Probamos el iPad 2018: una tableta barata e ideal no solo para estudiantes
mayo 21, 2018 9:13 pm

La nueva tableta de Apple permite utilizarse, por fin, con bolígrafos digitales, un accesorio esencial para diseñar, crear anotaciones y editar contenido, al tiempo que ofrece buenas sensaciones gracias a un manejo fluido, aunque queda lejos de las capacidades de su «hermano»

 

 

 

De diseño más bien tradicional y con la actualización de algunos de sus componentes principales, la nueva tableta iPad de este año ha puesto el foco, principalmente, en el entorno educativo. Por prestaciones, pero sobre todo por su reducido precio, se puede convertir en una herramienta para el aprendizaje ideal. Con ella, se pueden realizar multitud de tareas, no solo reproducir contenido multimedia que es, al final y al cabo, el principal destino de este tipo de aparatos. Y son muchos los ejemplos; desde tomar anotaciones (para prescindir por fin del papel), realizar bocetos y dibujar en detalle, así como crear sensacionales presentaciones y trabajos con vocación profesional. Eso sí, depende del software escogido (muchas de las aplicaciones más avanzadas son de pago) pero, sobre todo, de la creatividad de cada uno.

 

 

Este planteamiento se debe, en parte, a que este nuevo iPad es compatible con un accesorio ya imprescindible para tareas de productividad, el Apple Pencil, que lamentablemente no viene incluido en el pack. Es decir, se vende por separado, pero vale la pena tener a mano porque amplía sus funciones y la experiencia en el diseño es magnífica. Es un bolígrafo digital que comenzó su andadura en el modelo iPad Pro, pero que por fin ha dado el salto a esta versión «low cost». La calibración y sensibilidad a la hora de reconocer los trazos es extraordinaria y se convierte, de facto, en un acompañante necesario para poder sacarle partido a la tableta.

 

 

Su manejo permite escribir a mano alzada a partir de diversas aplicaciones instaladas. Es muy preciso, con lo que si se emplean herramientas de diseño y edición se pueden crear sensacionales proyectos artísticos de corte profesional. Una pega en en este caso es que el Apple Pencil no se puede encajar dentro de la tableta o mediante un sistema magnético, con lo que puede acabar rodando por ahí y tener un disgusto si se pierde, porque no es barato. Por cierto, su carga sigue siendo a través del puerto Lightning mediante una clavija que aparece retirando una caperuza. Un procedimiento que, a título personal, resulta visualmente extraño y a veces se desempareja, aunque por fortuna es necesario un escaso tiempo de recarga.

 

Si bien es cierto que para tareas más sofisticadas y avanzadas este iPadno suple totalmente a un portátil, uno de sus aspectos que más sorprende es su gran potencia de salida. Pese a no estar a la altura del iPad Pro, este modelo aguanta perfectamente algunas de las tareas más exigentes. Todo ello es gracias a la incorporación de un procesador, A10 Fusion, de arquitectura de 64 bits como los ordenadores, y que viene apoyado por 2 GB de memoria RAM. Unos guarismos más que suficientes y que le confieren un buen rendimiento. Esta configuración logra, además, que los videojuegos y la edición de video se muevan con soltura. La compañía ha logrado que el dispositivo sea hasta un 40% más potente si lo comparamos con el modelo del pasado año. Y esa capacidad se nota en la mayoría de tareas, incluso cuando se exportan proyectos en videos, que lo procesa con bastante rapidez.

 
Ficha técnica

Pantalla

9.7 pulgadas

Resolución

2.048 x 1.536 pixeles

Dimensiones

240×169.5×7.5 mm

Peso

469 gramos

Chip

A10 Fusion

RAM

2 GB

Cámara

frontal: FaceTime HD (1.2 megapixeles) con apertura F2.2 Cámara trasera: 8 megapixeles con apertura F2.4

Batería

Hasta 10 horas

SO

iOS 11

 

 

 

Su diseño, sin embargo, peca de ser algo obsoleto. Hay pocos cambios respecto a sus predecesores. Mantiene el tamaño de 9.7 pulgadas de las tabletas tradicionales, un formato cómodo y muy transportable, pero chirría, en parte, la existencia de abultados marcos. Tampoco estamos ante la mejor pantalla. No es totalmente compacta como sucede en las últimas versiones, lo que recuerda más a un iPad de hace unos años.

Uno se encuentra con que hay una separación entre el vidrio y la estructura interactiva. Esa construcción pasa factura, por ejemplo, en situaciones en las que se desea conseguir una mayor precisión con el lápiz óptico, aunque aguanta perfectamente las tareas principales. Pero en este escenario es donde, precisamente, el modelo Pro gana peso y precisión. En cuanto a su resolución, de 2.048 x 1.536 píxeles, ofrece un resultado óptimo y permite reproducir contenido en buena calidad, y más si atendemos a su precio. Por supuesto, en el mercado, se pueden encontrar tabletas mucho más baratas, pero a su favor se encuentra las potencialidades de este dispositivo y, sobre todo, la alta durabilidad que le acompaña.

 

 

 

La estrategia de la compañía es clara: pese a estar diseñado de primeras como herramienta de trabajo dentro del aula, el dispositivo está concebido a su vez como una tableta de uso corriente. Por supuesto, el nuevo modelo se queda lejos del iPad Pro. Por lo pronto, no cuenta con la tecnología «smart conector» -esos tres pines que están en un lateral- para acoplar el teclado oficial, aunque en su lugar se puede utilizar cualquier teclado inalámbrico que se conecte a través de Bluetooth. Para el caso, es lo mismo. Tampoco cuenta con sonido estéreo (tiene dos altavoces en lugar de cuatro) y la calidad de su pantalla es inferior, al igual que sus cámaras. En cambio, se puede tener a mano una tableta cuya relación calidad-precio es imbatible. Otro detalle a tener en cuenta es que su batería aguanta perfectamente varias jornadas. Con un uso moderado se va a más de dos días sin conceder esfuerzo alguno, lo que resulta idóneo para trabajar con él. Máxime a que este tipo de dispositivos no se suelen utilizar tan a menudo como los teléfonos móviles.

 

 

 

Aunque se maneja perfectamente, evidentemente hay tareas que requieren todavía de un portátil. La idea es que por algo más de 300 euros (con 64 GB de almacenamiento, más de que sobra) se tiene una tableta potente. Difícil encontrar algo mejor a este precio. Es un acierto porque el iPad reverdece como gran alternativa a los ordenadores tipo Chromebook, muy exitosos en las escuelas de EE.UU. (cuenta con el 59.6% del mercado de computadoras en los colegios) y los portátiles con sistema Windows, que han sido fundamentales para la introducción de las nuevas tecnologías en el aula. Las únicas dudas es si la compañía logrará penetrar este entorno tan difícil de cambiar los hábitos de un día para otro.

 

 

J.M.SÁNCHEZ
@ABC_TECNOLOGIA