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Trump, Caguaripano y elecciones regionales

Posted on: agosto 14th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

En la tarde del viernes 11 de agosto de 2017 tres eventos impactaron a los venezolanos. A tratar de entender sus alcances van dirigidos estas líneas:

 

 

Regionales, renuencia y radicales…

 

 

“Los extremos se juntan”, suele afirmar la sabiduría popular.  Un buen ejemplo es lo que ocurre con el tema de las elecciones de gobernadores.  Tales comicios no son “una trampa de la dictadura” ni “una ambición de los políticos”: Es un derecho constitucional de los ciudadanos, enmarcado en un avance democrático sustancial como lo es la descentralización, subversiva de por si frente a un régimen militarista y ultra-centralizador.  Pero el régimen no sólo no quiere que haya elecciones de gobernadores, porque si se hacen las pierde: ¡El gobierno ni siquiera quiere que haya gobernaciones! Para ellos debe haber un solo mando, el de la cúpula, y lo que quiere tener en los estados son comisarios, pro-cónsules, “protectores”, en fin: mandaderos.

 

 

 

 

Y en esto “la oposición de la oposición” coincide con el régimen:  Ellos tampoco quieren que haya elecciones regionales porque supuestamente “distraen al país”, y si ocurren entonces creen que la oposición no debiera participar porque hacerlo seria “convalidar la dictadura”, acusando además a quienes se postulen de ser “egoístas que sólo quieren tener un puesto”.

 

 

 

 

La “oposición de la oposición” desprecia olímpicamente “la conquista de espacios”… pero el régimen si tiene muy claro su importancia:  Por eso tiene bajo asedio permanente a la gobernación de Amazonas, por eso el cerco presupuestario sobre la Gobernación de Miranda, por eso la salvaje represión contra el pueblo del Estado Lara que tiene a Henry Falcón como gobernador. Por eso hoy 40 de los 70 alcaldes de la Unidad están presos, perseguidos, destituidos o enfrentan amenazas judiciales: Porque esos “espacios” que la “oposición de la oposición” desprecia, el régimen los ambiciona, y quiere controlarlos o destruirlos.

 

 

 

Por eso plantearon el viernes 11 y aprobaron el sábado 12 en la ANC el adelanto de las elecciones regionales para el mes de octubre:  Para impedir la realización de las elecciones primarias de la oposición, y para realizar esos comicios antes de que el pueblo opositor supere el actual malestar, el “guayabo”, generado por la elección de la fraudulenta ANC.  El régimen confía en que la prédica de la “oposición de la oposición” generará abstención, y que eso se traducirá en victorias regionales que el madurismo ni tiene ni merece.

 

 

 

La “ayuda” de de Trump, ¿a quién ayuda realmente?

 

 

José Miguel Vivanco, director de “Human Rights Watch”, publicó el viernes 11 en su cuenta @JMVivancoHRW en la red social Twitter este fuerte mensaje: “Desde que Chávez lo nombró su heredero, nadie le había hecho un regalo tan grande a Maduro como la estupidez que dijo hoy Trump”, aludiendo con ello a la afirmación que hizo el presidente estadounidense, en el sentido de “no descartar el uso de una opción militar en Venezuela”.

 

 

 

Exactamente en la misma dirección se pronunciaron el sábado 12 las cancillerías de países como Colombia, Brasil, Chile y México, participantes todos de la reciente Cumbre de Cancilleres en Lima, que desconoció a la fraudulenta ANC. Igualmente contra la declaración de Trump se pronunció Mercosur, organismo que hace días expulsó al gobierno de Maduro por violentar la democracia en Venezuela.

 

 

 

En el plano nacional, veinte organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos (las mismas, por cierto, que han arriesgado todo enfrentando y denunciando los abusos del régimen) se pronunciaron también contra el anuncio del presidente Trump, afirmando que “una posible operación militar contra el régimen solo traería más violencia y le daría justificación para aumentar sus medidas represivas contra quienes lo critican”.

 

 

 

Si, como dicen los defensores de los DDHH en Venezuela, las declaraciones de Trump facilitan la represión del régimen contra el pueblo; Si generan la posibilidad de disenso o fractura en el -hasta ahora- sólido frente de apoyo internacional a la lucha del pueblo venezolano por la democracia y la libertad; Si estas declaraciones permiten a un régimen sin pueblo, sin argumentos y sin política, abrazarse ahora al viejo cuento del anti-imperialismo patriotero… Si todo esto es así, es válida y muy pertinente la pregunta: ¿A quien ayuda la “ayudaíta” de Mr. Trump?

 

 

 

El comando apresado por un policía municipal…

 

 

En la misma noche del viernes 11, la Policía Nacional “Bolivariana” perseguía un pequeño auto gris. Esa fuerza “pasa la novedad” a la Policía Municipal de Sucre, institución que tenía desplegado un rutinario control vehicular en 15 puntos del municipio. Uno de estos puntos de control avista el vehículo solicitado, le da la voz de alto, el auto se da a la fuga y es alcanzado por efectivos motorizados de Poli-Sucre, que -tras detener a los dos ocupantes y decomisarles una pistola Pietro Beretta calibre 9mm- entrega el procedimiento a la PNB.

 

 

 

Luego se enterarían en Poli-Sucre que los dos individuos, que al momento de su detención se identificaron con documentos que resultaron ser falsos, en realidad respondían a los nombres de Juan Carlos Caguaripano, capitán de la Guardia Nacional que fuera el líder del supuesto asalto al Fuerte Paramacay en la ciudad de Valencia, y Jefferson García Dos Ramos, primer teniente de esa misma fuerza, igualmente implicado en el mismo suceso.

 

 

 

Las dudas que en su momento generaron los hechos de Valencia se ven ahora reforzadas por las muy extrañas circunstancias que rodean esta detención: Que los dos militares más buscados por los organismos de inteligencia y los cuerpos de seguridad del Estado caigan simplemente en manos de un operativo rutinario de una policía municipal es algo que desafía toda lógica.

 

 

 

En cualquier caso, las sombras y justificadas dudas que rodean hechos como estos ratifican lo justo de la decisión de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que –harto de la crisis y del régimen que la generó- ha optado por apoyar SIEMPRE en forma masiva sólo aquellas opciones de lucha que se caractericen por ser PACÍFICAS, DEMOCRÁTICAS, ELECTORALES Y CONSTITUCIONALES

 

¡Palante!

 

Jesus «Chuo» Torrealba

Unidad: El camino venezolano al primer mundo…

Posted on: junio 7th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Esta semana se plasmó en la Agenda Unitaria de Lucha por la Libertad de los Presos Políticos y por la salud de la democracia venezolana
Lo que le estamos ofreciendo a los venezolanos no es el cambio de una camarilla por otra, un “quítate tú para ponerme yo”, salir de un chavismo rojo para cambiarlo por otro azul, anaranjado, amarillo o de cualquier otro color. En realidad lo que le estamos ofreciendo a los venezolanos es cambiar el camino al desastre que actualmente transita el país por un camino venezolano al primer mundo

 

 

El domingo pasado dejamos planteada la disyuntiva que enfrenta el pueblo democrático de Venezuela: Ganar unidos o dividirse y perder. O retomar el camino de errores que entre febrero y septiembre del 2014 llevó a la oposición venezolana a enfrentamientos, divisiones y renuncias, o perseverar en el camino que entre octubre de 2014 y mayo de 2015 nos ha conducido a triplicar al gobierno en materia de intención de voto y al fortalecimiento interno que se expresó en el triunfo de nuestras elecciones primarias del 17M.

 

 

Agenda Unitaria de Lucha

 
Afortunadamente, la presión de la ciudadanía que quiere unidad, la madurez de las direcciones de las organizaciones políticas que integran la alianza opositora y sobre todo un claro sentido de responsabilidad para con el país, son factores que han determinado que el camino escogido sea el camino de victoria, el camino de la Unidad. Esa escogencia se plasmó en la Agenda Unitaria de Lucha por la Libertad de los Presos Políticos y por la salud de la democracia venezolana, planteada al país a mediados de la semana que acaba de concluir. Lilian Tintori, Mitzy Capriles de Ledezma, Julio Borges, Freddy Guevara y quien esto escribe presentamos al país esta agenda que es mucho más que un cronograma de actividades: Es el compromiso de fortalecer la UNIDAD POLITICA para que esta a su vez pueda convocar y articular la UNIDAD NACIONAL, indispensable no sólo para vencer electoralmente al oficialismo en las próximas elecciones parlamentarias, sino para seguir avanzando hasta rescatar para Venezuela a todas las instituciones hoy confiscadas por una secta política corrupta, ineficiente y totalitaria, y así colocar finalmente al Poder político al servicio de todos los venezolanos.

 

 

¡El reto del Poder!

 
Porque ese es el reto que enfrentamos: ¡El reto del Poder! El asunto aquí no es “sacar unos diputados más o unos diputados menos”. El problema de fondo no es dilucidar quien es el primer o el segundo partido de la oposición. El tema real es que el Poder en nuestro país viene siendo usado para agredir al pueblo en forma brutal: La escasez, la carestía, la inseguridad desbocada, el deterioro salvaje de todas la redes de servicio público, son algunas de las diversas formas que asume en la cotidianidad esta agresión del Poder contra el ciudadano como individuo y contra el pueblo como conjunto. Esta agresión ha generado un profundo malestar social, que ha unido a la inmensa mayoría de los venezolanos contra el gobierno. Eso es un hecho constatable en las encuestas y, sobre todo, en la calle.
Enfrentar exitosamente ese reto pasa por llegar unidos y ganar unidos las elecciones parlamentarias, pero en realidad va mucho más allá. Es necesario que esa mayoría democrática en la Asamblea Nacional actúe con coherencia en el duro tránsito que entonces se abrirá. Avanzar desde el poder legislativo, ajustando la estructura y funcionamiento de otros poderes públicos a lo que prevé la Constitución, sancionando a corruptos e ineficientes y liderando al país en la construcción de soluciones concretas a los problemas más urgentes que enfrentamos los venezolanos, requerirá tener un campo democrático no circunstancialmente unido por una alianza electoral, sino sólidamente articulado en torno a un proyecto de cambio.

 

Es necesario que estemos
fuertemente cohesionados

 

 

Es muy probable incluso que el desarrollo de ese proceso de construcción de soluciones honestas y democráticas a los problemas que la corrupción totalitaria ha ocasionado, conduzca a Venezuela a resolver anticipadamente -mediante los mecanismos pacíficos y electorales que la Constitución al efecto prevé- el severo escollo de tener un Poder Ejecutivo que en vez apoyar las soluciones en realidad es el centro del problema. También en esa muy probable eventualidad (mejor dicho: SOBRE TODO en esa muy probable eventualidad) será de importancia capital que el campo democrático esté fuertemente cohesionado y consciente de que el gobierno que en primera instancia habrá de suceder a esta catástrofe tendrá que ser, para poder atender la amplitud y profundidad de la crisis, un GOBIERNO DE UNIDAD NACIONAL.

 
…Y construir un gobierno de Unidad implica que la lucha para llegar a él también sea unitaria. Y eso es un asunto de discursos, si, pero también y fundamentalmente de conductas. Una alianza política (y la Unidad Democrática venezolana es precisamente eso, no un partido sino una alianza de partidos) es un espacio en el que coinciden fuerzas que son distintas entre si, involucradas en la búsqueda de objetivos comunes. Para que fuerzas disímiles se mantengan unidas, remando juntas en una misma dirección, necesitan tener reglas de funcionamiento y trabajo conjunto. Y necesitan que esas reglas se cumplan. En un país en que 16 años de chavo-diosdado-madurismo han empujado a toda la sociedad no solo a incumplir las reglas, sino incluso a despreciarlas, es entendible que hasta algún sector de la ciudadanía opositora haya llegado a creer que las reglas que hacen posible la Unidad solo se deben cumplir cuando a uno le provoca o conviene.

 

 

El oficialismo es una
cultura política de antivalores

 

 

Es entonces prudente recordar que el chavo-diosdado-madurismo no es sólo el escombro de lo que alguna vez fue un sueño popular, no es sólo una maquinaria presupuestívora, una macolla de corruptos o una piara de adulantes. El oficialismo también es una cultura política, un conjunto de antivalores que durante 16 años han sido hegemónicos. Algunas de las claves de identidad de esa “cultura política” son la exaltación del liderazgo mesiánico, el culto a la personalidad, el desprecio por las instituciones y las reglas del juego, la descalificación sistemática de toda opinión divergente e incluso la destrucción moral de quien la emita, sustituyendo argumentos por insultos y destruyendo personas en vez de debatir posiciones. Todo ello, incluyendo esa perversión machista-militarista que es la llamada “política testicular” (la primitiva creencia de que hacer o no hacer las cosas depende de “tener bolas” o no tenerlas…) forma parte de la cultura política del oficialismo, forma parte no solo de lo que hay que vencer, sino sobre todo de lo que hay que superar.

 

 

Al rescate de la ética política

 
Ese es el camino de victoria. Mantenerse unidos, expandir y fortalecer la Unidad no solo es una suma aritmética para enfrentar una necesidad táctica. Es además y sobre todo una forma concreta de reconstruir la cultura política democrática, con principios y valores ajustados a una práctica congruente. Porque eso y no otra cosa es el rescate de la ética en la política: la coherencia de pensamiento, palabra y obra, articulados en conducta cotidiana.

 
Porque lo que le estamos ofreciendo a los venezolanos no es el cambio de una camarilla por otra, un “quítate tú para ponerme yo”, salir de un chavismo rojo para cambiarlo por otro azul, anaranjado, amarillo o de cualquier otro color. En realidad lo que le estamos ofreciendo a los venezolanos es cambiar el camino al desastre que actualmente transita el país por un CAMINO VENEZOLANO AL PRIMER MUNDO. Así, sin etiquetas ideológicas que nos dividan. Un camino que lleve a Venezuela a ser un país con alta calidad de vida para todos. Un país del que nadie quiera irse. Un país atraiga como un imán a todo aquel que quiera construir una vida con prosperidad y en libertad. ¡Palante!

 

 

 

Radar de los Barrios
Jesús Chúo Torrealba*
Twitter: @chuotorrealba

* Secretario Ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática

Cacerolazo en el 23 de Enero: Así es como “suena Caracas”

Posted on: noviembre 23rd, 2014 by Lina Romero No Comments

Los tiros del malandro,  los gritos del atracado, el llanto de la madre, de la esposa, de la hija; el ulular de la ambulancia que ruletea al herido porque en ningún hospital hay los insumos o los aparatos necesarios para atenderlo; el escándalo de los bares a cielo abierto en esta ciudad sin ley; el estruendo de las motocicletas de alta cilindrada usadas por sujetos que son “escoltas de enchufados” de día y “piqueros impunes” de noche; el ladrido de los perros que en la alta madrugada intentan espantar a los indigentes que hurgan en las montañas de basura…  Así, y no de otra manera, es como de verdad “suena Caracas”…

 

“A fulano de tal lo sonaron”, solían decir hace años los individuos de mal vivir para indicar que  uno de ellos había sido asesinado con arma de fuego. Esa manera de conjugar el verbo “sonar” recibió incluso el reconocimiento de la Real Academia de la Lengua: En su 7ma acepción el DRAE afirma que “sonar” puede significar “Morir o padecer una enfermedad mortal. Fulano sonó. Nuestro amigo está sonado”. En su octava acepción el diccionario de la Real Academia nos dice que “sonar” también puede significar, en caso de que sea “dicho de una persona o de una cosa: Fracasar, perder, tener mal fin. El negocio sonó”. En su novena acepción, el DRAE nos da otro significado posible del verbo “sonar” y pone un ejemplo que parece redactado especialmente para Venezuela: “Sufrir las consecuencias de algún hecho o cambio. Los inquilinos estaban bien, pero sonaron cuando se dictó la nueva ley de alquileres”.

 

Es ese el sentido en que debemos entender que la Alcaldía del Municipio Libertador le haya puesto “suena Caracas” a un evento que con nueve días de música pretende hacernos olvidar 15 años de malos gobiernos:  los que asesinaron la convivencia, los que han permitido y estimulado que el hampa sea dueña y señora de los espacios públicos, los que permitieron que la Policía que debe proteger a los caraqueños se convierta en una institución degradada e intervenida; los que en vez de urbanizar los barrios ranchificaron al resto de la ciudad, ahora reconocen públicamente que ellos “sonaron a Caracas”. Y, además, lo dicen con musiquita y desparpajo.

 

Pero Caracas también suena a protesta, a rabia, a indignación popular.  Estos eventos que a continuación enumeramos no fueron televisados, pero ocurrieron: El pasado jueves 20 un intenso cacerolazo estremeció la noche en un sector de Caracas. No era El Cafetal, no era Macaracuay, no era Terrazas del Ávila, urbanizaciones cuyos combativos habitantes a menudo utilizan ese recurso de protesta.  No.  ¡Era la comunidad del 23 de Enero, en pleno corazón del oeste de Caracas, protestando enardecida por un apagón de más de dos días! La fortaleza del cacerolazo fue tal que ensordeció a los grupos irregulares que generalmente se ubican en los alrededores del lugar llamado “El Rincón del Taxista” para desde allí desplazarse  para aplacar, si surge, alguna protesta.  ¡Esta vez no pudieron hacerlo, pues la protesta surgió de todos lados, al mismo tiempo! Desmoralizados, los integrantes de esos grupos paramilitares  fueron “a recrearse” en unos locales presuntamente ubicados en el Bloque 45, zona central, sector “el ciempiés”, donde según los vecinos funcionan unos casinos ilegales, regentados por esos mismos grupos violentos mal llamados colectivos.

 

Caracas suena también a la protesta realizada ese mismo jueves 20 por vecinos de Montalbán, hartos de que unos delincuentes que visten prendas militares siembren  zozobra en el sector;  Caracas suena a la protesta de los ciudadanos que este viernes 21 interrumpieron el tránsito en la autopista Valle-Coche a la altura de Longaray, para denunciar presuntos engaños del programa “Venezuela Productiva”; Caracas suena a la protesta reiterada de los vecinos de Santa Ana, Carapita, Antímano, por falta de gas doméstico; Caracas suena a la protesta protagonizada por los hermanos nuestros que hoy residen en los edificios construidos por la llamada “Gran Misión Vivienda Venezuela”, que en semanas recientes trancaron la Av. Nueva Granada denunciando que las viviendas que ocupan, prácticamente recién estrenadas, ya presentan grietas y otras fallas. “Caracas suena”, como no.  Suena a río crecido.  Y “cuando el río suena, piedras trae…”.

 

Tras 15 años de oídos cerrados a la protesta ciudadana, no es de extrañar que el gobierno ignore el ruido profundo del clamor popular y pretenda opacarlo con el estruendo de la fiesta alquilada. Pero lo que sí sería imperdonable es que ese sonido de la indignación popular no sea recogido y amplificado por quienes queremos un cambio urgente de gobierno y de modelo. Los demócratas TENEMOS que ir al encuentro del descontento y transformar esa indignación popular en energía de cambio. Para eso es indispensable que avancemos en reinventar nuestros conceptos de “organización” y “movilización”.  Nos organizamos no para “reunirnos”. “Reunirse” no es un fin en sí mismo.

 

El de “reunido” no es un nuevo “estado civil”.  Los demócratas nos reunimos para atender una agenda que básicamente debe comprender dos puntos: 1) Cómo luchamos para mejorar nuestras condiciones de vida y trabajo allí donde estamos, en nuestra circunstancia inmediata, donde vivimos o donde laboramos.  Y 2) Como contribuimos a promover el cambio democrático para toda Venezuela empezando desde allí, desde nuestra circunstancia local.

 

Atender esa agenda implica movilizarnos, y el escenario en que se verifica esa movilización  para lo local y lo nacional, para  lo comunitario y lo social, para lo reivindicativo y lo político es, por supuesto,  “la calle”. Pero no una calle cualquiera: No la calle de las grandes movilizaciones opositoras, a las que siempre acudimos sólo los ya convencidos;  No la calle llena de gas lacrimógeno y escombros, con activistas y represores pero sin pueblo.  La calle que nos interesa es la calle con pueblo y sobre todo con pueblo por convencer.  Y RESULTA QUE ESA CALLE ESTA ACTIVADA DESDE HACE TIEMPO CON LA PROTESTA SOCIAL. Muchos opositores que a diario piden “calle, calle” generalmente no advierten que la calle por la que claman esta activada, e incluso está esperando por ellos.  Pero la protesta política sola se aísla.  Y la protesta social sola se agota.  Es indispensable entonces unir reclamo social y perspectiva política.  Eso es lo que significa “unir pueblo con pueblo” en esta nueva etapa de la lucha.

 

..El sonido de la protesta popular se oye no sólo en Caracas.  Es incluso más intenso y organizado en muchos lugares del interior del país.  Las 28 leyes habilitantes del Paquetazo Rojo sólo prometen para el futuro más intensidad en el reclamo social, y las leyes habilitantes de la represión y el “sapeo” masivo no lograran callar a esa Venezuela que también “suena”.  Los opositores que claman por “calle” deben asumir que, por el contrario, la calle social, la calle con pueblo protestando (esa calle que existe a pesar de que en la “nueva” Globovisión el programa más visto es un magazine de farándula) está clamando por ellos.  En el 2015, que nadie lo dude, venceremos a la cúpula podrida en las mesas electorales.  Pero antes hay que vencerlo en la calle.  En la calle activada socialmente: Esa calle con pueblo que ya rompió con el gobierno, pero que aún no se ha incorporado a la esperanza de cambio.  ¡Palante!

 

Jesús Chúo Torrealba

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