El expresidente Sebastián Piñera vuelve al poder de Chile tras ganar este domingo la segunda ronda electoral, en un giro hacia la derecha que cambia el mapa político de América Latina.
Con el 99,7% de las mesas escrutadas, Piñera obtenía el 54,50% de los votos, frente al 45,42% para el oficialista Alejandro Guillier.
Esta será la segunda vez que la socialista Michelle Bachelet le traspase la banda presidencial al magnate, quien ya gobernó Chile entre 2010 y 2014.
“En la primera vuelta obtuvimos menos votos de los que creíamos y en la segunda más votos de los que creíamos”, celebró Piñera en una comparecencia con su rival.
El candidato de izquierda reconoció que sufrió una “derrota dura”, “más profunda” de lo esperado. El senador perdió incluso en su región, Antofagasta (norte).
EUFORIA EN LAS CALLES
En los alrededores del hotel del centro de Santiago donde el comando Piñera instaló su cuartel general, situado en la Avenida Bernardo O’Higgings, una de las principales arterias de la capital chilena, se agolpaban los seguidores eufóricos para celebrar el triunfo.
“Ganó el que quiere que los chilenos trabajen y no vivan del Estado.
Estoy feliz, ahora sí vamos a salir adelante”, dijo Carlos Vargas, de 39 años, ondeando
la bandera chilena como decenas de centenares de compatriotas.
Bachelet llamó al presidente electo para felicitarle y en una conversación televisada le propuso mantener la “tradición republicana” e ir a desayunar a su casa este lunes. El nuevo presidente, que asumirá el próximo 11 de marzo, logró 3,7 millones de votos, 1,4 millones más que en la primera vuelta.
En total, votaron más de 7 millones de chilenos de los 14,3 millones convocadas a las urnas, unos 300.000 más que en la primera vuelta del 19 de noviembre.
GOBERNAR SIN MAYORÍA
El magnate, con una fortuna de 2.700 millones de dólares según Forbes, tendrá que gobernar sin mayoría.
Aunque su movimiento ‘Chile Vamos’ fue el más votado en las elecciones legislativas de noviembre, en las que obtuvo 72 diputados, no logró mayoría absoluta en un Parlamento fuertemente fragmentado con la irrupción del Frente Amplio, la izquierda radical, que logró 20 diputados y 1 senador.
Enfrente tendrá también los 43 diputados de la Fuerza de la Nueva Mayoría, el movimiento que apoyó a Guillier, y los 14 diputados de la Democracia Cristiana, que hasta ahora ha formado parte de la coalición gobernante.
REFORMAS DE BACHELET
Guillier dejó claro que seguirá luchando para que las reformas emprendidas por el gobierno de Bachelet se mantengan.
“Las reformas van a seguir discutiéndose, son reformas irreversibles”, dice el analista Guillermo Holzmann a la AFP.
La más emblemática es la gratuidad de la educación superior.
Mientras se tramita en el Parlamento un proyecto de ley para convertir la gratuidad en derecho ilanielable, 260.000 alumnos sin recursos están estudiando ya gratis en la universidad. Piñera se ha comprometido a mantener los beneficios con condidiciones para este número sin aumentarlo y ampliar el programa a los estudiantes de formación profesional.
Piñera ha propuesto un programa de gobierno para el periodo 2018-2022 valorado en 14.000
millones de dólares, un 5,5% del PIB.
Entre sus principales propuestas se encuentra llevar a Chile para el 2025 al club de países desarrollados, estabilizar la deuda pública, actualmente del 23,8%, crear 700.000 nuevos empleos, reducir la fiscalidad para las empresas del 27% actual al 25% y reformar el sistema de pensiones para elevar entre el 10% y el 15% las pensiones.
Tras unos años de ralentización, Piñera encontrará una economía en pleno crecimiento gracias principalmente a la recuperación del precio del cobre, del que Chile es el principal productor mundial.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un crecimiento del PIB de 2,8% para 2018, después del 1,4% que vaticina para 2017, el más bajo en ocho años.
GIRO A LA DERECHA
Al igual que en países como Argentina, Perú o Brasil, los chilenos han dado un giro a la derecha. Las elecciones de noviembre se habían convertido en un plebiscito a las reformas emprendidas por la socialista Bachelet, la última mujer que todavía gobierna en Latinoamérica.
Aunque los dos candidatos proponían dos tipos de país, en las últimas semanas sus programas se habían acercando en asuntos como educación gratuita y la reforma de las pensiones, un sistema heredado de la dictadura de Agusto Pinochet (1973-1990).
La jornada estuvo marcada por el luto por la muerte de al menos ocho personas y 16 desaparecidos en un deslave la víspera en la región de Los Lagos, sur, y algunos incidentes en centros electorales.
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