El sexo es una fuente placer, pero también de pensamientos sobre lo que se hizo, lo que se dejó de hacer y lo que pudo haberse hecho. Un estudio estadounidense revela los mayores arrepentimientos que soportan hombres y mujeres en este apartado.
Acostarse con un príncipe y levantarse al día siguiente con un sapo. No haber disfrutado todo lo que hubiésemos querido de nuestra libertad y plenitud sexual, o haber dejado pasar oportunidades de yacer con ese hombre o mujer que te mueve el piso por el qué dirán. Los remordimientos en relación a lo que se hizo (y no) en materia de sexo son más usuales de lo que parece.
A esta conclusión ha llegado un estudio, publicado en la prestigiosa revista Archives of Sexual Behavior, realizado por investigadores de la Universidad de Austin, en Texas, Estados Unidos sobre una muestra de 24.825 personas que incluía hombres y mujeres de diferentes orientaciones sexuales (heterosexuales, gais, lesbianas y bisexuales).
Según los resultados vertidos, la triada de remordimientos que, en promedio, quitan más el sueño a las mujeres son haber perdido la virginidad con la persona equivocada (24%), engañar a la pareja actual o a una pasada con otra persona (23%) e ir demasiado rápido a la hora de mantener un encuentro sexual (20%).
En cuanto a los hombres, sus remordimientos apuntan en otra dirección. La mayoría reconoce que la mayor fuente de arrepentimiento en lo que al sexo se refiere es haber sido demasiado vergonzoso con las mujeres (27%). Por detrás, no haber tenido más aventuras sexuales en su juventud y no haber disfrutado más de la soltería, con un 23 y 19%, respectivamente.
Comparando géneros, ellas adelantan a los hombres a la hora de arrepentirse por haber mantenido relaciones sexuales con personas poco atractivas (un 17% frente al 10%, respectivamente) y por tener sexo casual de una noche -aunque el estudio no especifica este porcentaje-. Lee el artículo Sexo sin ataduras: Amigos ‘especiales’.
Estas cifras tienen su explicación, según el profesor Marti Haselton, presente en la Universidad de Texas durante el desarrollo de la investigación de sus colegas, en el aspecto evolutivo de hombres y mujeres. Mientras que para el hombre “cualquier oportunidad perdida de tener sexo con una pareja supone una oportunidad perdida de perpetuar la especie”, para las mujeres “la reproducción requiere una mayor inversión a todos los niveles (nueve meses de embarazo y dos años más de amamantar al pequeño). De ahí que sean más selectivas a la hora de elegir los genes más fuertes que se transmitirán a su descendencia”, aseguró.
Es decir, mientras ellos necesitan distribuir sus genes cuanto más mejor, ellas tienen más peros a la hora de caer en tentaciones por el riesgo a quedar embarazadas y no haber elegido con mayor atino un sujeto con buena genética. Lee el artículo 25 datos curiosos sobre el sexo.
Fuente: Fucsia