A las últimas horas de la tarde se conmueve el ambiente de la redacción porque las agencias comienzan a lanzar noticias de una importancia soberana para nosotros. Pero, ¡ojo! no nos equivoquemos, el tema es otro muy diferente al equívoco, por decir lo menos, cometido por algunos integrantes de la Fuerzas Armadas al establecerse en territorio colombiano y hacer flamear la bandera venezolana como si con ello lográramos algo que no fuera otra cosa que darle alas al ejército colombiano que, por si fuera poco, no es que nos vea como aliados y amigos de farra.
Esta idiotez sólo confirma que en materia de reclamos territoriales los venezolanos insistimos en un pragmatismo que mucho mal nos ha hecho en el pasado. Instalarse allí como si fueran en una excursión de fin de semana, con carpa, fogata y todo lo demás, nos deja muy mal porque los reclamos de Venezuela en cuando a los límites de sus fronteras siempre han tenido seriedad.
Pero Venezuela está hoy en un momento singular porque las miradas de los organismos internacionales están puestas, al fin, en nuestros padecimientos y en los males que padecemos de un gobierno que ha ido degenerando de una propuesta revolucionaria a una mezcla de militarismo, narcotráfico, corrupción nacional e internacional, divisionismo y discriminación que, como es de suponer, nos hace más débiles ante un enemigo exterior, si es que este existe en verdad.
Hasta ahora las hipótesis de guerra del chavismo miran hacia el interior del país, hacia los propios venezolanos, comprar armamento para reprimirnos y, por si fuera poco, para destruir las actividades de los extranjeros que durante décadas han contribuido a que este país fuera no solo hermoso sino próspero.
No nos cansaremos de afirmar esta verdad que está a los ojos del mundo y que representan, por encima de la propaganda militarista y malandra, a los que llegaron desde el exterior para darnos una mano. Nada sería Venezuela sin ellos y no pueden y no podrán destruir esa memoria que nos enorgullece. Que se callen las voces que nos quieren dividir, que se callen porque nuestro corazón es amplio y generoso.
Ayer, contra todos los pronósticos del oficialismo dictatorial, los países latinoamericanos que hacen presencia en la OEA reflexionaron y meditaron la propuesta formulada por el secretario general Luis Almagro sobre Venezuela. Según la agencia Efe, 18 países de la OEA piden una sesión extraordinaria sobre Venezuela para el próximo martes en Washington.
“La petición la firman Canadá, Argentina, Barbados, Bahamas, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Estados Unidos y Uruguay, según el documento enviado al Consejo Permanente, que preside Belice hasta el 1° de abril, al que tuvo acceso Efe. Son los 14 países que ayer firmaron una declaración conjunta para pedir un calendario electoral y liberación de ‘presos políticos’ al gobierno venezolano, más otros cuatro caribeños (Barbados, Bahamas, Santa Lucía y Jamaica), con lo que tienen los 18 votos necesarios para celebrar la sesión aunque Venezuela se oponga.
Editorial de El Nacional
