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“Si no haces la cola tienes que pagar hasta Bs 300 por un saco de cemento”

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“Si no haces la cola tienes que pagar hasta Bs 300 por un saco de cemento”

La escasez del insumo de la construcción continúa en ascenso. Los pedidos en las ferreterías llegan ocasionalmente a excepción de EPA, donde reciben despachos casi a diario

 

“Esto es un calvario. Hasta para comprar un saco de cemento hay que madrugar, aguantar sol y hacer una cola”, expresó Manuel Ramírez, un obrero que junto a decenas de personas esperaba a las puertas de la ferretería EPA, en la avenida Jorge Rodríguez, el arribo de algún despacho de la fábrica de Pertigalete.

 

El hombre llegó a las 6:00 am de este lunes. “Me anoté en la lista que elaboraron los que están de primeros en la fila, y me tocó el número 70. Corro el riesgo de irme con las manos vacías porque son las 12:00 del día y todavía no sabemos si van a traer el material”.

 

En esta tienda llegan una o dos gandolas (entre 320 y 640 sacos) al día. Es la única de la zona norte donde se reciben los pedidos con frecuencia, por ello cada mañana se observa una muchedumbre alrededor.

 

El asesor de ventas de la franquicia, Demetrio Marín, aseguró que la distribución aumentó desde hace 15 días porque durante todo el año los despachos llegaban una vez al mes.

 

Ramírez dijo que la semana pasada llevó 10 empaques de 42,5 kilos cada uno, que es la cantidad máxima que expenden por persona. “Si no haces la cola tienes que pagar hasta 300 bolívares por un saco de cemento en el mercado negro, aunque su precio regulado es de  70 bolívares”.

 

El hombre necesitaba 60 sacos para construir una habitación en su casa. Por ello, le pidió el favor a un primo, para que le compre 10. “Así sólo me faltarían 30”.

 

“Nosotros traemos sillas, sombrillas, agua, almuerzo y hasta el coche del niño para poder aguantar este trajín”, comentó el ama de casa Rosa Rodríguez.

 

Las quejas

 

“Esto no vale la pena, ni siquiera por el precio. Uno está expuesto a la lluvia y al sol. Si se enferma hay que gastar más plata en medicinas, si es que las conseguimos porque en este país no hay nada”, comentó el transportista Jesús Velásquez.

 

Zubdelia Montero estaba haciendo la fila por una amiga que se había ido a trabajar. “Llegué a las 6:30 am y quedé en el puesto 81. El cemento lo necesitan para el vaciado de un piso, pero faltan 20 sacos y aquí es el único lugar donde venden más cantidad”.

 

En cuanto al costo, señaló que el beneficio es relativo. “Tendría que sumarle el gasto del transporte, que para Los Cortijos de Oriente cuesta Bs 800, además de la comida”.

 

Otra que cuestionó que una compra rutinaria se haya convertido en una “odisea” fue Yelitza Bravo. “Me siento humillada. Ayer vine al mediodía y no pude comprar nada. Hoy abrieron tres listas y en cada una hay 50 personas anotadas”.

 

José Ramírez también madrugó para adquirir cemento. Admitió que estar parados todo el día a la intemperie no es un trato justo y que los fletes encarecen el producto. En su caso pagaría Bs 1.000 hasta la urbanización Fundación Mendoza  de Barcelona.

 

Al final de la cola, cinco jóvenes destapaban sus viandas para iniciar una especie de picnic en la acera. “Tenemos los números del 120 al 125 de la segunda lista”.

 

Todos trabajan en construcción. “Estuviéramos comiendo bajo techo en la obra y no pasando tanta roncha. Este país está muy mal y todos sufrimos las consecuencias”.

 

Mientras en la empresa ferretera seguían en formación cerca de 200 personas, el electricista Jesús Rodríguez  dijo que todos los lunes, a las 5:00 am, va a un establecimiento en la urbanización Boyacá III de Barcelona,  donde hace la cola para adquirir dos sacos de cemento. “Estoy construyendo el piso de mi rancho. Ojalá esta situación se normalice y cada quien pueda comprar lo que necesite”.

 

William Contreras lleva dos semanas buscando el material para hacer bloques para la venta  y un cuarto en su casa. La última tienda que visitó fue la ferretería Vidoño, en la vía a San Diego. Llegó tarde, porque la gandola había traído 700 sacos a las 1:00 de la tarde y a las 2:00 pm ya se habían acabado.

 

El encargado del establecimiento, quien no se quiso identificar, señaló que venden hasta cinco sacos a Bs 80, por orden de llegada, ya que no manejan listas. “La gente se aglomera aquí desde las 5:00 am y nunca alcanza para todos. Ya por este año no habrá más despachos”.

 

Venta por cita

 

Demetrio Marín informó que EPA está implementando un mecanismo de compra vía web, el cual ya está funcionando en el centro y occidente del país. Estima que en oriente comience a operar a mediados de enero de 2015.

 

“A través del portal www.citasdecemento.epa.biz el cliente coloca sus datos personales, tales como nombre, apellido y cédula de identidad. El sistema le asigna una fecha para comprar hasta 10 sacos al mes. De esta manera se acabarán las colas”.

 

Meta cumplida

 

Al cierre de noviembre, la empresa Venezolana de Cementos, antigua Cemex, había sobrepasado la meta de producción del año 2014, establecida en 842 mil 848 toneladas para la planta de Pertigalete, ubicada en Guanta, la cual alcanzó la cifra de 875 mil toneladas.

 

Así lo informó el secretario de finanzas del Sindicato de Trabajadores del Cemento, Eleazar Bellorín, tras explicar que las fallas del producto en el mercado obedecen a un problema técnico generado por la parada de emergencia del horno 7, el más grande del país, con capacidad para procesar 230 toneladas de clínker, principal componente del rubro.

 

“Estuvo 84 días sin funcionar. No se pudo poner a operar antes porque los repuestos son importados y tardaron mucho en llegar. También se retrasaron los pagos de la maquinaria alquilada”.

 

Según el gremialista, durante este tiempo la compañía estatal tuvo que importar cemento y el ingrediente base, además de hacer recortes en la oferta regional para cubrir la demanda de otros estados. En este momento está inactivo el horno 6, que aspiraban a reactivar ayer, por lo que será en enero que se normalice la distribución.

 

En desuso
Cruz Guaico, vocera del consejo comunal de Cruz Verde, parroquia San Cristóbal del municipio Bolívar, aclaró que la carta aval que se le exigía a los compradores que iban a la distribuidora nacional Ferresidor, ya no es un requisito para adquirir cemento porque el establecimiento no vende el principal producto desde hace un año.

 

Revendedores
La escasez de cemento ha creado un submercado del producto donde se comercializa el producto hasta con 329% de aumento, pues su precio regulado es de Bs 70 y los  informales lo ofertan en Bs 300 el saco. “Ellos están en todos los barrios, compran y venden la cantidad que uno necesita pero con sobreprecio. Es un pobre robando a otro pobre, en eso nos hemos convertido. Esa es la realidad y todo el mundo lo ve, pero nadie le pone freno”, afirmó Pedro Guevara, trabajador de la construcción.

 

 

EL TIEMPO

Katy Jurado

 

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