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Venezuela se rebela

Posted on: junio 6th, 2014 by lina No Comments

La fiebre eruptiva no cesa. Cambia de forma… pero continúa.

 

El cuerpo humano y el cuerpo social guardan una asombrosa similitud. Cada célula representa un ciudadano, cada órgano una empresa, un organismo, una institución.

 

La sociedad cubana, a cuya tutela estamos sometidos, funciona como un ser parapléjico. Allí la cabeza y los órganos vitales están plenamente conscientes y sincronizados. En cambio, sus células corporales permanecen entumecidas.

 

Venezuela se resiste al sometimiento. Razones inscritas en su ADN provocan la reacción.

 

Cuba fue el último ariete del poderoso imperio español.[*] Desde Cuba mantenía España su influencia en el hemisferio. En cambio, seis generaciones antes, Venezuela se había declarado independiente, y fueron sus guerreros los que llevaron la libertad a media América.

 

Al llegar Castro al poder, Cuba aún conservaba en su ADN importantes residuos de su pasado imperial. Por contraste, Venezuela, distante en el reloj histórico, buscaba colocarse a la altura de las creencias por las que, en pos de la independencia y la libertad, había sacrificado lo mejor de su generación fundadora.

 

De allí que el despertar cubano tuviera una inclinación autoritaria e imperial, mientras en Venezuela, a siglo y medio de su Independencia, se buscara en democracia, atar el sistema político al hilo conductor que rodeó su fundación.

 

Cincuenta años a merced de un régimen totalitario, Cuba y, en paralelo, cincuenta años de búsqueda afanosa de la libertad en Venezuela, marcan hoy diferencias insalvables entre los dos cuerpos políticos, entre las dos sociedades.

 

Cuba, siguiendo el símil, persigue en Venezuela interferir la interacción entre las células y los órganos vitales. De allí la destrucción progresiva de empresas, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, de partidos y líderes opositores fundamentales. De allí también la decisión de colocar las instituciones formales de la sociedad (los poderes y la FAN) al servicio de la “cabeza” y no de la colectividad. De allí, finalmente, la fiebre eruptiva que con mayor o menor intensidad se ha extendido a todos los estamentos, a toda la sociedad.

 

Hay pájaros que se someten, pero hay otros que prefieren morir, estrellándose una y otra vez contra los “barrotes” que les impiden volar. De niño aprendí esa lección.

 

Los pueblos, como los ríos cuyo destino es el mar, se mueven inexorablemente hacia sus creencias. Fruto de las luchas por la independencia, nuestras creencias se afirman en la libertad.

 

Lazos lingüísticos y culturales nos hermanan con Cuba, pero la libertad, ese potro indomable, herrado a fuego lento en nuestro ADN, impide el sometimiento, el tutelaje, la imposición.

 

Venezuela se rebela. La fiebre eruptiva no cesa. La protesta cambia de forma… pero continúa.

 

 

*Guerra hispano-estadounidense, 1898. España pierde la isla de Cuba que se proclama república independiente pero queda bajo tutela de Estados Unidos.

 

hsr.personal@gmail.com

 @h_salasromer

El arte de la guerra

Posted on: marzo 28th, 2014 by lina No Comments

Inmersos en una dura e interminable confrontación, conviene tomar perspectiva.

 

En el arte de la guerra, la simulación y la sorpresa juegan un papel esencial, y en ello Fidel ha sido un verdadero maestro.

 

Bolivia fue escogida para el Che porque nadie se imaginaba a ese país como objetivo. Pero precisamente por ser inimaginable, Fidel Castro la escogió.

 

La arremetida hacia Venezuela fue un sueño postergado. Desde los años sesenta, Castro había querido tomar control de nuestra riqueza petrolera. Varias veces fracasó, pero la oportunidad al fin llegó… democráticamente y, claro, de sorpresa.

 

Varios hechos lo ayudaron a avanzar en la sombra. El colapso de la URSS provocó en Norteamérica un sentimiento de invencibilidad. ¿A qué temer cuando, sin echar un tiro, habían llevado al imperio más poderoso a la rendición? Cuando Fidel, apoyado en Lula, congregó en Sao Paolo a los factores insurgentes del continente, nadie en Norteamérica le dio importancia. Corría el año 90 y las FARC, ya estrechamente vinculadas al tráfico de drogas, pronto se incorporarían.

 

Del otro lado del mundo, en el Medio Oriente, otros buscaban nuevas vías para sus propios fines. Instalado en el golfo el poderío militar de Estados Unidos, se alejaba aún más su propósito de destruir a Israel. Tomada en el 92, la decisión fue llevar la violencia a las Américas, y desde allí, muy cerca de la frontera norteamericana, sembrar odio y división para minar desde dentro la fibra constitutiva de la sociedad norteamericana.

 

Los vínculos del Medio Oriente con Venezuela datan de la fundación de la OPEP. Los de Fidel de su acceso a los canales del Partido Comunista. Teniendo unos y otros a Venezuela en la mira, apareció Hugo Chávez.

 

Para Estados Unidos, hasta el año 2006, todo lo que les relato pasó inadvertido. Después de todo, ¿a qué temer?

 

Escribe Ricardo Puentes Melo en Periodismo sin fronteras: “Lo que sucede en Venezuela hoy y lo que está sucediendo en Colombia, tiene un sello inconfundible: el Foro de Sao Paulo. Muchos han escuchado de esta organización, pero pocos saben acerca de su real peligrosidad”.

 

Al iniciarse 2014, la batalla continental se trasladó momentáneamente a Centroamérica, el “caminito” de la droga que desde el sur, viaja hacia los ricos mercados del norte.

 

En Honduras, la derecha democrática logró derrotar a la esposa de Zelaya. Per contra, en El Salvador, el candidato de la “insurgencia”, gozando de visible apoyo de Pdvsa, ganaba por centésimas su elección. Su victoria no ha sido confirmada.

 

Entretanto, los Castro, envejecidos y con una Cuba económicamente comprometida, buscan triangular con las FARC y el régimen venezolano, ponen en jaque a Juan Manuel Santos, apuntalan a Maduro, construyen con los brasileños un gigantesco puerto en Mariel y, duchos en el arte de la guerra, negocian desde posiciones de fuerza la entrega de sus presas, Maduro, incluido, a cambio de garantías para su propia transición.

 

Allí, en ese otro universo, allí también se juega con el futuro de Venezuela.

 

Henrique Salas Römer

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