Los preparacionistas

Posted on: abril 7th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Me encuentro con este término, que desconocía, en un titular de prensa y la primera percepción que le viene a uno es la de que se trata de una nueva congregación protestante que se prepara para la segunda venida de Cristo.

Pero no, el preparacionismo, prepper en inglés, es un movimiento que se prepara para una eventual emergencia que amenace la existencia humana, para perturbaciones económicas, políticas y sociales que pongan en peligro el normal desenvolvimiento de la vida.

Para ello, los seguidores de este movimiento adquieren destrezas que les permitan afrontar una eventual catástrofe: conocimientos médicos, construcción de refugios subterráneos, técnicas de supervivencia en condiciones adversas, almacenamiento de alimentos, medicinas, e incluso entrenamiento militar.

Los preparacionistas no son nuevos, esta corriente un tanto pesimista (o realista, según se mire) sobre el destino humano, es de larga data, cobró mucha fuerza por allá por los años sesenta cuando la posibilidad de una guerra nuclear se convirtió en la espada de Damocles que amenaza la supervivencia la humanidad.

Una de las angustias mayores que invade a este peculiar grupo es el tema del abastecimiento, por tal razón almacenar y guardar comida no perecedera para cuando el apocalipsis sobrevenga es una de las tareas centrales.

Esta labor cada uno la lleva a cabo según su condición social y económica: los multimillonarios almacenan licores y exquisiteces y el resto enlatados y agua.

Sin duda, la reciente pandemia padecida por la humanidad dio gran impulso a este movimiento, muchos productos se agotaron en aquel entonces por las compras nerviosas para el abastecimiento.

También la guerra de Ucrania (recientemente Putin acaba de reconocer que se trata de una guerra) y la dura situación en el Medio Oriente han sido un aliciente para la actividad de los preparacionistas.

El movimiento cuenta con instructores especializados, uno de ellos afirma: «Llevo diez años almacenando comida que sé que me voy a comer en 2035».

Otro de los recurrentes temores de los preparacioncitas es la amenaza del llamado «gran apagón». Uno de los motivos de mayor angustia para los seguidores de esta corriente es, justamente, una falla de la electricidad que afecte la vida normal de los ciudadanos.

Las autoridades austríacas, por ejemplo, han instado a los ciudadanos a almacenar combustible, velas, conservas y a pactar con familiares eventuales puntos de encuentro en caso de fallas comunicacionales.

La ministra de Defensa de Austria, Klaudia Tanner, dijo el pasado 29 de octubre que «la cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo».

Existe incluso una tendencia a compras nerviosas que lleva por nombre «el efecto papel higiénico», que consiste en que el miedo hace que los productos se agoten antes de tiempo.

Como habrá notado el lector, todas estas angustias, temores y expectativas fatalistas son propias de países desarrollados, porque por estos lares, aunque desconociéramos el término, somos preparacionistas practicantes desde hace tiempo que jode, porque para nosotros el apocalipsis hace rato que llegó.

Publicado originalmente en el diario TalCual

Laureano Márquez

La sociedad de la nieve ¿machista y antivegana?

Posted on: enero 19th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

No sé si es verdad, pero vale la pena especular sobre el tema, porque en este mundo tan particular en que vivimos, como diría Campoamor, ya nada es verdad ni es mentira. Leo por ahí, en las reses sociales, un par de críticas a la película La sociedad de la nieve que merecen comentario.

Una de ellas acusa a la película de machista porque ninguna mujer se salva, en tal sentido la crítica apunta a que el largometraje pretende dar a entender que el hombre es más fuerte que la mujer.

 

 

La otra crítica argumenta que la película no visibiliza al veganismo puesto que su planteamiento es que la fuerza proviene del comer carne.

 

 

Vamos por parte, la aclamada película se fundamenta en un hecho real conocido como la tragedia de los Andes y, luego de la aparición de los sobrevivientes, como el milagro de los Andes.

 

 

Se trata de un accidente aéreo ocurrido en la mencionada cordillera el 13 de octubre de 1971 de un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya, con 40 pasajeros (entre ellos 19 miembros de un equipo de rugby uruguayo) y 5 tripulantes, cuyo destino era la capital chilena.

 

 

Entre la colisión, las heridas, el frío y una avalancha murieron 24 de los pasajeros y el resto sobrevivió durante 72 días usando como refugio lo que quedo del fuselaje del avión.

 

 

Para alimentarse, agotados los pocos suministros y agobiados por el hambre, tuvieron que recurrir a la antropofagia con los cadáveres de las víctimas mortales.

 

 

Una historia muy dura como se ve, una decisión difícil en condiciones extremas para sobrevivir, cosa que lograron 16 personas, todos de sexo masculino.

 

 

Esto último, obra del azar, no producto de alguna fuerza misógina de la naturaleza, de la nieve o de quien asignó los puestos en el avión.

 

 

La gran pregunta es: ¿debemos tergiversar las historias reales para contarlas según la corrección política de los tiempos? Surgen algunas preguntas al respecto: ¿Ha debido el film omitir la antropofagia y en su lugar decir que se alimentaron de frailejones al gratén con queso uruguayo? ¿Se debe suprimir el cine histórico cuando exponga actitudes que colidan con las de nuestro tiempo? O quizá lo pertinente es realizar una advertencia al estilo Disney en cada una de las películas, algo como esto: «El contenido que usted va a presenciar contiene elementos históricos.

 

 

La historia humana es una calamidad. Si los hermanos Wright no hubiesen inventado los aviones que destruyen el medio ambiente una tragedia como la de los Andes nunca habría sucedido». No podemos hacer futurología del pasado. Nuestra historia personal y nacional es como es, somos producto de ella. Yo no puedo cambiar mi pasado, pero si la manera como lidio con él.

 

 

Y lo interesante de la película es justamente como lidia con el pasado. La sociedad de los andes nos deja un mensaje final conmovedor que nos recuerda la interdependencia que tenemos los seres humanos unos con otros, el valor de la solidaridad y la entrega por nuestros semejantes, también nos habla de la fortaleza del alma humana en las condiciones más adversas. Numa Tucatti, el último en morir antes del rescate, representado por el actor Enzo Vogrincic, es uno de los pasajeros que, gracias a su fortaleza física y a su carácter abnegado, tuvo destacada actuación en las primeras expediciones tras el accidente.

 

 

 

Al final, una herida en la pierna causo una infección que acabó con su vida. En la película, al morir, tiene un trozo de papel en sus manos en el que, parafraseando el evangelio de San Juan (15:13), se lee: «no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos». Este es el mensaje de la película y también, sin duda, el de la historia real.

 

 

Lo que sí parece claro es que si este trágico accidente en vez de en 1971 se hubiese producido en el tiempo actual, la historia quizá habría tenido un desenlace sin sobrevivientes: habríamos acabado unos con otros discutiendo necedades en la montaña.

 

 

Laureano Márquez

Back to the future

Posted on: noviembre 12th, 2023 by Super Confirmado No Comments

El tiempo es lo único que no se puede apresar. No hay autoridad humana capaz de detenerlo, devolverlo ni trastocarlo. La ciencia ficción ha especulado siempre con viajes a tiempos pretéritos, pero sabemos que es lógicamente imposible, porque su linealidad es irreversible. Lo contrario sería intervenir la historia con lo cual cambiaria también el futuro de quien viaja al pasado para alterarlo, lo cual termina siendo un oxímoron.

 

 

De todas maneras, Rosa, como divertimento y como juego es siempre interesante. Podemos siempre volver con la imaginación a las etapas primarias de la humanidad. Uno de mis sueños irrealizables, por ejemplo, es viajar a la prehistoria, antes de la invención del fuego y solo dejarle un yesquero a un antepasado y enseñarle su uso, para luego regresar a mi tiempo a ver qué consecuencias produjo ese solo detallito.

 

 

Muchas otras inquietudes podrían plantearse: ¿qué habría sido Alejandro Magno con tanques de guerra?, ¿de Julio Cesar con chaleco antibalas?, ¿de Constantinopla con un portaviones anclado en el Cuerno de Oro? En fin, las posibilidades son infinitas. Pero definitivamente los viajes al pasado son imposibles de realizar, también en política.

 

 

Hay gente que vive en el pasado, es decir, su presente queda tan marcado por momentos que ya transcurrieron, que no pueden librarse de ellos en el desempeño de su vida, viven, pues, en permanente introspección retrospectiva. Otros traen al presente previsiones del futuro y viven como si esas presunciones ya fuesen un hecho consumado.

 

 

El miedo al futuro puede ser paralizante y la negación del pasado nos puede conducir a decisiones erráticas.

 

La negación es según los psicólogos, un mecanismo de defensa consistente en negar o restar importancia a las situaciones conflictivas o amenazantes. Se afronta el pasado como si ciertos hechos nunca hubiesen existido, lo cual pone en evidencia la ansiedad y el miedo que tales hechos producen en sus negadores, incapaces de asumirlos y afrontarlos. Al omitir la realidad, el afectado por sus resultados adversos, cree poder cambiar lo sucedido, pero no es así.

 

 

El hecho es que uno no puede cambiar los sucesos del pasado. El refranero está lleno de dichos que nos lo recuerdan: «llorar sobre la leche derramada» o «tarde piaste pajarito», por citar un par de ejemplos. Lo que uno si puede hacer es decidir como lidia con el pasado y parece que negarlo, suprimirlo o declararlo ilegal es la opción menos acertada, porque como dijo Lord Byron: «El mejor profeta del futuro es el pasado».

 

 

Laureano Márquez P

En busca de el tiempo perdido

Posted on: agosto 20th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Entre todos los asuntos que destacan esta semana, hay uno que invita a una reflexión profunda sobre el ser humano.

 

 

Tiene que ver con Ötzi, un hombre que falleció hace más de 5.300 años. Fue descubierto en los Alpes italianos en 1991 por unos turistas de esos que les gusta la aventura. Es la momia más antigua preservada en hielo.

 

 

Hasta ahora se creía que se trataba de un hombre de color blanco y larga cabellera, pero las investigaciones del Instituto Max Planck de antropología evolutiva de Alemania ha ofrecido nuevas luces sobre el ancestral congénere.

 

 

Parece que su piel era de color oscuro, similar a la que presenta el cuerpo momificado, también se determinó que era calvo y que procedía de Anatolia (en la actual Turquía).

 

 

Es decir, el fenómeno de las migraciones humanas es tan antiguo como el hombre mismo. Parece, pues que todo lo que se dijo en un principio de este misterioso «hombre de hielo» no tiene que ver con los recientes descubrimientos.

 

 

Es inevitable que, ante un descubrimiento antropológico de tal magnitud, le vuele a uno la imaginación: ¿qué pensaría Ötzi al momento de su muerte? Evidentemente no pudo haber imaginado su fama y trascendencia. Probablemente ni siquiera en su cabeza estaba ese concepto.

 

 

Un campesino de Anatolia que llegó hasta los Alpes, uno más, convertido en testimonio de nuestros orígenes.

 

 

Hemos escudriñado su ADN y no extrañaría que My Heritage le haya encontrado ya parientes vivos. Es increíble, él está en nosotros tanto como nosotros en él.

 

 

En definitiva y, a fin de cuentas, somos, de los animales que pueblan este planeta, el único con capacidades intelectuales, somos sapiens, aunque ciertos especímenes se empeñen en convencernos de lo contrario.

 

 

Un hombre de hace 5.300 años. Para el tiempo del universo, es una insignificancia, pero para nosotros una eternidad. Ötzi murió asesinado.

 

 

En todo este tiempo transcurrido, ese animal que somos, en el fondo, no ha cambiado tanto. En muchos lugares del planeta sigue siendo la misma bestia primitiva sin piedad ni compasión por sus semejantes. Inevitable, frente al camarada Ötzi, preguntarse: ¿Qué seremos dentro de 5.300 años? Es decir, en el nanosegundo que siguiente, para los estándares del universo.

 

 

 Laureano Márquez 

 

De los contratos sexuales

Posted on: abril 30th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

La sexualidad y el amor han cambiado mucho en los últimos tiempos. Ante el creciente descontrol de la sexualidad, que conduce a un incremento de los delitos sexuales, casi de manera directamente proporcional a los cada vez más numerosos intentos legales de evitarlos y prevenirlos, algunos países, como la avanzada Suecia, por ejemplo, promueve la firma de un contrato para el consentimiento de las relaciones íntimas. Antes, la sexualidad tenía como precepto, el de consumarse siempre dentro del matrimonio (como debe ser).

 

 

Aunque casi nunca se cumplió este principio rigurosamente, un caballero digno de tal consideración, que pedía un adelanto (como diría el finado Oscar Yanes), se sentía obligado moralmente a contraer matrimonio.

 

 

Caso contrario, aquello se consideraba un engaño y se decía de algunas mujeres: «pobrecita, fulano la engañó» y eso le arruinaba la vida a ella y lo convertía a él en un patán. Se entendía que la mujer debía llegar al matrimonio en estado de completa pureza, de allí la blancura de su vestido. De más está explicar el porqué del vestuario rigurosamente negro del novio.

 

 

Con la liberación sexual y la consigna de: «¡Hagamos el amor y no la guerra!», la práctica del sexo se convirtió en emblema de libertad. En aquellos tiempos, Trino Mora cantaba «Libera tu mente» y la gente de bien se escandalizaba. Se hacía el amor dentro del matrimonio, fuera de él e incluso al lad

No había rollo, por decirlo con una palabra de ese tiempo. La gente, en general, sabía distinguir con claridad cuando había química propicia y cuando no.

 

 

Según cuentan los mayores, las cosas iban surgiendo por su propia naturaleza, por una suerte de comprensión del entorno circuncidante y no como consecuencia de una explícita pregunta, que se habría considerado más bien inoportuna y hasta desalentadora y, por supuesto, sin normas porque todo era, más bien, una reacción en contra de las normas.

 

 

Pero a pesar de la liberación, los límites parecían estar más claros y la gente simplemente se dejaba llevar cuando la rueda del amor comenzaba a girar.

 

 

Con esta etapa del llamado «progresismo», los preceptos vuelven, no ya uncidos a la coyunda de la religión o de la moral, ambas demodé en los tiempos que discurren, sino bajo la forma de regulaciones y estrictas normas.

 

 

Las leyes llamadas «del sí es sí», del «no es no» y las del «tal vez y más o menos siempre es no», regulan con rigor la manera como debe manifestarse eso que antes se denominaba intimidad.

 

 

Como se dijo, en Suecia ya funcionan los contratos sexuales entre las partes para ratificar que las relaciones se producen bajo estricto apego al consentimiento.

 

 

Se sabe desde los tiempos de Ulpiano que un contrato es: «un acuerdo jurídico entre dos o más partes que genera derechos y obligaciones». Esto de dos o más partes ya complica las cosas en términos de sexualidad, pero pasemos por alto esta nimiedad.

 

Muy machistamente, por cierto, en el caso de los contratos sexuales se habla de: «el proponente» y «el consentidor», cuando tendría que ser algo más neutral (como le proponente y le consentidere), porque no siempre él propone.

 

 

Dicho contrato, además del acuerdo de aceptación, debe incluir detalles como número de encuentros pactados, las actividades que están permitidas y las que no lo están, los estilos y posiciones, así como la abierta posibilidad de que, en cualquier momento del desarrollo del contrato, éste pueda ser disuelto, con aviso sin protesto.

 

 

Se habla, incluso, de la necesidad de recurrir a testigos (¡a testigos!, justo lo que antes se quería evitar a toda costa) cuando el contrato se hace de forma oral (con perdón). Curioso giro copernicano el de esta historia, cambiar todo radicalmente, pero para volver a lo mismo: este contrato existió siempre, solía llamarse matrimonio.

 

 

Así pues, supone uno que los contratos que ya se implementan, por el nivel de detalle que tienen que incluir, deben ser una especie de mini relatos porno. Por otra parte, surgen inquietudes: ¿qué pasa si entre tanto leguleyevoyerismo previo, el proponente no logra encumbrar la propuesta?, ¿cabe demanda por incumplimiento de contrato?, ¿cómo se fuerza en estos casos lo que los juristas denominan el perfeccionamiento del contrato, frente a la evidente imperfección?

 

 

Otra cosa: como el consentimiento puede ser revocado en cualquier momento, ¿es menester ratificarlo antes, durante, en el medio y ya casi al final del proceso?, ¿Cómo distinguir un «¡sí, sí, sííí… no, no, nooo!» de pasión, de uno de consentimiento o revocatoria? En fin, no son pocas las dificultades.

 

 

Mientras todas estas regulaciones se implementan, la pornografía florece sin control, al alcance de grandes y chicos; hay televisoras que difunden realitys, con altísimo nivel de sintonía, en los cuales se promueve abiertamente la infidelidad y nadie regula a los raperos que, convertidos en nuevos becerros de oro, son emulados por los niños, cantando cosas como:

 

 

La voy acelera’

 

Lo’ panti a baja’

 

Lo siento soy plebe, bebé

 

Ni Dio’ me puede salva’

 

La voy acelera’

 

Le quiero toca’

 

A ella y la amiga la quiero

 

Y no voy pa’ atra’

 

Con lo hermosamente sencillo que sería todo si el amor rigiese nuestras vidas.

 

Originalmente publicado en el diario TalCual

 

 

 Laureano Márquez 

 

La Felicidad

Posted on: marzo 23rd, 2023 by Lina Romero No Comments

 

El 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad. La felicidad es, sin duda, uno de los temas más controversiales de cuantos ocupan al ser humano.

 

 

Todos la buscamos con legítimo afán, pero casi nunca estamos de acuerdo en qué consiste, ni en cómo alcanzarla. Lo cierto es que la felicidad es un particular de estado de armonía y realización interior, pero en sintonía con nuestros congéneres.

 

 

Es decir, no puede ser plenamente feliz una persona si no lo es también la comunidad a la que pertenece: la pareja, la familia, el barrio, el país y al final el planeta entero.

 

Porque los seres humanos somos así, nos sabemos parte de una herencia cultural largamente acumulada y a cuyo incremento debemos contribuir. Somos individuos, pero también somos la humanidad toda.

 

 

En 1972, Jigma Singye Wangchuck, rey de Bután, propone un indicador de felicidad al que denomina la «felicidad nacional bruta» (FNB), como medición más adecuada que el PIB (producto interno bruto).

 

 

Si tenemos en cuenta que el mencionado rey tenía cuatro esposas, no sabe uno si su preocupación por la felicidad emanaba de su goce o de su anhelo, pero es lo de menos.

 

 

El caso es que, preocupado por la felicidad de su país y considerando a la pobreza como la mayor dificultad para alcanzarla, establece los que, desde su punto de vista, constituyen los cuatro pilares de la FNB, a saber: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.

 

 

Si tenemos en cuenta las categorías del rey de Bután, quizá lleguemos a la conclusión del que el mundo pasa por un momento de gran infelicidad.

 

 

No es este un planeta con desarrollo igualitario, tampoco con especial cuidado y protección del medio ambiente, mucho menos con buenos gobiernos y ni que decir de la promoción de los valores culturales.

 

 

Otra evaluación de la felicidad global nos la ofrece el «índice de planeta feliz», el cual nos revela, en las mediciones de los últimos años, que los once primeros países de la lista de felicidad global se corresponden con la zona que el señor Humboldt denominaba las regiones equinocciales, es decir, por estos lares.

 

 

Dato curioso y a la vez contradictorio pues nuestros pueblos, buscando mayor felicidad, emigran a países infelices, o no felices, que suena mejor.

 

 

Pero a estas alturas el lector se estará preguntando si no hay en este escrito algunas reflexiones útiles para enrumbar la propia felicidad. Quizá lo mejor sea apelar a lo que ha dicho gente muy sabia sobre el tema:

 

 

«La felicidad aparece cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía». Gandhi.

 

«Si uno no sabe a qué puerto navega, ningún tipo de viento le es favorable». Séneca.

 

«La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace». Jean Paul Sartre

 

“La felicidad no puede ser obtenida queriendo ser feliz. Tiene que aparecer como consecuencia no buscada de perseguir una meta mayor que uno mismo”. Viktor Frankl.

 

Que tengan todos un feliz Día de la Felicidad.

 

Día Internacional de la Felicidad

Laureano Márquez: Las profecías que Nostragamus

Posted on: marzo 17th, 2023 by Super Confirmado No Comments

Como cada comienzo de año, aunque este ya está bien entradito en meses, vuelven las profecías de Nostradamus a ponerse de moda. Sorprendentes siempre las deducciones que de sus planteamientos sacan los expertos en vaticinios.

 

Por ejemplo, se le atribuye al célebre boticario francés haber profetizado la muerte de la reina de Inglaterra y el ascenso de Carlos, al escribir: «la muerte repentina del primer personaje, será cambiado y pondrán otro en su reino».

 

Honestamente, uno espera un poco más de precisión en la cuarteta, algo al estilo de: «a media asta, iza bel bandera sobre dos columnas y luego pondrán al de la pluma chorreada». Así sí que se podría creer que está hablando de Isabel II y de su heredero.

 

 

Pero, en fin, en materia de profecías la gente se contenta con poco y cada quien pone en ellas lo que desea ver.

 

Para este año tenemos la siguiente: «Siete meses de gran guerra, gente muerta por el mal. Rouen, Evreux no caerá ante el Rey». Según los especialistas esto se refiere a la invasión rusa de Ucrania.

 

Para comenzar la agresión a Ucrania ya sobrepasa el año, guerra siempre ha habido a lo largo de la historia universal y él mal siempre ha causado muertes inocentes, además, las ciudades aludidas en la cuarteta son francesas. Por lo menos podría haber dicho zar, en vez de rey.

 

Otra predicción para el 2023: «falla de luz en Marte». Esto, que en nuestro contexto fácilmente podría interpretarse como «falla de luz el martes», es tomado por los sesudos conocedores del adivino como el fracaso de la misión con la que la agencia espacial europea piensa colocar un Róver en el Planeta Rojo.

 

 

Y esta otra: «No abades, monjes, novicios para aprender; La miel costará mucho más que la cera de las velas. Tan alto el precio del trigo, ese hombre está agitado. Su prójimo para comer en su desesperación», ha sido interpretada en una gama de matices que va desde la renuncia del papa Francisco hasta el aumento de inflación mundial que nos conduce al canibalismo.

 

Definitivamente, con interpretes así, no hay que ser Nostradamus, como dice el dicho, para saber lo que se avecina. Mas honesto sería profetizar: «cualquier cosa puede suceder, incluso que no suceda nada».

 

En lo que al autor de estas líneas toca, se niega a aceptar predicciones que no tengan nombre apellido, fecha o al menos hechos señalados con claridad.

 

Por ejemplo, profeta serio, Miqueas, cuando vaticina: «Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre los clanes de Judá, de ti vendrá por mí uno que gobernará a Israel, cuyos orígenes son desde el principio, desde la antigüedad.» (Mi. 5:1) Esto se llama dar las coordenadas precisas, pues en Belén nació Jesús.

 

 

Profecía que concuerda, por cierto con la de otro profeta, Jeremías: « He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra» (Jer. 23: 5). Efectivamente, Belén es la tierra del rey David, cuyo nombre figura entre los ascendientes de Jesús.

 

Eso se llama concordancia predictiva.

Bueno, aunque el autor de estas líneas dista mucho de poseer el don adivinatorio de Jeremías, ni tampoco la habilidad poética del francés, no podía cerrar sin lanzar algunas cuartetas proféticas de mi propia inspiración visionaria:

 

«El cerebro conectado

veremos dentro de poco

con microchip encajado

justo en la base del coco.

Vida virtual viviremos

con el control de un botón,

así resucitaremos

después de cada apagón.

Lo bueno es que sin deslices

y sin vivir camuflados

estaremos muy felices,

pues seremos enchufados.»

 

 

 

Laureano Márquez

Teodora de Bizancio

Posted on: marzo 10th, 2023 by Super Confirmado No Comments

Día de la mujer, quiero recordar a una dama que anda por allí perdida en el fondo del talego de la historia, la emperatriz Teodora de Bizancio, aunque con mayor propiedad deberíamos llamarla emperatriz romana, por ser la esposa de Justiniano, el basileus (emperador en griego) del Imperio romano de Oriente desde el 527 hasta su muerte; o también Santa Teodora, pues a pesar de su turbulenta juventud en los lenocinios de Constantinopla, es santa de la iglesia ortodoxa.

 

 

Teodora merece ser recordada, entre otras cosas, por ser una precursora de la lucha por la defensa de los derechos de la mujer.

 

 

Aprovechando las recopilación del Corpus Iuris Civilis, que es el fundamento del moderno derecho civil, realizada por su marido, Teodora introduce legislación en pro de las mujeres, para, entre otras cosas, castigar las habituales agresiones sexuales, defender el derecho de la mujer a recibir herencias en las mismas condiciones que los hombres, de los niños ilegítimos a tener derecho sobre el patrimonio de sus padres y la condena de la prostitución como «un agravio a la dignidad de las mujeres», que eran sometidas, por cierto, por tal condición, a la llamada «tacha de infamia» (infamis), que involucraba la pérdida de derechos y el descredito moral de la persona sancionada.

 

 

Tal fue el caso de la propia Teodora, hija del domador de osos del hipódromo de Constantinopla, en cuyos sótanos nació y en donde, obligada por las circunstancias de su entorno, terminó de actriz del citado circo, oficio que en aquellos tiempos era consustancial al de la prostitución.

 

 

Teodora destacó por su belleza, en el teatro por su habilidad para la comedia y por su falta de pudor en el escenario. Cuando por fin abandonó el hipódromo, se casó con un funcionario del imperio que la llevó a África.

 

 

En algún momento ella huye de sus constantes maltratos y termina en Alejandría, en Egipto, donde traba contacto con el patriarca cristiano de la ciudad, que la protege y se ocupa de formarla y darle algo de la educación que nunca tuvo.

 

 

De regreso en Constantinopla, se dedica a trabajar como hilandera y, por casualidad, conoce al heredero del emperador Justino, el sobrino de éste, Justiniano. Surge entre ambos un amor apasionado que les unirá para siempre. Pronto se convierten en amantes. Justiniano quiere contraer matrimonio con ella, pero la oposición de la mujer de Justino, por temor al escándalo, impide cambiar las normas que lo prohíben, hasta que consigue hacerlo poco antes de asumir el trono.

Según los historiadores, Teodora fue mucho más que una emperatriz consorte (¡y con suerte!), participó en igualdad de condiciones, junto a su marido del gobierno del imperio. A ella se debe la reconstrucción de la magnífica iglesia de Santa Sofia, aun en pie en la moderna Estambul y las citadas reformas jurídicas que la convierten en pionera de la lucha por la defensa de los derechos de la mujer hace casi mil quinientos años, como para que quede claro que se trata de una historia larga, tediosa y con altibajos.

 

 

Desde aquí felicitamos a las mujeres en su día y las animamos y acompañamos a seguir en el empeño, no solo por la liberación de la mujer, sino por la liberación de la humanidad toda de las múltiples opresiones que la agobian.

 

 

La Tierra se enfrena

Posted on: febrero 25th, 2023 by Super Confirmado No Comments

 

 

Un equipo de científicos chinos, encabezados por Xiadong Song, ha llegado a la conclusión de que la parte líquida que rodea al centro de la Tierra se está ralentizando. Los más pesimistas aseguran que esto hará que la Tierra un día de estos pegue un frenazo y comience a girar al revés.

 

 

Y según ellos, el sol que sale por el este, comenzaría a salir por el oeste. Se trata de personas desesperanzadas a las que les gustaría conocer exactamente el día y hora del frenazo para recoger las figuras de cristal de las mesas de centro, amarrar los muebles, etc. La buena noticia, en medio de todo, es que, según los expertos, el frenazo ya se produjo y ni nos dimos cuenta y, al parecer, ya el núcleo gira en sentido contrario a nuestra rotación desde hace algunos años,

 

Ciertamente asombra que, a estas alturas, sepamos tanto del espacio exterior y tan poco de lo que tenemos debajo de nuestros pies. Por ejemplo: se acaba de descubrir que el centro, centro de la Tierra es una bola de hierro de 600 kilómetros de radio (¡que se venga a saber a estas alturas!).

 

A uno, ignorante de los asuntos de la ciencia, lo primero que se le viene a la cabeza es si una pelota de hierro de tal magnitud no aumenta el peso del planeta. Es evidente que estamos descendiendo, no hace falta otra prueba científica que la de revisar las noticias (iba a decir «abrir los periódicos», pero muchos nomofóbicos se quedarían sin entender y a mí se me caería la cédula).

 

 

Por qué estudiar el núcleo de la Tierra. Las razones son múltiples: para saber cuánto tiempo de vida le queda al planeta. Aunque en esta materia sabemos que si las cosas siguen como van, el punto final no lo pondrá la naturaleza propia del planeta, ni un meteorito venido del espacio, sino el homo sapiens mismo. El caso es que el núcleo de la Tierra no gira a la misma velocidad que nuestro planeta; desde el 2009 gira un poco más lento. Según los científicos, el día puede ser una milésima de segundo más corto que hace 50 años y eso ––obviamente— cualquiera lo nota.

 

 

Se dice que el centro de la Tierra es uno de los lugares más violentos del planeta, superando con creces por zonas como la cota 905 y aunque uno está a 6371 kilómetros de distancia de él, eso se siente. El asunto es que lo que sucede allá abajo tiene consecuencias sobre nosotros, los de la corteza. Por ejemplo: en materia gravitacional, la luna se nos está alejando 3,8 centímetros al año. Por este camino, en un millón de años se habrá alejado 38 kilómetros.

 

 

Dentro de todo esto, lo más importante es que no nos quedemos sin campo magnético, el cual proviene de los metales que hierven en las interioridades del planeta y lo protegen, entre otras cosas, de radiaciones solares. Sería terrible que el campo magnético se descontrolara y la tierra se virara de cabeza.

El sur pasaría a ser el norte y el norte el sur. Comenzaríamos a ver una Europa desunida y empobrecida, Canadá y los Estados Unidos en franco declive y el sur de África y América florecientes, encaminados hacia el progreso y el bienestar. Para nosotros, como estamos en el centro, la cosa seguiría bastante igual. Y es que en este pedacito del planeta que somos, parece que la ley de gravedad fue derogada y hace largo rato que enfrenamos.

 

 

Pero ánimo: unos científicos de Viena acaban de lograr esta semana lo impensable, pues acaban de demostrar que, en ciertos sistemas cuánticos, la dirección temporal de los procesos puede invertirse. Quién sabe, quizá, entre las cosas que nos depara el futuro, encontremos la posibilidad de revertir el pasado.

 

 

Laureano Márquez

 

Ni me lanzo ni me lanzan

Posted on: febrero 4th, 2023 by Super Confirmado No Comments

Cuando era presidente de la república, Rómulo Betancourt, enfrentó una complicada situación política en los inicios de la democracia: golpes de derecha, de izquierda, de centro y de lado. Frente a todos los intentos de desplazarlo del poder, él respondió diciendo: «ni renuncio ni me renuncian».

 

 

Yo, en medio de la pandemia de «primaritis» que nos sacude y en la que he visto por ahí figurar también mi nombre (prueba de lo bajo que está cayendo nuestro debate político), emulando a Betancourt respondo: ni me lanzo ni me lanzan.

 

 

Aclaratoria que hago porque, con esto de la desinformación propia de los tiempos actuales, alguien podría creer que, incluso yo, tengo aspiraciones. Y yo les aseguro que ni he aspirado, ni tengo deseos de aspirar.

 

 

En mi opinión, una de las personas más lúcidas del país en toda su historia fue Diógenes Escalante, que ante la posibilidad de ser presidente de Venezuela tomó el sensato camino de la locura.

 

 

Muchas veces pienso que el señor Escalante, cuando se topó con el país real, luego de haber sido embajador en los Estados Unidos y haber contemplado de cerca el funcionamiento de los países democráticos en los que le tocó servir de diplomático, fingió demencia para librarse de la tragedia de gobernar su patria, ese «cuero seco», a decir de Guzmán Blanco, que se pisaba por un lado y se levantaba por otro.

 

 

Yo imagino la impresión del embajador cuando, a su arribo al país, comenzaron y llegarle gallinas y cochinos de regalo al hotel Ávila, pretendiendo futuros favores. Qué haría con tantos animales.

 

 

Por otro lado, el cupo de cómicos precandidatos ya ha sido cubierto por el Conde, aunque debo reconocer que un debate entre comediantes podría animar mucho el cotarro nacional.

 

 

Gobernar al país en broma puede ser un giro trascendente para una tierra que lleva dos siglos padeciendo una seriedad que da risa y un humor bastante serio.

 

 

De todas maneras, hay que ser agradecido: que algunos crean que este humilde servidor tiene condiciones para ocupar lo que se consideró, durante mucho tiempo, la más digna de las magistraturas, honra.

 

 

Tengo otros argumentos para no participar en las primarias ni en las secundarias, pero prefiero omitirlos para no ser ave de mal agüero, pero si los enumerados fuesen insuficientes, para sustentar mi deserción de la aspiración presidencial, podría señalar, por último, que soy un venezolano que no tuvo el honor de nacer en Venezuela (como requiere la Constitución para el cargo), aunque ello sea lo de menos.

 

 

De todas maneras, desde el lugar en el que la providencia me ha colocado, trataré, como el colibrí de la fábula, de seguir llenando mi modesto piquito de agua para contribuir a apagar el incendio, aunque todo indique que los vientos soplan a favor del fuego.

 

 

Con la solemnidad del caso diré, por último: el título de humorista es la más alta distinción que me ha otorgado la patria, me es imposible degradarlo.

Laureano Márquez