Hace un milenio, el Rey Canuto de Dinamarca, rodeado de sus asesores y adulones, colocó su trono en la playa y decretó que la marea no subiera. Pronto, ante las inexorables leyes de la naturaleza, el trono tuvo que ser removido, y el Alto Gobierno del Rey hubo de retirarse a tierra más firme. Pero Canuto no era un megalómano, ni siquiera un ideólogo a ultranza como los que por ahí pululan hoy en día, que creyera en la inefabilidad de los reyes por aquello de su derecho divino de gobernar. Todo lo contrario, tomó esa didáctica medida para demostrarle a su corte los límites del poder terrenal de los gobernantes y lo que sucede cuando éstos pretenden desafiar las leyes de la naturaleza, y nosotros añadiríamos, de la economía.
Cada uno en su área de competencia, tanto el SUNDDE y SUDEBAN están actuando como los ministros de Canuto, sin que haya forma que reconozcan y entiendan su error y cambien de rumbo. En el caso del SUNDDE no hay nada nuevo bajo el sol. Este organismo tiene años actuando como si la inflación no existiera, y como si una diferencia de precios relativos abismal con los de nuestros vecinos mas cercanos no promoviera la fuga legal o no de productos por la frontera.
En condiciones de inflación galopante como la que se ha sufrido durante años, esta política ha servido para ir socavando la capacidad del aparato productivo nacional. Por un tiempo, mientras el petróleo a mas de $ 100 daba para casi cualquier cosa, esa perversión se enmascaraba y escondía de los consumidores con importaciones masivas, una vez terminada la fiesta, surgieron escaseces periódicas, cada vez mas frecuentes.
Pero ahora estamos en hiperinflación mis amigos del SUNDDE. Término que me atrevo a decir que siquiera habían oído hace unos meses y del cual no tiene la más mínima comprensión. Pretender regresar los precios a lo que eran el 15 de diciembre del año pasado, cuando estos están subiendo entre 50 y 100% mensual es una imposibilidad que, de insistirse en ella, va a desaparecer el poco abastecimiento que todavía existe. Si quieren abastecer a la población es muy fácil lograrlo; dejen de venderse a si mismos dólares a Bs 10 y de regalar la gasolina, fijen los precios en dólares y verán cómo se estabilizan. Es más, a lo mejor estos hasta bajan al eliminar esa ristra de intermediarios opacos que ustedes mismos han engendrado.
El caso de SUDEBAN es, si se quiere, aún mas dramático. Por lo que se ha filtrado de las conversaciones con la Asociación Bancaria, ellos pretenden que la banca se re capitalice, y que contribuya a multiplicar el dinero primario que el BCV ha generado al imprimir el 92% de lo que circula en tan solo los últimos 12 meses. Pero ¿con que capital? Y si es con dólares frescos, ¿a que tasa de cambio? Y ¿Qué tasas de interés van a ofrecer para que vuelva a haber ahorristas en Bs en plena Hiper?. Para colmo, alguien en el alto gobierno parece haberle echado el ojo a las remesas que la diáspora venezolana le ha empezado a enviar a sus familiares. ¿Y a que tasa pretenden que las cambien? Muy bien les contestó el Presidente de la Asociación Bancaria cuando al parecer les djjo que en hiperinflación la banca no tiene vida.
De nuevo una sugerencia, si quieren que las remesas lleguen directamente por el sistema bancario, dejen que los ciudadanos las envíen a las cuentas locales en dólares que hoy por hoy son legales, y permitan que con ellas se hagan transacciones en dólares localmente por los venezolanos, incluyendo los pagos en el comercio nacional. De paso, como se ha sugerido desde el sector sindical, deposítenle en esas cuentas en dólares los pagos mensuales de prestaciones de sus trabajadores para que no se esfumen. ¿O es que piensan seguir ilegalizando la marea como Canuto?
Aurelio Concheso
@aconcheso