A lo largo de los años las cucarachas se han ganado la reputación de ser indestructibles en muchas situaciones. Aunque no salgan con vida de una buena pisada humana, según lo que nos han contado, sí pueden sobrevivir a algo que casi nadie vive para poder contar: una explosión nuclear.
El gran mito sobre estas »cucarachas sobrenaturales» surgió después del bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki en el año 1945. En aquel entonces, se reportó que las cucarachas estaban entre el pequeño número de especies que lograron sobrevivir al ataque.
Una guerra nuclear, si viene, no será ganada por los americanos… los rusos… o los chinos. El ganador de la Tercera Guerra Mundial será la cucaracha”.
Ahora, la pregunta del millón… ¿por qué la radiación no afecta a las cucarachas?
Ciertamente la radiación perjudica a los seres vivos cuando sus células se encuentran en proceso de división, del cual estas dependen para su reproducción, crecimiento, restauración y para la sustitución de las que se han deteriorado. Las células humanas están en constante división y, por eso, somos muy vulnerables a la radiación —una persona puede morir si se expone a entre 400 y mil rads, unidad que mide la absorción de radiación por un cuerpo —.
Por el contrario, la división celular en las cucarachas sucede una vez por semana, cuando cambian de piel, lo que les provee una mayor resistencia a la radiación. Además, esto hace suponer que, como no todas mudan al mismo tiempo, muchas sobrevivirían a una guerra atómica.
La cucaracha común puede soportar nada menos que 6.400 rads (la medida estándar de la radiación ionizante).
Realmente, ninguna especie existente en nuestro planeta sería capaz de sobrevivir al epicentro de una explosión nuclear, pero lo que sí es verdadero es que estos pequeños y desagradables insectos son capaces de sobrevivir a las lluvias radioactivas generadas por dicha explosión.
Sin embargo, la cucaracha no es el más resistente de los insectos, pues como ya mencionamos solo soporta niveles de radiación de hasta poco más de 6 mil rads, mientras que la mosca de la fruta (Drosophila) puede llegar a soportar hasta 64 mil y la avispa (Parasitoide Habrobracon) se lleva el título a la mayor especie sobreviviente con increíblemente, hasta 180 mil rads.