Referéndum: la foto…y el tren en movimiento

Posted on: agosto 24th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

Sacar a Maduro no puede ser el objetivo del esfuerzo opositor. Es tan solo un medio.

 

 

 

Cuando se vaya, que se va, queda  intacto el verdadero problema. Qué pasa al día siguiente de que tengamos un nuevo presidente.  Estoy seguro de que nadie cree que será coser y cantar.  ¿Todos los poderes públicos controlados por el chavismo le harán el camino fácil al nuevo gobierno? ¿Los colectivos armados entregarán sus armas y se irán tranquilamente a casa? ¿El ingente apertrechamiento de recursos financieros de la “revolución” no lo usarán para tratar de hacerle la vida imposible a un nuevo gobierno? La gobernabilidad será compleja y, en consecuencia, difícil la confianza de inversionistas, financiadores y repatriadores de capital.

 

 

 

El chavismo saldrá del gobierno desgastado, muy aporreado…pero vivo. ¿Aguanta Venezuela la continuidad de la polarización pero con los roles invertidos? El gobierno rojo intentó durante 18 años acabar con la oposición, no pudo. Pero en su intento acabó con las fuerzas productivas del país e indujo al autoexilio a buena parte del talento nacional. ¿Va a pasarse  los próximos 18 años, el ahora gobierno “opositor”, tratando de acabar con el chavismo? ¿O defendiéndose de las arremetidas institucionales, de calle o de cualquier tipo de un chavismo desesperado por retornar al poder?

 

 

 

Aquí nadie tiene fuerza para acabar con el otro. No es posible ni deseable. Entonces debemos aprender a convivir, y no reproducir ahora desde el gobierno, las prácticas y estilos del autoritarismo defenestrado. Hay que civilizar la confrontación, sin eludirla, en aras de un país que nos trasciende.

 

 

 

Los proyectos son antagónicos, pero nadie tiene fuerza, insisto, para imponer el suyo a rajatabla. Eso no lo ha entendido este gobierno irresponsable. Lo debe entender quienes van a gobernar.

 

 

 

Por eso nuestra meta no puede ser solo sacar a Maduro y su modelo marxista de gestión.

 

 

 

La meta debe ser rescatar a Venezuela, encaminarla al progreso, calidad de vida y libertad. La salida indispensable del presidente Maduro y su cúpula es solo un medio, no una meta.

 

 

 

Y es un medio porque ellos están imposibilitados para emprender ese camino, aunque lo quisieran, porque no entienden que solo el empuje del emprendimiento privado y personal genera la potencia social para el despegue nacional. Su salida del poder es una condición para la recuperación.

 

 

 

Una condición necesaria pero no suficiente.

 

 

 

Lo otro que se necesita es que ellos se vean en la foto de ese nuevo país. Que entiendan que aquí no vienen persecuciones y retaliaciones, que aquí habrá democracia en serio,  que la alternancia en el poder sólo estará limitada por la capacidad de conseguir votos en procesos electorales, pero ahora sin un Estado ventajista y marrullero.

 

 

 

 

Pero si dijeramos que la meta es sólo sacar a Maduro y su modelo, sin delinear claramente una Venezuela incluyente y plural, estamos reproduciendo una visión tan sectaria como la de ellos y estamos colocando el tren en vía de colisión.

 

 

 

Si la única meta es expulsar a Maduro y acabar con su modelo ellos pelearan a muerte su permanencia en el poder. Habría que confrontar hasta que uno de los dos caiga derrotado. La victoria sería pírrica y el costo lo pagará el país.

 

 

 

Si la meta, en cambio, es reconstruir a Venezuela, en esa foto puede y debe haber espacio para todos y que eso nos ponga en la vía de un entendimiento donde pueda haber una transición ordenada de poder y de modelos, con garantías y espacios para todos los que apuesten a la democracia, progreso, justicia y libertad.

 

 

 

Si el adversario no sabe lo que viene después del revocatorio (o su equivalente)  y no hay una foto en la que él exista, preferirá el choque de trenes a la transición civilizada. Un choque de trenes es casi el peor escenario. Hay que evitarlo. Hay uno peor aun y es quitarse del medio y permitir que el tren del desastre gubernamental termine de acabar con Venezuela.  Eso no pasará. Y eso también lo debe saber el gobierno.

 

 

 

Es labor de la oposición ponerse de acuerdo en esa foto del futuro incluyente y progresista, y mostrársela claramente a los gobernantes. Y si hay sabiduría en el gobierno, ambos podremos mover un poco las vías para que los trenes, cada uno en su riel, puedan encaminarse hacia la foto y no hacia la colisión trágica que propician sectores extremistas del gobierno.

 

 

 

Pero para dolor del extremismo enchufado, la realidad es terca. Nadie negocia si puede imponerse, por eso Maduro quiere diálogo. Y justo por eso es tremendamente importante el éxito que todo indica que tendrá la marcha del 1ero de septiembre. Será pacífica y multitudinaria, no será sólo por la fecha; sino porque la presión de calle es el lubricante para la negociación (!que grosería!) efectiva, y no del diálogo efectista para la televisión. Esa negociación lubricada por la presión cívica de calle y la opinión internacional es la que de verdad puede abrir la puerta del referéndum revocatorio 2016 (o su equivalente).

 

 

 

Y por esa misma razón nosotros también necesitamos sentarnos cara a cara con el gobierno, con el soberano a nuestro lado, para mostrarle al gobierno la foto del futuro …pero también la película del tren en movimiento.

 

 

Vicente Díaz

@vicentedz

Vicente Díaz: Estimado elector

Posted on: diciembre 5th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Vicente Díaz: Estimado elector

por Vicente Díaz el 03/12/2015 a las 02:00 horas

Estimados electores:

 

 

para que nada cambie, los que votarán por alguna otra opción o los que se quedarán en sus casas.

 

 

Quiero hablarle a los cuatro.

 

 

Primero a ti que votarás por el cambio. La verdad es poco lo que tengo que decirte, solo felicitarte y agradecerte. Eres parte de la mayoría. El país de progreso, justicia y libertad que resultará del proceso de cambio que se inicia este domingo tendrá Seguro perteneces a uno de estos cuatro grupos: los que votarán por el cambio, los que votarán en ti uno de sus constructores. Una sola solicitud: lleva a votar a todos los que puedas y asegúrate que no se confundan con la propaganda delincuencial de los usurpadores de identidad, enseña a tus relacionados a ubicar bien la tarjeta de la UNIDAD, abajo, a la izquierda, en la esquina, la de la manito.

 

 

Y tú, amigo elector, que votarás para que no haya cambio, para todo siga igual: te toca votar arriba. Es tú derecho. Te lo respeto, ojalá que lo hagas por convicción. Porque te guste el gobierno de Maduro. Porque pienses que esta es la mejor forma de gobernar el país y que esta es la mejor vida que puedes tener. Si es así, no te entiendo, pero te lo respeto. En la diversidad está lo maravilloso de lo humano.

 

 

Cabe otra posibilidad amigo elector que votarás por los candidatos de Maduro.Tal vez no lo hagas porque te guste su gobierno sino porque tengas miedo. Es natural que tengas miedo, porque el gobierno ha intentado por todos los medios que lo tengas. Es el centro de su campaña electoral. Le gusta que vivas con miedo, como monstruo de ciencia ficción que se nutre y fortalece con el miedo de sus víctimas.

 

 

Para asustarte te dice públicamente que de ganar la oposición te quitarán beneficios como las viviendas, pensiones o educación gratuita. Miente para asustarte. La verdad es que no es mucho lo que tienes, porque los enchufados se llevan la mayor parte, pero lo cierto, es que nadie te quitará nada, al contrario, se hará que tu vivienda no sea un préstamo sino que sea tuya de verdad, con su título de propiedad. Se hará que tus pensiones realmente valgan y no como ahora que la inflación te las rebaja cada mes en 30% y por eso cada día vives peor. Se hará que la educación no solo sea gratuita, como ha sido siempre en Venezuela desde décadas antes que estos tipos llegaran al poder, sino que sea de calidad suficiente para que te sirva de real trampolín para buscar la mejor calidad de vida posible.

 

 

La otra forma de asustarte la hacen los delincuentes electorales que en oficinas públicas se dedican a mentirte diciendo que sabrán por quien votarás y que si no votas por ellos pagarás las consecuencias. Pura paja. Tu voto es secreto y punto. Nadie sabrá jamás por quien votas, ni lo sabrá jamás. Nadie ha sido despedido porque votó por la oposición, y han sido millones. Simplemente tratan de engañarte

 

 

Dicho esto, si aún quieres votar por ellos por miedo, te lo respeto. En lo personal me parece horrible vivir con miedo, y para vivir sin miedo hay que votar sin miedo

 

 

Finalmente unas palabras para quienes no votarán o votarán en opciones diferentes a la de la Unidad opositora o del GPP. No sé si lo saben, pero en términos reales están votando (incluso tú que no vas a votar) por el gobierno.

 

 

Si no votas por el cambio, el real, el que tiene posibilidades, el único que en la práctica existe y que se le ha parado de tú a tú a este gobierno triste y pendenciero, realmente estas votando para que continúe. Estas votando por Maduro. Si quieres cambio y votas por alguna tarjeta diferente a la de la MUD estas dividiendo el voto del cambio, que es una forma de posibilitar que nada cambie.

 

 

Y si no votas, si dices que no te gusta ninguno, si te disgusta la política y los políticos, o no te gustan las ofertas electorales, es simple: no hay cambio, todo sigue igual. Habrás votado por Maduro.

 

 

El domingo se inicia la ruta hacia la Nueva Venezuela, que comenzará con la Nueva Asamblea Nacional. De esta jornada se hablará durante años, así como todavía celebramos el 23 de enero, así celebraremos por décadas este 6 de diciembre. Incorpórate.

 

 

Vicent Díaz

¡Basta ya: convoquen elecciones, liberen a los presos!

Posted on: junio 18th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

 

El país está agobiado, la carga se está haciendo insoportable. Vivir ha devenido en sobrevivir. Escapar del hampa o pescar alimentos son los esfuerzos principales del ciudadano. El resto de la energía es parir para pagar lo conseguido. Desde hace ya tiempo hablar de calidad de vida no pasa de ser un irónico eufemismo.

 

 

El gobierno (“el Estado”) es el responsable de este caos, controla las políticas y las instituciones: es quien imprime bolívares, es responsable de su devaluación. Es quien produce dólares, es responsable de su sobrevaloración. Es quien fija los precios, es responsable de la inflación. Es quien autoriza importar, es responsable de la escasez. Es quien maneja policías, guardias y tribunales, es responsable de la inseguridad. Es responsable de crear confianza, es responsable de la desinversión y estancamiento. Lo demás, guerra económica, conspiraciones, cercos, imperios y lacayos es propaganda. Paja y propaganda.

 

 

La frustración y la arrechera (en el sentido venezolano del término) se han ido apoderado del alma colectiva. Esa combinación es peligrosa, es el caldo donde se cultivan las aventuras de oportunistas. En Chile lo encarnó Pinochet, en Cuba lo hizo Fidel Castro. Las tensiones deben ser aliviadas, es responsabilidad del Estado. Como medidas inmediatas e impostergables de distensión el Estado debe convocar las parlamentarias y liberar a los políticos presos por políticos.

 

 

En una república, que es el tipo de país que escogimos ser según ha quedado sancionado en nuestra tradición constitucional, las tensiones se canalizan en el ejercicio de la democracia. El pueblo vota y elige. Quien gana manda. Quien pierde vigila y hace oposición.

 

 

Este año toca renovar el Parlamento. La elección de sus integrantes es el momento de concretar institucionalmente la correlación de fuerzas políticas derivado del ánimo colectivo. Es la oportunidad para que el pueblo hable y diga lo que siente y piensa. Y el pueblo está ansioso por hablar.

 

 

Es inaceptable que ya en las postrimerías de la primera mitad del año electoral el Estado no haya convocado la elección parlamentaria. No existen razones técnicas ni jurídicas para que el CNE no haya hecho esa convocatoria. El país como un todo debe exigir que se convoquen esas elecciones, como ha sido planteado en diversas oportunidades por el rector Luis Emilio Rondón. ¿Cuál es el sentido de postergar esa convocatoria? Lo que ha de pasar, pasará. No por dejar de anunciar las cifras de inflación bajan los precios. No por dejar de decir las estadísticas de crimen secuestran menos ciudadanos. No por dejar de anunciar la fecha electoral cambiarán los resultados.

 

 

Ese inútil aplazamiento de la convocatoria no hace sino incrementar las presiones sobre un gobierno ya bastante agobiado por los problemas que el mismo se crea. ¿Qué necesidad tiene el Estado de ser sometido a una presión, legítima y justificada por cierto, para que convoque de una vez por todas? Lo que debería ser rutina la irracionalidad lo hace excepcional. Las elecciones deben ser convocadas de inmediato. Basta ya de crear tensiones por gusto.

 

 

Y no menos importante, basta de perseguir a quien se opone. Es inaceptable que el costo en democracia de hacer política opositora sea la prisión, el exilio o la inhabilitación. Intentar inducir al miedo por disentir es una práctica antidemocrática y, en Venezuela inútil por nuestro espíritu irreverente frente al poder. En vida republicana no puede haber presos por hacer política en el marco constitucional. Los presos políticos deben ser liberados ya.

 

 

Y dedicarnos entonces entre todos a salir del atolladero de este modelo económico desastroso que lleva en sí mismo “el germen de su propia destrucción”.

 

Vicente Díaz

@vicentedz

Muchas gracias, también

Posted on: abril 24th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Hay seres que nacen para dejar huella, para transformar lo que tocan. Teodoro es de esos. Ha hecho de todo, y en todo ha cambiado todo.

 

En plena guerra fría, cuando la pesadilla nuclear gravitaba sobre el futuro del planeta, y los bloques más poderosos militares amenazaban con destruirse, y destruirnos, Teodoro desde las propias filas del comunismo denunció al totalitarismo sovietico cuyos tanques acabaron con los siete meses de liberación y esperanza de la Primavera de Praga.

 

Rompe con el Partido Comunista y funda el MAS, junto al legendario Pompeyo Márquez ese otro guerrero épico de la historia contemporánea, cautivando de inmediato la imaginación de buena parte de la juventud política y de la intelectualidad venezolana, quienes veían por fin amalgamarse la posibilidad del cambio social con los valores más caros de Occidente: libertad, democracia y progreso.

 

Como guerrillero volvió locos a los órganos de seguridad que nunca alcanzaron a mantenerlo en prisión por mucho tiempo al protagonizar las fugas más audaces que se conozcan: la del Hospital Militar, cuando bebió sangre para vomitarla y engañar a sus captores fingiéndose moribundo y así poder descolgarse varios pisos por sábanas amarradas. O la de cuartel san Carlos, a través de un largo tunel excavado para que pudiera escaparse junto con Pompeyo y Guillermo García Ponce.

 

Como economista, se graduó con honores y terminó ocupando la más alta responsabilidad en la conducción económica de la nación, dejando como ministro una huella imborrable al convertirse de hecho en la cabeza visible y más lúcida del gobierno de Caldera.

 
Su estilo aspero y frontal le ha valido no pocos enemigos por enfrentar decididamente y sin cuartel al proyecto político de Chávez pero también al golpe de estado de abril de 2002, y locuras de algunas corrientes opositoras como convocar una huelga en pleno proceso de negociación, cantar fraude sin pruebas en el 2004, o boicotear la elección del 2005.

 

En su faceta de escritor, varios de sus libros han marcado un antes y un después en la reflexión política nacional, integran acervo cultural del pensamiento político latinoamericano, y se convirtieron en parte de la chispa que encendió el debate irreverente en la izquierda europea en contra de las atrocidades del socialismo marxista entronizado en el régimen totalitario soviético. Sus titulares y editoriales en EL Mundo, primero, y en TalCual después con aquel memorable “Hola Hugo”, han reinventado el periodismo de opinión, convirtiéndose en referencia orientadora de la oposición democrática.

 

Teodoro se ha codeado y ha sido amigo de lo más destacado del mundo político, cultural e intelectual del hemisferio. Le acaban de otorgar otro premio, de los más destacados en el mundo periodístico.

 

Es un orgullo para Venezuela. Hoy está demandado, perseguido, impedido de salir del país, bajo un malévolo régimen de presentación. A sus 83 años en lugar de hacerle una estatua han intentado arruinarlo y acabarlo. Pero no se deja. Allí está.
Durante mi estadía en el CNE nunca perdí oportunidad para consultarlo. Muchas gracias.

 

 

Hoy lo que le han hecho a Teodoro, lo repiten contra los medios que no se han dejado comprar. A El Nacional tratan de quebrarle las rodillas escamoteandole el papel y demandándolo junto con La Patilla.

 

 

Tengo diferencias con las lineas editoriales y estilo de periodismo de La Patilla y El Nacional. Pero es su estilo, su derecho, y tienen abiertos sus espacios a todas las corrientes del pensamiento. Ojalá hubiesen cada vez más estilos y lineas editoriales diversas que enriquecieran la forma de ver las cosas y estimularan el pensamiento crítico. Todo lo contrario, vda vez hay menos. Por eso hay que agradecer a los valientes accionistas, directivos, periodistas y trabajadores de esos medios indispensables su tesón y compromiso para impedir que en Venezuela la única verdad sea la verdad oficial. Muchas Gracias, también.

 

Vicente Díaz
@vicentedz

¡Desenchúfalos!

Posted on: febrero 26th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

El ventajismo en Venezuela no es solo abusar con la propaganda en los medios del Estado o  hacer cadenas con fines electorales. Eso es sólo la punta del témpano de hielo. Es lo más visible. Es lo que hace menos daño.

 

 

El duro, el verdadero, el maligno es el que permea todo el Estado y lo enfoca en un sólo objetivo, supremo y definitivo: mantenerse en el poder. No importan las reglas. No importan los principios. Si sirve para mantener el poder es válido;  si no, es superfluo.

 

 

Por ese tamiz pasan todas las acciones y decisiones, todos los proyectos y presupuestos. Algo sirve para ganar la elección, adelante; no sirve, archívalo. Así funciona la lógica de este  poder, peor aún de los Poderes

 

 

Por eso en víspera del Revocatorio se inventaron las misiones; de las presidenciales del 2012, las grandes misiones. No es que no hicieran falta algunas de ellas, sólo que su objetivo social y motivación moral no es la comprensión del dolor del débil sino la supervivencia política a como de lugar. Por eso se lanzaron a la vertiginosa e insostenible construcción de viviendas tratando de paliar en pocos meses la percepción de desidia tras década de abandono habitacional; y cuyo efecto devastador en la economía derivó en una desaforada impresión de billetes, demoledora para el bolivar fuerte  ahora valiendo menos que un céntimo de dólar

 

 

Esa es la lógica detrás de golpes de efecto como el Dakazo, prolegómeno desesperado de las últimas municipales. Detrás de allanamientos de diputados como Mardo que perfilaba como seguro  ganador de la alcaldía de Maracay. Por eso la extraña epidemia de medios de comunicación vendidos cuyos dueños no aparecen y, coincidencialmente, con líneas editoriales inclinadas hacia el gobierno.

 

 

 

Y el ventajismo ahora se potencia, es proporcionalmente inverso a la popularidad. Es como un sube y baja que todos cabalgamos alguna vez. Como las encuestas los dan en el piso el abuso se exacerba. Las elecciones parlamentarias no han sido convocadas, pero ya empezaron. Esa es la explicación de lo que pasa.

 

 

 

El gobierno necesita que los suyos vayan a votar. Tiene que presentarse como fuerte y agresivo, nadie vota por líderes pusilánimes, necesita polarizar; por eso arremete:  detiene a Ledezma, persigue a Borges, amenaza a la MUD, allana a Copei. Externaliza la culpa y revive el patriotismo: hay una guerra económica, me quieren dar un golpe, el eje Washington-Madrid-Bogotá conspira contra la patria. A falta de prueba en contra, el Tucano aparece por miedo electoral.

 

 

Necesita que los inconformes no voten por la oposición. Debe mostrar que está trabajando para los pobres: por eso mantiene hasta el absurdo el surrealista precio de la gasolina o el dólar a 6,30 que inviabilizan las finanzas públicas en esta economía desquiciada. También mantiene subsidiado el dólar viajero el más descabellado de los subsidios pero de alto impacto electoral.

 

 

Y finalmente el gobierno necesita que la oposición no vote: espantar y desmoralizar sus electores. Por eso la continuidad de la autoridad electoral, por eso la  reiterada insinuación pública de que controla las decisiones electorales, por eso la fastidiosa reiteración de que esa elección la ganan seguro, por eso la promoción del ejercito de tuiteros cuyos únicos mensajes son que no vale la pena votar sino coger calle y no abandonarla hasta que se vaya.

 

 

Nada de eso le servirá. El ventajismo trata de ocultar la realidad pero no la cambia. La gente se obstino. La oposición vence seguro si consolida su unidad y no se desgasta en tanto cacerolazo, tuitazo, marchadera y se concentra en organizase para ganar las elecciones no dejándose provocar ni desviarse del camino.

 

 

Los enchufados quebraron el país, para mantener el poder están llenando las cárceles. Para ver  libres  a los presos políticos, para que el país supere este capítulo, se puede (y debe) protestar y denunciar, pero sólo el voto  les corta la corriente. Desenchúfalos.

 

 

Vicente Díaz

Una gestión que culmina

Posted on: noviembre 20th, 2014 by Lina Romero No Comments

En pocos días el país tendrá un nuevo Consejo Nacional Electoral. El poder público responsable de que en Venezuela haya paz política creando las condiciones y mecanismos para la alternabilidad en el poder, siempre que los ciudadanos así lo decidan.

 

Como el país sabe, yo he sido crítico sobre algunas de las condiciones en las que se da la elección, y defensor de otras. Y defensor también de todos los mecanismos que el CNE ha diseñado para que el pueblo se exprese.

 

He cuestionado y luchado contra la descomunal injerencia en las campañas electorales del Estado en general, y del gobierno en especial. Una injerencia tan brutal que el propio ex zar de las finanzas públicas Jorge Giordani la señala en su explicación del descalabro de la situación económica del país.

 

También he cuestionado la Ley Orgánica de Procesos Electorales aprobada por la Asamblea Nacional a mediados de 2009, que, a pesar de que le da rango legal a las auditorías del sistema de votación (que ya el consejo había aprobado y tenía varios años desarrollando como parte de las garantías electorales), esa misma ley minimiza hasta casi hacer desaparecer el principio de representación proporcional. Pasa de un sistema de representación proporcional a uno paralelo que permitió al partido de gobierno obtener una mayor cantidad de diputados a pesar de haber obtenido una cantidad de votos menor que los votos que obtuvo la oposición.

 

Y, finalmente, he cuestionado otras instancias del Estado: la Contraloría General, cuyas inhabilitaciones administrativas han devenido en la práctica en inhabilitaciones políticas, sin juicio penal alguno; o los entes responsables de la administración de justicia por la cantidad de dirigentes opositores presos o perseguidos, que ha hecho de ser dirigente opositor una profesión de alto riesgo.

 

Pero también he defendido. He defendido la ruta electoral, y ahora que salgo lo seguiré haciendo. La he defendido no solo por razones éticas o principistas. Le he defendido por razones pragmáticas, porque creo que es la única vía para acceder al poder de manera estable para cualquier fuerza política.

 

El diseño del sistema electoral que ha desarrollado el CNE es de muy alta factura. La formación del registro electoral, por ejemplo, que se le entrega a cada partido para que sea revisado y pueda hacer las objeciones que consideren pertinentes, y cuyo crecimiento se ha impulsado para cubrir la brecha de exclusión que ya está en su mínimo histórico.

 

La racionalización del sistema de partidos: que para el año 2006 había alcanzado la inverosímil cantidad de 850 convirtiéndonos en el país con más partidos por habitantes del planeta. Vale decir que la mayor parte de ellos de maletín, encarecían la elección, no tenían ningún voto y eran utilizados como franquicias económicas. Ahora apenas pasan de 100, todavía un número excesivo en comparación con las mejores prácticas electorales del mundo, pero una cantidad mucho más racional. Los partidos que sí existen para hacer política agradecen esta sinceración que, por otra parte, no ha significado en modo alguno el escamoteo de los derechos políticos de nadie.

 

El diseño del proceso de sufragio ha sido impecable: la automatización de las postulaciones y de la rendición de cuentas financieras; la cobertura total de las mesas electorales y juntas por miembros escrupulosamente sorteados (también auditado por los partidos) de la sociedad civil notificados masivamente por sms, TV, radio, correo e incluso por los propios partidos; el sistema de votación automatizado en todas sus fases desde la identificación del elector, que neutraliza cualquier eventual emisión fraudulenta de cédulas con fines electorales y garantiza la detección de cualquiera que usurpe una identidad para votar por otro, hasta la emisión, escrutinio y totalización de los votos y la subsecuente adjudicación. Cada fase revisable y auditable, y debidamente revisado y auditado por especialistas de la más alta factura designados por los partidos políticos.

 

Todo ello diseñado para garantizar las dos cosas más sagradas de una democracia: la garantía de que el voto elige y la garantía de que el voto es secreto.

 

Todas estas garantías y circunstancias explican por qué nuestras elecciones tienen la mayor tasa de participación de todo el hemisferio occidental y que en Venezuela, por primera vez desde 1936, año de fundación de la institución electoral, ningún partido político esté llamando a no participar en las elecciones. Por eso el PSUV, la MUD, Voluntad Popular y muchos otros le han pedido y siguen pidiendo al CNE que les apoye en sus elecciones internas. Saben que con este diseño han ganado y han perdido. Y que cualquiera puede acceder al poder, sin dejar de lado obviamente la brutal injerencia del Estado mencionada arriba.

 

Finalmente, he defendido la ruta electoral administrada por el CNE contra sus detractores y enemigos. A los primeros no les dedicaré espacio en esta nota. Bastante se ha enfrentado a mitos, invenciones y desvaríos que van desde el cable submarino a Cuba y el satélite hasta los votantes fantasmas.

 

A los segundos, los enemigos del voto les digo: dejen de jugar con fuego. Los conflictos políticos se resuelven con votos o balas. Hemos elegido votos, por eso no tenemos balas. El peligro comienza cuando la gente comience a preguntarse para qué votar. Y este mensaje va para personas también de la oposición que, queriendo o sin querer, han estimulado el descreimiento en el sentido del acto electoral, pero sobre todo este mensaje va para el gobierno. Si se burla la decisión del elector despojando a sus seleccionados de sus cargos con trucos y triquiñuelas se le está abonando el terreno al extremismo de cualquier signo que cabalgará sobre el lomo de electores descreídos para arrastrar al país a su peor pesadilla.

 

Vicente Díaz

 

El núcleo

Posted on: julio 11th, 2014 by Super Confirmado No Comments

Estoy viendo la extraordinaria serie Juego de Tronos de HBO. La trama, desarrollada en un mundo de fantasía, se centra en los muy terrícolas conflictos del poder. Infinidad de personajes se mueven en torno al Trono de Hierro, máximo símbolo del poder. Unos para sentarse en él. Otros para servirse de él. Muy pocos para ponerlo al servicio de una población de desamparados.

 

La trama ilustra mientras entretiene. Ilustra sobre una etapa superada en buena parte del planeta, cuando los conflictos del poder se resolvían por intrigas palaciegas, y del ejercicio de la violencia mediante la espada.

 

El pueblo venezolano desde que hay elecciones ha decidido darle la espalda a la violencia, ha optado por los votos. Y le ha funcionado: ha respaldado gobiernos con su voto y también los ha removido. El día que dejen de hablar los votos hablarán las balas.

 

Los votos hablarán mientras haya ruta electoral para drenar los conflictos del poder. La ruta electoral se comporta como las arterias del cuerpo. Pasan la sangre mientras estén despejadas. Aguantan los abusos de comilonas, tragos y cigarrillos. Aguantan durante años. Pero quedan secuelas. Placas de grasa y calcio se acumulan calladamente; hasta que, sin previo aviso, sobreviene la violencia. Solo los afortunados sobreviven al infarto.

 

Así pasa con la ruta electoral. El ventajismo la ataca, ella sobrevive. Año tras año. Pero se resiente, acumula secuelas. Hasta que, sin previo aviso, la gente deje de creer en el voto; es entonces cuando amenaza la violencia.

 

Ventajismo es jugar con ventaja. En otros países cuando asoma la cabeza se arma un escándalo, se enjuician funcionarios, se modifican leyes. Aquí se institucionaliza, el ventajismo se convierte en política de Estado.

 

Eso acaba de hacer el TSJ al establecer que los militares pueden participar en actos de proselitismo político, desechando por completo la Constitución.

 

Eso se suma al escandaloso uso del músculo del Estado con fines electorales. Y no solo estoy hablando de lo visible: cadenas, medios públicos, minutos libres de Ley. Tampoco hablo solamente del uso de los recursos que han puesto el gasto público al servicio del objetivo de ganar las elecciones y cuyas consecuencias se pagan después.

 

Hablo de aviones que no les permiten volar, hablo de medios de comunicación que el miedo los vuelve censores, hablo de juicios, de control institucional, hablo de cierre de consulados.

 

También hablo de persecución, hablo de hostigamiento. Hablo de miedo. Hay que ser muy valiente para ser candidato o lider opositor en Venezuela.

 

El ventajismo, el marcado desequilibrio en el ecosistema electoral, es el núcleo del problema. Me sorprendió mucho la fuerte receptividad inicial que tuvo en la población opositora la propuesta de La Salida, mucha gente entendió, aun cuando sus convocantes fueron muy claros sobre su carácter pacífico y constitucional, que era una vía expedita para cambiar el gobierno.

 

Una receptividad de esa naturaleza puede estar asociada a un descreimiento en la efectividad de la ruta electoral como mecanismo para resolver los conflictos del poder.

 

De ser cierto esto equivale a un dolor de pecho cuando se está subiendo la escalera. Sería un aldabonazo, una alerta temprana; puede significar algo serio. Algo grave. Hay que saber leerlo, tanto gobierno como oposición. A diferencia de en Juegos de Tronos, ahora hay balas.

 

Una ruta electoral despejada, un reequilibrio del sistema electoral mantiene viva la confianza en el voto e impide la sensación de impotencia que puede derivar en conflicto indeseado e indeseable. Nuestra crisis, inclusive la económica, es a fin de cuenta una crisis electoral. Ese es el núcleo del problema. También debe ser el núcleo de la política.

 

Vicente Díaz

@vicentedz

¿Es peligroso ser opositor?

Posted on: junio 12th, 2014 by Laura Espinoza No Comments

Leopoldo López está preso no por ser una amenaza, sino por ser opositor. Manuel Rosales está en el exilio por lo mismo. El general Raúl Baduel derivó de héroe en criminal al hacerse opositor. Henrique Capriles fue tildado de asesino. Julio Borges fue golpeado. María Corina fue despojada de su investidura sin derecho a defenderse, y ahora acusada de magnicida. La lista es larga. ¿Es peligroso ser opositor?

 

El Estado tiene ahora otra deuda con el país. Tiene que probar que Leopoldo López es culpable. Lo acusaron de varios crímenes. Se entregó. Se puso a derecho. El derecho lo protege, debe ser juzgado en libertad: es inocente hasta que quienes le acusan puedan demostrar que es culpable. Y eso no ha sucedido. Nadie debe demostrar su inocencia. Eso manda la Ley. El Estado decidió saltarse la Ley, lo dejaron preso sin haber sido condenado. Antes lo inhabilitaron sin haber sido enjuiciado.

 

Muchos de quienes gobiernan fueron víctimas de persecuciones, luchaban por lo que creían, algunos se alzaron en armas. A no pocos se les violaron sus derechos. Hubo hasta torturas y asesinatos. Ahora es lamentable ver inquiridos devenidos en inquisidores. Perseguidos en persecutores. Victimas en victimarios.

 

López ha sido tratado como criminal, castigado por opinar, en situación de aislamiento. A su propia familia le ha sido negada su visita en múltiples oportunidades. Sus amigos han sido impedidos de verlo. Lo mismo pasa con sus compañeros de partido.

 

Y Leopoldo López no se ha alzado en armas. Ni ha convocado acciones violentas. El Estado tiene el derecho y el deber de enjuiciarlo si lo considera culpable. Pero tiene que demostrarlo en un juicio justo, imparcial, transparente y público, no como esa audiencia que lo mantuvo privado de libertad y luz verde al juicio, a la que no pudo entrar ni su familia.

 

Los delitos de opinión solo existen en dictadura. Y este es un gobierno electo por voluntad popular. Entonces su deber es demostrar esa culpabilidad, insisto, con pruebas diferentes a las opiniones de Leopoldo; y claro está recabadas cumpliendo con la Ley, en juicio público para que sea creíble, y por jueces autónomos con base en criterios jurídicos y no políticos. Y mientras tanto debe estar en libertad. Actuar en contrario es desdecir la voluntad del pueblo, que mediante su voto ha ratificado su deseo de vivir en democracia; lo cual supone cumplir con la Ley, empezando por el Estado.

 

No comparto ningún camino diferente al electoral para sustituir un gobierno. Aún cuando el ecosistema electoral venezolano deba ser recompuesto para hacerlo realmente democrático; impidiendo la monstruosidad que hemos tenido con un candidato como Henrique Capriles Radonsky que compitió contra todo un Estado que cuenta, entre muchos recursos usados con ventaja y en contravención de lo legal y de lo justo, con un sistema de medios públicos devenido en herramienta de propaganda del partido oficial.

 

Cualquier otro camino diferente al electoral es ilegitimo. Aún cuando un gobierno tenga la popularidad en el piso, porque popularidad y legitimidad no es lo mismo. Las popularidades van y vienen. La legitimidad es derivada de la aplicación de la Constitución tanto en la génesis del poder como en el ejercicio del mismo.

 

Todos los caminos planteados públicamente por López: renuncia, reforma, asamblea constituyente, terminan siempre en una elección. No los comparto porque el primero es voluntario y el resto tienen fines diferentes y más trascendentes que cambiar un gobierno, por muy desastroso que le parezca a quienes los promueven. Se podrían considerar equivocados. Pero no son un delito.

 

Está preso por opositor.

 

Vicente Díaz

@vicentediaz

El Culto a las Encuestas

Posted on: mayo 8th, 2014 by Super Confirmado No Comments

Decidir es un una habilidad y un arte. Todos nacemos con la habilidad, es clave para la supervivencia. Hasta los animales más básicos deben decidir entre huir o pelear guiados por sus instintos. En los humanos a los instintos, que siguen privando, se le agrega la razón y la moral.

 

Todas decisión contiene en si misma sus consecuencias. Lo que somos hoy es resultado de las decisiones que tomamos previamente. Eso vale para individuos, familias, empresas o países. Los fabricantes de carburadores que no se mudaron a inyectores yacen en el mismo cementerio que los fabricantes de cámaras instantáneas.

 

La habilidad de decidir, como toda habilidad, se mejora con la práctica. Los que la ejercen constantemente pueden convertir el proceso de decidir en un arte. Como todo proceso, la calidad de sus productos depende de dos cosas: calidad de insumos y calidad del trabajo que los transforma en resultados. Una buena decisión depende de la calidad de la información que se recibe tanto como del talento y experiencia del sujeto decisor. Una buena decisión genera buenos resultados. Un resultado bueno es aquel cuyo impacto es positivo para los objetivos e intereses del decisor. He dejado por fuera de estas consideraciones las variables irracionales del proceso, que me temo son las que usualmente se imponen. Demás esta agregar que mientras más responsabilidad tenga el decisor mayor será el impacto de lo que decida. Estoy pensando en el presidennte Maduro, claro está.

 

He dicho todo esto para resaltar el valor que le doy a las consultas científicas de opinión que desarrollan las encuestadoras serias, cuyos resultados son insumos de primer orden para los grandes decisores políticos y económicos.

 

Pero las encuestas también son peligrosas, sobre todo cuando se convierten en objeto de culto. Las encuestas tienen importantes limitaciones, muchas inclusive destacadas por los propios encuestadores. Las encuestas miden percepciones, no realidades. Si se impone el control total de los medios y se ocultan cifras oficiales se puede llegar a imponer la percepción de que la seguridad está mejorando aún cuando eso no fuese cierto.

 

La gente miente, tiende a decir lo políticamente correcto: por eso según las encuestas la cantidad de la gente que dice votar, reciclar, consumir alcohol moderadamente, respetar señales de tránsito, etcétera, es notablemente mayor de quienes efectivamente lo hacen.

 

Las encuestas siempre son una foto del pasado, y lo que viene tal vez sea muy diferente a lo que ya pasó. Si los Steve Jobs que han habido hubiesen decidido en base a las percepciones del momento jamás hubiésemos tenido el iPad, o el teléfono, el televisor o los bolígrafos. Y en política eso es más grave, decidir en base a encuestas es como manejar mirando por el retrovisor. Cuando Chávez lanzó el socialismo era la más impopular de las nociones del pensamiento político venezolano.

 

Las encuestas solo miden coyunturas, el corto plazo; pero las decisiones serias de alto nivel siempre deben ser estratégicas, con la mirada en la historia. Porque no siempre las personas quieren lo que conviene: una encuesta sobre subir la gasolina, probablemente tenga resultados negativos, pero el déficit en las cuentas que supone decidir en consecuencia lo paga con creces los propios reacios. Ninguna opción política puede decir somos mayoría cuando lo correcto es ser prudentes aceptando que estamos en mayoría. Ser y estar es muy diferente.

 

Y finalmente decidir sólo porque algo es popular en euna encuesta puede rayar en irresponsable y hasta en criminal. No porque en un país una mayoría quiera una bota militar es lícito dar un golpe de estado. O no porque la gente rechace el matrimonio gay se debe condenar a esas parejas a no tener derechos civiles.

 

Es tan peligroso decidir en base a encuestas como decidir sin tomarlas en consideración en lo absoluto. Justo por eso nuestros políticos y estadistas deben convertir su habilidad en un arte.

 

Por Vicente Díaz

La salida concreta

Posted on: abril 24th, 2014 by Super Confirmado No Comments

A propósito del diálogo. Allí cada quien concurre por sus propios intereses y persiguiendo sus propios objetivos, como es natural y legítimo. El gobierno probablemente busca aumentar su legitimidad, sumar puntos internacionales como demócrata y lograr pacificar el frente político para focalizar su energía en la difícil situación de la economía. La oposición de su parte tal vez busca mantener sus apoyos internacionales en tanto democrátas, poder hacer llegar a las bases del chavismo un mensaje alternativo a la verdad oficial, avanzar en la conquista de espacios de pluralismo y la recomposición del equilibrio de poderes que viabilice la alternabilidad.

 

La estrategia opositora es acompañar el diálogo con la protesta pacífica en la calle. Propició el diálogo y presiona acuerdos.

 

El carácter electoral de la toma del poder del chavismo es una de las razones que les obliga a generar un ecosistema electoral que propicie la participación, que siempre será legitimadora, de sus adversarios. El riesgo subsiguiente para ellos es que el gohierno obtenga resultados adversos que no tendrían forma, ni vocación digo yo, de desconocer sin incurrir en un costo político insostenible; fatal para la supervivencia de su proyecto.

 

La fórmula ideal para el gobierno es un ecosistema electoral lo más cerrado posible para maximizar sus opciones de triunfo, pero con la apertura necesaria para garantizar que haya una participación adversaria. Ese ecosistema ventajista ha cargado el ambiente de un peligroso desencanto con la vía electoral

Sin embargo, desde la caida de Pérez Jiménez los cambios del poder por vía diferente a la electoral/institucional han fracasado. El propio Chávez intentó un Golpe y fracasó, abstención y fracasó. Solo triunfó cuando acogió la vía electoral, aunque dudaba del árbitro y de las reglas. La lección de la historia es que cualquier salida que no suponga la vía electoral, no es una salida sino una entrada a otra fase del conflicto. Tarde o temprano, la única salida real (y deseable) es electoral.

 

En los predios opositores parece muy claro que la protesta debe ser conducida hacia buscar logros concretos. Sin embargo los más avezados políticos piensan que es ingenuo intentar una reconducción exitosa focalizandose en reinvidicaciones sociales materiales. No engancha con los factores motivadores actuales de los movilizados. El origen profundo de la protesta no es la escasez, inflación o la inseguridad. Sin desconocer el peso específico de estas calamidades, el verdadero problema es la sensación de un importante segmento de la población de que la alternabilidad electoral sería una ilusión, que los obstáculos interpuestos por el Estado son insalvables.

 

La reconduccion solo es posible en la medida de que genere un sentido de causa histórica: no se puede reconducir a quienes piensan que están luchando por la patria y la libertad hacia una pelea por el agua o la harina pan. Sería iluso e irrespetuoso. Quede claro que estoy hablando de quienes protestan cívicamente de corazón. No me refiero a eventuales infiltrados violentos que han propiciado actos de vandalismo y agresión con fines inconfesables.

 

El objetivo debe estar centrado en el relanzamiento de la democracia, esa es La Salida Concreta. Nuevo árbitro. Reglas justas.

 

La Salida Concreta debe ser viabilizada con un acuerdo supervisable de condiciones para la alternabilidad, una reingeniería del ecosistema electoral incluyendo garantías para el ejercicio de la política. No solo es lograble con presión política y social, sino comenzando a recomponer en paralelo un piso de confianza entre las partes (sin chuparse el dedo, como diría Ignacio Ávalos)

 

Toda Salida Concreta debe incluir: compromiso a ratificar la vía electoral en condiciones de equidad, reingeniería de las garantías y la administración electoral, liberación plena de presos y perseguidos políticos, suspensión de la estrategia de apabullamiento comunicacional, apertura de espacios equitativos en medios y cobertura en vivo de los eventos políticos de las partes, garantías de no retaliación por el accionar político, suspensión del lenguaje incitador al odio; desmarque de salidas no constitucionales y electorales y un mecanismo consensuado de seguimiento de acuerdos entre gobierno y oposición que incluya una instancia de resolución de conflictos.

 

La Salida Concreta…relanzamiento de la democracia: Nuevo Árbitro y Reglas Justas

 

Por Vicente Díaz