Un buen amigo mío asegura estar enganchado a esta actividad por lo que decidí investigar más y para ello consulté con Sandra Pérez una colega de profesión, amiga y excelente profesora de Yoga Antigravity.

Este método no solo contiene herramientas del yoga si no que también incorpora técnicas de la danza, el pilates y la acrobacia. Como toda clase de yoga, tiene una entrada en calor, una progresión de posturas y una vuelta a la calma. ¿La diferencia? Que lo hacemos colgados. Su utiliza una hamaca de tela que cuelga del techo diseñada para soportar unos 500 kg según aseguran.

La primera impresión que da es algo de miedo. Y justamente esto es lo que más trabaja para superarlo, ganar confianza, ganar seguridad y atreverse más. Al fin y al cabo, la vida es atreverse, y una vez más, el deporte nos muestra el camino. Los balanceos o posturas invertidas junto con la asistencia de la hamaca y la guía del profesor, consiguen que venzamos los miedos.  Si a eso le sumamos la relajación y el ‘dejarse ir’, se puede llegar a disfrutar plenamente.

Una vez anulada  la fuerza de la gravedad por la tela que nos sostiene, descomprimimos nuestras vértebras y liberamos las articulaciones, sintiéndonos como unos acróbatas capaces de superar retos que antes no habíamos imaginado.

El antigravity no se limita solamente a mejorar estos dos factores: superar miedos y descomprimir la columna y articulaciones -que son muy interesantes para cualquier actividad-, también reporta estos beneficios:

Estimula la circulación de sangre en el cerebro.
Tonifica, fortalece y estira tus músculos.
Trabaja el equilibrio y la coordinación.
Genera mucha sinapsis neuromuscular.
Nos mantiene en el momento presente y nos aleja del ruido mental inconsciente. Alivia el estrés.
Atreverse es parte esencial en las conductas humanas. Supera tus miedos de forma segura y armoniosa. ¡Estar colgado nunca fue tan divertido!

Fuente: Nosotras