¡Que lleguen y sean bien aplicadas las vacunas!

Posted on: abril 13th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Seguimos perdiendo tiempo, que se traduce en pérdida de vidas, para iniciar un verdadero, serio y masivo proceso de vacunación contra el Covid-19 en Venezuela. Como en todo lo que hace, la dictadura ha quedado varías veces en evidencia: miente, se contradice, divaga y no resuelve. Cada vez que escuchamos a cualquier vocero de esta satrapía, vemos cómo se destila improvisación, incoherencia, afán politiquero y ningún interés por resolver nada.

 

 

Lo primero que hicieron fue traer unas pocas vacunas, poquísimas, y vacunarse ellos, alardear de eso y demostrar que –estando ellos inmunes– les sabe a casabe la vacunación de los venezolanos. Han hasta permitido que algunas vacunas entren a un inaceptable mercado negro. Mientras tanto, han dicho que han contratado 10 millones de dosis con Rusia, que debieron llegar durante los tres primero meses del año y ya de eso no hablan. Han dicho que cambiarán petróleo por vacunas, que lograrán producirlas en Venezuela, que las obtendrán de otros países, que los cubanos nos darán sus gotas milagrosas… es que realmente no saben ya qué decir y los resultados son siempre los mismos: la gente enferma, muchos mueren, las vacunas no llegan.

 

 

La Asamblea Nacional legítima, la elegida en 2015, hizo todo lo necesario para lograr que el mecanismo Covax pudiera actuar en Venezuela. Para ello hicimos todas las gestiones y autorizaciones y se liberó el dinero necesario. Es más, los equipos técnicos de la Asamblea Nacional 2015 avanzaron en acuerdos con la dictadura para lograr que todo se procesara y se facilitara el ingreso de las vacunas y asumiera la OPS la asesoría y la administración técnica y no partidista de la vacuna. Después de que todo estaba listo, nuevamente el régimen boicoteó todo y la ciudadanía siguió esperando. Mientras en muchísimos países ya se ha superado el 30% de la población vacunada y en algunos se ha superado el 50%, en nuestro país no llegamos al 1%. Seguimos siendo los primeros en todo lo malo y los últimos en todo lo bueno.

 

 

Ahora, como si no hubieran lanzado ya a la calle varias versiones contradictorias, salen a decir que ya pagaron el anticipo necesario para integrarse al mecanismo Covax. Entonces surgen las preguntas: ¿No era que no tenían recursos por culpa de las sanciones? ¿Aparecieron los recursos? ¿De dónde salieron? ¿Por qué siguen perdiendo un tiempo valioso y siguen dilatando la solución? Y seguimos preguntando: ¿Será verdad entonces que pronto vienen las vacunas para el país? ¿Cuándo? ¿Qué criterios van a utilizar para su distribución? ¿En serio van a utilizar el “carné de la patria” para esos fines? Los venezolanos tenemos la convicción de que este régimen no está preparado para administrar adecuadamente las vacunas pero además van a intentar usar todo desde la perspectiva del control social y el interés politiquero al que siempre responden. Debería entonces operar la mesa técnica y la asesoría internacional para que todo se haga desde una perspectiva profesional que es lo último en lo que piensan estos dictadores.

 

 

Queda claro que el régimen nunca buscó un acuerdo y prefirió –y prefiere– que la gente muera antes que administrar las vacunas. Realmente todo está empezando. Los venezolanos debemos presionar para que realmente se desarrolle un plan nacional de vacunación que se implemente con transparencia. Esto, como hemos dicho, obliga a que se hagan presentes organismos internacionales y se termine de aceptar la participación integral de la mesa técnica y de especialistas venezolanos no vinculados al régimen. De no darse el proceso de esta manera, los resultados serán malos para todos, especialmente para los sectores más vulnerables.

 

 

Es un asunto complejo porque es algo de vida o muerte. Trabajaremos para salir bien de esto y para lograr que Venezuela se libre también de la pandemia política para que podamos, al fin, iniciar un proceso de relanzamiento de nuestra patria. ¡Viva Venezuela Libre!

 

Juan Pablo Guanipa

La verdad de las sanciones

Posted on: febrero 23rd, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

La democracia –que incluye la separación de poderes, el estado de derecho, la institucionalidad– y el respeto a los derechos humanos –entre ellos el derecho a la vida, a la alimentación, a la protección de la salud, a la educación, al trabajo, al voto, a la manifestación–, son –entre otros– valores preciados en el mundo global. Que un régimen de gobierno acabe con esos valores es motivo para que en el mundo se enciendan las alarmas y eso es lo que ha pasado con Venezuela.

 

 

Las sanciones no son la causa de la tragedia que vive Venezuela. Las sanciones son consecuencia de la destrucción de nuestros más caros valores por parte de ese grupo de delincuentes y cómplices que insisten en llevar a Venezuela al caos sin importarles la muerte, desolación y angustia que van dejando en el camino. Las sanciones son el mecanismo de presión que encuentra no un país, sino la comunidad internacional, para presionar a los protagonistas de un régimen de las características del venezolano, con el objetivo de que se reencauce. Son quizá, el último mecanismo no violento para lograr que se restituyan los derechos que han sido confiscados en nuestro territorio nacional.

 

 

Precisamente hoy, mientras escribo estas líneas, observo cómo el principal responsable de la violación de derechos humanos en Venezuela, Nicolás Maduro, hace uso del derecho de palabra en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. Es realmente una barbaridad que uno de los genocidas más señalados del mundo actual, se atreva a ir a ese espacio a hablar de derechos humanos. Pero como Dios existe, simultáneamente la Unión Europea sanciona, no a Venezuela, sino a 19 personas vinculadas a esta barbarie. ¿Quienes son esas personas? Cómplices de la dictadura, que se disfrazan, porque no lo son, de dirigentes políticos del régimen y de la oposición, de magistrados, de militares, de rectores del CNE. Es gente que decidió sumarse a la destrucción de un país. Gente que por poder y/o dinero, son capaces de entregar principios, valores, respeto a la dignidad y a los derechos de los otros.

 

 

Así que es muy importante asumir que la crisis profunda que vive Venezuela tiene que ver con la destrucción de la democracia, la destrucción institucional, la violación de los derechos, el colapso de la industria petrolera, agropecuaria y turística. Nuestra crisis tiene que ver con la destrucción de la economía, el intento de aniquilación social y cultural de toda una nación. Y nada de eso tiene que ver con las sanciones. Todo ello tiene que ver con la deliberada acción de unos delincuentes y de sus cómplices nacionales e internacionales.

 

 

Pero, igual que en Cuba, quiénes tienen secuestrada a la sociedad, justifican la debacle en las sanciones y en un supuesto bloqueo. Yo me pregunto ¿por qué si hay sanciones y bloqueo, los anaqueles de miles de bodegones o “mini Markets” están abarrotados de productos importados que, por cierto, son incomprables para millones de venezolanos que ganan un dólar al mes? ¿Dónde está la producción nacional y la seguridad agroalimentaria? ¿Por qué países cuyos anti líderes están sancionados, caso Irán, no solo producen petróleo y gasolina sino que nos la venden a los venezolanos?

 

 

Creo que estas son buenas preguntas que podríamos dirigir a la impresentable “representante” de la ONU nacida en Bielorrusia, quien vino a Venezuela aliada con el dictador Maduro, para justificar esta debacle en las sanciones. La lucha por lo bueno no debería tener ideologías y todos estamos claros en que lo que está pasando en nuestro país responde a la acción de un eje del mal que ha decidido apoderarse de nuestro presente y de nuestro futuro. La buena noticia es que no van a poder. Con nuestra lucha y el acompañamiento internacional, vamos a lograr vencerlos. Mantengamos la esperanza intacta. ¡Venezuela triunfará! ¡Viva Venezuela Libre!

 

 

uan Pablo Guanipa V.

juanpguanipa@gmail.com

@JuanPGuanipa

 

Una hoja de ruta para Venezuela

Posted on: agosto 25th, 2020 by Maria Andrea No Comments

 

 

 

No hay respuesta sencilla ni perfecta a la pregunta ¿qué hacemos en este momento para alcanzar nuestro objetivo de cambio político y atención a la tragedia humanitaria que vivimos los venezolanos? Durante veintiún años hemos trabajado para lograrlo y esto no ha sido posible. Diversos factores, propios y extraños han influido en esta realidad. Es necesario que hagamos un balance de los aciertos y de los errores cometidos, que asumamos la responsabilidad de los segundos, que tengamos muy claro frente a quien nos estamos enfrentando y que superemos el reto de reorganizar todo el esfuerzo para lograr el objetivo planteado.

 

 

En el marco del qué hacer, Juan Guaido, a quien le ha correspondido –con aciertos y errores como será siempre toda obra humana– encabezar esta lucha a partir del 5 de enero de 2019, ha acogido el llamado a la concreción de un pacto unitario y se ha convertido en su proponente. El pacto es necesario porque no estamos unidos. Esa es la verdad. Nuestras contradicciones y el rol divisionista de la dictadura han abonado en generar una imagen que debemos revertir para ganar confianza en la ciudadanía, en el mundo militar y en la comunidad internacional.

 

 

Es obvio que la unidad no es un fin en sí mismo. La unidad es un instrumento para el logro del objetivo planteado. Sin unidad no somos fuertes y sin fortaleza no podremos salir de esta tragedia. Es natural que haya críticas y disensos. Y lo lógico es que estos y aquellas se discutan en el marco de esa unidad. Los planteamientos hechos por instituciones de peso como la Iglesia Católica y por diversos sectores de la sociedad civil no deben caer en saco roto. Todos debemos discutirlos y lograr puntos de encuentro que nos ayuden en el camino que debemos recorrer.

 

 

Hemos visto, también, planteamientos críticos de dirigentes a quienes respetamos y con quienes tenemos buena relación, especialmente Maria Corina Machado, Henrique Capriles y Antonio Ledezma. Con ellos hemos hablado. Pienso que tienen pleno derecho a hacer observaciones y a ser aprehensivos. Pero si la unidad es necesaria y ellos piensan que debe asumirse un curso de acción determinado, tienen el reto de convencernos a todos, dentro de la unidad, del balance positivo del planteamiento que –diferenciado– cada uno hace.

 

 

Estamos entonces en los días de consulta a los que hizo referencia Guaidó. Tenemos una agenda de discusión con sectores políticos, sociales, económicos, académicos, etc. Esperamos en estos días hacer todos esos intercambios necesarios para poder concluir en un acuerdo que incluya: 1) Una estrategia y objetivo claros y una breve declaración de principios. 2) Asuntos prácticos para darle consistencia al pacto. 3) Una posición contundente de qué hacer frente a la farsa convocada para el 6 de diciembre. 4) Una propuesta de organización y funcionamiento de las fuerzas democráticas, inclusiva en la discusión y en la toma de decisiones. 5) Una hoja de ruta que permita que todos sepamos qué hacer en este momento aciago.

 

 

Estos días son claves para concentrarnos en esa discusión. Ya hemos recibido varías propuestas, especialmente de acciones que pueden nutrir esa hoja de ruta. Por tal motivo, al final de la jornada, tendremos una lista de ejecutorias concretas, complementarias, todas enfocadas a generar toda la presión interna que sea posible para lograr el cambio político en nuestro país.

 

 

Si un error hemos cometido, es el inmediatismo de poner plazos para lograr el objetivo central que nos une y nos mueve. Nuestro trabajo debe estar enfocado en generar la presión que permita sacar a Maduro y debemos ser constantes hasta lograrlo. ¿Cuándo? Lo más pronto posible. Es cierto que la ciudadanía está desesperada y por eso debemos ponerle a todo sentido de urgencia. Pero sin promesas vanas. Los venezolanos debemos tener ánimo, optimismo, esperanza e ilusión. Juntos tenemos la responsabilidad de salir de esto.

 

 

Juan Pablo Guanipa V

juanpguanipa@gmail.com

@JuanPGuanipa

Pacto Unitario por Venezuela

Posted on: agosto 3rd, 2020 by Periodista dista No Comments

 

 

 

Maduro quiere hacer creer que es todopoderoso y que tiene la situación política controlada. Lo refería hace unos días en una entrevista el querido Padre Virtuoso, cuando decía que la Fuerza Armada y sus aliados en el exterior son quienes sostienen a Maduro en el poder y que por esa razón “… prescinde de la suerte de la gente, pues siente que ese descontento lo puede acallar por la vía de la represión y del control social. Por eso cada vez cuenta con menos respaldo popular y su poder, aunque parezca imbatible, tiene pies de barro.”

 

 

En esa huida hacia adelante, lleno de ilegitimidad y convertido en un dictador criminal, convoca a una nueva farsa electoral que no va a servir para resolver sino para profundizar los problemas del país. Obviamente, antes de la convocatoria se dedica a tomar decisiones a través de los poderes subordinados: designa inconstitucionalmente un CNE, cambia la forma de elección de los diputados, roba las siglas de los partidos políticos, y se asegura de que no exista ninguna condición de igualdad o transparencia. Por eso mantenemos nuestra posición de intensificar la presión interna para lograr elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables.

 

 

Veinticinco organizaciones políticas –junto a las que trabajarán muchas más y centenares de organizaciones de la sociedad civil– han anunciado que no se prestarán a la farsa convocada para el 6 de diciembre. Pero no basta con hacer ese anuncio. Es necesario que en los próximos días configuremos un pacto unitario por Venezuela, a través del cual se pueda organizar el cúmulo de esfuerzos que debemos articular para lograr la liberación del país.

 

 

El 5 de julio, día de nuestra Independencia, propusimos ese pacto y manifestamos algunas líneas que nos parecen necesarias para su concreción: 1. No hay forma de mostrarnos con fuerza ante los venezolanos, el sector militar y la comunidad internacional, si no estamos unidos. Hoy esa unidad es un reto. 2. Estamos llamados a participar en ese acuerdo todas las personas y organizaciones que tenemos claro que el objetivo central de toda esta lucha es lograr la liberación de Venezuela, sacando a Maduro del poder que usurpa. Esto excluye del acuerdo a los cohabitadores, alacranes, etc. 3. Todos debemos aceptar que podemos tener distintas formas de ver el camino para lograr el objetivo final.

 

 

Nadie puede pensar que cuenta con la verdad absoluta. Eso nos obliga a definir una estrategia múltiple en la que se incluyan todas las vías que se han planteado, de manera que juguemos en todos los tableros y si uno de ellos despunta, lo apoyamos todos sin complejos. 4. Los esfuerzos por lograr ese objetivo son inmediatos. No podemos perder un sólo minuto en la búsqueda del objetivo planteado. 5. Este no es momento de discusión de liderazgos. Es momento de acompañamiento. A Juan Guaidó la circunstancia lo ubicó en la conducción y él debe facilitar un liderazgo colectivo y nosotros acompañarlo. 6. Tampoco este es el momento de vetar dirigentes.

 

 

Nadie puede pensar que tiene el monopolio de la valentía, de la honestidad, de la entrega por Venezuela. El único tamiz que yo utilizaría en este momento es el que corresponde al punto 2, todo lo demás podrá dilucidarse luego de lograr nuestra liberación. 7. El gran punto de encuentro de este pacto podría estar en la necesidad de que todos asumamos la presión interna como la gran política de este momento. La presión internacional ha sido formidable. A nosotros nos corresponde intensificar la interna. 8. Si se está discutiendo una nueva forma de organización de las fuerzas democráticas, el pacto integraría esa nueva estructura. 9. Tan importante como el fondo es la forma. Creo que los venezolanos necesitamos ver a nuestra dirigencia y a los representantes de la sociedad civil comprometidos, unidos, dispuestos. Por eso planteo un acto –presencial y virtual– que tenga toda la solemnidad, en el que puedan mostrarse juntos los lideres más visibles de la Venezuela Democrática. Debemos seguir con fe y esperanza, hasta lograr el objetivo de la liberación de Venezuela.

 

 

 

Juan Pablo Guanipa V.

juanpguanipa@gmail.com

@JuanPGuanipa

 

 

Campaña “Viva Venezuela Libre”

Posted on: julio 23rd, 2020 by Periodista dista No Comments

Uno de los principios más importantes de la Democracia moderna es la separación de poderes, que permite que el poder controle al poder. Ese principio se ha desvanecido en esta Venezuela chavista-madurista. Para ellos todo el poder debe concentrarse en sus manos. Sin control.

 

 

El abuso llegó al colmo cuando ganamos la mayoría calificada en la Asamblea Nacional en 2015 (112 de 167 diputados). Sabiéndose derrotados, nombraron írritamente nuevos magistrados del ilegítimo tribunal supremo de justicia y sacaron de juego a los diputados de Amazonas antes de nuestra instalación.

 

 

Luego, todos los poderes públicos, maduristas, comenzaron a boicotear la legislatura legítima. El írrito poder judicial dictó 104 sentencias para bloquear al parlamento, anuló 16 leyes, declaró el desacato y anuló las futuras decisiones de la Asamblea.

 

 

Maduro declaró la emergencia económica y empezó a legislar, ordenó a los ministros no asistir a interpelaciones, eliminó el presupuesto parlamentario y cortó los servicios públicos en el Palacio Legislativo.

 

 

El CNE rechazó las leyes electorales de la Asamblea , desestimó la ley orgánica de referendos y se hizo súbdito de la constituyente espuria.

 

 

La Contraloría y el Ministerio Público encabezaron la persecución contra de los diputados y el irrespeto a la inmunidad parlamentaria.

 

 

Por esos abusos de poder, hoy nuestro foco es la liberación de Venezuela, para restablecer la democracia a través del voto libre, con un CNE independiente, designado constitucionalmente por la Asamblea Nacional. Con integrantes elegidos limpiamente en todas las instancias electorales, donde se respeten a los testigos partidistas, se establezca un Cronograma con lapsos para ejecutar con transparencia todas las actividades de cada elección. Así lograremos independencia y legitimidad en todos los poderes públicos.

 

 

Venezuela quiere democracia, quiere votar, pero lo que más quiere es elegir. ¡Y entre todos unidos conquistaremos las condiciones electorales de la Libertad!

 

 

¡Es la hora de la resistencia!

 

¡Venezuela Triunfará

#VivaVenezuelaLibre

 

 

 

Juan Pablo Guanipa

@JuanPGuanipa

 

Es la hora de la resistencia

Posted on: julio 12th, 2020 by Periodista dista No Comments

 

 

La lucha que libramos tiene que ver con valores muy preciados. Es la misma lucha que dio Ghandi por la libertad en la india. La que dieron Martin Luther King y Mandela por los derechos civiles. La que libró Churchill por la liberación de Europa del nazismo y la que ofreció San Juan Pablo II contra el comunismo.

 

 

La construcción democrática nos costó mucho en Venezuela. Nuestra historia republicana iniciada en 1830, había estado signada por la guerra civil y las dictaduras militares

 

 

En 1958 logramos abrirnos a la democracia. Sacamos a Perez Jiménez. Firmamos el Pacto de Punto Fijo que nos dio gobernabilidad y elegimos a Betancourt como Presidente. En esos cuarenta años nos dimos estabilidad política y el país mejoró sustancialmente. Claro que hubo errores. Debían darse cambios, pero pocos se dieron a pesar del esfuerzo de muchos.

 

 

Y ese momento de desconfianza, lo aprovechó un militar activo, Hugo Chávez, quien dio dos golpes de Estado en 1992, fracasando en ambos.

 

 

Luego, gracias a una justicia que no actuó y a la decisión popular, triunfó como político en 1998. Inmediatamente convocó a una Constituyente que disolvió el Congreso, y actuó en la destrucción del tan importante principio de la separación de poderes. Allí comenzó esta tragedia que hoy estamos obligados a superar, sacando a Maduro del poder que usurpa.

 

 

Reconozcamos que Chávez fue mayoría en nuestro país. Nuestra sociedad decidió votar por un militar golpista que había violado la Constitución. Y luego lo apoyaron por varios años.

 

 

Que hoy seamos mayoría no es algo que viene de décadas. Es algo que fuimos construyendo gradualmente, cuando se fueron cayendo todas las caretas de la dictadura.

 

 

Lo importante ahora es que ya la sociedad está clara. Es momento de actuar sin mirar el pasado. Dejemos de culparnos. Dejemos de atacarnos. Que más nunca nadie vuelva a dividirnos. Venezuela será lo que todos nosotros queramos que sea. En nuestras manos está el presente y el futuro.

 

Juan Pablo Guanipa

Primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional

¡Primero Venezuela, Primero Justicia!

Posted on: junio 17th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

Aunque la política, los partidos políticos y los políticos, alrededor del mundo, suenen –sonemos– a desprestigio, yo prefiero asumir la sentencia del Papa Pío XI cuando afirma que la política es la forma más excelsa de la caridad –es decir, del amor– después de la religión. Creo en la política subordinada a la ética, creo que el poder es un instrumento y no un fin en sí mismo, creo que nunca podemos estar conformes con la sociedad que tenemos y que debemos luchar por perfeccionarla. Creo en el bien común, en la justicia social, en la libertad, en la igualdad de oportunidades y en la realización democrática. Creo en la participación, en la solidaridad, en el pluralismo –ideológico, político, social, económico, cultural, etc.–, en la subsidiariedad, en la descentralización. Pero sobre todo creo en el humanismo, en la eminente dignidad de la persona humana. Todo lo que hacemos en la vida debe estar centrado en la defensa de esa dignidad, nuestra y de todos. Todos esos valores y principios he tratado –con muchos defectos y pocas virtudes– de vivirlos en mi carrera política.

 

 

Sin duda, un instrumento adecuado para desarrollar la vocación política es el partido político. Lo importante es que el partido que escojamos reúna a personas con las que compartamos esos valores y principios, plasmados en la doctrina, la ideología y el programa y que luchemos por alcanzar democráticamente el poder para lograr la transformación de la sociedad. Por eso me inscribí en Primero Justicia casi desde su fundación. Durante estos casi 20 años de militancia, que se unen a más de tres lustros de militancia previa en la democracia cristiana venezolana, hemos trabajado por lograr que la nación pueda recuperar la democracia y la libertad que ha perdido. Es decir, no ha sido una lucha política convencional. Ha sido un esfuerzo titánico por la restitución de la democracia en nuestra patria.

 

 

Venezuela está secuestrada por una dictadura criminal, vinculada al narcotráfico, al terrorismo, a la guerrilla, al paramilitarismo, a países a los que nada les importan los valores democráticos: Cuba, Rusia, China, Irán, Turquía, entre otros. Vivimos una tragedia que, en lo político, ha significado el fin de las instituciones, del estado de derecho, de la separación de poderes; en lo económico, se ha traducido en la destrucción de la producción, del empleo, del salario, del poder adquisitivo, de la moneda; y en lo social ha degenerado en una impresionante precariedad de la calidad de vida, de los servicios públicos, de la convivencia.

 

 

Esa Venezuela ha contado con la entrega de Primero Justicia y de sus dirigentes, militantes y simpatizantes. A ella nos hemos dedicado con devoción. Anhelamos e impulsamos su liberación. Ansiamos su normalidad. Ese titánico esfuerzo ha llevado a la dictadura a intentar acabar con esta opción política y con otras que forman parte de la unidad democrática. Ya hace varios años estamos ilegalízados y ahora, vía tribunal supremo de justicia –en minúsculas– deciden crear una dirección “ad hoc” bajo la conducción de diputados a quienes excluimos de la militancia partidista por haberse aliado –por dinero– con la oprobiosa dictadura de Maduro.

 

 

Pero todo eso no nos amilana. Primero Justicia no se puede reducir a sus siglas o emblemas. Primero Justicia es una familia, integrada por gente que, en todos los rincones del país hace esfuerzos por sobrevivir y por lograr salvar a Venezuela de la tragedia a la que nos han sometido Maduro y sus cómplices. Así que nuestra decisión es hacer caso omiso a decisiones írritas de un tribunal ilegítimo y seguir dando la pelea para que se produzca toda la presión posible –política, social, institucional, militar, internacional– que permita que se genere un clima hacia el cambio. Tengo la convicción de que de esto vamos a salir. Alcanzar el logro libertario e iniciar la reconstrucción y transformación del país son tareas a las que Primero Justicia se dedicará a plenitud.

 

 

 

Juan Pablo Guanipa

Gasolina y delincuencia

Posted on: mayo 25th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Los “sucesos” vinculados a la provisión de gasolina han estado signados por un razonamiento que refleja la actitud delincuencial de los protagonistas de la dictadura que oprimen a la ciudadanía venezolana. Toda Venezuela y el mundo sabemos que lo que estamos viviendo en materia petrolera es producto de la destrucción de la industria por parte de estos personajes que secuestran a nuestro país. Es incomprensible que ellos –controlando la producción petrolera de la cual sacaban parte importantísima de las finanzas que se robaban– hayan llevado a esa producción a su mínima expresión para perder el dinero que se robaban. Burocratizaron, partidizaron, desmeritocratizaron, canibalizaron la industria y pretendían que la producción se mantuviera.

 

 

Teníamos toda la infraestructura y avances científicos para refinar millones de barriles de petróleo al día, para producir toda la gasolina que necesitáramos y todavía alcanzaba para la exportacion y hasta para el contrabando. Todo lo destruyeron. Y en su razonamiento no son capaces de atribuirse una sola responsabilidad. No señor. Estos delincuentes son responsables de nada. Culpan entonces a las sanciones impuestas por diversos países. Pero no reconocen que ya antes de esas sanciones la industria petrolera iba cuesta abajo. Simplemente la destruyeron.

 

 

¿Han intentado recuperarla? Para nada. Lo que han hecho –en una deplorable demostración de que no les importa para nada el pais, ni su soberanía, ni nada– es entregar la recuperación de la industria y de las refinerías en manos rusas, iraníes, cubanas, etc. Todo esto a costos elevadísimos para nosotros y sin riesgo alguno para los otros. Mientras tanto, la gasolina sigue desaparecida, a menos que el usuario tenga y esté dispuesto a pagar 2,5 dólares por litro. Entonces sí aparece, allí sí sale un funcionario de la dictadura, un miembro de la fuerza armada, un integrante de alguna policía o algún bombero. Se convierte entonces la que se consume aquí, en la gasolina más cara del mundo. Increíble pero cierto, de tener la gasolina más barata del mundo, pasamos a tener la más cara.

 

 

Y mientras siguen destruyendo la empresa, dicen buscar soluciones al problema de la escasez generada por ellos mismos. Y se muestran al ciudadano común como los grandes gestores de la solución. ¿Y cuál es la solución? ¡Traer gasolina de Irán! Pero además tratar de vender esa traída de gasolina como una gesta heroica y patriota. Se inventan una guerra en contra de la “potencia mundial imperialista” y anuncian que enfrentarán cualquier intento de interceptar los buques de la dignidad. Si no estuviéramos tan mal como pais, esto sería una razón para desternillarse de la risa. Resulta que es heroico traer gasolina de un país sancionado como Irán –¿entonces? ¿No era por las sanciones que no teníamos gasolina?– para abastecer a un mercado que se abastecía por sí mismo a precios impresionantemente bajos. Y ¿con qué estamos pagando esa gasolina? ¿Qué proceso administrativo se llevó adelante para garantizar transparencia? Estamos pagando con el oro de sangre que ha costado tantas vidas venezolanas y que ha significado un inaceptable destrozo humano, ambiental y patrimonial para nuestro país. Y por último, ¿realmente esto resolverá el asunto? ¿Quienes serán los beneficiarios? ¿Cuánto pagarán los que puedan acceder a ella?

 

 

Pero lo más grave, ¿qué se pretende con esta alianza con Irán? La amenaza que el régimen iraní representa para el mundo entero es de gran dimensión. Que la dictadura venezolana se alíe con ese régimen antidemocrático, vinculado al terrorismo mundial, es algo que ya ha prendido las alarmas de los pueblos y los gobiernos democráticos del mundo, en especial de América y Europa. Este régimen chavista-madurista insiste en tratar de cambiarnos como sociedad, en someternos a un cambio cultural que privilegie al eje del mal, ese que desprecia a la persona y su dignidad, a la justicia y al estado de derecho, a la democracia y al pluralismo. Los venezolanos, con nuestro esfuerzo y con el apoyo mundial debemos seguir luchando hasta salvar a Venezuela y con ello liberar al mundo de la amenaza que esta alianza terrorista representa para los pueblos libres.

 

 

 

Juan Pablo Guanipa V.

juanpguanipa@gmail.com

@JuanPGuanipa

 

 

Sobre la Dictadura y el Covid-19

Posted on: mayo 18th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

Maduro disfruta el Coronavirus. Su cuarentena nada tiene que ver con la lucha por la protección de la salud de los venezolanos. Esa jamás podría ser la aspiración de alguien conocido por haber destruido todo, sin excluir el sistema de salud. Ese señor recibió el Covid-19 con la aspiración de dejarnos encerrados en las casas, inactivos, para seguir destruyendo a una patria cuyos ciudadanos, por más errores que hayamos cometido, jamás merecimos ser desgobernados por una oligarquía narcotraficante, terrorista, lacaya de Cuba y Rusia, inepta y corrupta. Para él esta es una ocasión para intensificar su autoritarismo, para tratarnos como estúpidos que tenemos que someternos a sus designios, seguir sus órdenes sin chistar, sin derecho a cuestionar nada. Ya en dos ocasiones –claro, inconstitucionalmente, sin control parlamentario ni nada– ha decretado estados de excepción y ha anunciado prolongadas cuarentenas. Se regodea diciendo que el riesgo es inminente y proyecta su política hasta, en el mejor de los casos, a finales de año.

 

 

¿Cuál ha sido la realidad? Que aunque queramos protegernos del contagio, muchos, al menos uno por familia, debemos salir a diligencias puntuales, a bregar la comida, etc. Y la gente no ha salido en forma más masiva, no tanto por el riesgo al contagio, sino por la falta de gasolina. Ese es otro aspecto que esta dictadura intenta tapar con nuestro encierro, la escasez de gasolina y la destrucción de todo. Pero la gente no solo ha salido para tratar de subsistir. La gente también ha salido a protestar. Se han reportado centenares de protestas, no programadas, desarticuladas, referidas a las precarias condiciones en las que vivimos los venezolanos. La gente pelea por la electricidad, por el agua, por el gas, por la gasolina, por la comida. Y, aunque las condiciones en la que se desenvuelve el pais no ayudan a masificar y orientar hacia lo político las protestas, no dudo que toda esta situación pueda generar una escalada política y social que intensifique la presión contra esta dictadura.

 

 

Mientras tanto, no sabemos cómo será el comportamiento del Covid-19 en los próximos días, semanas y meses. Los pronósticos de incremento de la enfermedad, gracias a Dios, no se han concretado, aunque algunos consideran que eso viene. Los expertos señalan que la situación de aislamiento a la que Maduro ha sometido al pais hace que el virus aquí se parezca al virus en países aislados. Consideran también que la dictadura ha querido implementar aquí las políticas que deben ejecutarse en países donde la incidencia de casos y muertes ha sido alarmante. En dos platos, en Venezuela, con porcentajes de casos parecidos a Haití, se implementan medidas correspondientes a países como España.

 

 

Toda esta incertidumbre hace que tengamos dudas razonables de cómo actuar frente al virus y frente a las decisiones de la dictadura en los próximos días. Es necesario que la dirigencia democrática, garantizando la unidad más allá de los últimos tropiezos, conversemos acerca de cómo orientar nuestras acciones frente a todo el panorama planteado. Quizá la solución no esté en el “Quédate En Casa” ni en el “salgamos masivamente a las calles”. La solución podría estar en, utilizando algunos mecanismos de protección como los famosos tapabocas y guantes, y guardando el también famoso distanciamiento social, comencemos a organizar actividades que permitan mover a la dirigencia política y social y mover a los ciudadanos para generar la presión que internamente hace falta y de esta manera, impulsados por la presión internacional que está allí y que sigue muy comprometida a pesar de la pandemia, seguir construyendo el clima para que se produzca el cambio en nuestra Venezuela. Esta situación no nos puede tener inertes. Tenemos que sacudirnos y retar a la dictadura para demostrarnos y demostrarle al mundo que este es un país que resiste, que lucha y que va a hacer todo para vencer.

 

Juan Pablo Guanipa V

@JuanPGuanipa

Volver a la patria

Posted on: mayo 4th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Es asquerosa la manipulación que hace Nicolás Maduro del regreso de algunos venezolanos. Es un manejo inescrupuloso, deshonesto y amarrillista del tema. Maduro sabe que esa gente se fue por su culpa y los que ahora regresan lo hacen a pesar de él.

 

 

Cuando cerca del 20% de la población de un país decide –movida por la circunstancia de no contar con nada y mucho menos con oportunidades– refugiarse en otro país para tratar de lograr una mejor vida, tenemos que concluir que el pais de origen ha fracasado. Esa decisión toma visos impensables cuando el migrante asume sortear todos los obstáculos, incluyendo el económico, para lograr su objetivo. Que miles de venezolanos hayan decidido viajar en bus durante varios días o hasta hacerlo a pie, por centenares de kilómetros, nos hace ver que el grado de desesperación es tal, que arriesgan hasta la vida para salir de su país convertido en infierno. El culpable de toda esta realidad es Nicolás Maduro, junto a sus cómplices, a quienes jamás les ha preocupado la suerte de nuestros compatriotas.

 

 

Venezuela nunca fue un país de emigrantes. Al contrario. El venezolano siempre ha tenido un fuerte arraigo a su nación y hemos sido una patria abierta a la recepción de personas. Durante muchos años recibimos centenares de miles de personas de todos los continentes. Solo en el Zulia llegamos a tener más de un millón de colombianos, así como italianos, portugueses, españoles, árabes, chinos, etc. Toda esta situación cambió desde que como sociedad cometimos el error de elegir democráticamente a un militar golpista que utilizó la democracia para acabar con ella y perpetuarse en el poder. Allí estuvo hasta que murió y luego sus cómplices terminaron de destruir al país.

 

 

La Venezuela que han dejado más de cinco millones de compatriotas es una Venezuela devastada en lo político, económico, social, institucional. Y nadie puede juzgar a quien decide, al verse perdido en sus oportunidades, irse a otras latitudes a buscar su realización personal y a luchar por su familia, de la cual muchas veces se separa. Quien se va termina haciendo un intercambio de problemas. Muchos mejoran en sus condiciones de vida y muchos pueden estar hasta peor que cuando dejaron su suelo.

 

 

Todo se agrava con la presencia mundial del Covid-19. La gente que ya estaba más o menos estabilizada ha perdido su trabajo, han sido desalojados de cuartos y casas y han quedado en la calle, sin recursos y pasando hambre. Han contado con la solidaridad de embajadores democráticos y de ONGs, pero sin duda esto no ha sido suficiente. Algunos han decidido volver a su patria y ya hemos visto lo difícil que se les ha hecho. De nuevo caminar kilómetros y kilómetros con riesgos convertidos en realidad como el caso de hace unos días en Perú, donde fueron atropelladas varias personas, de las cuales murieron tres. Los que logran llegar a la frontera deben pasar varios días en unos refugios degradantes, sin las mínimas condiciones y con pésima alimentación.

 

 

Y allí surge el cinismo de Maduro y su banda. Se burlan de quienes se fueron, les restriegan su “error” y les dicen que su “gobierno” los recibirá con los brazos abiertos. Lo que nunca asume el usurpador es que esa gente, como hemos dicho, se fue por su culpa y regresan a pesar de él. Regresan porque les da la gana pasar hambre y vivir mal en su tierra. Pero todos están conscientes de que la única forma de salir de esto es sacar a Maduro y a sus cómplices y, en medio de esta situación de pandemia y con todos los demás problemas profundizados, debemos hacer todo lo necesario para sacarlos y lograr que Venezuela tome un rumbo distinto. Si ahora, por necesidad, han regresado veinte mil, tenemos que seguir luchando hasta que puedan volver millones y encuentren una patria libre, democrática, de emprendimiento, esa patria que soñamos y que será posible.

 

 

Juan Pablo Guanipa V.

juanpguanipa@gmail.com

@JuanPGuanipa

 

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