Cerca de 120 mil policías se desplegarán en todo el país. 2.800 sólo en la sede de la cumbre, en la periferia parisina.
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El número de policías que resguardará la seguridad de la 21a Conferencia de la Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21), en París, se cuadruplicó tras los ataques terroristas del 13 de noviembre en la capital francesa. El Ministerio del Interior galo anunció que 120 mil policías y gendarmes se han movilizado a través del país para asegurar que la reunión se realice sin problemas. 2.800 de ellos estarán en la sede de la cumbre en Le Bourget, en la periferia norte de París. Mientras más de 8.000 agentes han sido desplegados para asegurar las fronteras.
Todo para recibir a más de 40 mil personas, entre ellas más de 150 mandatarios.
Ayer, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, quien será el presidente de la COP21, entregó de forma simbólica a Naciones Unidas las llaves de Le Bourget, sede de la cumbre. Más temprano, el presidente Francois Hollande, se reunió con representantes de diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientalistas para mostrar su voluntad de implicarlas en los trabajos con vistas a lograr un acuerdo internacional.
Según trascendió, el mandatario les garantizó su determinación para obtener un acuerdo a la altura del desafío climático y abordó las futuras revisiones al alza de los compromisos adquiridos para limitar el calentamiento, lo que habrá que hacer después de 2020.
Como la capital sigue en estado de emergencia tras los ataques, las manifestaciones en la vía pública están prohibidas, por lo que algunos colectivos planean llevar a cabo “marchas virtuales”. El sitio web march4me.org pondrá en contacto a personas que saldrán a manifestarse y que adoptarán la imagen de un francés que no podrá hacerlo. Hasta ayer más de 24 mil personas se habían comprometido.
Quienes sí pudieron marchar lo hicieron en ciudades de Filipinas, Australia, Japón, Suiza y Nueva Zelandia, entre otros.
Unas 3.000 personas salieron a las calles de Manila, en Filipinas, país que cada año es azotado por cerca de una veintena de tifones y otros desastres naturales.
En Australia, unas 5.000 personas marcharon por Brisbane, al este del país, para reclamar al Gobierno la suspensión de los planes para utilización de carbón. Otros miles se manifestaron en las calles de Auckland y Wellington, ambas en la isla Norte de Nueva Zelandia.
Fuente: LT
