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Ayudar a Venezuela, ayudar a un pueblo hermano

Posted on: mayo 22nd, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

Un 21 de mayo, Bolívar contestaba una carta de despedida que le dejó Sucre: “Dice Vd. bien, las palabras explican mal los sentimientos del corazón en circunstancias como éstas”. Seguramente diría lo mismo si le llegaran las imágenes actuales de Venezuela. Y es lo que sentimos los españoles. Queremos a los venezolanos. No podemos ser indiferentes al drama humanitario, político y económico que están sufriendo todos los días en un país tan hermano.

 

 

 

Tras la declaración del estado de excepción en Venezuela, el Consejo de Ministros, atendiendo criterios de urgencia e interés general, acaba de conceder como medida de protección la nacionalidad española por carta de naturaleza a la hermana y al cuñado del preso político Leopoldo López, uno de los 85 presos políticos que hay en Venezuela. Como recordarán, López fue injustamente condenado a casi 14 años de prisión por asistir a una manifestación de estudiantes, lo que ha sido rechazado por la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

 

 

 

Diana López, miembro de la Fundación Museo Reina Sofía, se encuentra en una situación familiar y personal especial como consecuencia del encarcelamiento de su hermano. El 15 de octubre de 2015 sufrió un intento de secuestro. Sus padres ya recibieron la nacionalidad española el 11 de diciembre de 2015. Pero ahora, su padre es objeto del hostigamiento chavista incluso en España. El jueves 12 de mayo, fue invitado por el Ayuntamiento de Pola de Siero, en Asturias, a presenciar la declaración institucional a favor de los presos políticos venezolanos, que fue apoyada por todos los grupos menos por Izquierda Unida y Somos (Podemos). Al salir al balcón del ayuntamiento, López Gil fue abucheado, insultado y tratado de “asesino” por concejales, militantes y simpatizantes de la izquierda radical española. Algunos llegaron a gritarle “ojalá su hijo se muera”. Se trata de los mismos partidos que el 18 de diciembre de 2014 se opusieron a la resolución del Parlamento Europeo que condenaba “la persecución política y la represión de la oposición democrática, las violaciones de las libertades de expresión y de manifestación, y la existencia de censura en los medios de comunicación y páginas web”. No es casual esta oposición. Porque ha sido en Venezuela, como asesores del gobierno chavista, donde han ensayado su programa para España.

 

 

 

En cuanto al mecenas Herman Sifontes, marido de Diana López, fundador y presidente de la Fundación para la Cultura Urbana, estuvo en prisión preventiva dos años y siete meses por un supuesto delito cambiario, sin ningún tipo de condena. El caso fue denunciado por Naciones Unidas. Fernando Savater denunció públicamente su encarcelamiento, afirmando que la Fundación para la Cultura Urbana es “un proyecto cultural y democrático de primer orden en la maltrecha Venezuela actual”. El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince añadió: “Este banquero excepcional ha sido un gran impulsor de la música popular venezolana, de la fotografía histórica, del urbanismo, del periodismo y de la literatura”.

 

 

 

El gobierno también ha concedido la nacionalidad española a Luis Carlos Serra Carmona, miembro de la Junta Directiva de El Nacional. Hablamos del gran periódico venezolano, cuyo cofundador fue el catalán José Moradell, y en cuyas páginas escribieron María Zambrano, María Teresa León y Antonio Aparicio, el periodista republicano español protegido por Neruda. Luis Carlos Serra Carmona ha sido objeto de la acusación de “difamación agravada” por el anterior presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. ¿La razón? Que El Nacional reprodujo informaciones de periódicos extranjeros, uno de ellos español. Por esa demanda pesa en su contra la prohibición de salida de su país y una obligación de comparecencia judicial cada semana.

 

 

 

Tenemos que apoyar expresamente a la prensa venezolana, como lo viene haciendo mi gobierno, que además ha otorgado el permiso de residencia por circunstancias excepcionales a periodistas, directivos y dueños de medios de comunicación que lo solicitaron tras ser despojados de su pasaporte y acosados por un Poder Judicial sometido: Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional; Nelson Rivera, director de su Papel Literario; Mariana Otero y Beatriz de Majo, accionista y columnista, respectivamente, del mismo periódico; Guillermo Zuloaga, ex presidente de Globovisión.

 

 

Los aquí citados son ejemplos de los padecimientos de los 28 millones de venezolanos, entre los que no podemos dejar de mencionar los linchamientos por la inseguridad generalizada, los saqueos por la escasez crónica de medicinas y alimentos, la hiperinflación de más de 700% y el consiguiente desplome del poder adquisitivo y sufrimiento de los más pobres. El populismo no ha generado más que desabastecimiento de todo, represión y violencia. Todo lo que no queremos para Venezuela ni –hay que decirlo– para España.

 

 

 

Por mi parte, seguiré siempre apoyando a los venezolanos, a su prensa libre y a sus demócratas, en particular a la nueva Asamblea Nacional, amenazada pero valiente, cuyas competencias vienen siendo usurpadas por un Tribunal Supremo controlado por el gobierno. Apoyar a los venezolanos es mi obligación como Presidente del Gobierno y como español. Ellos recibieron con generosidad a los “españoles del éxodo y del llanto” que describió León Felipe. Por eso están registrados en Venezuela casi 200.000 españoles, a los que envío mi cariño y recuerdo permanente. La Hermandad Gallega de Caracas tiene unos 40.000 socios, tantos como españoles en Canadá. El Hogar Canario y el Centro Catalán se distinguen también por su dinamismo e integración ejemplar, al igual que los demás centros españoles en Venezuela.

 

 

 

Ni España ni Europa podemos olvidar a los venezolanos. Porque queremos para ellos lo mismo que los españoles disfrutamos cada día: libertad y democracia. Los venezolanos merecen un futuro mejor. Y los españoles y europeos tenemos que ayudar al pueblo hermano de Venezuela.

 

 

Mariano Rajoy Brey

* Presidente del Gobierno Español

Rajoy: Siempre con la libertad

Posted on: febrero 18th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

Hoy se cumplen dos años del encarcelamiento de Leopoldo López y mañana uno de la detención arbitraria de Antonio Ledezma. España está y estará junto a los venezolanos para que puedan disfrutar de democracia, libertad y seguridad

 

Imagínense que hoy, 18 de febrero, un dirigente democrático español cumpliera dos años de prisión injusta en la cárcel militar de Alcalá Meco. Imagínense que hubiera sido sentenciado a una pena total de casi catorce años, por ser supuestamente autor de delitos tan graves como instigación pública y asociación para delinquir, incendio y daños. Imaginen que la ONU exige la liberación inmediata de ese hipotético dirigente democrático español, y que Amnistía Internacional lo considera un preso de conciencia. Sí: parece ciencia ficción. Sin embargo, eso es lo que ha pasado en Venezuela, donde hoy se cumplen dos años del encarcelamiento de Leopoldo López.

 

 

Y, aunque también parezca ciencia ficción, mañana, 19 de febrero, se cumple un año de otra detención arbitraria, sin orden judicial, la del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma. Como se recordará, fue arrestado por un comando del Servicio Bolivariano de Inteligencia, es decir, el CNI venezolano. Sin mayores pruebas, a Ledezma se le acusó de conspiración, y ahora se enfrenta a dieciséis años de cárcel. Todo, como en el caso de Leopoldo López, por hacer política y defender la libertad.

 

 

En este aniversario, queremos decir claramente que no nos olvidamos de los casi 80 presos políticos venezolanos. Sirva, por tanto, este artículo para enviar mi afecto y mi solidaridad a Lilian Tintori de López y a Mitzy Capriles de Ledezma, a sus familias y a todos los ciudadanos de Venezuela. Su sufrimiento es, más que nunca, el nuestro. Y tenemos el deber de denunciar con claridad a los responsables y a los cómplices de estos atropellos a la libertad, porque si no, sólo podemos esperar más arbitrariedad y más injusticia. Por ello, como todo demócrata, espero que salga adelante Ley de Amnistía que está impulsando la valiente Asamblea Nacional de Venezuela, a la que apoyo sin reservas.

 

 

Los españoles debemos entender a Venezuela. Pensemos por un minuto que, en España, casos impensables como éstos se convirtieran en realidad. Pensemos que no hubiera elecciones con medios de comunicación independientes, o que estos hubieran tenido que venderse a grupos afines al régimen, acusados por el Gobierno de ser “golpistas”, “fascistas” y “jinetes del Apocalipsis” tan sólo por ejercer una crítica independiente. Imaginemos asimismo que los directivos y periodistas de los pocos medios libres aún subsistentes recibieran una orden de comparecencia judicial cada ocho días, con la prohibición de salir del país, todo ello a instancias de una denuncia por difamación del Presidente del Congreso. E imaginemos también que otros diarios independientes tuvieran que cerrar porque el Gobierno corta el suministro de papel. Pues bien, este escenario implanteable es el que se da en un país hermano y amigo como es Venezuela.

 

 

Esperemos que salga la ley de Amnistía que está impulsando la valiente Asamblea Nacional

 
Y podemos representarnos bien su drama. ¿Qué sentiríamos al convertirnos en el segundo país más peligroso del mundo con 28.000 muertos por año, o al tener la capital más peligrosa de nuestro continente? ¿Al no encontrar el 75% de los alimentos o el 90% de las medicinas? ¿Podemos imaginar vivir con una hiperinflación del 275% en 2015 y, según el FMI, del 720% en 2016?

 

 

No hay nada que perjudique más a los trabajadores y a los más necesitados que la inflación. Sin embargo, un autoproclamado candidato a vicepresidente del Gobierno de España afirmó, nada menos, que siente envidia de los españoles que viven en Venezuela. ¿Envidia del desplome del 7% de la economía, del déficit fiscal del 19%?

 

 

Con ser gravísimos estos datos, lo peor es la crisis de valores. Se empieza cambiando la cultura del esfuerzo. Las autoridades afirman que también robarían por necesidad y manifiestan su comprensión por los delitos comunes. Se subsidia a la población para crear un electorado anestesiado, agradecido y estable, a disposición del poder político. Se instaura una cultura que promueve el conformismo, el resentimiento y la sumisión a lo fácil.

 

 

No olvidamos a los casi 80 presos políticos venezolanos ni a los ciudadanos que sufren

 
Así las cosas, y con una nueva ley electoral hecha a medida, el letargo puede durar 15 años, hasta que la juventud se rebela contra su frustración y rechaza la violencia, la injusticia y la manipulación. Hasta que rechaza el engaño de quienes llegaron al poder centrando su discurso en la demolición del sistema político y en el resentimiento social, apropiándose del sufrimiento de los débiles y prometiendo todo lo imposible.

 

 

¿Podemos tener un autoproclamado candidato a vicepresidente del Gobierno que no condenó la represión y el encarcelamiento de manifestantes pacíficos, estudiantes y líderes de la oposición en Venezuela? ¿Puede plantearse el PSOE pactar con quien, cuando era eurodiputado, votó en contra de la resolución del Parlamento Europeo que pedía la liberación de líderes demócratas como Leopoldo López? Un líder que, por cierto, pertenece a la Internacional Socialista.

 

 

El Gobierno de España siempre tiene que estar con la libertad, protegiéndola y también representándola. España avanza en América Latina cuando defiende la libertad. La presencia internacional no se mide en términos de visitas presidenciales y oportunidades económicas. No. La política exterior de un demócrata antepone los valores a los intereses. Por eso, mi Gobierno no ha cesado ni un momento de atender y proteger a los venezolanos perseguidos.

 

 

Mi Gobierno ha concedido la nacionalidad española a los padres de Leopoldo López. Hemos otorgado el permiso de residencia por circunstancias excepcionales a los periodistas, directivos y dueños de medios de comunicación despojados de su pasaporte y acosados por un Poder Judicial dependiente del Ejecutivo: Miguel Henrique Otero, presidente-editor de El Nacional; Nelson Rivera, director de su Papel Literario y, más recientemente Mariana Otero y Beatriz de Majo, accionista y columnista, respectivamente, del mismo periódico.

 

 

También hemos otorgado la residencia en España a Guillermo Zuloaga, expresidente de Globovisión. Un hombre considerado por el director de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Ricardo Trotti, como “uno de los mejores defensores y promotores de la libertad de prensa y del periodismo libre”, pese a lo cual se dictaron dos órdenes de captura en su contra por “usura genérica”, “agavillamiento”, “divulgación de informaciones falsas e incertidumbre pública” y “ofensas” al Presidente de la República. Su pasaporte ha sido revocado. Y, de momento, no ha servido de nada el cuestionamiento por parte del Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Libertad de Opinión y Expresión y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

 

 

Son sólo algunos casos de muchos, pero son elocuentes del drama que viven los venezolanos. Y yo hoy quiero repetirles que el Gobierno de España y el partido que represento no dejarán de acompañarles ni en este aniversario ni nunca. Porque queremos para los venezolanos lo mismo que los españoles disfrutamos cada día: democracia, libertad y seguridad.

Siempre con la libertad

 

Mariano Rajoy es presidente del Gobierno de España

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