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Y ahora no hay agua

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Y ahora no hay agua

Mientras la Asamblea Nacional y otras instituciones del Estado en las cuales priva la política del avestruz se dedican a discusiones bizantinas y a aprobar miles de millones en créditos adicionales, en nuestra Venezuela ocurren cosas que tienen directamente que ver con la incapacidad del gobierno para… gobernar. La lista de incompetencias es larga. Lo viene siendo desde largo tiempo atrás pero lejos de restársele asuntos, pues cada día se le suman. En el país del no hay abundan las carencias. De alimentos de medicinas, de repuestos para cualquier aparato, de instrumentos médicos, de vehículos, de asfalto para curar las carreteras y calles heridas. Y un frondoso y triste etcétera. Pero ahora a la crisis hay que adicionar el agua, el gas y, no quiera Dios, la gasolina.

 

Los embalses que surten de agua a Caracas -los principales, Lagartijo, Camatagua y Taguaza, y compensatorios La Pereza, La Mariposa, Quebrada Seca y Taguacita- están en el dolor. Llegaron a niveles de sequía muy preocupantes. Pero más preocupante aún es que el gobierno al parecer recién se percató de esta circunstancia y no tomó las medidas preventivas que la lógica de gestión aconseja. La sequía en el embalse Lagartijo afecta el sistema Tuy 2 que administra agua a los municipios Baruta, Sucre, Chacao y El Hatillo. Casi 50% de lo que recibe Tuy 2 viene de Lagartijo. Es una crisis muy profunda que no solo afecta esos 4 municipios sino que se repercute en los otros sistemas Tuy. Camatagua no sólo alimenta a Hidrocapital sino a las hidrológicas Hidrocentro e Hidro- Páez.

 

Y es el agua que se utiliza para el riego de los cultivos del norte del estado Guárico. Lagartijo no sólo surte a la ciudad de Caracas sino a las poblaciones de San Francisco de Yare y Santa Teresa del Tuy. ¿Por qué no se dieron cuenta antes? Es una pregunta para la que el gobierno carece de respuesta. Uno duda que no haya alguien con varios dedos de frente que en los ministerios y organismos competentes haya dado la voz de alerta. Al fin y al cabo hay en estos espacios, técnicos con suficientes conocimientos y experiencia como para diagnosticar las consecuencias de una sequía que lleva ya varias semanas y, en algunas zonas, hasta meses. ¿Silenciaron a esos técnicos? ¿Estamos acaso frente a un caso de desidia mezclada con negligencia?

 

Los caraqueños recibimos el martes pasado, gracias a una fina cortesía del ministro del Ambiente, Miguel Leonardo Rodríguez, la infausta noticia según la cual seremos sometidos a un racionamiento del suministro de agua. Nos enfrentamos entonces a la implantación de la Misión Camello. A la lista del no hay sumaremos el H2O.

 

Pero hay más. Mucho más. Leo en El Universal que «…Las obras de la Línea del Metro Caracas-Guarenas- Guatire están retrasadas en distintos tramos de la avenida Intercomunal, desde Trapichito hasta El Marqués, porque el Ejecutivo no ha podido reubicar los servicios de aguas blancas, servidas, eléctrico, gas y telecomunicaciones, transcurridos siete años desde el inicio del proyecto… «. Asómbrese el lector de enterarse que estas declaraciones corresponden a voceros del Ministerio de Transporte Terrestre. A esta pequeñez los voceros agregaron que los trabajos del Metro de Guarenas están retrasados por las fallas en la llegada de cemento. «Lo poco que se produce en el país se está usando en la Misión Vivienda». Destaco en esa declaración la frase lo poco que se produce en el país.

 

¿Conoce el lector lo que está ocurriendo con los niños que sufren afecciones renales y que son pacientes del Hospital J. M. de Los Ríos? Belén Arteaga, jefa del Servicio de Nefrología, reporta que «… la escasez de los insumos es una situación que compromete la salud de los pacientes; en especial a nueve de ellos, quienes no toleran los accesos vasculares para adultos… «.

 

Esperamos que dado el anuncio colombiano en el sentido que por la sequía en su país las plantas hidroeléctricas no podrán generar la suficiente energía y deberán compensar con las plantas termoeléctricas, para lo cual requieren usar el gas que producen, parte del cual era enviado a Venezuela diariamente, ello no podrá ocurrir. ¿El gobierno venezolano, que tiene el monopolio de la distribución del gas, ha tomado las previsiones correspondientes, o habrá que llamar a María?

 

El gobierno juega a la improvisación. Permite que las situaciones se conviertan en crisis para tomar entonces decisiones.

 

Gblyde@gmail.com / @gerardoblyde

Por Gerardo Blyde

 

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