Rafa Nadal, campeón total del US Open y Grand Slam
septiembre 10, 2017 7:48 pm

El nº 1 mundial Rafa Nadal ha ganado en tres sets a Kevin Anderson, conquistando su tercer US Open y el decimosexto título de Grand Slam

 

 

 

 

Rafa Nadal, campeón del US Open 2017. Una leyenda que no deja de crecer (Julio Cortez – / AP)

 

 

 

Campeón total Rafa Nadal. Qué exhibición está dando esta temporada, a sus 31 años, y cómo la completó sellando a lo grande su tercer US Open, la decimosexta corona de Grand Slam, cerrando con saque-volea. Un recital absoluto del número uno mundial. Tenía los dientes afilados tras alcanzar su mejor nivel de tenis en la semifinal contra Juan Martín del Potro, y no desaprovechó la ocasión de certificar otro éxito de leyenda. Se exprimió al máximo, enseñó una completa y variada gama de golpes para dejar KOT al surafricano Kevin Anderson, empequeñecido en pista pese a sus 2,03 de estatura. Era una víctima propiciatoria, pero además sufrió la mejor versión del manacorí.

 

 

 

6-3, 6-3 y 6-4 en 2h.27’. De la misma generación, de 1986, pero Nadal juega en otra dimensión. Anderson, 32º ATP aunque hoy ascenderá a la 15ª habiendo sido en el pasado incluso top-10, es un muy buen tenista, pero de este planeta. Duró 47 minutos, los que tardó Nadal en resquebrajar su saque a la quinta bola de ‘break’. Y es que el español le agobió desde el punto inicial, enseñando galones, como suele, casi desde el túnel de vestuarios.

 

 

 

 

 

Nadal continúa firmando una campaña de ensueño. Está borrando de un plumazo aquella lesión que él calificó de “mental” en 2015, apabullado de tantos reveses físicos, el último en la muñeca izquierda y que frenó su recuperación. Alimentó a la ‘bestia’ que lleva dentro, y ha recobrado su tenis espectacular, con el añadido que el paso de los años, ser un veterano, no ha menguando un ápice su amor por este deporte, el ansia por mejorar cada día, la voracidad de competir.

 

 

 

Capturó su tercer US Open, que había dominado en 2010 y 2013, cediendo en la final de 2011, siempre ante el serbio Novak Djokovic. El de Nueva York pasa a ser su segundo Grand Slam más favorable, después de los diez Roland Garros. Con dos Wimbledon y un Open de Australia en el zurrón. 16 éxitos en 23 finales ‘grandes’ jugadas.

 

 

 

Racha negativa rota

 

 

 

En ATP un total de 74 coronas, quinta del curso después de Montecarlo, Godó, Madrid y Roland Garros. Se quedó sin premio en el Open de Australia, Acapulco y Miami, tres citas sobre pista dura, que se le estaba atragantando a Nadal desde que consiguiera el trofeo del ATP de Doha de 2014. Desde entonces, ocho finales perdidas en ese tipo de superficie. Una racha que destrozó en Flushing Meadows, en el momento y la cita más idónea. Porque son los Grand Slam los que establecen la diferencia, y ahí está Nadal, de nuevo a tres de los 19 de un Federer que también ejecutó su ‘revival’ en Australia y Wimbledon.

 

 

 

No había más favorito que Nadal, ante un ‘novato’ en estas lides, que en su carrera previamente no había superado nunca los cuartos de un Grand Slam. Además, el balance entre ellos recordaba que Nadal había dominado con autoridad al surafricano en los cuatro duelos anteriores.

 

 

 

Pero Nadal entró en el Arthur Ashe Stadium, el estadio fijo de tenis más grande del mundo, con más de 20.000 localidades, como si al otro lado de la red se hallara el adversario más peligroso. Es un depredador y el trofeo que esperaba no admitía especulación alguna. Se lanzó a degüello. Por instantes se alió con la perfección. No concedió más que un ‘deuce’ con su servicio (en el último juego, el de los nervios), mandó con derecha y revés, voleó de película. Ni una docena de errores acumulados, superando la treintena de golpes ganadores.

 

 

 

Tres millones de euros

 

 

Una final soñada la de Rafa Nadal, con 15 puntos ganados de 15 visitas a la red. Se ganó a pulso la gloria y un talón de 3.700.000 dólares, alrededor de tres millones de euros. Anderson, que nunca se rindió pese al huracán que se le echó encima, se embolsó 1.825.000 dólares. Enorme Rafa Nadal. Eterno.

 

 

 

ÁNGEL RIGUEIRA

mundodeportivo.com