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Aprendamos de España

Posted on: junio 4th, 2023 by Lina Romero No Comments

La paliza electoral que recibió el PSOE y en especial su líder Pedro Sánchez en las elecciones regionales, de gobernadores y alcaldes, este pasado domingo deja unos aprendizajes que todos los políticos de América Latina deben mirar con cuidado, eso si, pues su realidad tiene muchos matices distintos a los de España. Pero, si se quiere aprender, vale la pena mirar.

 

 

En estas elecciones el partido Podemos de extrema izquierda, ese gran aliado de Maduro y de Petro, prácticamente desapareció. Ciudadanos, el partido de centro que tuvo gran éxito en las dos pasadas elecciones, desapareció también. Vox, el partido de derecha se fortaleció en toda España menos en Madrid, la ciudad y la comunidad. El Partido Popular se comió los votos de Ciudadanos y algunos de Vox en Madrid y el descalabro del PSOE fue brutal. El PSOE perdió en comunidades, departamentos o estados en nuestros países, donde tenía un poder consolidado. Sánchez, en general, se llevó por delante el partido y los movimientos que lo apoyaban.

 

 

¿Qué lecciones se pueden sacar de esta jornada electoral? La primera es para los medios. Hace unos días le preguntaban a una funcionaria del gobierno de Petro, Ana Teresa Bernal, que porqué había perdido Sánchez y respondió, “por la matriz mediática”. Así le llama esa izquierda a los medios. Se le olvida que la cadena radial Ser, la primera en España, y el periódico El País, el primero de España, estaban de manera descarada al servicio de Sánchez. Y la lección es clara: cuidado con esos apoyos irrestrictos a esos populistas, cuidado con dejarse comprar por una pauta y entregarse a ese populismo que la cuenta de cobro viene y a estos gobernantes les importa un pito lo que suceda con los medios. Los usan y los desechan.

 

 

Una segunda lección es la palabra del gobernante. Sánchez prometió no gobernar con Podemos o con Bildu, el partido de la ETA e incumplió ambas promesas, ni hablar de las veces que faltó a la verdad. España le pasó la cuenta de cobro como los colombianos se la pasaron al presidente Santos con el plebiscito, pues mintió a diestra y siniestra sobre las condiciones para la negociación. Esas mentiras hoy son la herencia política de Santos como las de Sánchez son las suyas. El ciudadano no es tan bobo y si bien ese 15% o 20% de barras bravas siempre se comen el cuento y las mentiras, el resto es más sensato y abierto a escuchar.

 

 

En España la alianza con Bildu una organización terrorista a la que no le costó nada reintegrarse a la sociedad, ni un perdón, tuvo un efecto inmenso en estas elecciones en contra de Sánchez. En Colombia quizás no sea así por ahora, dada nuestra historia, pero la violencia que hoy se vive con las mal llamadas disidencias de las FARC y con el ELN, producto de un proceso mal hecho, le va a pasar factura al gobierno, a la paz y las instituciones que se crearon en especial la JEP y la Comisión de la Verdad. Estas dos últimas hicieron y hacen hasta lo imposible por lavarle el rostro criminal a las FARC y el ciudadano está hasta la coronilla.

 

 

Una tercera es que el español se aburrió de que le impusieran esa mirada correcta a la sociedad. Hicieron una ley donde había decenas de modelos de familia menos la familia tradicional para citar un solo ejemplo. Se aburrieron de los elles y ellis y mandaron un grito de libertad. ¡No nos impongan, dejen que el ciudadano decida!, fue el mensaje claro. Y una cuarta es la soberbia. Sánchez gobernó para él y no para el partido, pensó en él y no en el futuro de España y le pasaron la cuenta de cobro. ¿Cuántos gobernantes de nuestra región son así? Con esa soberbia estoy seguro de que nada van a aprender.

 

 

Para Colombia en elecciones regionales hay muchos aprendizajes. Lo primero es que al liberalismo, al conservatismo y a la U, le van a pasar factura por estar con el gobierno de Petro. Venderse por un plato de lentejas tiene un costo y la sociedad debe hacérselos pagar con acciones en redes sociales contra los que se venden, con acciones en sus lugares de votación y contra quienes apoyan en las elecciones de octubre. Que el costo político sea mayor al beneficio debe ser tarea de todos.

 

 

Una segunda lección debe ser no olvidar el centro. En España Vox se quedó con la derecha pura y dura, y el PP se quedó con la centro derecha y una parte importante del centro. No hay que ser vergonzante con la derecha pero tampoco alejar a ese centro que es el que da el triunfo electoral. Contar con el desastre de Petro para ganar las regionales no es suficiente. Sirve para atacar a sus candidatos, lo que es bien rentable, pero hay que tener candidatos únicos y buenos para competirle. A menos de cinco meses de las elecciones no hay ese proceso que deje unión y a los mejores candidatos. No sea que el centro y la derecha por esos egos entreguemos esta gran oportunidad política, y el país de pronto.

 

 

Hay que abonarle a Sánchez que en una jugada inteligente asumió la responsabilidad y citó a elecciones para el 23 de julio. Sin duda el PSOE va a tratar de presentar la alianza PP-Vox, como lo ha hecho en estos cuatro años, como el regreso del fascismo al poder. ¿Les suena similar a lo que hacen Petro, Lula, Maduro y Ortega? Ellos viven del enemigo, no pueden construir de lo propio pues son muy malos gestores. Necesitan ese enemigo para movilizar y es lo que vamos a ver en las elecciones españolas y las elecciones regionales colombianas.

 

 

Si el PP logra mayoría absoluta queda claro el camino para muchos partidos conservadores: unión, mensaje contundente y movimiento al centro derecha. Si no, pero con Vox logra la mayoría absoluta, queda claro que la derecha y su partido está para quedarse y que se debe emprender un nuevo camino de unión para tener dos alas o de alianza que tiene un costo político que es más fácil de manejar.

 

 

Finalmente Argentina debe también mirar con cuidado estas elecciones y las del 23 de julio. Obvio el desgaste de Sánchez o de Petro no es ni de cerca el desastre de Fernández y de la mafiosa corrupta de la Kirchner. Ninguno se presenta por cierto, pero la derecha está dividida entre un sector muy radical, el de Milei, y la derecha que representa Macri, quien tampoco va a ir a las elecciones. En unas primarias deben decidir quién es el candidato de esa derecha menos radical, pero no pueden perder de vista el objetivo de recuperar el gobierno y deshacer los desastres del kirchnerismo.

 

 

Una derecha dividida puede perder con el candidato de izquierda y mantener a ese país en ese caos económico. Quizás la desesperanza que hoy existe en ese país no deje que eso suceda y se dé una unión o que incluso divididos ganen pero el riesgo es alto.

 

 

Lo cierto es que ese populismo pierde, por ahora, a un gran aliado en Europa, va a perder un gran aliado en el sur del continente, ya perdió a su aliado en Perú y puede tener muy debilitado a uno de sus principales exponentes: Gustavo Petro en Colombia.

 

 

El péndulo lentamente regresa. Lo clave es hacer las cosas bien, convertirse en verdadera alternativa, y esperar que el latinoamericano promedio entienda que ese populismo solo trae pobreza y quede con inmunidad de rebaño pues estos 25 años de destrucción a lo largo y ancho de la región ya son suficientes.

 

 

 Francisco Santos 

 

Artículo publicado en La Silla Rota

Venezuela, no futuro

Posted on: mayo 19th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Mi esposa casi que a diario me dice con tono de resignación “deja de preocuparte por Venezuela preocúpate más bien por Colombia que va en ese mismo camino“. Y sí, tiene en parte razón. Dedico por lo menos una tercera parte de mis horas a ese caos que hoy es el vecino país pero la razón es muy clara: si Venezuela no se arregla, Colombia no tiene futuro.

 

 

Y para arreglar a Venezuela hay que salir de Maduro y su corte de mafiosos, lo que incluye a su familia, a los hermanos Rodríguez, a Diosdado Cabello y a Padrino López para empezar. ¿Cómo darles una salida cuando todos merecen ir a la cárcel por ladrones, por narcotraficantes y por asesinos? Bueno, eso es lo que busca el presidente Gustavo Petro. Pero no de buena fe o como un mediador. No, con agenda propia en la que el objetivo es mantener a Maduro en el poder. Es decir, no arreglar el problema sino darle estabilidad a la dictadura asesina y mafiosa instalada en ese país.

 

 

De eso se trató la reunión con las distintas cancillerías. Y Maduro y su compañero de crímenes, Jorge Rodríguez, le anunciaron con anticipación al evento tanto a Petro como a quienes iban a asistir a la reunión sus condiciones para reiniciar cualquier diálogo con la oposición: levantamiento de sanciones, los 3.200 millones de dólares de ayuda humanitaria, el oro incautado en Inglaterra y hasta la salida de Alex Saab de la cárcel.

 

 

En medio de este sainete al que se prestó en especial la Casa Blanca, el expresidente interino, Juan Guaidó, llegó a Bogotá y fue chantajeado por el gobierno colombiano con la seguridad de su familia y de paso fue expulsado del país. El gobierno ante esa gigantesca metida de pata trató de explicarlo acusando a Guaidó pero la verdad es que lo sacaron del país mostrando claramente que Colombia solo favorece los intereses del dictador Maduro.

 

 

Como si esto fuera poco no dieron ningún tipo de acceso de los periodistas a los asistentes al evento. Un ambiente controlado como eran las elecciones en la antigua cortina de hierro donde el presidente de turno ganaba con 99,97 % de los votos. ¿A qué le tenía miedo la Cancillería o el gobierno colombiano? ¿A que los periodistas les preguntaran por los presos políticos? ¿O por el narcotráfico y la corrupción en Venezuela? La misma pregunta se podía hacer sobre la expulsión de Guaidó. ¿Le temía tanto el gobierno que Guaidó se reuniera con algunos de los miembros de las delegaciones y les dijera que aliviar las sanciones era un error, contrario a la plataforma unitaria que ya está entregada y quiere que acaben las sanciones?

 

De todas maneras, no deja de ser preocupante que ningún líder político colombiano de gran calado se haya pronunciado o mejor aún acompañado a Juan Guaidó durante esta tortuosa expulsión. Muestra la soledad de la oposición venezolana y el desgaste en el que está tanto por sus errores y su corrupción como por la falta de efectividad en sus acciones.

 

 

Y que además ninguno de los países asistentes se haya pronunciado sobre esta actitud déspota de Petro y su canciller de pacotilla, que hasta se enreda encubriendo una mentira, como lo vimos al tratar de desmentir las amenazas y la expulsión de Guaidó, muestra un doble estándar sobre los derechos humanos pues a fin de cuentas Guaidó es un perseguido de la dictadura mafiosa. Lo que dijo Josep Borrell, el canciller de la Unión Europea, sobre el tema da vergüenza. No es el caso, no vinimos a eso, respondió cuando le preguntaron por la expulsión del expresidente interino al que muchos países que él representa reconocían hace apenas cinco meses.

 

 

Un elemento final que dice todo sobre el manejo de Venezuela en Estados Unidos. La delegación de ese país estuvo compuesta casi que exclusivamente por miembros del consejo de seguridad de la Casa Blanca. La presencia del departamento de Estado brilla por su ausencia. Eso quiere decir que el colombo-americano Juan González, asistente consejero nacional de seguridad para el hemisferio occidental, es el encargado único de este tema y por ende el responsable directo por lo que suceda con este asunto es Joe Biden y no Antony Blinken. Solo me pregunto una cosa, ¿qué opinará Jill Biden, quien lloró con la esposa de Guaidó cuando estuvo en la Casa Blanca, de que el gobierno del presidente Petro utilizara la seguridad de ella y sus hijitas para facilitar la expulsión de su esposo de Colombia? Valdría la pena que se enterara.

 

 

¿Y de la cumbre o el evento como lo llamó el canciller Leyva qué queda? Supuestamente una hoja de ruta que revive las negociaciones en México a cambio de la liberación de los 3.200 millones de dólares de ayuda humanitaria. ¿Será que por solo sentarse en México liberan ese dineral? Si esto pasa es un gran triunfo para Maduro, pero eso si, que no quepa duda, ese dinero si se le entrega a Maduro o a la oposición se lo van a robar. La responsabilidad de la Casa Blanca en este tema es clara.

 

 

Nada de los presos políticos, del ELN y las FARC en territorio venezolano o del narcotráfico que utiliza ese país como epicentro de transformación y exportación de la coca. Con México, Estados Unidos sí saca pecho y amenaza por el negocio ilegal del fentanilo, pero con Venezuela y la coca actúan como un manso cordero y miran para el otro lado. Inentendible. Los temas serios que sí implican un cambio quedaron en el tintero. Y la mafia criminal que gobierna a Venezuela muy contenta de que eso sea así.

 

 

En esas estamos. Una Venezuela sin futuro al borde de una implosión social que es lo único que puede acabar con esa mafia en el gobierno, tal como pasó con la primavera árabe. Quienes creen que Maduro y sus secuaces van a dejar el poder a través de unas elecciones o son ingenuos, como algunos en la oposición, o son unos calculadores que no les importa dejar ese lío al siguiente gobierno o a la siguiente generación, como piensan quienes en la Casa Blanca manejan el tema de Venezuela.

 

 

¿Y Colombia? Que viva con las consecuencias de tener un vecino que siempre lo va a desestabilizar. Una fórmula para el desastre. Gracias Juan González y gracias Jimmy Story.

 

Francisco Santos

Artículo publicado en La Silla Rota

Mi verdad

Posted on: mayo 14th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Sé que nada va a cambiar. Y en un país donde la credibilidad de un asesino, narcotraficante, es amparada y equiparada –por una supuesta justicia transicional– a la de un periodista, víctima de Pablo Escobar y de las Farc, pues poco se puede esperar. Pero el ejercicio hay que hacerlo, quizás más por los hijos, como me dijo una amiga, y por eso escribo estas palabras.

 

 

Lo primero, es que nada de lo que dijo Mancuso es nuevo. Incluso confunde temas y fechas. Pero, esencialmente, dijo lo mismo que en 2007 y que ha sido investigado durante 16 años por la Justicia colombiana, sin esta poder obtener un ápice de evidencia que confirme lo dicho por este criminal condenado. Es más, cuando los hechos iban a prescribir, un beneficio legal al que tenía derecho, renuncié a la prescripción para darle a la Fiscalía dos años más para investigar, que es lo que la ley permite. Eso fue hace 13 años. Finalmente, el que nada debe, nada teme.

 

 

En el proceso conté todos los detalles de mis dos encuentros con Carlos Castaño, como periodista y activista de derechos humanos. Es más, de la primera de estas reuniones, el señor Mancuso, quien me recogió en el aeropuerto de Montería y, por lo tanto, no estaba imputado/acusado de ningún delito, salió la visita a El Tiempo a reunirse con la unidad de paz que se conformó años antes, precisamente para explicar mejor toda la violencia que vivía Colombia en esos momentos y que tenía acceso a todos los grupos armados ilegales de entonces. Otty Patiño, Carlos Franco, Álvaro Jiménez, entre otros, nos asesoraban en esa unidad para entender y explicar mejor esa violencia.

 

Correo electrónico

 

Conté también cómo en las marchas contra el secuestro de finales de 1996, en la de Valledupar, teníamos al sobrino de Simón Trinidad, líder de las Farc, listo para hablar en tarima sobre el secuestro de su madre por parte de Carlos Castaño y exigir su liberación. Al final, la familia lo impidió por ser él un menor y para no aumentar el riesgo de la familia.

 

 

Al finalizar la marcha en Valledupar y ante la petición de innumerables víctimas en la plaza a donde habíamos llegado después, busqué al líder del grupo paramilitar que allí actuaba. Mi sorpresa fue inmensa, pues estaba liderado por Mancuso, a quien le pregunté con nombre y apellido por esas personas que habían secuestrado. La mayoría los habían desaparecido, pero a las familias les pude dar por lo menos esa triste razón. Desde que creamos con mi esposa País Libre, la fundación apoyó a las víctimas de secuestro y a sus familias sin importar quién era el victimario. Nuestra labor humanitaria, la libertad, nunca tuvo color político.

 

 

Ante la falta de pruebas, el proceso se cerró en 2008 y se dictó un auto inhibitorio. Pero como me lo dijo el mismo fiscal general de entonces, se tuvo que reabrir por la presión de las organizaciones de derechos humanos en 2009. Después de este hecho arbitrario fue que con mi abogado decidimos renunciar a la prescripción, para que no quedara duda de mi compromiso con la justicia y la verdad. Qué ingenuo.

 

 

No interesa ni siquiera hacer la mínima investigación sobre el bloque Capital y su fundación, que se dio en 2001, cuatro años después de la reunión con Castaño. Tampoco que quien lo fundó fue Miguel Arroyave, líder paramilitar de los Llanos, y que se había creado para controlar el negocio de la droga y otros negocios ilícitos en Bogotá. Es más, hay procesos en los que se preguntó a los verdaderos miembros sobre este tema y claramente desmienten a quien desapareció campesinos, asesinó inocentes y fue extraditado por ser narcotraficante. No, ahora es un honesto ciudadano al que hay que creerle.

 

 

Y viene, por pura “coincidencia”, la versión libre de la JEP, sin contrapreguntas, frente a un auditorio de periodistas que ciertamente no habían hecho la tarea de investigar al personaje, su historia y sus denuncias. Parecen tanto la JEP como los periodistas igual de informados sobre un delincuente de esta magnitud. ¿Poner en la picota pública sin derecho a réplica a una persona, cualesquiera que él o ella sean, forma parte de esta justicia restaurativa, o es otro tipo de victimización? Lo cierto es que la JEP no tiene el mismo rasero con los distintos victimarios y con las víctimas de los distintos grupos.

 

 

Por eso, de manera pública, le pido a la Fiscalía General de la Nación y al fiscal general, Francisco Barbosa, que por favor levante la reserva del sumario de mi expediente y se la mande a la JEP para que vean que este delincuente no es serio y los está engañando. Así no sirva de nada, no importa.

 

 

Sé que nada va a cambiar con este escrito. Así puedan leer hasta la última palabra del expediente, las bodegas de Petro y la izquierda que lo sigue no van a cambiar de opinión. Solo les interesa su verdad, su paz y sus víctimas. Solo creen en su justicia, de ahí la salida de madre del presidente con Barbosa, quien no se pliega a sus peticiones, y lo que no esté en sus creencias o en su narrativa pues no existe y se elimina. Así la evidencia muestre lo contrario.

 

 

Por eso titulé este escrito ‘Mi verdad’. Pensando en mis nietos, para que entiendan lo que hoy vivimos. Cada cual tiene su verdad, pero esta es la mía, debidamente respaldada con mis declaraciones ante la Fiscalía. No tengo nada que ocultar ni nada que temer. Mi vida cambió con mi secuestro y la libertad es, desde entonces, mi lucha diaria. Sea Venezuela y la dictadura, el ciudadano y su seguridad, el periodista y su opinión, o Colombia y su democracia. Seguiré en esa lucha sin contemplación, con entrega y asumiendo los riesgos que se vienen con esa tarea. Por eso escribo esta columna y me acerco al fuego del abuso de poder, la injusticia y la intolerancia con total tranquilidad. No tengo rabo de paja.

 

Francisco Santos

 

Silencio mortal

Posted on: agosto 25th, 2022 by Maria Andrea No Comments

 

 

Se imaginan que Gustavo Petro cierre El Tiempo en Colombia. O que Gabriel Boric hiciera lo mismo con El Mercurio en Chile. O Alberto Fernández con La Nación. O Jair Bolsonaro con Folha de São Paulo. Y que un juez le entregara al gobierno de Colombia o Chile o Brasil o a un funcionario de alguno de estos países por una demanda de calumnia los edificios, algunos históricos, donde operan esos medios.

 

 

Se imaginan que en Chile, Argentina, Brasil e incluso Colombia, donde ya vivimos algo de esto pero en proporciones menores, asesinaran 15 periodistas en 8 meses. Ante esos casos, la reacción de los medios sería brutal. La reacción de la sociedad civil ni hablar. Y la movilización continental en defensa de la libertad de prensa se sentiría en cada rincón del continente.

 

 

Pues bien, eso está sucediendo en tres países de la región. En Venezuela el gobierno mafioso de Nicolás Maduro cerró El Nacional y un juez de bolsillo falló un caso de injuria y calumnia y le entregó la sede de este diario a Diosdado Cabello. Lo mismo pasó con La Prensa en Nicaragua, donde otro gobierno mafioso, el de Daniel Ortega, siguió el ejemplo de su compañero criminal venezolano.

 

 

Y en México, en el gobierno de izquierda populista de Andrés Manuel López Obrador llevan 15 periodistas asesinados en lo que va del año. El último, Fredid Román, fundador del periódico La Realidad y columnista del diario Vértice, el lunes pasado.

 

 

Aún recuerdo cuando durante un día en 1986 los medios noticiosos de toda Colombia, radio, prensa y televisión no salieron al aire o circularon tras el asesinato del director de El Espectador, Guillermo Cano, por parte de Pablo Escobar. Los noticieros de televisión salieron en negro, los de radio en silencio y los periódicos no circularon. Los jóvenes de hoy, que como dice la vicepresidenta de Colombia Francia Márquez “viven sabroso”, no recuerdan nada de lo que vivió Colombia en décadas violentas anteriores ni mucho menos el narcoterrorismo de los ochenta.

 

 

Ante esa amenaza los medios de Colombia se unieron y durante muchos años publicaron investigaciones muy profundas sobre los narcos y su poder, que eran iguales en todos los medios y sin firma. El mensaje era claro, no nos doblegamos. Fue un ejemplo único en el mundo y aunque dejó aún muchos más muertos, el periodismo libre de Colombia sobrevivió.

 

 

Por eso, porque viví ese momento cuando un periodista salía de casa y no sabía si regresaba, no puedo entender el silencio que hay hoy alrededor de estas dos brutales amenazas a la libertad de prensa continental. Sí, hay declaraciones. Sí, hay comentarios. Pero eso no basta. Esto pasa en las narices de los medios, de los presidentes democráticos y de la sociedad civil que se moviliza por la destrucción de un bosque pero guarda un silencio cómplice frente a la destrucción de una de las libertades fundamentales en la democracia, la libertad de prensa.

 

 

Libertad que está ligada a la libertad de expresión que va por el mismo camino con la privatización de este derecho que hoy ejercen Twitter, Facebook, Instagram y demás aplicaciones de redes sociales que cierran una cuenta sin ningún debido proceso y sin ningún tipo de apelación visible.

 

 

Pero volvamos a ese derecho hoy en riesgo inmenso, el de la libertad de prensa.

 

 

Cómo se le olvida, o se minimiza, a los periodistas y a los medios, incluyendo a los americanos y europeos, lo que fue La Prensa en su lucha contra el dictador Anastasio Somoza. ¿Se les olvida que su director Pedro Joaquín Chamorro fue asesinado por defender la causa de la libertad de expresión y de la democracia?

 

 

Para mí escuchar al dictador Ortega hablar de La Prensa decomisada y que se va a volver un centro cultural me produce asco, me genera rabia y me llena de desilusión y de temor por el futuro de nuestras libertades. Al igual que lo sucedido en Venezuela. ¿Dónde estuvo el clamor indignado de Latinoamérica cuando un mafioso como Diosdado Cabello se queda con un edificio que hoy es símbolo del sacrificio de la libertad de expresión?

 

 

Y lo de México no tiene nombre. Allí matan periodistas y no pasa nada. El colmo de la intimidación llegó hasta el punto de amenazar a quienes fueron al entierro de uno de ellos. Peor aún, López Obrador sigue intimidando desde su programa a los periodistas, sigue dando el ejemplo de que eso se puede hacer lo que los pone en tremendo riesgo. Es más, el programa de protección para los periodistas que tiene México es un chiste que va de acuerdo con lo que el Jefe de Estado opina sobre el periodismo y quienes lo ejercen. Son dispensables.

 

 

De nada sirven los comunicados o las relatorías. O sirven la verdad pero se quedan en pronunciamientos. Es hora de pasar a algo más concreto. Y el ejemplo de Colombia puede ser un inicio. Una suma de medios periodísticos, incluyendo los americanos y europeos, podrían armar una campaña que salga en ellos, en sus boletines y en sus páginas web sobre estos tres temas. Cada vez que asesinen a un periodista lo pongan en primera página. Y hagan lo de La Prensa y El Nacional un tema editorial que presione a presidentes y Congresos a no pasar de agache. Se trata de subir el costo de este tipo de actos, facilitar la solidaridad continental frente a este daño que se le hace a la democracia, educar a la sociedad civil y no permitir que estos hechos caigan en el olvido que es lo que los asesinos y los dictadores asumen va a pasar.

 

 

Es el peor momento económico pues hoy muchos diarios apenas sobreviven y la radio y la televisión tienen una gigantesca competencia en la web y en los servicios de streaming. La guerra de los clicks es hoy el centro de la disputas por lectores, televidentes o radio oyentes. Pero no olvidemos que los dictadores y los violentos ven en esa libertad la gran amenaza a sus objetivos de control y de éxito económico. Y que los periodistas y los medios son el principal obstáculo.

 

 

Si hoy no los defendemos, y estamos haciendo un pésimo trabajo la verdad, nos quedaremos con unas democracias desinformadas, sin medios con credibilidad, con bodegas al acecho de la polarización y el populismo, y con un deterioro de tal tamaño de la capacidad del ciudadano de tomar decisiones informadas que finalmente acabamos sin democracia.

 

 

¿Quién le pone el cascabel al gato? Es es la pregunta del millón. Pero empezar es lo que toca.

 

 

 Francisco Santos

Artículo publicado en Infobae

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