el crecimiento se desaceleró notablemente y el PIB, que había registrado un alza de 5,6% en 2012, solo avanzó 1,3%. Posteriormente, en los dos primeros trimestres de 2014, comenzó la recesión que luego se profundizó con el declive del precio del petróleo hasta un promedio de 47 dólares en 2015.

 

 

A diferencia de otros países petroleros Venezuela prácticamente no ahorró durante el tiempo de los elevados precios del barril, de hecho, el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), una alcancía destinada a almacenar recursos para tiempos difíciles, solo cuenta con tres millones de dólares. El grueso de los petrodólares fluyó hacia una madeja de fondos destinados al gasto como el Fondo Nacional para el Desarrollo Nacional (Fonden), administrado de una manera muy poco transparente, al punto que se desconoce cuántas divisas posee en este momento.

 

 

Para regresar a la senda del crecimiento y acabar con la fiebre inflacionaria es necesario un ajuste, es decir, un conjunto de medidas para recuperar el equilibrio y evitar males mayores como una recesión más profunda, menos abastecimiento e hiperinflación.

 

 

¿Qué ha hecho Maduro?

 
La respuesta del Gobierno ha consistido en recortar drásticamente las importaciones a fin de obligar al país a vivir con menos dólares, generando escasez y asfixiando al sector privado por la falta de materias primas e insumos. De acuerdo con Ecoanalítica, a través de los mecanismos oficiales que ofertan divisas a las tasas de 6,30, 12 y 200 bolívares la porción de la economía que no pertenece al Estado recibió en los primeros siete meses de este año un promedio diario de 50 millones de dólares, magnitud que se traduce en un descenso de 61% respecto al mismo lapso de 2014.

 

 

La administración de Nicolás Maduro no puede cubrir sus gastos con el ingreso proveniente del petróleo y la recaudación de impuestos, pero con billetes que fabrica el Banco Central aumenta salarios, pensiones y mantiene el subsidio en el precio de la gasolina y las tarifas de los servicios públicos. El inconveniente es que cuando este dinero recién creado ingresa a la economía más bolívares persiguen una misma cantidad de productos y los precios escalan.

 

 

El Banco Central de Venezuela oculta las cifras de inflación lo que ha llevado a entidades financieras a elaborar sistemas propios de medición. El Bank of America creó un modelo para calcular el incremento de los precios, tomando en cuenta datos como los agregados monetarios, la recaudación de impuestos, los depósitos y préstamos en la banca, la cantidad de monedas en circulación y el tipo de cambio del mercado paralelo.

 

 

El modelo indica que entre septiembre de 2014 y septiembre de este año los precios registran un salto de 133% y para todo 2015 se proyecta una inflación de 179% que está en el rango de lo que estiman otras entidades financieras como HSBC que calcula 175,4% o JP Morgan que espera un salto de 189%.

 

 

Para colocar estas cifras en contexto es útil observar que durante 1989 y 1996, cuando los presidentes Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera aplicaron programas de ajustes que contaron con el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación se ubicó en 81% y 103% respectivamente. Pérez y Caldera negociaron con el FMI un conjunto de medidas que incluyeron el desmontaje del control de cambio y el control de precios y la economía comenzó a equilibrarse rápidamente: en 1990, el año siguiente al ajuste de Pérez, la inflación se desaceleró hasta 31% y en 1997, el año que siguió al ajuste de Caldera, hasta 37%.

 

 

Para contener la inflación el Gobierno no ha tomado medidas que impulsen la oferta y corrijan el desajuste en las cuentas públicas e insiste en las regulaciones. La semana pasada Nicolás Maduro anunció que el control de precios se extenderá a todos los productos de la economía.

 

 

Robert Schuettinger y Eamon Butler son los autores de un trabajo donde analizan cien casos en que gobernantes de treinta países intentan librarse de la inflación a través de los controles de precios, Forty Centuries of Wage and Price Controls: How Not to Fight Inflation. La conclusión de este premiado estudio es que si bien algunos controles de precios han tenido efecto positivo por un corto período de tiempo, en el largo plazo siempre han fracasado porque no combaten la causa real de la inflación: el incremento de la cantidad de dinero por encima de la productividad.

 

 

Ponte líquido

 
Economistas de distintas tendencias como Francisco Rodríguez, analista de Bank of America y Rodrigo Cabezas, exministro de Finanzas, consideran que lo primero que debe hacer el gobierno de Nicolás Maduro es salir del sistema donde el tipo de cambio oficial tiene tres precios.

 

 

El 9 de julio Rodrigo Cabezas afirmó que “en el corto plazo debemos simplificar nuestro sistema cambiario porque el actual con tres tipos de precios relativos sobre las divisas genera una distorsión sobre los costos importante y no es un buen mensaje”.

 

 

La idea detrás de esta sugerencia es colocar un solo tipo de cambio oficial a un nivel de equilibrio que, según declaró Francisco Rodríguez a Globovisión el pasado 2 de julio, se ubica en torno a 60 bolívares por dólar. De esta forma el Gobierno ya no vendería divisas a las tasas de 6,30 y 12 bolívares. Así obtendría más recursos por los dólares provenientes del petróleo, mejoraría el equilibrio de las finanzas públicas y el BCV imprimiría menos billetes para financiar gasto.

 

 

Efraín Velásquez considera que este diagnóstico no va a al fondo del problema. “Si el Gobierno hace lo que le dicen no va a resolver nada porque el tema central es un problema de liquidez de reservas. El tema central no es cuál es el tipo de cambio es qué vamos a hacer para financiar importaciones. Puedes poner el tipo de cambio a 300 bolívares pero las empresas nunca recibirán los dólares”.

 

 

Agrega que si bien es cierto que de aumentar el precio al que el Gobierno vende la mayoría de sus dólares el Banco Central imprimiría menos dinero para financiar el gasto público, la presión sobre la inflación quedaría intacta: “Al devaluar aumenta el tipo de cambio y el Gobierno recibe más bolívares por sus dólares. Estos bolívares los inyecta en la economía a través del gasto, desde el punto de vista macro es lo mismo. El problema fiscal es el nivel del gasto que en 2014 se situó en 45,9% del PIB según el informe que entregó el Ministerio de Finanzas a la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos. La economía no soporta ese nivel de gasto, por eso estamos saturados de bolívares y lo único que hacemos es salir a comprar cosas que no conseguimos”.

 

 

Desde su punto de vista la prioridad es atacar el problema del bajo monto de las reservas internacionales líquidas, es decir, el tanque de dólares en efectivo que tiene el Banco Central para cubrir importaciones y pagos de deuda. Al cierre del 26 de octubre las reservas internacionales totales, que en su mayoría están compuestas de barras de oro, se ubicaron en 15 mil 278 millones de dólares y la porción líquida se estima en menos de 3 mil millones, una cantidad ínfima.

 

 

Efraín Velásquez propone darle liquidez a las reservas de oro, cambiar a dólares los Derechos Especiales de Giro que el país tiene en el Fondo Monetario Internacional y obtener financiamiento en el exterior, para lo cual es necesario disminuir la percepción de riesgo que existe sobre Venezuela. “La mejor manera para modificar la percepción negativa es abrir espacios en el sector petrolero y anunciar un plan creíble. Venezuela no es un país sin recursos ni en una situación insalvable desde el punto de vista financiero, Venezuela está metida en un problema de administración macroeconómica con unos individuos que no tienen estrategia y no toman decisiones”.

 

 

No se cierra a la posibilidad de que el país acuda nuevamente al FMI: “Probablemente los mercados te van a decir que antes de prestarte es conveniente que recibas el respaldo del FMI. Lo que hay que tener claro es que el FMI de ahora no tiene nada que ver con el de 1989 es mucho más flexible”.

 

 

Ante la interrogante de si es posible un ajuste expansivo indica que “la reforma fiscal ,que implica una reducción del nivel de gasto, te profundiza la recesión pero si mejora la liquidez de las reservas y puedes financiar importaciones aumenta la oferta y hay crecimiento. Si se es capaz de vender un ajuste creíble la inversión puede aumentar”.

 

 

Otro Gobierno

 
Humberto García Larralde, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, descarta que la administración de Nicolás Maduro pueda aplicar los correctivos que necesita la economía. “El Gobierno se está atrincherando para la guerra, busca culpables, amenaza, el apoyo que tiene se está reduciendo y cada vez depende más de la base fanática. Me parece muy difícil que traicione a su base fanatizada y les diga que va a conversar con quienes siempre ha señalado de traidores a la patria, de agentes del imperialismo. Es un Gobierno prisionero de su retórica, no tiene capacidad de maniobra”.

 

 

En su opinión, un nuevo Gobierno estaría en condiciones de unificar el tipo de cambio en un nivel de equilibrio que actualmente calcula en torno a 60-70 bolívares por dólar y tomar una serie de medidas imprescindibles: “Pretender liberar el tipo de cambio en torno a ese valor requiere una serie de ajustes que lo sostenga. Sanear las cuentas fiscales, eliminar la maquinita de imprimir billetes del BCV, sincerar los precios de bienes como la gasolina, levantar los controles y las regulaciones para liberar al aparato productivo y un entorno institucional que ofrezca garantías”.

 

 

“Además se requieren entre 20 y 30 mil millones de dólares inmediatamente. Para que el tipo de cambio se estabilice se necesitan los elementos que lo anclan y dinero. La única fuente posible de ese dinero es el FMI que ahora es un organismo mucho más flexible, que comprendió que el recetario de los noventa no es una especia de panacea”, dice Humberto García Larralde.

 

 

Explica que con el financiamiento del FMI “se acabaría la restricción de divisas y al levantar los controles el aparato productivo dejaría de estar ahogado y podría responder ante el incremento de la demanda. El aparato productivo está operando con una capacidad ociosa gigantesca y tiene capacidad para responder rápidamente. Lo otro es que al unificar el tipo de cambio el fisco recibe bolívares y entonces se pueden implementar programas sociales, transferencias para que la población vulnerable soporte el ajuste de los bienes que actualmente se importan a la tasa de 6,30 bolívares por dólar”.

 

 

El economista y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, Ronald Balza, señala que un aspecto importante al plantearse si es posible aplicar un ajuste expansivo es que “carecemos de información, no tenemos un presupuesto que refleje la realidad del gasto y los ingresos, no sabemos cuántos recursos hay en el Fonden o el Fondo Chino. Pero algo que es relevante es que ya se han aplicado políticas expansivas que no han impulsado el crecimiento, entonces si se toman medidas correctivas y el PIB no crece no sería por esas acciones, la caída de la producción se debería a las cosas que ya se están haciendo mal”.

 

 

“El objetivo del Gobierno no ha sido evitar la caída del PIB o abatir la inflación, sino conservar el poder y entonces las políticas van en una dirección que acentúan los desequilibrios. Una eventual medida sería reordenar el gasto público y dirigirlo a determinadas áreas”, dice Ronald Balza.

 

 

El petróleo no es mágico

 
Si bien es común la idea de que Venezuela puede apoyarse en el sector petrolero para realizar un ajuste expansivo que permita estabilizar la economía sin mayores impactos, la realidad es que el oro negro no está en condiciones de ofrecer una salida mágica. Ramón Espinasa, quien durante años se desempeñó como economista jefe de PDVSA, explica que “el parque refinador nacional está totalmente deteriorado y prueba de ello es que Venezuela está importando de Estados Unidos casi 100 mil barriles diarios de productos terminados. Luego está la infraestructura de producción. Mi percepción es que para recuperar las refinerías y seguir produciendo los 2,4 millones de barriles diarios que se producen actualmente se requieren inversiones por 7 mil millones de dólares”.

 

 

Una vez estabilizada la producción actual y recuperadas las refinerías la cantidad de barriles que se pueden extraer diariamente aumentaría lentamente. Ramón Espinasa precisa que históricamente Venezuela solo ha logrado aumentar su producción diaria en 150 mil barriles por año y hacerlo implica inversiones anuales por el orden de 7 mil millones de dólares. “Para subir 150 mil barriles diarios hay que invertir anualmente alrededor de 14 mil millones de dólares, unos 7 mil millones para quedarte donde estás y 7 mil adicionales para crecer gradualmente y llegar en 8-9 años a la producción de 3,6 millones de barriles diarios que teníamos en 1997. Esto tiene que ser inversión extranjera porque el Estado venezolano no genera ese ahorro, se está comiendo las reservas internacionales”.

 

 

“Esa gente que dice que en cinco años podemos aumentar la producción a 10 millones de barriles diarios simplemente no sabe de lo que está hablando. No sabe lo difícil que es materializar esa inversión”, dice Ramón Espinasa.

 

 

Todo apunta a que es inevitable un ajuste que incluya un giro drástico en la política económica. ¿Venezuela será capaz de darlo antes de sufrir una mayor pérdida de calidad de vida? Los próximos meses, que incluyen el resultado de las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre, serán clave para conocer la respuesta.

 

Blog de Víctor Salmerón

Maduro el inerte

Posted on: marzo 11th, 2014 by Super Confirmado No Comments

El 12 de diciembre de 2013 la realidad fue tan contundente que Nicolás Maduro pulverizó en segundos el discurso oficial, que repite insistentemente en los medios controlados por el PSUV que la administración de Hugo Chávez invirtió 500 mil millones de dólares en desarrollo social y dejó como legado, entre otras cosas, un sistema de salud gratuita y de calidad.

 

Ese día Maduro dijo la verdad y catalogó como una vergüenza la situación de los hospitales.

 

«Es una vergüenza (el sistema hospitalario venezolano) y tanto que invertimos en salud, con miles de médicos (…) Quiero que se resuelva el tema hospitalario de manera definitiva», afirmó el Presidente.

 

¿Pero qué ha pasado desde entonces? Basta con cuatro fechas.

 

El 29 de enero los médicos residentes del Hospital Dr. José Gregorio Hernández de Los Magallanes de Catia suspendieron las actividades de la emergencia por la falta de materiales. «No tenemos gasas, ni sondas, ni soluciones», comentó Eduardo Villegas, residente de tercer año de cirugía general.

 

El 17 de febrero de 2014 médicos del Hospital Universitario de Caracas protestaron acompañados de los pacientes por la carencia de insumos básicos para trabajar mencionando suturas, gasas, recolectores de orina, guantes, batas, sondas y jeringas.

 

Ayer, 10 de marzo, la Federación Médica Venezolana convocó a una marcha solicitando que se forme una mesa de diálogo para discutir con el Gobierno la situación de la salud.

 

Pero cinco días antes, el 6 de marzo, Nicolás Maduro dejó en claro que ya corrigió el «defecto» de reconocer problemas en el reino socialista y afirmó en la entrevista concedida a CNN: «De 880,000 millones de dólares que han ingresado en la última década producto de la renta petrolera nosotros hemos invertido el 65% en salud, educación, vivienda, alimentación, cultura, es otro modelo, por eso yo te decía al empezar que traten ustedes de entender en los Estados Unidos un poquito que aquí se está construyendo otro modelo social, otro modelo económico, es distinto al de ustedes, traten de abrir un poco el entendimiento».

 

El discurso vive, la inercia sigue.

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmerón

Pastando en el presupuesto

Posted on: febrero 11th, 2014 by Super Confirmado No Comments

El sábado pasado durante la clausura del primer taller para la «máxima eficiencia socialista», Nicolás Maduro dijo el nombre de cada una de las empresas que maneja el Gobierno. El ejercicio requirió más de media hora. Los gerentes se ponían de pie y recibían un sonoro aplauso, mientras que el Presidente, a fin de planificar con orden, les exigió que entreguen cuanto antes un papel con las metas de producción de este año. No importa que ya corra la segunda semana de febrero, nunca es tarde para estar enterado.

 

Claro, se entiende, las ocupaciones, no hubo tiempo para explicarle al país con cifras cuánto están produciendo esas empresas que pastan en el presupuesto, consumen divisas, soportan abultadas nóminas y todavía están en la transición hacia la economía potencia. Los balances son secretos revolucionarios.

 

Pero un informe elaborado por el Banco Central de Venezuela al cierre del tercer trimestre del año pasado permite aproximarse, con precisión, a la caída de oferta que deja la mano roja por donde pasa. Al contrastar el tercer trimestre de 2013 con el mismo lapso de 2012 la producción de la manufactura pública, en conjunto, registra un severo retroceso de 13,5% producto de caídas en la mayoría de las compañías que se desenvuelven en el área de metales, cemento, químicos y alimentos.

 

El sector de metales comunes se desploma 14,8% gracias al desmoronamiento de 70,2% en la producción de briquetadoras; de 17,3% en Sidor, 6,9% en Bauxilum (alúmina) y 5,9% en Alcasa.

 

 

Otro ejemplo. La producción de cemento, clave para la construcción, una de las áreas que más puestos de trabajo genera, registra un declive de 10,5%. Al observar los resultados por empresas destaca el desplome de 23,2% en la actividad de la Fábrica Nacional de Cemento (FNC), 14,5% en Cemex, de 4,7% en Cemento Andino y 2,3% en Holcim.

 

El diagnóstico no es nuevo, ya se hizo durante los años 70 y 80. Las empresas públicas no pueden mantenerse sanas en un entorno macroeconómico inestable de alta inflación, poco crecimiento, controles de precios, conflictos laborales, deficiencias de energía eléctrica y, en algunos casos, escasez de dólares para importar materia prima.

 

Otro elemento a tomar en cuenta es lo que analistas denominan restricción presupuestaria débil, es decir, cómo el Estado cubre las pérdidas por el ingreso que obtiene a través del cobro de impuestos y la renta petrolera, hay pocos incentivos para reducir costos, colocar precios que permitan rentabilidad y no aumentar velozmente el número de trabajadores.

 

Pero la administración de Nicolás Maduro pronto solucionará todo. El taller de la «máxima eficiencia socialista», el primero en quince años, marcará un antes y un después. ¿Usted lo duda?

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmerón

La maraña cambiaria

Posted on: febrero 4th, 2014 by Super Confirmado No Comments

Corrupción galopante, un dólar paralelo que alienta el alza de los precios, escasez de divisas y desabastecimiento en los supermercados. Repentinamente es como si el tiempo regresara y Venezuela transitara nuevamente por los caminos ruinosos de Recadi.

 

Durante diez años el Gobierno defendió y mantuvo en pie a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), un organismo que distribuye los dólares al tipo de cambio oficial al igual que hizo Jaime Lusinchi, quien conservó durante sus cinco años de gestión a la oficina del Régimen de Cambios Diferenciales (Recadi) y, los resultados, son cada vez más parecidos.

 

Nada sorprende. La historia demuestra que impedir la libre compra de dólares para enfrentar una veloz salida de capitales como las vividas en 2003 y 1983 creando un organismo que decide quién puede comprar divisas, debe ser una medida de corta duración, de lo contrario, afloran los desequilibrios inherentes al control.

 

Rápidamente el dólar comienza a cotizarse en un mercado paralelo que puede ser legal como en el caso del gobierno de Jaime Lusinchi o ilegal como ahora. El resultado es que los dólares más baratos que en el pasado distribuyó Recadi y actualmente asigna Cadivi se tornan muy demandados.

 

Así aparece el hábitat ideal para la corrupción. Empresas de maletín que, con la complicidad de funcionarios públicos, reciben dólares para importaciones ficticias o compañías que inflan el precio de lo que compran en el exterior para recibir divisas que luego son revendidas en el mercado paralelo, para obtener ganancias gigantescas.

 

Una enorme brecha entre el dólar oficial y el paralelo es otro detalle que asemeja al control de cambio actual con el de los tiempos de Lusinchi. En este momento el diferencial es muy superior al 300% de la época de Recadi. Una brecha de esta magnitud se traduce en que la demanda por los dólares baratos es prácticamente infinita y el acceso a estas divisas es lento y difícil.

 

El resultado es que el dólar paralelo es utilizado como guía por las empresas y comercios al momento de calcular los costos de reposición y los precios de una amplia gama de productos y servicios toma impulso.

 

Así, la inflación hunde el acelerador, los precios aumentan rápidamente y el tipo de cambio oficial llega a ser excesivamente barato y el incremento de las importaciones alcanza niveles insostenibles. Entonces, no queda más alternativa que devaluar.

 

No obstante la administración de Nicolás Maduro intenta estirar la vida del tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares y asegura que regirá para 80% de las importaciones de este año. Aunque se lograse este objetivo con una fuerte reducción en la entrega de divisas, lamentablemente, todo apunta a la devaluación.

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmerón

Maduro el esforzado

Posted on: enero 21st, 2014 by Super Confirmado No Comments

En julio del año pasado Nicolás Maduro aseguró que la economía recibiría una poderosa transfusión para restituirle vigor al crecimiento. El diseño del tratamiento provino de las visitas a distintos estados, proceso llamado «gobierno de calle», que le permitió reunirse con 2,1 millones de venezolanos en 95 días, es decir, en promedio diariamente sostuvo encuentros con 22 mil 105 personas.

 

Producto de estos intensos debates el gabinete económico elaboró, según Maduro, 2 mil 037 proyectos que comenzarían a ejecutarse en el segundo semestre de 2013. ¿El dinero? Todo estaba perfectamente diseñado. El Presidente afirmó que tenía disponibles 73 mil millones de bolívares que se añadían a 16 mil millones de dólares para cubrir los desembolsos en divisas.

 

Lo cierto es que la economía continuó debilitándose y el crecimiento no levantó vuelo, pero más llamativo es que en su discurso de la semana pasada ante la Asamblea Nacional, en el que debía desglosar la gestión de 2013, Nicolás Maduro no se refirió a estos proyectos y señaló que es ahora cuando tiene listos unos planes para desarrollar once áreas estratégicas.

 

Concretamente, petróleo, petroquímica, construcción, industria, agro, agroindustria, manufactura, turismo, minería, telecomunicaciones y alta tecnología.

 

La lentitud del Gobierno tampoco le ha permitido crear un sistema cambiario que provea los dólares que requieren las empresas del sector privado para reponer inventarios y producir. Pero no hay de qué preocuparse. El Presidente hizo levantar a los diputados oficialistas de sus sillas cuando agitando los brazos afirmó: «Yo sé lo que estoy haciendo».

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmerón

El apagón de las empresas rojas

Posted on: diciembre 10th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Convencido de que los males de la economía se resuelven empequeñeciendo al sector privado y alargando la mano del Estado, durante los últimos diez años el Gobierno recurrió a la fundación, expropiación y estatización de empresas para crear una madeja que, en teoría, llevaría a Venezuela hacia el paraíso del Socialismo del Siglo XXI.

 

Pero el resultado es una larga colección de balances en rojo. Empresas que reportan pérdidas, producen menos y pasan a depender de una renta petrolera basada en pocos barriles porque Pdvsa no logra cumplir los planes de expansión.

 

Cifras del Banco Central de Venezuela desnudan la realidad. Al contrastar el tercer trimestre de este año con el mismo lapso de 2012 la producción de la manufactura pública, en conjunto, registra un severo retroceso de 13,5% producto de caídas en la mayoría de las compañías que se desenvuelven en el área de metales, cemento, químicos y alimentos.

 

El sector de metales comunes se desploma 14,8% gracias al desmoronamiento de 70,2% en la producción de briquetadoras; de 17,3% en Sidor, 6,9% en Bauxilum (alúmina) y 5,9% en Alcasa.

 

Otro ejemplo. La producción de cemento, clave para la construcción, una de las áreas que más puestos de trabajo genera, registra un declive de 10,5%. Al observar los resultados por empresas destaca el desplome de 23,2% en la actividad de la Fábrica Nacional de Cemento (FNC), 14,5% en Cemex, de 4,7% en Cemento Andino y 2,3% en Holcim.

 

El diagnóstico no es nuevo, ya se hizo durante los años 70 y 80. Las empresas públicas no pueden mantenerse sanas en un entorno macroeconómico inestable de alta inflación, poco crecimiento, controles de precios, conflictos laborales, deficiencias de energía eléctrica y, en algunos casos, escasez de dólares para importar materia prima.

Otro elemento a tomar en cuenta es lo que analistas denominan restricción presupuestaria débil, es decir, como el Estado cubre las pérdidas por el ingreso que obtiene a través del cobro de impuestos y la renta petrolera, hay pocos incentivos para reducir costos, colocar precios que permitan rentabilidad y no aumentar velozmente el número de trabajadores.

 

Por ahora nada de esto forma parte de las preocupaciones del Gobierno que en el Plan de la Patria contempla la creación de empresas comunales que, todo indica, no serán más que nuevas bocas a ser alimentadas por la renta petrolera.

 

Una de las características de la locura es repetir los mismos procedimientos y esperar resultados diferentes.

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmeron

¿Podrán evitar el salto de la escasez?

Posted on: noviembre 26th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Para incrementar la escasez de manera deliberada habría que tomar medidas como aumentar la cantidad de dinero, rebajar los precios para impulsar aún más la demanda y tener pocos dólares en reserva para que los comerciantes no puedan importar y reponer a tiempo los inventarios.

 

¿Le suena conocido? En las últimas dos semanas el Gobierno ha ordenado la rebaja de precios de electrodomésticos; tras el comienzo del pago de las utilidades el exceso de liquidez en la banca bate récord y las reservas líquidas se ubican en mínimos históricos.

 

Pero en el alto mando de la economía no hay preocupación. El domingo pasado el general Hebert García Plaza anunció desde el Centro Comercial El Tolón que «a partir de la semana que viene hay reposición de inventarios en todas las tiendas supervisadas».

 

Claro, como el Gobierno controla la asignación de las divisas puede privilegiar la reposición de electrodomésticos a costa de recortar las divisas a otros sectores, de hecho, ha tenido la tijera en la mano todo el año porque el Banco Central no cuenta con reservas suficientes para aumentar el presupuesto de divisas.

 

Todos los meses el directorio del BCV aprueba un monto de dólares que debe alcanzar para cubrir las solicitudes que realiza el sector privado a través de Cadivi y necesidades específicas del Gobierno como «abastecimiento urgente en materia agroalimentaria y salud», «pagos referidos a la seguridad pública y defensa nacional según lo determine el Presidente de la República», viáticos de funcionarios, erogaciones por tratados internacionales y, finalmente, «gastos corrientes y de inversión del Ejecutivo en el exterior», y la cifra deja ver que no hay holgura.

 

En los primeros ocho meses de este año el BCV aprobó para estos conceptos un total de 22 mil 807 millones de dólares, una magnitud que se traduce en un recorte de 24% respecto al mismo lapso de 2008 y de 2% respecto a 2012 y, además, es el monto más bajo en los últimos tres años.

 

No en balde Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica (Asoquim), aseguró el 11 de noviembre que la realidad del sector es «dramática» por la falta de dólares.

 

Pero la campaña electoral necesita la entrega de dólares a 6,30 para reponer inventarios de electrodomésticos. ¿Un whisky más en la barra del Titanic?

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmeron

El sistema insaciable

Posted on: noviembre 5th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Una de las características esenciales del modelo chavista-madurista es que sistemáticamente los gastos del sector público superan al ingreso, no importa el precio que adquiera el petróleo. Con el barril sobre cien dólares el déficit, de acuerdo con estimados no oficiales porque no hay cifras del Ministerio de Finanzas, ronda 15% del PIB, una magnitud sideral.

 

Un sistema donde el dinero público es utilizado en proporciones importantes para obtener renta política necesariamente sufre un déficit de recursos porque la base clientelar avanza velozmente mientras que los subsidios, la poca capacidad para recolectar impuestos y los descuentos a otros países en el costo del petróleo merman los ingresos.

 

Como la desconfianza sobre la solidez de las finanzas públicas ha crecido, Venezuela tendría que pagar una gigantesca tasa de interés para emitir bonos en dólares y financiar parte del déficit, por lo tanto, la solución ha consistido en poner al Banco Central a imprimir dinero sin respaldo, recortar las divisas al sector privado, gastar aceleradamente parte de los petrodólares colocados en fondos distintos a las reservas internacionales y endeudarse con la banca del país.

 

El resultado es palpable. Aceleración de la inflación, escasez y menos crecimiento.

 

Para el próximo año se contempla otra devaluación de la moneda a fin de obtener más bolívares por cada petrodólar, pero hasta ahora no hay medidas que apunten a un cambio de modelo, al contrario, si el piso de la economía continúa resquebrajándose y crece el temor en la administración de Nicolás Maduro a una pérdida de respaldo que lleve a la pérdida del poder, lo más probable, es que se intente profundizarlo aún al costo de acentuar los desequilibrios.

 

@vsalmeron

Por víctor Salmerón

Maduro hará otra devaluación inútil

Posted on: septiembre 24th, 2013 by Super Confirmado No Comments

El desequilibrio que enfrenta la administración de Nicolás Maduro es de tal magnitud que la mayoría de las entidades financieras coincide en que el país, que ya sufrió un severo ajuste el 8 de febrero cuando el tipo de cambio oficial saltó desde 4,30 hasta 6,30 bolívares, marcha hacia otra devaluación que debería concretarse después de las elecciones de alcaldes previstas para este diciembre.

 

En realidad no hay sorpresa alguna porque tras devaluar en febrero el gabinete económico, liderado por Nelson Merentes y Jorge Giordani, no hizo nada para controlar la inflación, por lo tanto, la moneda venezolana es quizás la más sobrevaluada del planeta.

 

La combinación de un tipo de cambio estático en Cadivi con una inflación que supera por mucho a la de Estados Unidos y el resto de América Latina, crea la sobrevaluación de la moneda, un desequilibrio donde los productos importados son más baratos que los elaborados en el país y por tanto las compras en el exterior se disparan.

 

Con el tiempo el desequilibrio se torna insostenible, la alta demanda de divisas es imposible de satisfacer, las empresas disminuyen la producción ante la competencia de las importaciones baratas y el Gobierno no tiene más alternativa que devaluar la moneda.

 

Aparte del desequilibrio que genera la elevada demanda de divisas artificialmente baratas en Cadivi, el Gobierno tiene que devaluar porque la inflación hace que todo se encarezca y por tanto le es imposible cubrir sus gastos cambiando los dólares que recibe por el petróleo al tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares.

 

De acuerdo con firmas especializadas el tipo de cambio de equilibrio, es decir, donde la moneda dejaría de estar sobrevaluada se ubicará al cierre del año en 15 bolívares por dólar, gracias a la elevada inflación de este año.

 

El Gobierno optará por una devaluación intermedia y muy posiblemente solo devalúe hasta 10 o 11 bolívares por dólar, con lo que la medida sería incompleta, aunque puede argumentarse la necesidad de ajustar gradualmente.

 

Pero el tema de fondo es que en el gabinete económico no hay discusión seria sobre el tema de la inflación y no está planteado suspender la impresión de bolívares en el Banco Central para cubrir gasto público, reconocer el fracaso de los controles de precios y acabar con las trabas a la producción.

 

Todo indica que el gobierno de Nicolás Maduro anunciará otra devaluación inútil a finales de año o principios de 2014, porque al no hacer nada para desacelerar la inflación al poco tiempo será necesario otro ajuste que seguirá empobreciendo a los venezolanos.

 

@vsalmeron

Por Víctor Salmeron