logo azul

Todo lo que debes tener en cuenta al hacerte tu primer tatuaje

Categorías

Opiniones

Todo lo que debes tener en cuenta al hacerte tu primer tatuaje

Llega un momento en la vida en el que hay que hacerse un tatuaje y ese momento es el invierno. Se curan mejor, no hay sol que los castigue y no perderás horas de playa para protegerlos de la arena. Cómodos y resguardados bajo la ropa mullida se asentarán para aflorar en primavera. Si crees que, por fin, tras lustros meditándolo, este va a ser el año de desvirgar tu piel, has perdido una apuesta o te apetece hacerte un regalo que te dure más que un móvil, deberás tener en cuenta ciertas cosas:

 

ANTES
1. Elección de la pieza: No se exige darle una trascendencia mística, que contenga todas la verdades del universo o los planos de una cárcel (sin restarle utilidad a ninguna de las tres opciones). Hay quien se enorgullece de lucir un personaje de videojuego, siente la necesidad de llevar a todas sus mascotas en el pecho o entiende que un tribal es tan elegante como un tres piezas de Savile Row. Cierto es que decorar con tinta indeleble tu piel debería condicionar la elección si en tu frente hay, como poco, sitio para dedos, pero hay que partir de una premisa fundamental: uno se tatúa para gustarse a sí mismo. Con esto claro, el límite es la imaginación: si tienes valor para pasar por la aguja, impón tu criterio estético por encima de modas y mofas por muy incomprensible que le parezca al mundo. Así que, si quieres lucir la cara de Sandro Rey en tu brazo, hazlo.

 

2. El tamaño aquí no importa porque, por muy pequeño que sea el tatuaje, al principio te parecerá enorme y, por muy grande que lo escojas, una vez superado el “shock”, te parecerá pequeño. Empieza por algo que vayas a terminar, un tatu abandonado sin más es Boabdil llorando en Granada, es el número musical de los Goya.

 

3. Respecto a la zona donde tatuarse, se recomienda debutar en partes que puedas llevar tapadas, por aquello de ir acostumbrándonos poco a poco sin que que la tinta te mire a los ojos cada vez que los abras. Una vez que asumas la presencia de tu nuevo complemento, ni lo verás. Ya es parte de ti.

 

4. Elección de tatuador: Sencillo, el mejor que encuentres. Sondea quien puede acomodarse mejor a lo que quieres. Aunque son versátiles, cada uno está especializado en un estilo: old school, realista, tradicional, etc Compara trabajos y pide consejo. El artista, antes de comenzar, te orientará y despejará todas esas dudas sobre tu pieza y sus aportaciones siempre resultarán interesantes. Logrará incluso lo más complicado: plasmar, primero en papel y después en piel, esa idea compuesta por cinco vaguedades, dos referencias pop y un “parecido al que lleva tal pero no tanto” que tienes en la cabeza.

 

5. Esto tiene un precio, obviamente. Calcula sobre unos 300€ por sesión de casi cuatro horas en un estudio con prestigio. Si tu dibujo necesita menos tiempo, descuenta; más, suma. Es para toda la vida (y unos cuantos años más) sólo hay que hacer números para comprobar que existen pocas inversiones tan rentables, así que no escatimes. Los mejores tienen lista de espera de bastantes meses, por lo que deberás reservar con tiempo para cuadrar el «cuando tú quieres» con el «cuando ellos pueden» (que se va a imponer siempre).

 

DURANTE
1. ¿Duele? Claro y en según en qué zonas, duele muchísimo. Un puñado de agujas picoteando en la piel a gran velocidad no suelen producir cosquillas precisamente. Es como un arañado prolongado. Aunque es tolerable, por supuesto. De todos modos, si no te ves capaz, puedes utilizar algunos trucos analgésicos vía oral o tópica hasta reducir la sensación a molestia. Consulta antes.

 

2. No se te ocurra ingerir ningún tipo de sustancia o líquido espirituoso para coger valor porque entonces duele más, sangra y ya es bastante verborrea la producida por los nervios.

 

DESPUÉS
Además de una obra de arte un tatuaje es una herida y, como tal, necesita cuidados. Cicatrización e hidratación son las palabras clave. Lavados con agua templada, jabón neutro y crema, mucha crema. Durante el periodo de curación (de una a dos semanas) notarás que todo saludo, golpe o roce hará pleno en tu zona recién sensibilizada. Si vas a una boda, el ramo de novia te caerá en la herida; si vas al fútbol y alguien remata al tercer anfiteatro tu tatuaje parará el balón. Es mágico.

 

Al primer tatu lo mirarás constantemente, sin parar, más que a aquel primer pelo. Te remangarás sin venir a cuento, buscarás superficies lustradas para probar diferentes ángulos, comprobarás cada poco tiempo si sigue ahí, si se ha borrado un poco. Condicionarás tu vestimenta para mostrarlo y antes de que te des cuenta estarás pensando en el siguiente.

 

MUCHO DESPUÉS
Puede ocurrir que después de cierto tiempo te arrepientas de tu primer tatuaje. Tienes tres opciones, de mayor a menor precio: eliminarlo con láser, cubrirlo con otro que te satisfaga o hacer una broma cada vez que alguien lo vea.

 

Fuente: revistagq.com 

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.