El Canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, habló en la inauguración del edificio construido para UNASUR en Ecuador al módico costo de $43 millones (casi totalmente financiado por una Venezuela a punto del derrumbe financiero), para mencionar a “tres figuras imprescindibles” de Unasur: Néstor Kirchner, Hugo Chávez -”emancipador de su pueblo venezolano”- e Inazio “Lula” da Silva” Y añadió que “Unasur ha defendido brillantemente las democracias de la región”.Lo escuchaban atentamente presidentes o representantes de países que se dicen demócratas.
UNASUR ha sido, desde su inicio, un nido de invertebrados morales. Su origen está basado en el resentimiento contra los Estados Unidos y, hasta ahora, solo ha servido para crear una burocracia regional inefectiva y parasitaria. No se le conoce ninguna acción positiva para la región, apenas incestuosas declaraciones de apoyo a regímenes forajidos que la han convertido en un sindicato de gobiernos que se protegen mutuamente. La mención que hizo Patiño del difunto sátrapa como “el emancipador” de su pueblo representa un insulto a los venezolanos que desean ser libres y vivir en un país civilizado. Hugo Chávez redujo a Venezuela a la ruina y prostituyó sus instituciones. Quienes amamos la democracia y la vida civilizada nos sentimos doblemente indignados al oír a Patiño decir tamaña barbaridad. No solo es que la organización que representa es un nido de invertebrados morales sino que Patiño parece jactarse de ello. Igual rechazo merece su rastrero Secretario General, Ernesto Samper, quien dijo en Venezuela que el país “estaba en buenas manos”, al referirse a Nicolás Maduro, guindándose como Tarzán. Violando todas la reglas de imparcialidad y objetividad Samper se atrevió a declarar que el asesinato de Robert Serra había sido obra de paramilitares colombianos. La verdad ha resultado ser muy diferente y Samper ha tenido que tragarse sus palabras orientadas a hacerle el juego sucio al régimen venezolano.
La aseveración que hizo Patiño sobre UNASUR como “brillante” defensor de la democracia en la región es otra bofetada a los venezolanos demócratas y a todos quienes realmente aman la democracia en América Latina. UNASUR es una organización parásita financiada, en gran medida, por el dinero del régimen venezolano, dinero sustraído a un pueblo que carece de lo más elemental para sus vidas. Kirchner y su viuda, Mujica, Correa, Morales, las empresas constructoras brasileñas y Da Silva, han sido beneficiarios y activos aliados del régimen militar y fascistoide venezolano. Santos, Bachelet y otros han permanecido en vergonzoso silencio frente a la tragedia venezolana y han servido de comparsa a la farsa de UNASUR.
UNASUR ha servido para promover una historia falsa sobre Chávez como héroe amante de su pueblo, como un segundo libertador. Este es un mito comprado con miles de millones de dólares dados a los presidentes melosos. Los esposos Kirchner, Lula, Correa, Morales, Mujica, todos ellos han sido objeto de la prodigalidad del régimen venezolano, hasta niveles obscenos que han llevado a Venezuela a la quiebra financiera. La compra de bonos argentinos y ecuatorianos, contratos gigantescos con empresas brasileñas, promesas fantasiosas de refinerías, gasoductos y trenes Trans- Amazónicos, compra de empresas quebradas, donaciones de equipos de todo tipo, reglos en dinero efectivo, a veces en maletines, importación de toda clase de chucherías y de arroz con sobre precio del cono sur para beneficiar a familiares de la realeza revolucionaria, a burócratas y contratistas corruptos. UNASUR está edificada sobre el derroche y la falta de transparencia, a un costo para Venezuela de unos cincuenta mil millones de dólares, los cuales han servido para comprar la complicidad de los países miembros de UNASUR en la tragedia venezolana.
Por ello la sede de UNASUR es un triste monumento a la falta de ética del liderazgo político latinoamericano y, aunque es nueva, ya está podrida por dentro.
Gustavo Coronel
