El 13 de mayo de 2012 Pastor Maldonado escribió una página en la historia del automovilismo y del deporte nacional: Ese día sonaron las notas de nuestro himno nacional en la ciudad española de Montmeló.

El trofeo de ganador obtenido por el piloto nos hizo campeones a todos los venezolanos. El hecho despertó muchas expectativas, pronósticos y esperanzas que siempre se generan cuando un atleta gana una competencia de alto nivel.

Es el único triunfo, hasta ahora, del aragüeño en la Fórmula Uno, desde su llegada en 2011 con Williams.

La inversión de recursos que ha hecho el Estado venezolano para promover al deporte de alto rendimiento es incuestionable, ya que esta actividad requiere de aportes constantes, y más en una disciplina profesional como la Fórmula Uno, que requiere mantener un vehículo. Lo que sí resulta cuestionable son los resultados obtenidos por Pastor hasta ahora, que no se corresponden con el capital asignado a su desarrollo.

Una amiga me comentó en días pasados, que quizás la escudería Lotus está probando coches experimentales con el piloto venezolano, algo que solo podría ser costeado por un promotor de la talla de Pdvsa. Esto es poco probable ya que Romain Grosjean ha acumulado puntos utilizando el mismo modelo de automóvil.

Por mi parte, me pregunto: ¿cómo se sentirá Pastor en su soledad?, ¿cómo estará su psique? Otra persona me comentó que el único interés del venezolano se remite solo al tema económico. No estoy de acuerdo con esto, ya que el sueño de todo atleta es ganar el mayor número de veces posible, porque finalmente es su trabajo, su objetivo de vida.

El periodista Earle Herrera señaló en una oportunidad: “La derrota desmoraliza y deja traumas y lo demás es cuento. Los buenos atletas están preparados para sobreponerse, superarla e incluso, aprender de la misma. Los reveses enseñan (…) Esto es muy cierto, siempre y cuando uno no se vuelva un eterno aprendiz”.

Así, me pregunto, ¿están Pastor y Lotus solos en estos momentos?, ¿es posible encausar al venezolano por un rumbo ganador? Creo que es el momento de una revisión a profundidad de este caso.

Fuente: Líder