¿Para qué sirven las bebidas deportivas?
septiembre 22, 2014 3:12 pm

Cada vez más mujeres eligen hacer actividad física: pedalean, corren, patinan, bailan o juegan al futbol, entre otras actividades. Todos estos momentos exponen al cuerpo al calor, debido a que durante un trabajo muscular –sea moderado o intenso– la temperatura del cuerpo tiende a aumentar. Si la carga de calor es lo suficientemente alta, se activan las glándulas sudoríparas y, al evaporarse el sudor producido, la piel se enfría.

 

La diferencia individual de capacidad para sudar es muy grande. Las mujeres suelen tener un total de glándulas sudoríparas menor en comparación con el sexo masculino, pero igual transpiran. El sudor está compuesto de diferentes sales, especialmente cloruro de sodio en concentraciones variables. En consecuencia, al transpirar, puede originar una considerable pérdida de sal.

 

Durante una prolongada exposición a un ambiente caluroso se produce una reducción gradual en el índice de transpiración, aunque se reemplace la pérdida de agua corporal al mismo ritmo. Esta disminución es mayor en condiciones de calor húmedo que de calor seco. La supresión de la transpiración se vincula con el humedecimiento de la piel, por eso secándose con una toalla a intervalos regulares, o superponiendo un aumento en la velocidad del aire alrededor del cuerpo en ejercicio, se mejorará el índice de transpiración, y por ende la capacidad de disipar el calor corporal.

 

La importancia de mantenerse hidratadas

 

Para lograr un nivel de hidratación normal y equilibrada es necesario que se ingieran suficientes fluidos antes, durante, y después de la actividad física. La capacidad de compensar la pérdida de fluido con la reposición está limitada por las tasas máximas de ingesta, el vaciamiento gástrico y la absorción intestinal. Bajo condiciones de calor y humedad, la tasa de sudoración puede rebasar fácilmente estos límites.

 

Desde hace varias décadas se ha demostrado que cuando las mujeres se ejercitan y transpiran no reemplazan todo el líquido perdido por sudoración, aún teniendo acceso ilimitado a éste. Esto se llama deshidratación voluntaria y ocurre frecuentemente.

 

La ingesta espontánea de líquido está influenciada por información sensorial variada, tal como el olor, sabor, temperatura, color, y calidad subjetiva de la bebida. Algunos de estos factores han sido estudiados sistemáticamente, principalmente la temperatura y el sabor del líquido. Se han hecho estudios con distintos fluidos que demuestran que la ingesta voluntaria es mayor cuando los líquidos están frescos, a una temperatura de entre 15 y 20°C, y son de agradable sabor para el paladar.

 

El uso de bebidas isotónicas

 

El agua es un fluido ampliamente disponible para la hidratación y muy utilizado por las mujeres. Si bien es cierto que ayuda a contrarrestar muchos problemas de la deshidratación, las investigaciones realizadas en las últimas cinco décadas han confirmado que ellas pueden beneficiarse de la ingesta de una mezcla adecuada de agua, carbohidratos, y electrolitos. Esto es básicamente la definición de bebida deportiva o isotónica. Los beneficios obtenidos son proporcionales a la necesidad de fluido, energía y minerales de cada una de las deportistas.

 

La eficacia de una bebida deportiva está determinada en gran medida por la cantidad y el tipo de carbohidratos correctos. Además de conferirle el nivel de dulzura que mejora el sabor, los carbohidratos juegan otros papeles importantes. La glucosa que proveen las bebidas deportivas ingresa a las células musculares activas y ayuda a mantener una alta tasa de oxidación de carbohidratos, el mejor combustible para el esfuerzo, lo cual puede mantener y hasta mejorar el rendimiento deportivo.

 

¿Las bebidas deportivas engordan?

 

Existe el mito de que cuando tomamos una bebida deportiva sumamos calorías extras a nuestro organismo. Sin embargo, hay buena evidencia de que la incorporación de esta bebida en actividades de una hora o más nos asegura en las siguientes 24 horas una reducción significativa de 330 calorías en la ingesta posterior total de alimentos. Sencillo, parecería ser que tomar una bebida con sabor y algo de carbohidratos durante el esfuerzo nos haría comer menos el resto del día.

 

 

 

Fuente: Entremujeres