Ventajas e inconvenientes de la siesta
mayo 6, 2015 3:03 pm

A lo largo de la historia, muchos han sido los artistas, políticos e incluso inventores que han quedado seducidos por la siesta. Desde Einstein a Napoleón, pasando por Churchill, Kennedy o el recientemente fallecido Santiago Carrillo todos reconocieron en algún momento de sus vidas que aquello de echarse en el sofá o en la cama después de comer tenía cierto encanto.

 

 

El último en acoger la costumbre española más internacional ha sidoHaruki Murakami, que en su libro ‘De qué hablo cuando hablo de correr’ confiesa que la siesta es parte fundamental de su rutina diaria, ya sea para escribir o para correr alguna de las maratones que relata.

 

 

Como ellos, muchos son los que quedan seducidos por este particular encanto cotidiano que, sin embargo, es una hoja de doble filo, tal como explica el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Sanitas la Zarzuela,Ventura Aciones: «Echarse la siesta puede ser muy beneficioso o muy perjudicial, todo depende del tiempo que estemos durmiendo, de lo que hayamos descansado esa noche, de nuestra actividad, etc. Hay muchas variables que hay que contemplar».

 

 

Entre ellas, la más importante es el tiempo. La ‘cabezadita’ no debe superar los 20 ó 15 minutos para no alterar los ritmos del sueño. «Lo ideal es que la comida sea ligera, que la siesta sea corta y que si podemos, nos tumbemos en la cama», explica el Doctor.

 

 

Si lo hacemos así, las ventajas son innumerables: «Sobre todo es recomendable para personas que tengan un trabajo muy estresante e importante. Poder descansar un poquito después de comer ayuda a reponer fuerzas y a afrontar mejor la tarde. Estaremos más contentos,más activos, de mejor humor y rendiremos más».

 

 

En cuanto al físico, echarse la siesta no influye en nada a la hora deengordar o adelgazar. Al final, todo depende de las calorías que ingieras o gastes, no del tiempo que estes durmiendo. Evidentemente, si estás más tiempo en reposo, la actividad es menor y por lo tanto tu cuerpo te pide menos cantidad de alimentos. En ese sentido, hay que comer en función de nuestro ritmo de vida.

 

 

Por contra, no se recomienda estar más de 30 minutos durmiendo después de la comida. «El 11% de los pacientes que llegan a una consulta de neurología son por alteraciones del sueño. Una siesta larga, de una hora y media, puede cambiar los ritmos vitales. Eso nos puede conducir a desordenes psicológicos, levantarnos con malestar corporal, no ser capaces de hacer prácticamente nada y sufrir durante la tarde. No es bueno, porque además, cuando llegue la noche no nos vamos a poder dormir y al final el cuerpo se resiente».

 

 

CONSEJO

«Lo importante es que uno se sienta bien. La teoría dice que con siete u ocho horas al día es suficiente, pero uno tiene que hacer caso a lo que le dice su cuerpo. Si te levantas con sensación de sueño, una siesta te puede ayudar, pero si te levantas bien, igual no es necesaria. Y luego, también depende de la edad: un niño de menos de un año, por ejemplo, duerme 14 horas al día. En cualquier caso, ésta debe ser corta, preferiblemente en la cama y tras una comida ligera. Nunca alimentos copiosos ni alcohol, porque entonces ya has perdido la tarde», concluye Ventura.

 

Fuente: revistagq.com