La moda de aguas saborizadas puede aparentar ser una opción saludable cuando la persona quiere evitar azúcares procesados o bebidas con químicos que tienen caducidad. La premisa anterior revela que “las aguas” no son tan naturales como lo indican en las etiquetas comerciales.

 
Estas bebidas varían entre sí, pero la mayoría se componen de agua, saborizantes naturales o artificiales y azúcar o edulcorantes artificiales. Algunas también contienen cafeína o nutrientes añadidos, como la vitamina C. Es importante que el consumidor lea los ingredientes del contenido nutricional de la botella para saber que está tomando.

Pros y contras:

Si la persona quiere disminuir las calorías, las aguas saborizadas sí son, entonces, una buena opción; contienen menos azúcar que las gaseosas o jugos procesados.

Si la bebida saborizada va a ser el reemplazo de una nutritiva, será un error grave tomarla, incluso si lleva una dieta balanceada. Lo mejor, en estos casos, es tomar jugos naturales y hechos en casa.

En todo caso es mejor tomar agua; la misma hidrata el organismo como ninguna otra bebida.

Fuente: Panorama