«Si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si quieres la justicia, defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad» Juan Pablo II.
Confieso mi desconcierto. No sé exactamente cómo vamos a hacer para imponer una gerencia de valores en la administración pública venezolana pero estoy convencida que va a ser muy difícil.
En primer término porque la boliburguesía ya ha tejido tentáculos en todos lados. Tienen medios, bancos, poder, mucho dinero y posición social. Además, ya se han casado con las hijas e hijos de quienes no son boliburgueses… se han mezclado con gente decente en un país en el cual, gracias a Dios, los hijos no son sometidos a pagar las cuentas de los padres. Así que al día de hoy percibo una maraña inextricable (término original de Eduardo Novoa Monreal) confusa, que va a ser muy cuesta arriba que paguen quienes cometieron delito contra la cosa pública y, a la vez, adecentar el ejercicio de la función de gobierno.
Una cosa así se tradujo en borrón y cuenta nueva a la salida de Pinochet y en la ley de punto final argentina… salvo con respecto a los cabecillas emblemáticos. Ellos finalmente y en alguna medida algo pagaron.
Esta sensación que he venido describiendo se acrecentó cuando entrevisté al profeta Reinaldo Dos Santos, y en una parte de la conversación me dijo: «un militar activo, uniformado, va a jugar al héroe contra el status quo…pero lo que realmente va a intentar es que se le respete lo que tiene, sus cosas».
Dicho de esta forma, querido lector, muchos deben estar ya dispuestos a que las cosas se hagan de esa manera para terminar de pasar esta página de nuestra historia… pero lo cierto es que hay mucha gente que, como yo, se aterroriza tan solo de pensar que este episodio se cerrará sin generar aprendizaje, sin servir de lección a otros. Así que vivo imaginando maneras para que la maraña pueda ser destejida, desmontada y la justicia servida. Particularmente para procesar a quienes han endeudado la nación y destrozado el erario público nacional. Multimillonarios instantáneos que juegan a ser empresarios cuando realmente lo que han sido es favorecidos de manos negras dentro de la administración pública.
¿Un Presidente opositor desmontará la maraña bancaria que ha tejido este gobierno? ¿Demolerá la maraña comunicacional tejida durante estos 14 años? Lo dudo y, al mismo tiempo, lo juzgo fundamental, lo cual me genera grande sobresaltos… porque o somos distintos o… somos iguales.
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Por Nitu Pérez Osuna
