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Tiroides: clave para quedar en embarazo

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Tiroides: clave para quedar en embarazo

Las funciones de esta glándula son importantes a la hora de concebir

 

 

En la actualidad, alrededor de un 10% de la población mundial padece algún trastorno tiroideo, es decir, 700 millones de personas. De ellas, la incidencia es mayor en mujeres, en una relación de 4 a 10 por un hombre afectado, y la prevalencia aumenta con la edad; así, del 15 al 20%  de las mujeres de 60 años podrían tener hipotiroidismo.

 

 

Ante ello, los organismos médicos relacionados hacen un llamado especial a las mujeres embarazadas y de edad mayor, quienes son más propensas a desarrollar la enfermedad, por lo que deben mantener un control médico periódico para detectar cualquier cambio.

 

 

Máxima atención con las embarazadas

 

 

Como lo indica Gustavo Vásquez, perinatólogo, coordinador de Alto Riesgo Obstétrico del Centro Médico Imbanaco de Cali, es básico que las mujeres que deseen ser madres, dentro de la valoración preconcepcional y durante el embarazo, lleven un seguimiento detallado del funcionamiento de la glándula, a través de las pruebas indicadas. Estas son: la TSH (por sus siglas en inglés), que es el examen que mide la cantidad de la hormona estimulante de la tiroides en la sangre, y la prueba T4 libre, que es la forma activa de la tiroxina, considerada como un examen más preciso de la función de la hormona tiroidea, explica Vásquez.

 

 

Según el experto, la alteración de la función tiroidea puede dificultar el que la mujer se embarace, en especial el hipotiroidismo (deficiencia de la hormona tiroidea), “que genera alteraciones en la ovulación, irregularidad menstrual y poca posibilidad de gestación, debido a una consecuencia de infertilidad”.

 

 

Ahora bien –continúa–, si la paciente se embaraza espontáneamente y tiene algún problema de tiroides, sin un tratamiento apropiado, corre un alto riesgo de presentar aborto, muerte fetal e hipertensión inducida por el embarazo.

 

 

Por su parte, Iván Darío Escobar, médico endocrinólogo, director del Instituto de Diabetes y Endocrinología, y vicepresidente de la Fundación Colombiana de Obesidad, indica que la enfermedad también puede ocasionar anemia, preeclampsia, y que nazcan bebés con bajo peso, y “si el hipotiroidismo de la madre fue severo, el niño puede nacer con un coeficiente intelectual más bajo que la población general”.

 

 

En el caso del hipertiroidismo (exceso de hormona tiroidea), dice Gustavo Vásquez, no se presentan tantos trastornos de esterilidad, como en aquellas que padecen hipotiroidismo, y la paciente se puede embarazar normalmente, “pero sí se da cierto retraso en el crecimiento del feto y un aumento en la contractilidad del útero, con consecuencias como un parto prematuro o aborto”.

 

 

¿Qué hacer?

 

 

El doctor Escobar explica que la mujer que busca un embarazo “debe mantener una TSH menor de 2,5 µUI/ml., y en la gestación, los requerimientos de levotiroxina (hormona-medicamento que actúa cuando hay deficiencia de tiroides) se incrementa entre un 30 y 50%, por lo que la dosis debe irse ajustando a lo largo del embarazo, de acuerdo con los resultados que arrojen las pruebas periódicas de TSH y T4 libre”. Todo esto bajo supervisión médica.

 

 

Ahora bien, continúa Escobar, con las embarazadas se pueden presentar varias circunstancias relacionadas con la tiroides. “Una de ellas es que, durante la gestación, la tiroides puede crecer de un 10 a 15%, y en algunas, incluso verse o palparse un bocio (protuberancia o coto, en el cuello), pero este desaparece después del parto”.

 

 

Así mismo, aclara Escobar, de un 2,5 a un 5% de las maternas presentará hipotiroidismo, unas porque ya lo tenían antes del embarazo y lo desconocían, y otras porque les aparece en el transcurso del mismo. La causa principal es la tiroiditis de Hashimoto.

 

 

Por otra parte, existe cerca de un 1% de las gestantes con problemas de hipertiroidismo, ya sea porque ya lo padecían o porque se les descubre en medio de su embarazo. “La principal causa de este hipertiroidismo es la enfermedad de Graves; una condición especial que solo aparece en la primera mitad del embarazo y luego desaparece, denominada: hipertiroidismo del embarazo, que es más común en el embarazo gemelar”.

 

 

Además, en el posparto, “del 5 al 10% de las madres presentarán una inflamación transitoria de la tiroides (tiroiditis postparto), en la que la mujer pasa por una fase inicial de hipertiroidismo, que dura algunos meses, pero finalmente la tiroides recuperará su función. Sin embargo, una tercera parte de ellas quedará definitivamente con hipotiroidismo”, concluye el doctor Iván Darío Escobar.

 

 

Una semana para la prevención

 

 

Hasta el 29 de mayo, las organizaciones médicas especializadas en el mundo abordarán, desde la prevención, el tema de la tiroides en la ‘Semana Internacional de Concienciación de la Tiroides 2016’. En el país, entidades como la Federación Internacional de la Tiroides se unen a la conmemoración, con encuentros y divulgación para que tanto mujeres como hombres consulten si han presentado síntomas de alerta, e inicien tratamiento, de ser necesario. Hay que saber que los síntomas de la enfermedad tiroidea varían de una persona a otra, y se confunden con situaciones como el embarazo, la menopausia o la depresión, por la forma cómo se manifiesta; sin embargo, si existe un desorden en la función de la glándula es posible que, según el tipo de alteración, se den marcadas subidas o bajas de peso, agotamiento, resequedad en la piel, sudoración excesiva, irritabilidad, cambios en la temperatura corporal y trastornos menstruales, entre otra sintomatología.

 

 

Mucho trabajo y acción

 

 

La tiroides es una glándula en forma de mariposa, muy pequeña, que no supera los 20 gramos de peso. Está ubicada en la parte inferior del cuello, requiere de yodo para la formación de las hormonas tiroideas y su acción depende de la hipófisis, otra glándula localizada en el cerebro.

 

 

Ella es la responsable de la producción de hormonas que controlan el equilibrio cardiovascular, el metabo-
lismo, y el crecimiento del organismo. Además, determina cómo se obtiene la energía de los alimentos que se consumen, y define el nivel de productividad de las personas; por ello, es posible que si se ha alterado su función, la persona se muestre sin ánimo frente a sus actividades diarias.

 

 

 

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