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Venta de medicinas se restringe cuando sacan artículos regulados

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Venta de medicinas se restringe cuando sacan artículos regulados

A la dificultad para conseguir medicinas en cadenas que se manejan bajo el concepto de farmacias de autoservicio como Farmatodo, Limpiatodo, Farmahorro y Todo Hogar se ha sumado ahora otro factor que molesta a los consumidores.

 

Y es que el día en que sacan a la venta productos regulados y escasos como alimentos, de cuidado personal o de aseo, los clientes que quieren ingresar al área de farmacia pasan trabajo.

 

Fe de ello dio Ofelia Marín, de 60 años de edad, quien dijo que todos los meses acude al Farmahorro ubicado en la calle Carabobo del casco central de Barcelona a fin de comprar sus medicinas para la tensión arterial y la diabetes.

 

Contó que a principios de enero pasó un mal rato porque la sacaron del local para que esperara afuera, porque los empleados prefirieron vender los pañales que habían llegado al negocio. Bajo el sol aguardó por una hora para que la atendieran.

 

La restricción se aplicó allí a sugerencia de los cuerpos de seguridad. “La gente viene a comprar desordenadamente. Se empujan, gritan y se pelean. Para resguardar el local y a los trabajadores, los funcionarios policiales nos sugirieron atender con las rejas cerradas y habilitar una ventanilla”, dijo una encargada que no quiso identificarse.

 

Sin embargo, En Todo Hogar del bulevar 5 de Julio y en el Meditotal de la calle Maturín, ambos en la capital del estado, permiten que los clientes pasen a la farmacia aunque afuera haya cola por los artículos más buscados.

 

En Puerto La Cruz

 

En el centro de Puerto La Cruz la restricción también se aplica a petición de efectivos de la Guardia Nacional, que se encargan de custodiar los dos Limpiatodo y el Farmatodo ubicados en la calle Libertad del casco central.

 

La mañana de ayer, la inmensa fila que se formó en los alrededores del Limpiatodo de la calle Sucre, dio la vuelta completa a la manzana y llegó hasta la plaza Bolívar.

 

La cola empezaba en la entrada del local por el bulevar Sucre, seguía por la calle Libertad, doblaba en la Honduras y volvía a la Sucre donde terminaba en la esquina de la Juncal.

 

A la farmacia que está adentro no pudieron acceder las personas interesadas porque los efectivos no lo permitieron.

 

Había uniformados en cada cuadra controlando que no se generaran situaciones irregulares. Uno de ellos dijo que había gente en fila desde las 6:00 pm del día anterior. Otro manifestó: “La gente dice que va a la farmacia y se colea”.

 

La limitación la confirmaron una cajera y un empleado de seguridad del local.

 

Allí vendieron champú, afeitadoras desechables, cloro, pañales, toallas sanitarias, detergente y suavizante para ropa, y jabón de baño.

 

La estudiante Yaselys Navas salió a eso de las 11:30 am con un par de bolsas. Había llegado a las 5:30 am. Aseguró que la farmacia no estaba funcionando. Adentro también debió hacer cola, una por cada producto que adquirió y otra para pagarlos, porque así se organizaron dentro del local. “Cuando venden productos regulados, no venden más nada”.

 

El administrador Alejandro Hernández señaló que el lunes pasado no lo dejaron entrar a comprar medicamentos en el Farmatodo de la calle Libertad del centro porteño, porque estaban expendiendo pañales.

 

Ese día, un guardia que estaba en la puerta le dijo: “Los que van a la farmacia deben esperar que se terminen de vender los pañales. Todas las cajas fueron habilitadas para eso, para salir más rápido de los que están comprándolos”.

 

Y en el Limpiatodo de la calle Libertad, ayer habilitaron la ventanilla externa que da a la calle Maneiro, por la cual atienden cuando la botiquería está de turno.

 

Así lo indicaba un trabajador del área de seguridad de esa tienda que controlaba el acceso a los clientes.

 

La cola que se formó allí no era tan larga. Los interesados esperaban para comprar champú, acondicionador y plagatox, indicó el ama de casa Alba Morales.

 

En la ventana, una empleada explicó: “Si va a pagar en efectivo, lo hace por aquí mismo. Si es con tarjeta (débito o crédito), debo buscarlo en la puerta, cobrarle la medicina y acompañarlo de vuelta a la puerta”.

 

Igual medida aplican en el Limpiatodo de la avenida Principal de Lechería. Habilitan la ventanilla externa que está cerca de la farmacia, cuando allí sacan los más buscados.

 

W. Ríos / C. Rodríguez

 

EL TIEMPO

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