Y los padres… ¡presos!
septiembre 9, 2019 7:57 am

 

 

Cómo es posible que unos padres permitan que sus hijas menores participen en ese tipo de actividad? ¿Serán capaces de decir que no sabían lo que hacían puertas adentro?

 

 

Michael Jackson falleció en 2009. Diez años después continúan saliendo testimonios que lo involucran en actos de pedofilia y abuso de menores. En 2005, un jurado lo había absuelto de todos los cargos en su contra. En enero de este año salió a la luz pública un documental “Leaving Neverland”, dirigido por el británico Dan Reed, donde varios de aquellos niños supuestamente abusados por Jackson, cuentan con inquietante detalle todo lo que el famoso cantante les hacía cuando visitaban su casa.

 

 

Yo no tengo elementos de juicio para saber si Michael Jackson era o no inocente de los cargos que aún le imputan, pero sí sé que los padres de aquellos niños también son culpables de haberlos mandado “a dormir” en Neverland, su mansión (denominada así por la isla donde vivía Peter Pan, aquel chico que nunca dejó de ser niño).

 

 

¿A quién se le ocurre en su sano juicio -por más inocente, impotente, o cualquier otra condición de impedimento que tuviera Jackson- enviar a un niño a dormir a su casa? ¡Esos padres lo que querían era que sus hijos fueran abusados para luego demandarlo y poder vivir tranquilos el resto de sus vidas! ¡No me van a convencer de lo contrario!

 

 

Ahora resulta que entre todos los males que nos agobian, también están las redes de pedofilia. La señal de alarma provino de una mujer –creo que rusa- que denunció por Twitter el contenido de unos videos de YouTube hechos en Venezuela que había encontrado ligados a una red de pedofilia rusa. Irrael Gómez lo vio e hizo pública la denuncia: una agencia de “modelaje” llamada Belankazar convertía a niñas en Lolitas… y quién sabe en qué más… Cobraban membresía (en varios niveles) para poder ver las fotos… ¿Por qué? ¿Qué contenían esas fotos? Las fotos y videos que se pueden ver en las redes ya son alarmantes: niñas caminando y posando no como adultas, sino como prostitutas. Maquilladas, entaconadas, con poses estudiadas que nada tienen que ver con su condición de niñas.

 

 

¿Y los padres? ¿Cómo es posible que unos padres permitan que sus hijas menores participen en ese tipo de actividad? ¿Serán capaces de decir que no sabían lo que hacían puertas adentro? ¿Serán tan caraduras? ¿O quizás están recibiendo comisiones?… Si por mí fuera, que los metan presos. Ellos también son culpables.

 

 

Carolina Jaimes Branger
@cjaimesb