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Vamos a rescatar a Venezuela

Posted on: diciembre 13th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Al recibir el Premio Sájarov, la oposición venezolana redobla su compromiso por democratizar el país

Soldados participan en un acto militar del ministerio de Defensa de Venezuela. MIGUEL GUTIÉRREZ EFE

 

 

En el discurso del Premio Nobel de la Paz 1975 del disidente soviético Andrei Sájarov, pronunciado por su esposa Yelena Bonner, manifestó: “Es insoportable considerar que en este momento en que estamos reunidos en esta sala en esta ocasión festiva, cientos y miles de presos de conciencia están sufriendo de desnutrición”. Cuando el Parlamento Europeo honra a la Oposición Democrática venezolana, y a todos los presos políticos del país, con el Premio Sájarov 2017 a la Libertad de Pensamiento, hoy podríamos pronunciar estas mismas palabras.

 

 

 

Al recibir este prestigioso honor nuestra alegría es agridulce. Mientras que el reconocimiento de nuestra lucha y esta muestra de solidaridad nos anima, sabemos que este premio es producto de una gran tragedia. Hoy en Venezuela, hay más de 300 presos políticos que ejercen lo que Sájarov llamó “la lucha incesante por su dignidad humana”. Están sujetos a actos crueles, degradantes y tortura; están encerrados en celdas sin ventanas, uno de esos sitios apodado la Tumba, algunos han sido amenazados con ser quemados a menos que confiesen crímenes que no cometieron. Los crímenes actuales de los detenidos incluyen: enviar un tweet crítico contra el Gobierno, usar un megáfono para llamar a la libertad y criticar al Gobierno. Estos presos, en su lucha por la dignidad, encarnan el coraje de nuestra gente; a pesar de conocer las atrocidades de las que es capaz el régimen, han exigido incansablemente la libertad de nuestro pueblo, en paz y de conformidad con nuestros derechos constitucionales.

 

 

 

Este maltrato hacia los presos políticos es solo parte de un patrón más amplio de supresión de los derechos básicos y de someter a la población a condiciones de privación para tratar de debilitar a la disidencia. La actual crisis humanitaria en Venezuela es la materialización de nuestras peores pesadillas. Nuestros hospitales carecen del 85% de los medicamentos y los supermercados no tienen comida. Tres cuartas partes de los venezolanos han perdido en promedio 9 kilogramos. Actualmente, 300,000 niños están en riesgo de morir por desnutrición —en los últimos cuarenta días, 11 niños han muerto— y en 2017 han resurgido enfermedades del siglo pasado que estaban erradicadas como la malaria y la difteria. Pero el Gobierno venezolano se niega a aceptar cualquier ayuda humanitaria. ¿Qué tipo de Gobierno decide dejar morir de hambre a sus propios niños?

 

 

 

Hace casi cuatro años, mi esposo Leopoldo López, uno de los presos políticos a quien se honra hoy, comenzó su protesta contra esta injusticia. Indignado por el arresto de nuestros jóvenes estudiantes, y anticipando el desastre humanitario que se avecinaba, pidió a los venezolanos que salieran a la calle pacíficamente para comenzar esta lucha. Tras tres años y diez meses de injusto encarcelamiento la mayoría del tiempo en una prisión militar, continúa su detención arbitraria bajo arresto domiciliario. Si bien ahora podemos proteger mejor su integridad física en el hogar con su familia, la censura a la que está sometida es aún más fuerte. Incluso con un monitor de tobillo para rastrear cada uno de sus movimientos, los guardias de seguridad le toman una foto cuatro veces al día. Tiene prohibido hablar públicamente.

 

 

 

Aunque el régimen trata desesperadamente de silenciarnos, ya no pueden ocultar este desastre. Los líderes del mundo democrático han sido enfáticos en sus demandas para exigir la restauración plena de la democracia en Venezuela. Y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro tuvo la iniciativa de llamar a una comisión especial para remitir potencialmente a funcionarios venezolanos a la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. Aquí en Venezuela, estamos trabajando para apoyar este esfuerzo, hemos organizado audiencias públicas donde las víctimas de los abusos del gobierno pudiesen dar sus testimonios para documentar con rigor estas violaciones. Sabemos que no podemos vencer a esta dictadura solos, por ello estamos agradecidos por el trabajo de nuestros aliados en todo el mundo.

 

 

 

La adjudicación del premio debería llamar a la reflexión. La mayoría de los que merecen este premio en lugar de asistir a esta ceremonia, pasarán la noche en una celda de prisión húmeda. El Premio Sájarov es una de las más altas distinciones en la lucha por los derechos humanos; sin embargo, no debemos pensar que la lucha cesa aquí. El ganador del Premio 2002, Oswaldo Payá, nunca llegó a ver una Cuba libre. Este premio hoy debería alentar a todos nuestros aliados a permanecer firmes en apoyo a nuestra lucha. Específicamente, la Unión Europea debe garantizar que el Gobierno venezolano acepte la demanda de la oposición para liberar a todos los presos políticos. Además, necesitamos la ayuda de la comunidad internacional para lograr nuestras tres demandas principales, que acompañan la liberación de los presos políticos: la restauración de un Consejo Nacional Electoral independiente, la apertura de un canal humanitario bajo los auspicios de las Naciones Unidas y el restablecimiento pleno de la autonomía de la Asamblea Nacional democráticamente elegida.

 

 

Al igual que Sájarov y su discurso de 1975, escribo estas palabras lejos de la ceremonia en Estrasburgo. Si bien el gobierno venezolano me ha prohibido abandonar el país, no impedirán que me escuchen. A pesar de lo difícil de esta lucha, estoy más inspirada que nunca. Tengo ocho meses de mi embarazo, la gente me pregunta cómo se siente acerca traer un hijo al mundo bajo estas circunstancias. Temo por mis hijos, como lo haría cualquier madre, pero más fuerte que ello es mi fe en el futuro de mi país. Y mientras veo a los innumerables valientes venezolanos salir a la calle todos los días y ondear nuestra bandera en alto, sé que vamos a rescatar a Venezuela.

 

 

 

Lilian Tintori es activista de derechos humanos y esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López.

 

 

 

El alto precio de la libertad

Posted on: septiembre 4th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

La comunidad internacional no puede ser neutral ante las graves violaciones de los derechos humanos en Venezuela

 

 

Hace un 1 año y medio mi esposo, el líder opositor venezolano y coordinador del Partido Voluntad popular Leopoldo López se entregó a una justicia injusta que lo acusaba de haber hecho “llamados subliminales a la violencia” durante las protestas de febrero de 2014. La realidad es que Leopoldo está preso por haber confrontado al gobierno de Nicolás Maduro y hacer un llamado no violento, constitucional y democrático para pedir el cambio de un gobierno corrupto, ineficiente y represor que viola sistemáticamente los derechos de sus ciudadanos.

 

 

El Ministerio Publico ha sido incapaz de demostrar con pruebas o testigos los cargos de los que se le acusa. Leopoldo está preso por sus palabras.

 

 

El juicio fue suspendido abruptamente la semana pasada y la juez a cargo del caso Susana Barreiros pasó al periodo de conclusiones prescindiendo de testigos y pruebas faltantes del Ministerio Público y de la Defensa. Esperamos veredicto en los próximos días.

 
La falta de separación de poderes y los vicios procesales son graves. El presidente Maduro dijo al menos 11 veces antes de la entrega de Leopoldo que “le estaba calentando la celda”. Los cuatro discursos base de la acusación del Ministerio Público no fueron analizados. Parte delmaterial probatorio de la fiscalía “desapareció” y fue incorporado fraudulentamente en el juicio. En una de las audiencias dos adolescentes declararon haber estado bajo la influencia de las drogas y declararon su responsabilidad como autores materiales en la quema de unidades de la policía, los dos testigos nunca han sido procesados. La parte mas crítica del juicio, fue el testimonio de la testigo estrella, una experta PhD en Lingüística que declaró que Leopoldo López nunca llamó a la violencia y que “los mensajes de López no eransubliminales; son claros, directos y específicos”.

 

 

Tras 70 audiencias, 108 testigos, 30 pruebas y 600 horas de juicio, ningún testimonio y ninguna prueba con los que trató de acusar el Ministerio Publico pudo corroborar que Leopoldo López y los cuatro estudiantes -juzgados junto a el- son culpables de los cargos que les incriminan.

 

 

Los días que precedieron a la detención de Leopoldo fueron una pesadilla, debatíamos en familia si Leopoldo debía entregarse, estábamos conscientes de las consecuencias de las que este régimen es capaz. El presidente de la Asamblea Nacional nos ofreció que se fuera del país, pero para Leopoldo esa nunca fue una opción, no podía abandonar a su gente. Su entrega serviría para desenmascarar a un régimen que pretendía bajo la fachada de elecciones democráticas hacer creer al mundo que actuaba democráticamente, mientras reprimía y reprime impunemente a la población.

 

 

El sufrimiento de Leopoldo es el sufrimiento de los venezolanos, su caso va más allá del caso de un preso político, es el caso de millones de venezolanos
El gobierno está roto moralmente y persigue a quien piensa distinto. Ejemplo de ello, es el encarcelamiento y persecución de líderes de oposición , incluyendo al alcalde de Caracas Antonio Ledezma, el alcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos y la diputada María Corina Machado.

 

 

Múltiples organizaciones internacionales han pedido la liberación inmediata de Leopoldo López, entre ellos Naciones Unidas y la Comisión Inter Americana de Derechos Humanos. La decisión de estos organismos es vinculante conforme al articulo 23 de nuestra constitución que dice que los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos son de obligarorio cumplimiento. También han llamado a su liberación los presidentes Rajoy de España, Obama de Estados Unidos, Santos de Colombia, Humala de Perú, Rousseff de Brasil y múltiples parlamentos del mundo, incluyendo al de la Unión Europea.

 

 

El precio de la libertad ha sido alto, nos persiguen, intimidan, y amenazan en televisión. Mis hijos de 2 y 5 años se han quedado colgados llorando en las rejas de la prisión cuando nosquitan arbitrariamente la visita. Manuela, mi hija mayor le ha preguntado a su padre si morirá en prisión. Leopoldo ha estado aislado un total de 9 meses,sujeto a tratos crueles y denigrantes que incluyen lanzarle excrementos humanos y seguidamente cortar el agua y la electricidad por mas de 12 horas para que no se pueda lavar.

 

 

El sufrimiento de Leopoldo es el sufrimiento de los venezolanos, su caso va más allá del caso de un preso político, es el caso de millones de venezolanos. Leopoldo dice que el está preso, pero Venezuela también está presa en sus derechos con criminalidad, escasez, racionamiento de comidas, largas colas de espera y la transformación de supermercados en zonas militares. Los servicios de salud están colapsados y sin insumos para atender enfermedades básicas, estamos viviendo síntomas de una crisis humanitaria

 

 

Hay una larga historia de persecución y represión. Muestra de ello, es el encarcelamiento y persecución a figuras de oposición, incluyendo al alcalde de Caracas Antonio Ledezma, el alcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos y la diputada María Corina Machado.

 

 

La comunidad internacional está obligada legalmente a respetar y hacer respetar los tratados de Derechos Humanos de los que son parte, no pueden ser neutrales ante esta situación grave erosión de Derechos Humanos en Venezuela.

 

 

La única decisión que esperamos y que puede emanar del juicio es la libertad plena para Leopoldo y de los estudiantes.

 

 

Toda mi fuerza y mi amor están contigo Leopoldo y con cada uno de los Venezolanos que queremos cambio y Paz para Venezuela.

 

 

Lilian Tintori es esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López

 

 

Rompiendo el silencio por los DD.HH. en Venezuela

Posted on: marzo 30th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

A Leopoldo se le sigue un juicio militarizado, oculto, injusto, en el que no se ha respetado el debido proceso.

 

A más de un año del inicio de las protestas de febrero del 2014, los venezolanos nos encontramos en una situación en la que cada día el resguardo y protección de la comunidad internacional a los derechos de los venezolanos se hace más imprescindible ante las arbitrariedades y los atropellos del gobierno de Nicolás Maduro.

 

Hoy quiero dar todo mi agradecimiento por la extraordinaria receptividad del Perú, su gente, los líderes de las diferentes bancadas Apra, Fuerza Popular, Gana Perú, Perú Posible, Acción Popular y el PPC; también nos recibió, por instrucciones del presidente Humala, la primera ministra del Perú, Ana Jara, y el canciller Gonzalo Gutiérrez Reinel. Agradecemos a quienes han entendido la dimensión de lo que está en juego y por pedir la libertad no solo de mi esposo Leopoldo López y del alcalde Antonio Ledezma, sino también la de los venezolanos que están injustamente tras las rejas por pensar distinto.
En Venezuela estamos viviendo una profunda crisis social, económica, política y humanitaria. Hoy nuestro país necesita de la mirada atenta de todos los demócratas del mundo y, en especial, de los demócratas de la región.

 

Hace un año mi esposo, Leopoldo López, llamó a la protesta pacífica y democrática en contra de un gobierno al que denominó corrupto, ineficiente, represor, y antidemocrático; que ha sumido al pueblo de Venezuela en inseguridad, colas para comprar alimentos, escasez e inflación.

 

El 18 de febrero del 2014 mi esposo se presentó ante una justicia injusta. Y lo hizo bajo la profunda convicción de que si su encarcelamiento valía para desenmascarar ante todos los venezolanos y el mundo el carácter antidemocrático del gobierno de Nicolás Maduro, bien valdría la pena.

 

Hoy el mundo sabe lo que todos los venezolanos saben, que en Venezuela se violan constantemente los derechos fundamentales del pueblo.

 

 

El proceso que se le sigue a Leopoldo ha estado viciado desde su inicio; tal y como lo han manifestado la Organización de Naciones Unidas a través del Grupo de Detenciones Arbitrarias, el Comité contra la Tortura y las organizaciones de defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Todas han determinado que Leopoldo debe ser liberado de inmediato.

 

A Leopoldo se le sigue un juicio militarizado, oculto, injusto, en el que no se ha respetado el debido proceso. A su defensa no se le ha admitido ni una sola prueba ni un solo testigo. Mientras que a la fiscalía le han admitido 108 testigos, todos miembros del PSUV, partido del gobierno.

 

A mi esposo lo están juzgando por sus discursos, por sus ideas de cambio. Por llamar a la protesta pacífica, democrática y constitucional para demandar soluciones a los principales problemas que día a día agobian a los venezolanos.

 

Como Leopoldo, hoy hay 62 presos políticos en Venezuela, producto de las protestas del 2014. Presos por pensar distinto.

 

 

El balance de estas fue dramático: 44 muertos por la represión de los cuerpos de seguridad del Estado y de los grupos armados afines al gobierno, más de 3.400 detenciones arbitrarias, torturas y tratos inhumanos a jóvenes estudiantes; todos registrados por organizaciones defensoras de derechos humanos como Amnistía Internacional.

 

Esta entrega ha sido un sacrificio, a Leopoldo tratan de torturarlo psicológicamente, lo despiertan a las 3 de la madrugada para llevarlo a un juicio que termina a las 4 de la madrugada del día siguiente, han irrumpido en la mitad de la noche a su celda y robado escritos, libros y destruido las fotos de nuestros pequeños hijos. No lo dejan hablar con sus abogados a solas, le intervienen la correspondencia, lo han mantenido aislado. De los 14 meses que lleva en prisión, 6 meses los ha pasado sin recibir la visita de sus familiares inmediatos y ahora no quieren dejar pasarle libros nuevos porque dicen que ha leído demasiado.

 

Hace pocos meses, los custodios de la prisión militar arrojaron cubetas con excremento y orina humanas en su celda, como si fuera poco cortaron el agua y la electricidad para que no pudiera asearse. Pero lo de Leopoldo no es un caso aislado. Hay cientos de casos de torturas, vejaciones y tratos inhumanos en las cárceles venezolanas. El Comité contra Torturas de Naciones Unidas ha detallado esta situación en sus informes.
Hoy, un año después, las palabras de Leopoldo y su lucha por una mejor Venezuela están más vivas que nunca: querer cambiar esa realidad, querer una Venezuela en donde todos los derechos sean para todas las personas, sin distinción de ningún tipo. Esto que defiende Leopoldo no es un delito.

 

La realidad es que el régimen le teme a su liderazgo, a sus palabras, a sus ideas de cambio a favor de todos los venezolanos. El gobierno arremete contra todo aquel que piense distinto; por ello las agresiones a nuestras instituciones y a nuestros líderes emblemáticos como Leopoldo, el alcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos, el Alcalde de Caracas Antonio Ledezma y la diputada María Corina Machado. El gobierno no tolera el libre pensamiento, y pensar distinto no es un delito.

 

Este año ha sido muy duro para todos los venezolanos. Sin embargo, a pesar de las adversidades, de los atropellos, de todas las arbitrariedades; a pesar de que para nosotros como familia ha sido muy duro, nada sobrepasa la voluntad de cambiar esta realidad.

 

Seguiremos denunciando ante todas las instancias internacionales cada violación a los derechos humanos que cometa el régimen de Venezuela contra el pueblo, cada atropello, cada arbitrariedad, con la firme esperanza de que pronto veamos en Venezuela la libertad. Los derechos humanos no solo constituyen el límite a la opresión y al autoritarismo, sino también la base para el fortalecimiento de las democracias.

Rompiendo el silencio por los DD.HH. en Venezuela

Lilian Tintori

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