The Ringed City, la agridulce despedida de Dark Souls 3 (+ Video)
abril 12, 2017 2:11 pm

No descubrimos la rueda al afirmar sin titubear que el trabajo de From Software desde el lanzamiento de Demon’s Souls en 2009 ha jugado en favor de cambiar para siempre un género en particular y la industria del videojuego en general. Los valores que desde hace ocho años Han defendido con maestría desde el estudio encabezado por Hidetaka Miyazaki han impregnado decenas de títulos y géneros.

 

 

 

Por ello, por ser Dark Souls una de las sagas más importantes de la historia del videojuego, sabe tan mal hablar de The Ringed City, el segundo y último contenido descargable del último título de la franquicia. Es decir, aquí se acaba nuestra aventura por Lothric. Es la hora de la despedida.

 

 

 

Tras Ashes of Ariandel, un primer contenido descargable melancólico y que nos llevaba a lo visto en el Dark Souls original, ahora toca seguir allí donde se acabó la aventura original de esta tercera entrega pero, eso sí, no esperéis aquí una ristra de revelaciones que sirvan para cerrar la saga a nivel de lore y planteamiento narrativo. Aquí todo sigue siendo tan críptico y borroso como siempre, lejos de un tono conclusivo o de despedida.

 

 

 

Lo primero que sorprenderá es ver cómo, tras tanto tiempo, From Software sigue introduciendo mecánicas y situaciones que sorprenden. Nos enfrentaremos bien pronto a una sección de “plataformeo” o “exploración vertical” que aunque no encaja del todo en la fórmula, sirve para aderezar y refrescar la estructura básica de este DLC. Ahora bien, es chocante que en un juego como Dark Souls 3 se nos guíe tanto, mediante pistas visuales, por los lugares de salto.

 

 

 

Lo siguiente que sorprende, negativamente por desgracia, es comprobar que tras tanto tiempo dando en el clavo a ese respecto, los japoneses vuelven a caer en zonas en las que se confunde lo retante o difícil con lo injusto y frustrante. El área introductorianpodrá llegar a desesperar a causa de combinar los ataques a distancia de unos enemigos muy difíciles de eliminar y la necesidad de movernos por uno de esos incómodos y venenosos pantanos. Cierto secreto nos evitará mucho tiempo de sufrimiento y frustración pero empezar con mal pie el DLC no es plato de buen gusto.

 

 

 

Más allá, por suerte, podremos ver algunos de los escenarios más bellos y «llenos» de vida de todos los que han pasado por la saga. Cierto es que, hablando de un DLC relativamente escueto (con cinco o seis horas basta para completarlo), estas áreas no son tan grandes ni intrincadas y, casi siempre, el camino a seguir es muy claro, llevándonos a una experiencia más líneal de lo habitual. Eso sí, estas nuevas zonas están salpicadas de más nuevos enemigos y armas de los que vimos en Ashes of Ariandel. Y sin entrar en spoilers, es más que probable que los enamorados de las armas y armaduras pesadas encontréis aquí un pequeño tesoro.

 
Pero al final, claro, a lo que hemos venido es a enfrentarnos con jefes finales. Ahí sí que The Ringed City brilla con luz propia y nos ofrece algunos de los mejores enfrentamientos de la saga, igual que ocurriera con Ashes of Ariandel (aunque pocos, el de Friede compensaba con creces) o el DLC de Bloodborne. Aquí hay más cantidad y variedad: desde un enfrentamiento peculiar que nos recordará a uno de los más míticos combates de Demon’s Souls (puede ser algo descafeinado, eso sí) hasta, en el caso del jefe opcional, el que posiblemente sea el mayor reto de Dark Souls 3. No me ha agradado especialmente, eso sí, que sean varios los que utilizan la tan manida mecánica de complicarte la vida con compañeros o enemigos adicionales.

 

 

 

Así, las sensaciones finales con Dark Souls, después de seis años acostumbrados a la excelencia, son tristemente agridulces. Sí, en La Ciudad Anillada encontramos uno de los escenarios más bellos jamás creados por From Software y un par de jefes finales que podrían mirar de tú a tú a cualquier otro enfrentamiento pero, más allá, un diseño de niveles lineal y no demasiado inspirado, secciones frustrantes y con un pésimo gusto y una dificultad artificialmente elevada en ciertos momentos ensucian la última pieza de contenido descargable de Dark Souls 3, privándonos de la memorable despedida que la saga y el juego merecían.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hipertextual

Por Confirmado: Gabriella Garcés