¿Cumplirá el Vaticano con uno de los deseos que ha pedido para su cumpleaños? Sophia Loren dijo no hace mucho a la revista del corazón italiana «Oggi» que sólo deseaba que el papa Francisco la llamara. Y de hacerlo el pontífice encontraría a la diva más aclamada de Italia en México, donde se le rinde un tributo con una exposición que ella misma inagura.
La actriz, que el sábado cumple 80 años y durante décadas sedujo a generaciones de espectadores, sigue generando entusiasmo, tal como se pudo comprobar en su última aparición en el Festival de Cannes, en mayo pasado.
Y a ese mito de mujer sexy, que ella tan bien supo mantener vivo a lo largo de las décadas, contribuyó un generoso pecho, unos ojos de gata y una boca sensual con la que ejerce una fuerza casi hipnótica entre sus compatriotas. Sobre todo para los de más edad la actriz encarna el resurgimiento tras la Segunda Guerra Mundial. Muchos italianos se sintieron reflejados en el ascenso al estrellato en Hollywood de Sofia Scicolone, una mujer de origen humilde en Nápoles.
Loren acaba de ser noticia por la publicación de su biografía «Ieri, oggi, domani. Mi vida». Además, también acaba de sacar un libro de recetas «In cucina con amore», una reedición del libro que ya publicó en 1971 y en el que se ve a la artista haciendo pasta en la portada. En el último Festival de Venecia se le dedicó una exposición de fotos y también se estrenó un documental sobre su vida.
A lo largo de su carrera ha participado en más de 100 películas y ha recibido montones de premios, entre ellos varios Oscar. Con lágrimas en los ojos, con su escote pronunciado, con sus escenas de celos o con el movimiento de sus caderas sedujo a los espectadores. Y con su compatriota Marcello Mastroianni, a quien ella definió como su «amor en la gran pantalla», formó una pareja ideal en películas como «Ieri, oggi, domani» (1963), «Matrimonio all’italiana»(1964), «Una giornata particolare» (1977) o su última colaboración juntos en la película de Robert Altman «Pret-a-Porter» (1994). La muerte de Mastroianni en 1996 la sumió en un profundo dolor, pues ella siempre sintió una conexión especialmente mágica con él, según ha relatado.
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