Los 115 cardenales que elegirán al papa entran a la Capilla Sixtina para el cónclave

Los 115 cardenales que elegirán al papa entran a la Capilla Sixtina para el cónclave

A la misa asistieron también cardenales octogenarios, que aunque no pueden entrar en la capilla Sixtina para la elección, si pueden ser elegidos papa.

 

La misa comenzó a las 5:00am (hora Venezuela) y a la misma asistió el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede y miles de fieles.

 

Así se desarrolla el cónclave

 

A las 11:10am, los 115 cardenales se reunieron en la capilla Paulina y desde allí en procesión se dirigieron a la capilla Sixtina. Allí se encerarán en cónclave («bajo llave») para elegir al sucesor de Benedicto XVI. El cardenal Jorge Urosa representa a Venezuela en esta reunión.

 

Tras las letanía y el canto del «Veni Creator Spiritus», con el que invocaron la ayuda del Espíritu Santo, procederán al juramento por el que se comprometerán a mantener el secreto de todo lo que se diga o haga.

 

También a defender fervientemente los derechos espirituales y temporales de la Iglesia en caso de salir elegido.

 

Después, el Maestro de Ceremonias Pontificias, Guido Marini, pronunciará la frase «extra omnes» y todos los ajenos al cónclave saldrán de la capilla.

 

Antes de comenzar a votar está prevista una meditación por parte del anciano cardenal maltés octogenario Prosper Grech, sobre los problemas de la Iglesia y la elección del Papa.

 

Después se procederá a votar, aunque no es obligatorio en esa primera jornada. Las votaciones serán colocadas en tres urnas de bronce y plata dispuestas para eso.

 

No obstante, según el esquema facilitado por el Vaticano ya este martes se procederá a la primera votación y habrá primera «fumata», el humo que anuncia al mundo si hay o no papa. Si hay pontífice es blanco y en caso contrario negro.

 

Durante la misa los fieles pedieron por los cardenales llamados a elegir al sucesor de Benedicto XVI, por todos los pueblos de la tierra, por las necesidades de la vida y por la familia.

 

Las lecturas fueron en español e inglés y las intenciones en francés, swahili, portugués, malayo y alemán.

 

La misa se celebró en una basílica bellamente iluminada, que deja al descubierto todos sus tesoros.

 

 

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