UN: Brasil vende casi todas las bombas lagrimógenas
marzo 23, 2014 7:13 am

Venezuela le compró 143 toneladas de municiones antimotines entre 2008 y 2011

El cilindro de aluminio vacío lleva el nombre “Condor Tecnologías no letales”. Tiene rotulado en azul que es modelo GL-203/L con carga múltiple lacrimógena. Indica también que fue “hecho en Brasil” en febrero de 2008 y claramente su fecha de vencimiento: febrero de 2013.

 

Cartuchos de Condor como el descrito se encontraron en ciudades de Brasil, Chile, Turquía y Bahréin, donde estallaron grandes manifestaciones públicas en los últimos tres años, reportan activistas de esos países y la prensa internacional. Y en las calles de Venezuela, quedaron como evidencia de la actuación de los cuerpos de seguridad durante las protestas de las últimas seis semanas.

 

Luego de la marcha estudiantil del 12 de marzo, que terminó en disturbios reprimidos durante unas tres horas por la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), estudiantes, empleados, obreros y profesores de la Universidad Central de Venezuela (UCV) recolectaron 2.310 restos de bombas lacrimógenas, según un informe técnico de la UCV. De esa cantidad, 60% (1.386) corresponden a cápsulas fabricadas por la empresa brasileña Condor. El otro 40% es de bombas armadas por la Compañía Venezolana de Industrias Militares (Cavim) en asociación con la española Falken y por firmas de EEUU.

 

Condor Non Lethal Technologies (Condor Tecnologias Não-Letais) es la empresa brasileña líder en el mercado de productos para la seguridad y control de disturbios del hemisferio sur. Creada en 1985, es una de las principales fabricantes y exportadoras del sector defensa de Brasil.

 

Venezuela es uno de los 40 clientes de Condor, al cual la compañía brasilera vendió 6,5 millones de dólares en bombas y granadas lacrimógenas y perdigones entre 2008 y 2011 según cifras del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil (Mdic), que se traducen en 143 toneladas en mercancía. Esas compras no se reflejan en los presupuestos de los ministerios de Defensa ni de Interiores y Justicia de 2008 a 2011, ni pasaron por licitación.

 

En una década entraron al país desde el gigante del sur 333 toneladas de municiones antidisturbios y para armas (identificadas con el código arancelario internacional 9306), de acuerdo con el instituto brasileño, lo cual equivale a llenar 100 contenedores de 12 metros (hasta 32 mil kilos de capacidad) con cartuchos de perdigones y lacrimógenas. Del total de $9,9 millones invertidos en una década en municiones brasileñas, 65% corresponden a material antidisturbios de Condor, según Mdic.

 

Sobre estas adquisiciones, la Constitución establece en su artículo 55 que el uso de armas o sustancias tóxicas por parte del funcionario policial y de seguridad estará limitado por principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y proporcionalidad, mientras que el artículo 68 lo prohíbe en el control de manifestaciones pacíficas. En el país solo hay un instrumento que reglamenta el empleo de estas sustancias: el Manual de Uso Progresivo y Diferenciado de la Fuerza Policial, publicado por el Consejo General de Policía (Congepol).

 

Para el primer gobierno de Rafael Caldera (1968-1973), durante el allanamiento de la UCV (1969), se empleó gas lacrimógeno para reprimir las manifestaciones estudiantiles, recuerda Gabriel Puerta, fundador de Bandera Roja.

 

Opacidad. Las cifras oficiales también registran la compra de material antidisturbio a Brasil aunque existe incongruencia, entre los datos nacionales y los brasileños. El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que de 2002 a 2008 se compraron 2,1 millones de dólares en armas no letales y municiones, 7,8 millones menos de lo que señala el ministerio de Brasil entre 2002 y 2011.

 

“La mayor parte de las compras del sector Defensa se efectúan con el financiamiento de Fonden, por lo que resulta difícil saber con exactitud el monto de las inversiones en material bélico y antidisturbios”, considera Francine Jacome, especialista en presupuesto de Defensa y directora del Instituto de Estudios Sociales y Políticos (Invesp). Recuerda que Venezuela ocupa el puesto 33 de 87 países con mayor opacidad en sus presupuestos de Defensa. según Transparencia Internacional (TI).

 

La adquisición de equipos antimotines no figura en las licitaciones de 2013 del MD, según muestra la página web de la Contraloría General de la Fuerza Armada Nacional (Congefan). Tampoco se menciona en los presupuestos de 2012 y 2013 de Defensa y de Interiores y Justicia, al cual está adscrito la PNB. Las memorias y cuentas de esos organismos de los últimos dos años tampoco lo incluyen.

 

La Comisión de Defensa y Seguridad de la Asamblea Nacional (AN) no conoce de partidas especiales para material antimotines en los presupuestos de 2013 y 2014 del MD, confirmó su presidente, diputado William Fariñas. Sin embargo, aclara: “Tanto la Comisión de Defensa como la bancada del Psuv aprobarán cualquier solicitud presupuestaria extraordinaria que haga la GNB o la PNB para controlar los actos terroristas y fascistas que atentan contra la paz de la república”.

 

Fariñas justifica el uso de gas lacrimógeno para neutralizar las protestas violentas en Venezuela: “Se ha comprobado que no son dañinas y están permitidas en países desarrollados”.

 

ÚN hizo peticiones formales de información ante los entes oficiales el 14/3/2014, sin obtener respuesta hasta el cierre de la edición. Se solicitó directamente una entrevista en la sede de la Comandancia de la GNB, en El Paraíso, pero oficiales afirmaron no estar autorizados para declarar. Tampoco se recibió respuesta de la compañía Condor, con sede en Río de Janeiro, a la solicitud de entrevista vía electrónica (20/3/14).

 

Bombas vencidas. El informe técnico levantado por una comisión de la UCV, coordinada por el profesor y doctor en Química Alberto Fernández, certifica que se recolectaron pedazos de bombas lacrimógenas (entre proyectiles y granadas de lanzamiento manual y con armas) en la zona de la puerta Tamanaco, Gimnasio Cubierto y Jardín Botánico. Con base en lo recolectado, se identificó que 60% procedían de Brasil (marca Condor); el resto, de EEUU y Venezuela, fabricadas por la Cavim gracias a un convenio con la española Falken.

 

En Caracas se encontraron muestras en Ciudad Universitaria, Altamira y casco central de Chacao, donde la PNB y la GNB lanzaron gases lacrimógenos casi a diario desde el 12 de febrero, aunque su recolección no fue sistemática. Sin embargo, el Concejo Municipal de Chacao entregó muestras a expertos de la Universidad Simón Bolívar (USB), quienes preparan un informe sobre su composición química.

 

Además, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social y manifestantes reportaron a través de redes sociales el hallazgo de bombas con fecha de vencimiento entre 2002 y 2013 en ciudades como San Cristóbal, Valencia, Puerto Ordaz, Ciudad Bolívar, Mérida y Barquisimeto.

 

Dinorah Figuera, diputada a la AN, afirmó que investiga sobre las bombas de gas lacrimógeno vencidas y usadas en protestas de Caracas, Miranda y Táchira. Adelantó que acudirá junto a otros diputados a la Embajada de Brasil para solicitar información sobre la importación de esos equipos y “si la compra de la mayoría de estos artefactos surgió de un tratado de Venezuela con Brasil”.

 

Otros países. Desde 2005 existe una alianza estratégica entre Cavim y la empresa española Falken para la fabricación de bombas lacrimógenas, según el registro mercantil de la contratista. Los productos de Cavim-Falken encontrados no presentan la fecha de elaboración ni vencimiento. Se trató de contactar a representantes de Falken Venezuela por vía telefónica y directamente en su oficina el jueves 20, pero no hubo respuesta. No existe información pública de esta relación comercial.

 

De las marcas estadounidenses encontradas (Federal Laboratories Inc y MS Mace Federal Laboratories Division), tampoco hay registro de exportación al país. Desde el primero de octubre de 2006, entró en vigencia un embargo de venta de armas a Venezuela. Sin embargo, el INE registra importaciones provenientes de Estados Unidos después de ese año.

 

Compras. Venezuela ocupa el séptimo lugar en América Latina en materia de importación de municiones, que incluye bombas lacrimógenas, según la base de datos del International Trade Centre (ITC) de la ONU. El mayor monto de compra de municiones se registró en 2007 y 2008 (INE), años de protestas estudiantiles. También figura en 2013 como el principal importador de armamento en general de España en América del Sur, confirma el Instituto de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (Sipri).

 

Solo en el primer semestre del año pasado, España concedió seis licencias de material antidisturbios a Venezuela por 2.682 millones de euros, según el último informe de la Secretaría de Estado de Comercio (primer semestre de 2013).

ÚN / Lisseth Boon | Cristina González

 

 

Fuente: UN