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  ¿Por qué Brasil cancela programa de «Más Médicos» cubanos?

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  ¿Por qué Brasil cancela programa de «Más Médicos» cubanos?

 

Dudas sobre la calidad de los médicos cubanos, expolio gubernamental del pago que recibe Cuba por esos servicios y semiesclavitud de los galenos internacionalistas empañan el más famoso programa internacionalista cubano.

 

 

El anuncio del Ministerio de Salud Pública de Cuba sobre la eminente retirada de los 8.500 médicos cubanos que trabajan actualmente en el programa Más Médicos en Brasil  no es un problema nuevo para el gobierno cubano.

 

 

 

La falta de transparencia en los programas «solidarios» que el gobierno cubano ofrece a naciones subdesarrolladas desde los tiempos de Fidel Castro ha sido denunciada por décadas ante los organismos internacionales. Pero esos llamado de alerta, específicamente en el campo de la colaboración médica, han sido desoídos por la Organización Mundial de la Salud y sus divisiones regionales. Por eso, durante el gobierno de George Bush, la Casa Blanca lanzó el Cuban Medical Profesional Parole, proyecto del Coronel Emilio González, miembro del Consejo de Seguridad Nacional y posteriormente Director de Emigración de Estados Unidos, para fomentar la deserción y facilitar la entrada a territorio estadounidense de los médicos internacionalistas cubanos en países de África, Asia y América Latina.

 

 

 

Irregularidades denunciadas

 

 

 

El presidente Díaz Canel responsabiliza de esta ruptura al mandatario brasileño Jair Bolsonaro. Sin embargo, las exigencias de Bolsonaro son las mismas que, entre otros, han hecho durante años instituciones del exilio cubano e incluso fue un elemento de la campaña del excandidato republicano a la presidencia Marco Rubio: la validación de la calidad de los médicos cubanos según los estándares nacionales de cada país receptor; el pago íntegro al médico del salario que por cada profesional recibe Cuba en esos programas y la posibilidad de que cada especialista pueda viajar con su familia al país donde trabajará..

 

 

 

Todo ello coincide con las denuncias de miles de profesionales de la salud de Cuba que han escapado de estos programas y hoy viven básicamente en Estados Unidos o Europa. Ya en 2014, un comunicado del ministerio de Salud Pública de Cuba, reconocía la deserción de 5.000 médicos que cumplían misiones internacionalistas. En 2018, uno de los programas más afectados era el Barrio Adentro, en Venezuela, con una deserción cercana al 50%, según declaraciones del ministro de Salud Cubano Roberto Morales en la Asamblea Nacional.

 

 

 

Asociaciones médicas de Perú, Ecuador, Bolivia, además de Brasil, han denunciado ante la OPS la falta de preparación del personal médico cubano. Cuba ha negado siempre esa acusación, pero el «Procedimiento para la formación de la disponibilidad de recursos humanos que brindan servicios médicos y de salud en el exterior” (Resolución No. 279/2014), y el propio mecanismo ministerial de selección en la isla, deja muy claro que el sector prioritario son los egresados de las Escuelas de Medicina, es decir, jóvenes médicos sin casi ninguna experiencia profesional.

 

 

Brasil: el mayor problema

 

 

 

Bolsonaro tampoco es el primer mandatario en preocuparse por las irregularidades que empañan este acuerdo de cooperación entre Cuba y Brasil gestionado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En marzo de 2016, bajo el mandato de Dilma Rousseff, el ministro de salud, Arthur Chioro, anunció en rueda de prensa la negociación con Cuba para una subida del salario de los médicos cubanos. «Brasil no elevará sus aportes, pero Cuba sí aumentará lo que transfiere a cada médico», dijo el funcionario, en respuesta a la demanda impuesta ante tribunales brasileños por la doctora Ramona Matos Rodríguez, que había solicitado asilo político y exigía a Brasilia una indemnización de 149.000 reales (unos 63.400 dólares), por colaborar con la explotación laboral que le imponía Cuba.

 

 

 

En palabras de Chioro, Brasil pagaba 10.000 reales (unos 4.255,3 dólares) mensuales por cada profesional cubano. Hasta ese momento, cada médico cobraba 400 dólares para su mantenimiento en Brasil y Cuba depositaba otros 600 dólares en una cuenta bancaria en La Habana que sólo podía retirarse si el médico regresaba a la isla, al final del contrato. Tras el acuerdo de 2016, Cuba entregaría 1.000 dólares a sus médicos en Brasil. Un simple cálculo muestra que el gobierno cubano incauta poco más de 2.500 euros por cada profesional.

 

 

 

Según el último dato oficial sobre ese ingreso, la venta de servicios profesionales, principalmente de la salud, proporcionó 11.543 millones de dólares al gobierno cubano en 2016, seguido de lejos por el turismo, que aportó 2.800 millones ese mismo año. En cualquier caso, según Díaz Canel, el mayor afectado puede ser Brasil, «la rescisión repentina de estos contratos apunta a un escenario desastroso en al menos 3.243 municipios. De los 5.570 municipios del país, 3.228 (79,5%) sólo tienen médico por el programa y el 90% de las consultas de la población indígena son hechos por profesionales de Cuba. Más de 29 millones de brasileños serán desatendidos», anuncia ya el sitio oficialista Cubadebate que augura una crisis total en el sistema de salud de Brasil.

 

 

DW

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