La deficitaria producción de maíz blanco de la pasada temporada y la inevitable caída de la cosecha de este año, debido a la sequía que afecta a varias regiones del país, han afectado y afectarán el procesamiento de harina precocida, rubro que además demanda un ajuste de precios que permita hacer frente al alza de sus costos operativos.

Antonio Pestana, presidente de Fedeagro, recordó que, si bien la pasada cosecha de maíz fue mucho mejor que la de 2012, todavía no alcanza a satisfacer la demanda de la agroindustria para producir el millón 400 mil toneladas de harina que demanda el mercado.

Destacó que, debido a la baja producción, le habían advertido a la Comisión Presidencial Agroalimentaria que sería necesario planificar la importación de maíz, medida que debió efectuarse antes de la cosecha de este año para no entorpecer el arrimo de la cosecha local.

Por su parte, Hiram Gaviria, diputado de la Asamblea Nacional, recordó que, de los Bs 7,41 que recibe la industria por kilo de harina vendido, debe pagarle al agricultor Bs 5 por kilo de maíz, y con los Bs 2,41 restantes debe hacer frente a los gastos de transporte, almacenamiento, procesamientos, empaquetado y distribución.

“Es justa la revisión de precios que pide la industria, porque entre la cosecha pasada y la nueva ha habido una inflación de 60%”, aseveró.

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