Venezuela ¡Feliz Nochebuena!
diciembre 22, 2016 4:32 pm

 

Llegamos a la gran fiesta de quienes formamos parte de las religiones cristianas en el mundo, la Navidad. Nos preparamos para el reencuentro familiar este 24 y 25, para los abrazos en un ambiente de alegría y reconciliación que es igual en los países cristianos y donde existen comunidades creyentes. Por eso, este tiempo es de buenos sentimientos en Venezuela, Norteamérica, Europa desde las heladas, organizadas y conservadoras monarquías del norte, hasta las siempre animadas playas mediterráneas, desde las revoltosas costas atlánticas, la alegría y colores del Caribe hasta las lejanías del Océano Pacífico, los calores de los países del Mercosur, y la interminable Rusia con sus eternidades siberianas que es profundamente cristiana, ortodoxa para más detalle, después que 70 años de implacable tiranía atea comunista no lograron acabar con esa fe profunda de los rusos, como tampoco con el catolicismo y judaísmo polacos ni el fuerte cristianismo luterano, calvinista y de otras acepciones cristianas de la Europa central y del Este.

 

 

 

Habrá celebraciones navideñas también en países de religiones dominantes radicalmente diferentes y con sistemas de gobierno incrédulos, como China, Japón, Vietnam y toda Asia Lejana; sólo en los países musulmanes los gobiernos ponen trabas y dificultades a sus pequeñas comunidades cristianas –o las asesinan, como hacen los fanáticos criminales del llamado Estado Islámico.

 

 

 

Venezuela se ha estado preparando para una Navidad difícil, compleja y complicada en lo social, económico y político, carísima y con serias dificultades para conseguir los insumos tradicionales, además de las fallas de abastecimiento que hemos venido padeciendo insistentemente durante los años de Gobierno de Nicolás Maduro, especialmente en este 2016 que, tal como se presenta la economía, podría llegar a ser recordado como mejor que el 2017. Pero estos días navideños de solemnidad por el nacimiento de Jesús, de emoción por lo que viene, la gente olvidará la mayoría de los problemas actuales y por venir, eso también lo calculan y prevén muchos políticos.

 

 

 

Es período de apretones, sonrisas, se trata de compartir, reunirse en familia y con amigos estimados. Hay que aprovechar las festividades navideñas para reflexionar, sosegarse, pasarla bien pensando en lo que hicimos bueno y lo que hicimos mal o pudimos hacer mejor. Mucha de la alegría y cordialidad de la Navidad viene precisamente de esa tendencia acostumbrada a recordar, reconocer, abrir nuevos horizontes y tener nuevas ilusiones.

 

 

 

Este año muchos venezolanos pensarán, inevitablemente, en los cambios políticos, sociales y económicos que aspiran, desean y esperan. No sólo por el creciente hastío de la población, chavistas -militares incluidos-, por los errores y terquedad pecaminosa del heredero y su equipo de chiflados, empeñados en “profundizar” un socialismo primitivo, obtuso e ineficiente, postrados en la trampa de un supuesto “legado de Chávez” que empujó a Venezuela a la desesperante calamidad actual.

 

 

 

Habrá los pesimistas, convencidos que alguna oposición no podrá cambiar nada, como lo ha demostrado hasta el cansancio día tras día. Que el chavismo seguirá gobernando y arruinando. Pero habrá también, y pensamos que son mayoría, los optimistas, los que creen que nacerá una nueva mayoría, una nueva oposición, una alternativa con hombres y mujeres capacitados, dispuestos a unir experiencias y esfuerzos y, más importante, a renunciar a sus egos, prepotencia e intereses individuales y partidistas para cambiar el desastroso rumbo del país.

 

 

 

Esas discusiones no van a arruinar la noche navideña venezolana. Serán parte de la realidad que actualmente vivimos, animarán las reuniones y la mesa tradicional de época, los optimistas van a tener más argumentos, encontrarán el camino extraviado, que algunos egoístas desviaron con premeditación y alevosía, los pesimistas como de costumbre no encontrarán nada.

 

 

 

Lo que estén pensando y discutiendo ciertos dirigentes políticos puede contener elementos diferentes. Pero lo quieran o no, no pueden seguir estando, como ahora están, alejados de lo que piensen y esperen los ciudadanos. Por eso se vislumbran cambios, nuevos actores, líderes y dirigentes que aún no han tenido oportunidad y poco conocemos. Después de todo Navidad es natividad, nacimiento, renovación; es el despuntar de una nueva ilusión. Y la esperanza es alegría, la que deseamos a cada uno de ustedes.

 

 

 

En lo que a quien suscribe respecta, deseo profundamente a todos mis amigos, especialmente a quienes han tenido la gentileza, paciencia y cortesía de leer y comentar estas líneas que hemos venimos publicando gracias a quienes nos han brindado la magnífica e invaluable oportunidad de expresar nuestro punto de vista, de lo que hoy sucede y sucederá en el futuro en este increíble y grandioso país que se llama Venezuela.

 

 

 

Feliz Nochebuena Venezuela, que Dios Bendiga a todos sus ciudadanos.

 

Por Armando Martini Pietri

@ArmandoMartini