logo azul

Paul Desenne: «Hipnosis Mariposa es una gran postal venezolana»

Categorías

Opiniones

Paul Desenne: «Hipnosis Mariposa es una gran postal venezolana»

El compositor venezolano Paul Desenne es uno de los autores que figura en la gira de conciertos que por Bogotá tendrá la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, dirigida por Gustavo Dudamel, del 28 de junio al 1 de julio.

 

Hipnosis Mariposa, del compositor venezolano Paul Desenne (Caracas, 1959), formará parte del repertorio que la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar (OSSB) llevará a las giras internacionales. Bajo la batuta de Gustavo Dudamel, esa glosa sinfónica, basada en La Vaca Mariposa de Simón Díaz, se tocará en el marco de la gira de la OSSB en Bogotá, del 28 de junio al 1 de julio. Luego se interpretará en los Proms de la BBC de Londres y en el Carnegie Hall de Nueva York, entre otros escenarios.

 

-Esta obra suya, Hipnosis Mariposa, se va a tocar en Bogotán, el Carnegie Hall, en los Proms de Londres, ¿cómo se siente eso?

 

 

-Es una gran privilegio y suerte haber sido escogido para esto. No escribí esa obra para este fin, ni tenía la más remota idea de que eso iba a ocurrir así. Fue una decisión del comité artístico de la orquesta, que probablemente vio en esa obra la posibilidad de representar a Venezuela con calidad y sin folclorismo sencillo; con una obra de concierto que tiene un buen nivel musical, calidad y con representación positiva del país, que es lo que yo quise hacer en esa pieza en particular.

 

 

-¿Cómo describe su propia obra?

 

 

-Esa obra la hice muy rápido curiosamente. Como en dos o tres semanas. La hice de una manera muy natural porque la canción es una cosa que todos conocemos, La Vaca Mariposa. El tema de la canción está como clonado y multiplicado, y tiene mucho que ver con La Vaca Mariposa, pero no es un arreglo, ni de las melodías.

 

 

-La gente tiende a pensar que cuando uno hace música venezolana, se hace un arreglo. Para empezar, los arreglos son composiciones porque hay que resolver una cantidad de cosas composicionales cuando uno hace un arreglo, pero en este caso, dista mucho de ser un arreglo porque la melodía está fragmentada y solo se oyen elementos; y es más bien un comentario, una glosa sinfónica. Es el mismo sentido de una glosa con un verso de un poema y desarrollar una estrofa alrededor de ese verso: fue lo mismo que hice con esta obra, como una glosa, donde fragmentos de la canción reciben su desarrollo respectivo, una especie de ilustración. Me gustó insistir en el capricho melódico más que en el contenido o en el texto eventual. A veces yo pinto una imagen, por ejemplo, “Y los pericos van y el gavilán” también, y cuando la canción dice esas cosas aparece como una nube de periquitos volando o aparece el silbido del gavilán en la distancia. Aparecen pequeñas cosas ilustrativas como infantiles, me gustó hacer un poco esa cosa ingenua, un retablo. También está el becerrito. Al final de la canción aparecen las violas y hay un poco de esa pintura a lo Aquiles Nazoa, como un pseudo-naif que no es ingenuo. Al mismo tiempo hay mucha ciencia del criollismo orquestal que yo he desarrollado, que no es fácil. Yo me tardé unos 25 años en encontrar esa escritura criolla para orquesta, y que cuando ya la obra “suelta el moño” -vamos a decirlo así- entra un desarrollo más caluroso, tiene un merengue, una especie de joropo, un joropo valseado orquestal masivo.

 

 

-Cuando entra esa densidad orquestal hacia la segunda parte de la canción, antes de la recapitulación, la escritura sinfónica es muy sutil, es muy trabajada y contiene la experiencia de muchos años haciendo experimentos y obras criollas, que no son folcloristas, pero que son obras donde trato de traducir el espíritu ese que tenemos en nuestra música, nuestro arrojo contrapuntístico, polirrítmico o melódico multirrítmico. Todo eso metido en la orquesta, y eso exige cierta experiencia. Esa obra cristaliza un poco esa experiencia que desarrollé en obras anteriores en muchos años. Es una obra que funciona muy bien para este propósito, que es ilustrar el virtuosismo de los muchachos de la Simón Bolívar, porque es una obra que tiene mucho brío, mucha velocidad, tiene metales pasajes grupales muy tupidos, muy elaborados, tiene juegos rítmicos bastante atrevidos, cosas bastante atravesadas que para un oyente europeo pueden resultar muy originales. Demuestra esas cosas que tiene la orquesta, es una gran postal venezolana al mismo tiempo. Eso es lo siento, representa muy bien lo que es la música venezolana, un condensado poético.

 

 

-¿Ha estado trabajando la obra con la orquesta, con Gustavo Dudamel?¿Cómo ha sido ese proceso?

 

 

-Cuando se hizo el estreno con la Simón Bolívar A, la de los viejitos, yo estuve allí, hace dos años. Estuve con él. Esa es una obra de 2014, hecha en septiembre, y ahí sí comenté con Dudamel algunas cosas. Pero los comentarios no fueron muy necesarios porque la partitura está muy bien, muy clara, y Gustavo es un personaje absolutamente genial en la música. Él no necesita muchas indicaciones, él sabe qué hacer con una partitura inmediatamente. Se logró un trabajo muy serio de preparación, que en ese caso hizo Joshua Dos Santos, quien lo asistió, y es quien todavía hace ese trabajo de asistencia para Gustavo. Y Joshua Dos Santos, que es un  director muy importante del Sistema, muy serio, hizo la preparación. Sobre sus hombros descansó un poco el descifrado de la obra y toda la cuestión de montarla, entenderla y hacer que la orquesta la digiera, porque cuando estas obras se leen, siempre hay un momento de caos y de decepción, la gente no sabe a dónde va, qué está tocando. Es un poco desesperante para los músicos leer una obra nueva.

 

 

-Dos Santos hizo ese trabajo con la B (la de la gira) solo. Ya conocía la obra, la había sonado, se había grabado. Dudamel la tocó en el estreno, y escuché el comentario de la orquesta: él estaba de espaldas y yo lo escuché cuando le dijo a la orquesta que le gustaba la pieza, que es una obra muy bien hecha. Hubo una buena recepción desde el principio y yo creo que la pieza lo sedujo. Es una obra que casa perfectamente con el perfil que requiere la orquesta en sus actuaciones internacionales.

 

 

-¿Por qué escogió La Vaca Mariposa?

 

 

-Hay varios factores allí. Primero, es un merengue en cinco por ocho, tiene giros muy característicos, muy venezolanos, es una obra muy conocida, todos conocemos la letra. Las otras tonadas son mucho más delicadas y complejas. A veces tienen varias partes, el ritmo que Simón (Díaz) toca con el cuatro es complicado, son más atmosféricas las otras, y este es un género de merengue. La Vaca Mariposa es una diversión y es mucho más fácil producir una pieza sólida con ese ritmo y esas referencias. También por cariño con la pieza. Siempre la he conocido, desde que salió la conozco y la cantaba y digamos que el detalle con esa canción es que se presta para un desarrollo sinfónico, tiene muchas aristas “sinfonizables”, si me permites el neologismo.

 

 

-¿La repitió hasta el infinito?

 

 

-Sí, exacto. Fui cantando la canción, desgranando cada pedacito de melodía. Aquí hay como un elemento, una sustancia original. Hay como pequeños núcleos musicales que utilizo como motivos para hacer una tapicería, un tapiz minimalista sobre el cual voy decorando, utilizando pedazos de la canción. El inicio del tema lo recorto, uso un fragmentito de ese inicio y lo repito y lo repito, y se va haciendo una especie de tejido, todo un tejido, como una alfombra sobre la cual se van desarrollando otras cosas, y luego agarro otro elemento y lo desarrollo de otra manera y hago una especie de sucesión de cascada de repetición que se solapan unas con otras y que crean como una especie de reacción en cadena con el mismo motivo y así sucesivamente. Voy utilizando varias veces ese recurso. Eso crea una especie de cámara de eco, y cada elemento se repite y se repite, se va formando una nueva expresión ya en otro nivel musical que no es el de la canción, sino que es un nivel de expresión con una construcción abstracta que utiliza la canción para elevarse a otro nivel.

 

 

-Usted, que conoce la Orquesta Simón Bolívar, ¿Qué ocurrió para que comenzaran a soltar el repertorio europeo y ahora abracen a los autores venezolanos, pues evidentemente estaban muy pegados al repertorio centroeuropeo?

 

 

-No sé. Creo que el homenaje a Simón Díaz fue un punto de influencia importante, porque también ahí se escucharon obras del maestro Juan Carlos Núñez, y él tiene unas versiones muy interesantes de las tonadas, a veces un poco oscuras y sorprendentes a nivel de los colores. Él ha hecho un trabajo de exploración personal que es muy respetable. Yo creo que a partir de ese concierto -que fue en noviembre de 2014- Dudamel vio la posibilidad de incluir obras de nosotros (los compositores venezolanos) en las giras. La cosa es también que Venezuela no tiene un gran repertorio sinfónico, por razones históricas.

 

 

-Por ejemplo, creo que (Antonio) Estévez hubiera podido escribir un poco más si las orquestas lo hubieran tomado más en cuenta, y su obra vivió engavetada por décadas, hasta que el maestro (Eduardo) Mata grabó la Cantata Criolla. Y lo sé por experiencia personal: cuando escribes y le pones mucho esfuerzo a una obra y la obra se engaveta, a ti se te quitan hasta las ganas de vivir, porque una obra representa años de trabajo y tú lo haces para una orquesta. Ese fenómeno creo que es una lástima que se repita en la contemporaneidad tan rica de orquestas que tenemos. Nosotros tenemos la posibilidad de escuchar ese repertorio, y eso permite que los compositores como nosotros, Juan Carlos Núñez, el maestro Alfredo Rugeles, que producen obras, escuchemos nuestras obras y podamos avanzar en el refinamiento de nuestros lenguajes. Eso permite desarrollar obras, y creo que eso le pasó a Estévez.

 

 

-Yo creo que esa obra, Hipnosis Mariposa, se inscribe en esa línea del sinfonismo venezolano y yo creo que allí hay un lenguaje, que no es la expresión de mi persona o de un homenaje a Simón Díaz. Y no hay que olvidar que Simón Díaz formó parte de esa generación que inventó ese lenguaje sinfónico. Él estudió para hacer eso también, estudió composición con el maestro Vicente Emilio Sojo, estuvo en ese semillero. Esos elementos están allí, listos para desarrollarlos en sinfonías, y eso no es mero nacionalismo. No es que yo quiera ser venezolano y tener un carnet de venezolano como compositor. Lo hago por gusto como me gustan otras cosas también.

 

 

-¿Qué otro compositor popular lo estimula, le interesa?

 

 

-Hay grandes vetas en la música venezolana, que son semilleros de ideas y de formas. Por ejemplo, la música tuyera, la música de Fulgencio Aquino, la música del arpa central venezolana es de gran inspiración para hacer obras neobarrocas venezolanas; que son proyectos que están por ahí y que pueden ser sumamente interesantes; y ahora que hay una Orquesta Barroca en el Sistema, yo estoy interesado en participar allí. Pero esos son proyectos de largo aliento y hay que encontrar la energía para poderlos hacer.

 

 

Hay muchas cosas de dónde agarrarse, la música venezolana es una fuente infinita, la afrovenezolana, las cosas interesantes conceptuales que tienen, los conceptos que se derivan de esas estructuras.

 

 

-Usted habla de la necesidad de mecenazgo, y Venezuela está repleta de talentosos intérpretes. En el caso suyo ¿cuánto vale una obra?

 

 

-Eso es muy variable, pero digamos una obra sinfónica tiene un precio estándar. Un compositor podría estar satisfecho con unos mil dólares por minuto sinfónico. Esa es una especie de tarifa tácita, lo que estipula la actividad. Pero eso es variable, y para obras de cámara, solistas, es más económica. Por supuesto, eso es en base a una discusión, caso por caso, proyecto por proyecto, si hay presupuesto. Todo depende de quién comisiona y para qué finalidad. A veces me interesa el proyecto por el proyecto, y parte del pago es el hecho de que una obra se vaya a grabar, o que se vaya a tocar en determinados escenarios. Esa una forma de pago. Eso es invertir a futuro para promover la obra que uno está haciendo.

 

 

-Con la Hipnosis Mariposa me siento sumamente honrado con esta invitación, porque no hay que olvidar que nosotros competimos con un catálogo de obras gigantesco, compositores de inmenso valor, ni hablar de los clásicos, sino todos los que han trabajado; y una orquesta puede escoger de un catálogo gigantesco. Que lo seleccionen a uno para abrir un concierto como la BBC o el Carnegie Hall o el de Bogotá es un gran honor. De verdad que es una fantasía, verdaderamente estoy agradecido. Te digo que trabajo, soy compositor del Sistema, trabajo con ellos desde hace muchísimos años, y lo hago como una misión desde que entré allí. Es la misión de hacer música en Venezuela,  dentro de nuestro lenguaje. Es una misión estética que me he planteado por gusto.

 

 

-El próximo año se celebran los 450 años de Caracas ¿Tiene algo para la ciudad?

 

 

-Sí, estamos haciendo varias cosas. Voy a sacar un disco con el maestro Alonso Toro, vamos a sacar un disco de música caraqueña, de merengues, muy especial. Otro disco de música electrónica, de nuestras composiciones basado en las revueltas tuyeras. Pero para celebrar los 450 años hay que hacer una obra definitivamente. Hay que hacer una. ¡Oigo ofertas de comisión, por supuesto! Estoy buscando trabajo y apoyo, y me encantaría saber de una institución venezolana que se interese en invertir en arte, porque ha sido un trabajo de sacrificio inmenso.

 

 

-¿Cómo hace para compensarse? ¿Da clases?

 

 

-Es que si quieres ser compositor, tienes que componer. A veces doy clases, dicto talleres. Pero si vas a ser compositor tienes que componer. Una obra se tarda semanas, meses de trabajo, hay que trabajar diez horas diarias sin parar, desde la concepción de los bocetos hasta la última particella. Yo acabo de terminar una obra de tres minutos y medio, un bis, para la Simón Bolívar, y me tardé como un mes y medio en terminarla y como dos o tres semanas corrigiendo, con jornadas de doce a quince horas diarias, sin fin de semana, sin vacaciones, sin nada. El mecenazgo es fundamental. Si hubiera un poco más. Una obra buena queda en el repertorio y queda parte en la historia del país.

 

 

FUENTE: El Universal

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.