Una permanente violación a la Constitución Nacional por el Gobierno, irrespetando la separación de poderes, pisoteando la participación, inclusión y pluralidad, han traído como consecuencia que las instituciones oficiales hayan experimentado un gran deterioro y atraso, mostrándose ahora un modelo centralista, burocrático, abusivo y corrupto, que notoriamente perjudica a la población.
La discrecionalidad en el manejo de los recursos y la arbitrariedad en las relaciones con los factores de producción, han convertido nuestra economía en una de las más vulnerables e improductivas de América Latina. La caída de la productividad ha dejado como resultado una atroz escasez que mantiene angustiados a los venezolanos.
Todos los días falla la presencia de algunos alimentos en los anaqueles, y lo poco que se encuentra está triplicado en su precio original. Los productos que más brillan por su ausencia son aquellos controlados por la ineficaz maquinaría productiva del Gobierno, como azúcar, aceite, pollo, entre otros.
La escasez ha mostrado un incremento cercano al 40 por ciento, y se pone de manifiesto que el estancamiento de la producción es cada vez mayor. Hay menos producción, menos industria y mayor endeudamiento. La severa insuficiencia de productos de la cesta básica es herencia de las erradas políticas económicas del difunto, que se ha agravado en los últimos meses. Solamente unos ineptos e incapaces pudieron haber generado esta situación, con un petróleo por encima de los 100 dólares el barril.
Es el pueblo quien paga las consecuencias, y ante este sombrío panorama se plantea un cambio de modelo. Es por ello que tenemos abierto un frente de lucha contra el desproporcionado aumento de la inflación. Los más pobres llevan la peor parte, mientras que los enchufados del régimen engordan sus cuentas bancarias. La gente pasa hambre en los barrios de Caracas y en todo el país, a lo que se suma el flagelo de la inseguridad.
No hay disposición en los gobernantes para resolver los problemas. Falta capacidad e idoneidad. Sin embargo, a pesar de las vicisitudes, seguimos luchando por la Venezuela que merecen los venezolanos. Mientras más obstáculos nos colocan en el camino, mayor será nuestra voluntad de lucha, que será compensada el próximo 8 de diciembre con una victoria contundente de la Unidad Democrática.
Por Antonio Ledezma
