“Ustedes también pueden recuperar su país”
enero 8, 2021 8:35 am


 
 
“You can take your country back too”, dijo el hombre disfrazado de búfalo que protagonizó uno de los días más oscuros de la historia de Estados Unidos. Aseguró en el video que ellos estaban dando el ejemplo para que todos los venezolanos lo siguieran, para poner fin al comunismo y a la globalización.

 

 

Pues no. Ese no es el ejemplo que los venezolanos de bien quieren seguir, y precisamente porque la mayoría de este país detesta la violencia con la que el régimen rojo se ha aferrado a la silla de Miraflores. Ningún opositor ha osado violar la majestad del Poder Legislativo. Todo lo contrario, han sido los diputados elegidos libremente por el pueblo las víctimas de la agresión rojita cuando entraron al hemiciclo y los golpearon.

 

 

Es más o menos lo que hicieron al adjudicarse las curules mediante unas elecciones amañadas. Lo que no pudieron hacer por la fuerza, lo hicieron con trampa y no les importa que nadie los reconozca.

 

 

El espectáculo de los que se dicen seguidores de Donald Trump fue horrendo, distanciado de todos los principios democráticos y hasta del sentido común. Una vez más se comprueba que no es demócrata el que se somete a una elección, sino el que acepta la derrota. Allí está el asunto y el mensaje de todos los ciudadanos del mundo, la alternancia del poder es fundamental para preservar el valor del voto, algo que los déspotas y los regímenes totalitarios siempre se han negado a hacer.

 

 

Lo importante de lo ocurrido en Washington es que las instituciones supieron responder. Tanto las fuerzas de seguridad como el propio Congreso, que retomó la sesión y cumplieron con su deber. No hay que dejarse intimidar por la violencia, porque los que la ejercen están desarmados de razón. Y eso sí es un ejemplo que se debe poner a la orden del día para que todos los venezolanos lo vean.

 

No por ser más violentos tienen derecho de desconocer la voz del pueblo. Y esa voz del pueblo se expresó en la escogencia de los diputados cuya cabeza es Juan Guaidó. Investidos con esa legalidad, es indudable que podrían ejercer mayor presión para conseguir un cambio, pero también es necesario que busquen el acompañamiento de todos los sectores y los ciudadanos para poder lograr los objetivos, que son comunes para todos.

 

 

Por eso, la negra jornada que vivió el Congreso de Estados Unidos debería ser una lección y una inspiración. Sobre todo porque no valen los partidos si se trabaja por el bien de la nación.

 

Editorial de El Nacional