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La bola de cristal 2015

Posted on: diciembre 28th, 2014 by Laura Espinoza No Comments

 

Por mucho tiempo publiqué mis predicciones para el año próximo donde analizaba lo que sucedería en varios sectores del país. La crisis por la que atraviesa Venezuela me obliga a retomar el tema para anticipar lo qué sucederá en el 2015.

 

Economía. Todos coinciden en que será un año de alta inflación, desabastecimiento, escasez de divisas, bajos precios del petróleo, corrupción, gerencia pública deficiente, baja productividad, desempleo creciente, aumento del sector informal, más pobreza, clase media castigada, etc. Sobre esto los economistas serios, puntos más, puntos menos, están de acuerdo. Muy pocos creen que el régimen tomará las medidas necesarias para enfrentar el desastre económico y aunque lo hiciera y procediera inteligentemente a desmontar los controles de precios y de cambios, unificar el dólar, reducir el gasto público, dejar de imprimir dinero inorgánico, acabar con la corrupción y el contrabando, 2015 será un año muy difícil de administrar.

 

Hágase lo que se haga la inflación será alta y habrá desabastecimiento por la sencilla razón de que el país no podrá, en un año, aumentar, adecuadamente, la generación de bienes de consumo ni la productividad, ya que no habrán divisas para importar lo suficiente para inundar el mercado y hacer que la oferta sea superior a la demanda. Además, habrá que devaluar bajo cualquier escenario. El dólar a 6,30 bolívares ya es un chiste malo. Lo trágico de 2015 es que no importa lo que el régimen haga, afectará negativamente a todos los ciudadanos: a los pobres, la clase media, los empresarios, los trabajadores, los informales, los desempleados, los pensionados y jubilados, los niños y adolescentes. Las consecuencias de las medidas que tome el gobierno se verá en 2016 cuando podría empezar la recuperación económica del país, de haberse tomado las medidas correctas en 2015 y resistir sus negativos efectos.

 

Política. La gran pregunta es si el régimen aguantará el año 2015, que independientemente de lo que haga será, en términos sociales, inmanejable. Y que nadie se alegre por los problemas que tendrá que enfrentar el gobierno. Son los mismos que le dificultará gobernar a cualquiera que se siente en Miraflores. Los corruptos e ineptos de hoy nos han llevado a una situación bajo la cual no hay recuperación posible sin pasar antes por peores momentos donde los ajustes del gasto público que habrá que realizar, por mucho empeño que se ponga, afectará a todos, en especial a los que menos tienen y a la clase media baja.

 

Todo lo anterior apunta a que en 2015 habrá un cambio político en Venezuela que, probablemente, será provocado por algún sector del mismo régimen. Maduro, como ya hemos observado, no tiene la menor posibilidad de un 2015 exitoso. ¿El sector político, la ciudadanía y la Fuerza Armada, le concederá otro año de aparente fracaso? Por donde se le mire suenan truenos inconstitucionales.

 

Inseguridad. El crimen mayor de este régimen ha sido corromper a la sociedad, no solo en el latrocinio, sino, peor aún, en la destrucción de valores. La vida no vale nada, se mata por un par de zapatos y a veces por el aparente gusto de terminar una vida. Se irrespeta y se hace burla del talento y del conocimiento. Se acusa y se descalifica al ciudadano sin pruebas y luego se encarcela. Como los líderes oficialistas son visiblemente corruptos, el mal ejemplo los ha convertido en una sociedad de pillos.

 

Ese desbalance moral y ético será lo más difícil de rescatar. El dinero, por los precios del petróleo y por nuevas inversiones, podrá reconstruir la planta física del país, pero ¿cómo hacer para que el ciudadano prefiera el trabajo a la dádiva, el ingreso honesto a la corrupción, el respeto a la idea de otros? Entender que el funcionario público es un servidor de los ciudadanos, en otras palabras, el mandatario no es mandante y que la vida y la libertad son más fuertes que cualquier poder.

 

Alberto Quirós Corradi

 

 

Esperando al Gorbachov

Posted on: diciembre 23rd, 2014 by Laura Espinoza No Comments

 

Confieso mi escepticismo en relación a las conversaciones Obama-Castro, promovidas por el Papa Francisco, mediante las cuales el gobernante norteamericano promete flexibilizar aspectos vinculados a remesas, viajes e intercambios y presionar al Congreso para que levante las restricciones impuestas por la Ley Helms Burton, a cambio que el gobierno cubano libere presos y permita la entrada de organismos defensores de los derechos humanos. Todo lo cual podría resultar en la apertura de relaciones diplomáticas entre los dos países.

 

Muchas opiniones se han escuchado en estos días a favor y en contra de lo sucedido: que si Obama traicionó a los cubanos que luchan por la libertad de su patria; que si Castro claudicó y mira a EEUU buscando capitales y oxígeno para su régimen en terapia intensiva; que el pueblo cubano con su tenacidad venció el bloqueo; que este no funcionó y en vez de destruir la revolución le dio argumentos al castrismo para presentarlo como la causa de su fracaso económico; que sí dio pie para reeditar la lucha de David contra Goliat….

 

Todo lo arriba resumido tiene su parte de verdad y su parte de falsedad y mito. La causa de la perdida de la libertad de Cuba la tuvimos los cubanos que pusimos las esperanzas en la falsa premisa que los EEUU no permitirían un régimen comunista a 90 millas de su territorio. No sólo lo permitieron sino que la revolución cubana en plena era de la Guerra Fría estuvo defendida y amparada por las dos grandes potencias militares, la URSS y los EUA. Recordemos los acuerdos firmados para la retirada de los mísiles de la isla en 1962 mediante los cuales los EEUU se comprometían a no permitir acciones de los grupos anticomunistas desde su territorio para derrocar a la revolución.

 

Es necesario precisar que el embargo contra la revolución fue una medida retaliatoria del gobierno frente a la confiscación de bienes norteamericanos en la isla sin el correspondiente pago compensatorio. La consecuencia inmediata para Cuba fue la perdida de la cuota azucarera a EEUU que representaba la principal entrada de divisas para la isla. En momento alguno el embargo se establece para derrocar a la revolución cubana. Esta pudo haber sido derrotada de haber cumplido el gobierno norteamericano con su compromiso de brindar apoyo aéreo a la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, lo cual no hizo.

 

¿Por qué mi escepticismo? Soy escéptico ante todo, porque la historia de los regímenes comunistas demuestra que los cambios se producen una vez que los líderes históricos han desaparecido por razones biológicas, de edad o enfermedad, tal fue el caso de Stalin, Chou en Lai, Mao Tse Tung y Ho Chi Min por citar figuras prominentes del comunismo. Los líderes históricos son renuentes a los cambios porque les va en juego el pescuezo y todos quieren morir en su cama y ser venerados como salvadores y mesías.

 

En esos casos tuvieron que surgir, los Gorbachov, Yeltsin y Den Siao Pin. En el caso cubano es evidente que los líderes históricos ya octogenarios pretenden mantener el poder político que pasa inexorablemente por el poder económico y policial. Intentemos recordar donde están Carlos Aldana miembro del CC del PCC, Carlos Lage VP del Consejo de Estado, los ex Cancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque, el General Arnaldo Ochoa, entre otros, que en su momento intentaron cuestionar a los Castro y promover en Cuba la Perestroika y la Glasnot. Los que no fueron fusilados fueron destituidos de sus cargos y enviados a realizar labores para superar sus debilidades pequeño burguesas.

 

De ahí que no debemos esperar, que las conversaciones Obama y Castro, lleven mejoras trascendentales al pueblo cubano. Cuba tiene que esperar por el Gorbachov que promueva la liberación económica, la democratización política, la transparencia informativa y la desmilitarización nacional. Para que esto suceda deben desaparecer los Castro, condición necesaria y casi segura, suficiente. Por ello, por ahora, somos escépticos.

 

Juan Antonio Muller

Juaamilq249@cantv.net

 

 

 

Píldoras de un mismo frasco

Posted on: septiembre 11th, 2014 by Super Confirmado No Comments

I. Cambios en el gabinete. La reestructuración del gobierno, anunciada por Maduro, nos recuerda a un amigo que quería instalar una empresa. Me invitó a almorzar y me dijo: “Alberto, tú que sabes de ‘eso’, me podrías diseñar un cuadro de organización”. Con mucho gusto, le dije, dime, primero, qué tipo de empresa quieres estructurar. ¿Para qué, cuáles son los objetivos, con quiénes te vas a relacionar, cuáles consideras serían sus puntos fuertes y sus puntos débiles? ¿Es empresa familiar o estará en la Bolsa de Valores? ¿Tienes capital o lo solicitarás? ¿Tienes ya previsto los recursos humanos que necesitarán, etc.? Porque entiende algo importante. El cuadro de organización de una empresa o de un país, así como las leyes, son el instrumento del objetivo. Ambos reflejan lo que los empresarios y la sociedad desean que se establezca.

 

Lo lógico, en el caso de Maduro, era que nos explicara, primero, qué es lo que iba a hacer para solucionar los problemas del país, como lo prometió. Unificación cambiaria. Revisión de otros controles. Recuperación de la agricultura. Aumento de la producción petrolera. Rescate de las empresas de Guayana. Control del gasto público y el presupuesto nacional. Entonces, la oficina que audita el presupuesto, el Banco Central, como ente autónomo y Planificación y Finanzas, deben estar muy ligados.

 

El orden del proceso de cambios sería el siguiente: 1) Lo que hay que hacer es análisis de costos (lo social) y beneficio (lo económico). 2) Cómo y con qué. 3) Los objetivos. 4) Las relaciones de tipo jerárquico y de asesoría entre los funcionarios. 5) Cuadro de organización. 6) Modificación de leyes. 7) Informar a la ciudadanía. ¿Entendiste Maduro?

 

II. Citgo: Ya lo habíamos dicho, no hay que perder tiempo en radio y TV, explicando si la adquisición de Citgo fue o no un buen negocio. Lo cierto es que sus activos son de nuestra propiedad y están operativos. Sin embargo, pudieran invocarse razones para su venta. Analicemos algunas. a) Se necesita el dinero. Dado el récord de despilfarro de este régimen no parece ser una decisión inteligente. b) Las refinerías son ya obsoletas. Falso.

 

Tienen facilidades de alta conversión y están bien mantenidas. c) No tenemos suficiente crudo para suplirlas. Esta aseveración está en conflicto con el anuncio del régimen, de aumentar la producción a 4 millones o 5 millones de barriles diarios, a corto y mediano plazo. d) Produce pérdidas. Falso. Se han generado dividendos y se han hecho inversiones importantes sin que Pdvsa aporte recursos de caja. e) No tenemos personal para administrarla. Sí tenemos, pero, por los momentos, no están ni dentro de la empresa ni en el país.

 

No creemos que hayan muchas más razones para vender a Citgo. Es más, en el corto y mediano plazo, Estados Unidos, Canadá y México necesitarán capacidad adicional de refinación y los problemas ambientales dificultan, demoran y aumentan los costos de nuevas construcciones. Cuando esto suceda Citgo valdrá mucho más que hoy.

 

Una estructura como Citgo sirve para múltiples funciones. Para refinar nuestro crudo pesado. Para procesar el de otros productores. Para hacer intercambio de crudos y productos con otras empresas.

 

Muchos de nuestros autoproclamados expertos no han entendido todavía que Pdvsa no compró refinerías. Compró un mercado cautivo, integrado desde la exploración hasta la estación de gasolina. Estos seudoexpertos tienen una mentalidad de tuerca y tornillo. ¿De qué sirve producir petróleo si no se tiene a quién vendérselo, transformarlo en producto y con unas redes de distribución seguras? ¿O es que estatizamos la industria para que las transnacionales mantuvieran los beneficios de “aguas abajo”, incluyendo el control del mercado y de los clientes? Entiendan que en materia petrolera ¡es el mercado, estúpidos!

 

De nuevo, en el caso Citgo se hicieron las cosas al revés. No nos explicaron: ¿Por qué vender si tenemos mercado o no hay mercado que defender? ¿Dónde refinaremos el aumento de producción? (si llega alguna vez). El dinero de la venta, justifican algunos, pudiera producir más rentabilidad en otras inversiones. ¿Por qué, entonces, no nos compramos un casino en Las Vegas?

 

albertoquiros31@gmail.com

Citgo

Posted on: agosto 21st, 2014 by Super Confirmado No Comments

Está sobre el tapete la posible venta de Citgo por parte de Pdvsa. No discutiremos el costo-beneficio de esa transacción. Pero quisiéramos recordar que si se realizara un estudio serio sobre este caso habría que ubicarse en las circunstancias actuales y no en si fue una buena estrategia la compra cuando se efectuó porque ya el pasado no tiene remedio.

 

Hay aspectos que si se pueden comparar en cuanto a resultados con el pasado. Por ejemplo, el país tenía una deuda externa de aproximadamente $32.000 millones cuando el precio del petróleo era de $10 por barril, ahora con un precio alrededor de $100, hay una deuda de $200.000 millones.

 

Lo que pudiéramos preguntarnos, dada las condiciones de hoy, es si conviene vender a Citgo. Para eso lo más importante sería construir 2 escenarios petroleros, uno con Citgo y otro sin Citgo y evaluar los resultados. Como este régimen no ha diseñado escenarios que se cumplan, no podríamos confiar en los resultados que nos presenten.

 

Nos hacemos la siguiente pregunta ¿Qué le conviene más a Venezuela, a corto y mediano plazo, tener activos o tener dinero? Dado el record que tiene este régimen en despilfarrar, en malgastar y en corrupción pareciera que mientras más le quede al país plantas y equipos menos difícil será su recuperación.

 

Este régimen no ha entendido todavía la diferencia entre dinero y riqueza. Tomemos el caso de España cuando la Colonia. Se llevó el oro y la plata que existía por este lado del océano y empezó a comprar bienes y servicios de otros países. Al final cuando se le acabó el dinero se quedó sin activos y sin riquezas.

 

Nosotros también hemos hecho lo mismo, con boom o sin boom petrolero, siempre hemos creído que somos un país rico. Hemos sido un país con dinero que nos daba el petróleo pero, este rubro hoy en día está retrocediendo en sus aportes dado que no se ha invertido para aumentar la producción en estos últimos años. Más bien, ha decaído. No hemos generado riqueza. La pregunta es ¿dónde están todos los ingresos enormes comparados con los que entraban antes?

 

¿Dónde están las grandes obras que se han debido desarrollar? ¿Dónde están las plantas eléctricas? ¿Dónde están los nuevos acueductos? ¿Dónde está la infraestructura vial? ¿Dónde están las nuevas escuelas y hospitales?

 

Los últimos 15 años nos han dado suficientes evidencias de que este régimen ha promovido el despilfarro. Citgo no se puede vender porque lo que se obtenga de esto se irá, otra vez, a destinos improductivos.

 

Nadie todavía ha demostrado, con números en mano, la diferencia entre la conveniencia de vender a Citgo. El otro día, escuchamos a un supuesto experto expresar que la adquisición de Citgo había sido un fraude. Hay que ser caradura para, ante los desafueros y corrupción de este régimen, denunciar una compra que fue hecha dentro de la ley y con todos los estudios requeridos.

 

Una de las características mayores de las grandes empresas petroleras es que son integradas, es decir, exploran, producen, refinan, transportan, comercializan, etc. Cuando no habíamos adquirido a Citgo muchos analistas se preguntaban porque en lugar de vender petróleo no vendíamos productos para los que se requieren refinerías.

 

Estas mientras más cerca están de su mercado más rentables son. La otra discusión era por qué no las construimos aquí. Porque Pdvsa no compró refinerías. Compró un sistema integrado de refinar, transportar y vender al público directamente. Es decir, un barril de petróleo que exportábamos de Venezuela a Citgo terminaba como gasolina y otros productos en el tanque de un consumidor norteamericano.

 

Con una inflación como la que tenemos en Venezuela a todo el mundo se le ha dicho que es más conveniente tener activos que tener dinero. Además, este régimen gasta dinero como come un elefante. En un país normal, esta discusión debería centrarse exclusivamente en: 1. ¿Cuál es la diferencia económica para Pdvsa entre vender y no vender a Citgo? 2. ¿A qué proyectos específicos irá el dinero de la venta? 3. Si hay planes para elevar la producción, como ha referido el gobierno, ¿dónde refinaremos el aumento de esa producción? 4. Hagamos una revisión de todos los planes anuales de Pdvsa y evaluemos cuáles han sido sus resultados a la fecha.

 

Eso es lo teórico. Lo pragmático es no más dinero para este régimen si eso significa hipotecar el petróleo a futuro o vender activos productivos.

 

Alberto Quiroz Corradi

Diálogo en Babel

Posted on: mayo 1st, 2014 by lina No Comments

 

Este será el último artículo que escribiré sobre el “diálogo” hasta que aparezcan resultados concretos que se puedan analizar o hasta que alguien se levante de la mesa, harto de la falta de soluciones a los gravísimos problemas que afectan al país.

 

No estamos de acuerdo con que la MUD se haya sentado a dialogar con el régimen porque la legitimidad del gobierno está en entredicho. La representatividad de ambas partes es limitada. El ventajismo del gobierno es enorme. No se puede confiar en que se cumplan los acuerdos. Es más, el oficialismo se ha cansado de “aclarar” que estas conversaciones no son una negociación, que la política oficial no cambiará, que el socialismo del siglo XXI se implantará aun más y que el Plan de la Patria de Chávez es poco menos que intocable. Si esto es así, entonces las únicas consecuencias que pueden derivarse de este “diálogo” son algunas pequeñas e inútiles mejoras en la burocracia del sistema con la ayuda de lo que queda del sector privado. Conclusión: todos debemos remar en el barco que nos dejó el difunto. El problema es que el barco hace agua por todas partes y no importa cuántos parches le pongamos, se va a hundir.

 

A pesar de cierta euforia que causó la primera reunión porque le dijimos, en cadena, muchas verdades al oficialismo allí presente, lo cierto es que un análisis más pausado de este evento no da pie para el optimismo. Veamos. La reunión no fue celebrada en terreno neutral. Maduro habló mucho más del tiempo que se les concedió a los otros participantes. El moderador fue el vicepresidente ejecutivo que se cansó de hacer comentarios impropios cada vez que intervenía algún representante de la oposición. Nadie reclamó ese despropósito.

 

El jefe de los “colectivos” estaba presente, lo cual confirma que los civiles armados son promovidos por el gobierno. Maduro, al final, tuvo grandes dificultades en su discurso para mantener la apariencia de equilibrio. En otras reuniones, después de celebrarlas en privado, Maduro se aparece en público y en cadena de radio y televisión e interroga a sus partidarios sobre los resultados o aprovecha la ocasión para reiterar que este diálogo no es una negociación. El colmo del abuso fue cuando, en una ocasión, ante un grupo de empresarios los “tranquilizó” diciéndoles que marcharíamos juntos empujados por la Ley de Precios Justos.

 

Un mamotreto que Fedecámaras ha impugnado ante el TSJ. En otra ocasión acudió al 23 de Enero y oyó la versión de un ciudadano oficialista sobre una visita de Ramón Guillermo Aveledo. El orador recordó los “crímenes” del comisario Simonovis, se opuso a cualquier acto de amnistía, “no por venganza sino por justicia”. O sea, que Maduro remata en público las reuniones que se celebran en privado dándole el sesgo que le conviene al régimen. Entonces, nos preguntamos, si Maduro ha dejado bien claro que este diálogo no es para cambiar el modelo socialista del siglo XXI.

 

Si se convocó elecciones, inmediatamente, para reemplazar a alcaldes destituidos sin fórmula de juicio. Si se obliga a quienes quieran manifestar en la calle, a solicitar permiso previo a las autoridades locales. Si se tortura a los jóvenes estudiantes presos. Si se ideologiza la educación como es inevitable que lo haga un gobierno de las características del que nos oprime hoy. Ya lo dijimos en 2002, es imposible que coexista un sistema educativo libre y abierto con un régimen totalitario.

 

Tampoco puede mantenerse una economía de mercado sin eliminar el control de divisas y el control de precios. No habrá gobierno descentralizado ni sector privado fuerte. De manera que, realmente, no hay nada que negociar. Lo que hay y habrá es un diálogo donde nos hablamos pero no nos entendemos. El régimen cree que puede salvar la economía sin quitarle la chaqueta de fuerza ideológica que él mismo le impuso. ¡No se puede! Lamentablemente, este diálogo es entre quienes hablan idiomas diferentes, sin traducción simultánea.

 

Alberto Quiróz Corradi

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